Representantes de cofradías pesqueras gallegas pidieron en Bruselas que la Unión Europea (UE) excluya la pesca artesanal de las cuotas y mostraron su preocupación ante la entrada en vigor en enero de la ampliación de la obligación de desembarco, que prohíbe arrojar los descartes por la borda. En una rueda de prensa en el Parlamento Europeo (PE), la eurodiputada Ana Miranda (BNG) consideró que es «un momento crucial» para la pesca artesanal y para hacer ver a las instituciones europeas «la situación específica de este sector», en un contexto de preocupación por la entrada en vigor de ese reglamento.
En diciembre, los ministros de los Estados miembros negociarán los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas para las aguas del Atlántico y el mar del Norte de 2018.En primer lugar, Miranda insistió en la necesidad de «redefinir» la pesca artesanal, actualmente delimitada por el tamaño de los buques, y poner en valor «su impacto ambiental y socioeconómico».
El patrón mayor de la Cofradía de Cangas, Javier Costa, consideró que «la pesca artesanal debe tener un trato diferenciado» y debe estar libre» de TAC y cuotas. Costa denunció la «poca cantidad de cuota» que tiene asignada esta flota, y que «cada año» redunda en prohibiciones de faenar «insostenibles» para esta comunidad pesquera.
«Somos una pesquería que vive de lotes, diaria y pedimos un trato diferenciado», defendió, a la vez que mostró su preocupación por la ley que entrará en vigor en 2019 y ampliará las obligaciones de desembarcos pesqueros en los puertos, que «afectará especialmente a la flota pequeña», en «un 50 % o incluso un 100 % de su actividad».
Por su parte, el patrón mayor de Rianxo, Miguel Ángel Iglesias, explicó a Efe que las cofradías gallegas presentarán una petición conjunta con el objetivo de que esta flota «quede fuera de las cuotas dado que tiene un impacto socioeconómico fundamental en las costa gallega».
Ese impacto socioeconómico, según Miranda, tiene que ser también clave en la definición de la pesca artesanal «basada en criterios realistas y no en la dimensión de la embarcación».
En cuanto a la prohibición de los descartes, Iglesias consideró que «es una ruina para muchos pueblos costeros gallegos» que se verán obligados a parar su salida al mar, incluso durante meses.
Los representantes del sector también incidieron en la necesidad de incentivar a los jóvenes para que haya relevo generacional en el mar, algo que «depende de la voluntad política».