El CSIC hace pública la lista de pescados que, por su pequeño tamaño, no pueden almacenar cantidades de mercurio perjudiciales para la salud
Los mares están contaminados y el exceso de mercurio en determinadas especies se presenta como un potencial peligro para la salud humana. Sin alarmarse, que con las oportunas cautelas no hay especie que no pueda ser bien cocinada y debidamente engullida. Aún así, los más precavidos están de suerte. Un equipo científico del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, que es un centro dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha analizado la concentración de mercurio en 58 especies de pescado y marisco para consumo humano y ha descubierto que hay trece que están libres de todo tóxico. Son de un tamaño menudo, no pequeño, pero sí limitado, lo suficiente como para ser incapaces de acumular en su cuerpo la cantidad de tóxico suficiente como para dañar la salud de las personas.
El informe, que se ha publicado estos días en la web del Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, consistió en el análisis de 1.300 ejemplares recogidos en mercados locales de España, Italia y Francia. No habla, por tanto, de lo que se pesca en nuestras costas, sino de lo que compramos en nuestras tiendas de siempre, que es incluso más interesante.
Huya de las piezas grandes
Una consideración previa, aunque sea insistir en lo dicho. Cuanto más grandes son las piezas, mayor es el riesgo de encontrar en ellas restos de metilmercurio y arsénico procedentes de la industria química. Para protegerse de él, huya de piezas grandes, como atún, tiburón y pez espada, y apueste por especies más pequeñas, como las que habla el CSIC, que no habrán tenido tiempo de contaminarse. Pero si le gustan y no quiere prescindir de ellos, esté tranquilo, que no pasa nada si se eligen ejemplares que no excedan de los 16 kilos, y mejor si son de siete u ocho.
Los nutricionistas que colaboran con JANTOUR siempre recuerdan que deberíamos tomar«al menos» de dos a cuatro raciones de pescado por semana. El producto marino constituye un alimento rico en proteínas de alto valor biológico y sirve para generar músculo. Las que siguen son, según el CSIC, las especies más seguras. Estas son las ventajas nutricionales de cada una de ellas.
Sardina. Una auténtica maravilla del mar. Posee grasas omega 3, calcio y vitamina D. Una ración de sardinas contiene el 100%de los nutrientes diarios necesarios. Su consumo protege frente a las enfermedades vasculares, incluso la diabetes. Son además, muy ricas en vitaminas y minerales. Una joya.
Boquerón. Nosotros las llamamos anchoas. Pescado azul y bajo en grasas. Está todo dicho.Rico en proteínas, apenas tiene hidratos de carbono.
Bacaladilla. Pescado blanco, a buen precio, que proporciona mucho hierro, fundamental para prevenir la anemia, y potasio, básico para el buen funcionamiento de los nervios y los músculos, incluido el corazón.
Caramel. También llamado ‘gerret’ en el Mediterráneo, cumple todos los requisitos para formar parte de la dieta diaria. Aporta fósforo, yodo, calcio, magnesio, potasio, sodio, selenio, vitamina A y vitaminas del grupo B. Uno de los pescados más nutritivos.
Besugo. Contiene vitaminas del grupo B, que permiten el aprovechamiento del resto de nutrientes y refuerzan la inmunidad. También contiene hierro. Su mayor pega es su precio. Si puede pagarlo…
Dorada. Este sí puede pagarse. Pescado semigraso, con nutrientes que contribuyen al fortalecimiento de los huesos, el sistema nervioso y la actividad muscular.
Calamar. Sus nutrientes y vitaminas contribuyen a reparar tejidos y tienen un alta capacidad antioxidante –es decir antienvejecimiento– potenciados por su mucho colágeno. Imprescindibles en la dieta.
La relación se completa con el galán, salmonete de roca, serrano, corvallo, salpa y lampuga. Todos sanísimos y deliciosos. No hay excusa: hoy, pescado.