Los representantes de la flota de cerco Acerga consideran que la flota es totalmente inviable a juzgar por la situación de las cuotas de pesca. En principio, la pesca de jurel quedó prohibida y ahora con la anchoa se ha agotado la cuota para el seundo semestre, en la VIIIc . Así el cerco del noroeste intenta resistir con la sardina, pero el cupo diario de entre 1.000 y 1.500 kilos por barco lo asfixia e impide a muchos resistir. «La flota no puede estar inactiva 5-6 meses», claman desde Acerga, la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia, que agrupa a 107 barcos. Desde sus redes sociales consideran «fundamental que las administraciones autonómicas y nacionales reestructuren la flota y mejoren las posibilidades de pesca para garantizar la actividad y sostenibilidad del sector». total son 145 los barcos hallegos de 240 cerqueros de litoral que quedan en el noroeste, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Otros 56 tienen base en el País Vasco, 33 en Cantabria y 6 en Asturias. Otros 70 tarbajan en el Golfo de Cádiz, donde disponen de cuotas individuales, mientras en el norte tiran de una bolsa común, con topes de capturas.
La gestión de las pesquerías se reparte por zonas, la 8c va desde la desembocadura del Bidasoa al norte de Fisterra y la 9a, de ahí al Miño y a las aguas españolas del sur.
Tras el «duro golpe» del cierre del bocarte en la 8c, la Asociación de Organizaciones de Productores Pesqueros del Cantábrico constata que se «agrava la situación de la flota, que debe optimizar la gestión de sus cuotas». Lo dice en un artículo publicado en la web de una entidad que representa a 354 barcos de distintas modalidades, socios a su vez de Acerga y de las también gallegas Opromar (Marín) y Cooperativa del Mar de Ribeira, además de la cántabra Opacan y de las vascas Opegui y Opescaya.
«Incongruencia» estatal
«Ninguna empresa puede resistir parada cinco o seis meses cada año», dice armador de un cerquero con base en las Rías Baixas. Tampoco con la sardina de la bolsa común que les permiten descargar. Cuenta que este mismo jueves zarpó con su barco y regresó a puerto con el cupo de 1.500 kilos. Se lo compraron a 0,70 euros el kilo, con lo cual ingresaron 1.050 euros. Descontando costes como gasóleo o cuotas de la Seguridad Social, la decena de tripulantes de este cerquero «no ganaron nada, unos euros», lamenta el también patrón del buque.
Critica lo que califica de «incongruencia» porque en el noroeste Pesca limita la sardina a 1.500 kilos para mantener abierta una pesquería cuya cuota inicial para todo el año se ha agotado, pero que algunos armadores refuerzan comprándole a sus colegas del sur el cupo que ahí no suelen consumir desde hace varias campañas.
Abonan 0,35 euros por la posibilidad de pescar un kilo que a ellos les reporta en lonja menos de un euro. «Como es posible que el ministerio consienta que los barcos que compran cuota en el sur pesquen o que se les permita acceder a unos caladeros a los que se trata de proteger el recurso?», se pregunta. Sobre esa situación también se pronuncia Acerga en sus redes sociales: «¿Cómo se entiende que, al reducirse las capturas por falta de reclutamiento, se alquile más al Golfo de Cádiz y se sigan explotando los caladeros?».