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martes, diciembre 16, 2025
Inicionoticias de pescaBoulogne-sur-Mer sale a la calle contra el recorte del verdel

Boulogne-sur-Mer sale a la calle contra el recorte del verdel


Una decena de marineros se sumó a la protesta de la Coordination Rurale y denuncia decisiones “desconectadas del terreno” tras el fuerte ajuste de cuotas para 2026

Boulogne-sur-Mer (norte de Francia) volvió a ser este lunes escenario de una protesta con sabor a mar. Una decena de pescadores se incorporó a la movilización convocada por la Coordination Rurale, que reunió decenas de tractores en la ciudad, para mostrar su rechazo al recorte de cuotas decidido tras el Consejo europeo de ministros de Pesca y Agricultura. La indignación se concentró en una especie concreta: el verdel o caballa (maquereau), uno de los pilares de la actividad en la zona, ahora sometido a un recorte que los profesionales consideran inasumible.

A la concentración se sumaron patrones de arrastreros de unos 24 metros que faenan verdel, pero también “coquillards” (barcos marisqueros) que arrastran el desgaste de un 2024 marcado por precios bajos. Entre los presentes se citaron embarcaciones como el Salut des pêcheurs o el Jean-Paul II, en un gesto de “solidaridad” ante lo que describen como un rosario de decisiones que no reflejan la realidad del muelle ni de las cuentas de explotación.

El detonante inmediato es el nuevo escenario de posibilidades de pesca para 2026, con el verdel en “situación crítica”, según han reconocido las autoridades francesas, que apuntan a una combinación de presión pesquera y cambios ambientales. En este contexto, la Unión Europea se fijó una reducción muy severa de los límites de captura para ajustarse a las recomendaciones científicas, con un tijeretazo del 70% respecto a 2025 y medidas provisionales mientras continúan las consultas con otros “Estados costeros” del Atlántico nororiental.

El sector francés subraya además la incertidumbre añadida: al no existir todavía un acuerdo de reparto con países terceros implicados, 2026 arrancará con un cupo provisional. El Comité Nacional de Pesca (CNPMEM) ha señalado que Francia empezará el año con unas 2.427 toneladas hasta junio —una cifra que en el propio sector se interpreta como un volumen “de mínimos” que apenas permite sostener actividad—, pese a que en el debate público se manejen estimaciones redondeadas cercanas a las 2.500 toneladas.

De ahí el tono agrio escuchado en Boulogne. Olivier Leprêtre, presidente del Comité Regional de Pesca, trasladó el temor de muchos armadores: con un cupo tan limitado, el verdel dejaría de ser una pesquería rentable y pasaría a convertirse en un “simbólico” complemento, insuficiente para asegurar ingresos estables y continuidad laboral. La protesta, además, no se limitó a un problema de números: fue también una crítica a la forma en que se adoptan las decisiones. “Desconectadas del terreno”, resumían los manifestantes, que piden que los recortes se acompañen de planes realistas de transición, medidas de apoyo y, sobre todo, previsibilidad.

El malestar de Boulogne-sur-Mer se inscribe en un clima más amplio de tensión en el litoral francés, donde las organizaciones profesionales vienen alertando de variaciones “brutales” de cuotas y de un encadenamiento de restricciones que, aseguran, ahogan la actividad. A pocos días de las fiestas navideñas, el mensaje de los pescadores fue tan directo como su protesta: si el verdel se desploma, el impacto no se quedará en el mar, se notará también en tierra —en lonjas, talleres, transporte y empleo— en uno de los grandes puertos pesqueros del país.

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