El reciente informe Global Tipping Points Report 2025, elaborado por un consorcio internacional de científicos y organizaciones de conservación, constituye una de las alertas más claras que se han emitido hasta la fecha sobre los riesgos que afronta la Tierra. Aquí se expone en qué consiste, qué cuestiones aborda y por qué resulta de vital importancia para el futuro del planeta.
El informe fue elaborado por 160 autores procedentes de 23 países y 87 instituciones, y se presenta justo antes de la COP30 (cumbre del clima de la ONU).
Su objetivo es sintetizar los avances del conocimiento científico sobre los denominados «puntos de inflexión» (tipping points) en el sistema terrestre —es decir, los umbrales más allá de los cuales un cambio en el sistema se vuelve abrupto, difícil o imposible de revertir—.
Se analiza tanto los riesgos —tipificación de lo que podría colapsar o cambiar drásticamente— como las oportunidades, llamados “tipping positivos”, es decir los momentos en que se podría generar un cambio virtuoso que se auto-refuerce.
¿Qué significa un “punto de inflexión” global?
Un punto de inflexión es un umbral dentro de un sistema terrestre (como los hielos polares, los bosques tropicales, las corrientes oceánicas) que, si se sobrepasa, puede llevar a una transformación rápida y posiblemente irreversible del sistema, aun si las causas que lo provocaron cesan o disminuyen.
En términos prácticos: por ejemplo, un casquete polar que se derrite por encima de cierto nivel podría desencadenar pérdidas de superficie de hielo que ya no se recuperan; un arrecife de coral sometido a temperaturas demasiado elevadas podría entrar en muerte masiva y dejar de funcionar como ecosistema viable. El informe señala que ya algunos de estos umbrales podrían estar siendo cruzados.
Principales conclusiones del informe
Entre los mensajes clave que lanza el informe destacan los siguientes:
- El planeta ya está entrando en una “nueva realidad”: el calentamiento global ha alcanzado aproximadamente 1,4 °C por encima del nivel preindustrial, lo que implica que varios sistemas están muy cerca —o ya han sobrepasado— sus puntos de inflexión.
- Se destaca que los riesgos crecen rápidamente cuando se sobrepasa la barrera de 1,5 °C, situando al mundo en una “zona de peligro” donde los puntos de inflexión múltiples podrían activarse.
- Es fundamental minimizar el sobrepaso de 1,5 °C: cada fracción de grado y cada año cuenta para evitar que se activen estos umbrales. Para ello, el informe insta a reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero a la mitad para 2030 (respecto a 2010), alcanzar “cero emisiones netas” hacia 2050, y luego adoptar la remoción de carbono de la atmósfera.
- La acción ya no puede esperar: los compromisos nacionales actuales (las famosas “Contribuciones Nacionalmente Determinadas”, NDCs) no son suficientes para evitar los puntos de inflexión. Se requiere una aceleración sin precedentes en las políticas climáticas.
- La acción local también es vital: más allá del gran debate climático, hay que abordar los “impulsores no-climáticos” de vulnerabilidad de ciertos sistemas —por ejemplo, sobrepesca, contaminación de nutrientes en arrecifes, deforestación en la Amazonía—, pues mejorar la resiliencia local puede hacer la diferencia.
- El informe introduce también la idea de finanzas habilitadoras para los “tipping positivos”: por ejemplo, reducir el coste del capital en el Sur global para activar modelos de gestión comunitaria de recursos marinos que tengan efectos multiplicadores.
Cuestiones específicas que aborda
El informe aborda varias dimensiones concretas :
- Sistemas del planeta en riesgo. Se identifican más de 25 partes del sistema terrestre que tienen potencial de punto de inflexión: hielos polares, corrientes oceánicas, bosques tropicales, permafrost, arrecifes de coral, etc.
- Por ejemplo, los arrecifes de coral de aguas cálidas están ya cruzando su umbral térmico, lo que podría causar su colapso irreversible.
- El bosque amazónico se encuentra en riesgo de transformación (de bosque a sabana) por debajo de los 2 °C de calentamiento si continúa la deforestación y degradación.
