La incertidumbre que envuelve las negociaciones del ‘brexit’ ha llegado hasta la industria pesquera española. El Informe Económico Anual de 2018 sobre la Flota Pesquera de la UE, recientemente publicado por la Comisión, advierte de que una parte de los ingresos de nuestra flota y el volumen del comercio de pescado dependerán del resultado final del acuerdo con los británicos.
Los rifirrafes que se vienen dando entre el equipo del negociador europeo de Michel Barnier y el de la primera ministra británica Theresa May preocupan, y mucho, a los pescadores españoles: “Ojalá los negociadores se den cuenta de que tanto el Reino Unido necesita a la Unión Europea como la Unión les necesita a ellos”, dice Javier Garat Pérez, secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca) y presidente de Europêche, quien también ha pedido que los pescadores “no sean utilizados como moneda de cambio durante las negociaciones”.
Impacto en la flota
Según el informe de la Comisión, actualmente hay 80 barcos españoles autorizados para pescar en aguas del Reino Unido y aunque la cifra parece reducida (España cuenta con 9.356 embarcaciones según el registro de 2017), un análisis preliminar estima que la pérdida de ingresos de estos buques podría ser superior al 25% de sus beneficios totales. El informe también hace referencia a las embarcaciones de larga distancia que realizan su actividad en las islas Maldivas, las cuales (en su mayoría gallegas) podrían perder casi el 50% del valor económico de los desembarques.
Por su parte, desde Cepesca calculan que perder el acceso a aguas británicas tendría un coste para los barcos de pesca españolas de 9.000 toneladas de pescado, por valor de 27 millones de euros, siendo la merluza, el gallo y el rape las especies más afectadas. Además señalan el impacto indirecto que tendría el desplazamiento de esta parte de la flota a otras aguas españolas, aumentando la competencia interna.
Productos exportados
Basándose en el promedio 2013-2016, el informe de la Comisión apunta que el Reino Unido representa el 7,6% del volumen total de productos pesqueros exportados a países de la UE y el 12% del valor total. La caída de las exportaciones supondría un duro golpe para nuestra industria pesquera, aunque los británicos tampoco saldrían ganando con un descenso del comercio: el informe establece que España importa al Reino Unido el 3% de su volumen pesquero, que representa el 3,4% de su valor total.
Garat Pérez explica que la flota británica necesita vender sus productos en nuestro país y afirma que desde Cepesca apuestan por el principio de reciprocidad de acceso a las aguas y al mercado común: “si a nosotros se nos cierra el acceso a las aguas británicas donde históricamente hemos pescado, entonces habrá que tomar medidas para obstaculizar el acceso del Reino Unido a nuestro mercado”, afirma.
Contexto europeo
La inquietud que ha provocado el ‘brexit’ en nuestro sector pesquero se reproduce en mayor o menor medida en otros países de la UE: según el informe, el Reino Unido es el socio más importante de Irlanda para las importaciones de productos del mar. Además, la mitad de la flota belga y una parte importante de la francesa dependen de la pesca en aguas británicas. Es por lo que estos y otros países se han organizado en La Alianza Europea de Pesca (EUFA, por sus siglas en inglés), una coalición nacida tras el ‘brexit’ que representa los intereses de las flotas pesqueras europeas que tradicionalmente han realizado su actividad en aguas del Reino Unido.
Pese a la incertidumbre, cabe destacar que las aspiraciones británicas ‘prebrexit’ por convertirse en un Estado costero independiente que realiza negociaciones anuales sobre pesca en igualdad de condiciones con la UE, se han topado con la negativa del Consejo y la Comisión, que condicionan cualquier futuro acuerdo comercial a mantener el acceso de sus pescadores a las aguas del Reino Unido.