- La circulación atlántica de vuelco meridional (AMOC) —una gran corriente oceánica que regula el clima en el Atlántico Norte— está considerada como vulnerable y el informe advierte que podría colapsar, con implicaciones globales.
- Probabilidad de activación. El informe y estudios asociados analizan las probabilidades de que estos puntos de inflexión se activen bajo distintos escenarios de emisiones (conocidos como SSP – Shared Socioeconomic Pathways). Por ejemplo, en un escenario intermedio-alto, la media de probabilidad de activar uno o más puntos de inflexión supera el 60 %.
- Impactos humanos y sociales. No se limita a la ciencia física: el documento aborda cómo esos cambios podrían afectar a la estabilidad social, la seguridad alimentaria, la migración, los derechos humanos y la gobernanza global. Se subraya que cuando un sistema terrestre “ya no puede recuperarse”, se convierten en cuestiones de derechos humanos.
- Oportunidades de cambio (“tipping positivos”). Un apartado relevante es la exploración de cómo pueden generarse cambios rápidos y auto Refuerzos en sentido positivo (por ejemplo, transición energética acelerada, modelos de gestión comunitaria de recursos, tecnologías que bajan de coste), de modo que se invierta la trayectoria.
- Recomendaciones de gobernanza. Se incluyen marcos de gobernanza, finanzas, políticas de mitigación y adaptación, escenarios de riesgo y oportunidad, además de la coherencia con la agenda de la COP30. El mensaje es que se espera acción global coordinada, localmente adaptada, y con plazos urgentes.
¿Por qué es especialmente relevante para 2025?
- El informe llega en un momento crítico: las temperaturas globales ya superan de hecho los 1,5 °C por encima del nivel preindustrial en algunas mediciones, lo cual coloca al planeta en un terreno de mayor riesgo de activación de múltiples puntos de inflexión.
- La COP30 debe fijar políticas que eviten el sobrepaso prolongado de 1,5 °C y establezcan medidas robustas para los próximos diez años; el informe plantea que el margen para actuar se está cerrando.
- Es un aviso a los países de que los compromisos actuales no bastan: aunque muchas naciones se han comprometido a ser “neto cero” hacia 2050, los expertos señalan que incluso esos horizontes pueden dejar activar puntos de inflexión si no se actúa con rapidez.
Riesgos y controversias que conviene tener presentes
- Aunque el informe es contundente, aún persisten amplias incertidumbres científicas sobre los umbrales precisos de activación de muchos puntos de inflexión —qué nivel de calentamiento, qué ritmo, qué interacciones— lo cual dificulta determinar con certeza cuándo ocurrirán.
- Algunos críticos advierten del riesgo de que la narrativa de “punto de no retorno” provoque parálisis o fatalismo, en lugar de movilización. Pero el informe recalca que la acción aún puede marcar la diferencia.
- También hay dimensión de gobernanza: pasar de advertencia a implementación real requiere voluntad política, financiación, capacidades locales y equidad —y ahí están los mayores desafíos.
Qué implicaciones tiene para España y Europa
Desde la perspectiva europea y española, el informe impone varias reflexiones:
- La menor distancia del umbral de 1,5 °C incrementa el riesgo de fenómenos extremos en el sur europeo (olas de calor, sequías, incendios), lo que hace que la adaptación sea urgente.
- Europa debe liderar —y asegurarse de que la transición energética, la reducción de emisiones y la financiación climática global avancen— para evitar que otros sistemas globales (como la selva amazónica o la AMOC) colapsen y repercutan indirectamente en Europa.
- A nivel local, la resiliencia de ecosistemas mediterráneos, costas e infraestructuras críticas debe reforzarse —el informe subraya que la acción local puede mitigar o retrasar puntos de inflexión para ciertos sistemas vulnerables.
- Desde la política de la Unión Europea, el informe refuerza la necesidad de que el Green Deal, los fondos de reconstrucción y la financiación climática se orienten no solo a la mitigación sino también a evitar los puntos de inflexión —y a movilizar lo que se llama “tipping positivos”.
