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viernes, diciembre 5, 2025
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Europêche alerta de los “asuntos pendientes” de ICCAT tras el aumento de la cuota de atún rojo

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La reunión de Sevilla aprueba una subida de casi el 20 % del TAC de atún rojo y nuevos planes de gestión, pero deja sin resolver cuestiones clave sobre túnidos tropicales, capacidad de la flota y tiburones, según la patronal pesquera europea.

La 29ª reunión ordinaria de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), celebrada en Sevilla del 17 al 24 de noviembre, se cerró con un gran titular: la actualización al alza de los límites de captura y el reparto de posibilidades de pesca de atún rojo. Sin embargo, para Europêche, la organización que agrupa a buena parte de la industria pesquera europea, la foto final fue mucho más ambivalente: mientras una parte del trabajo avanzó, otros debates esenciales quedaron “en la sombra”.

Un TAC de atún rojo al máximo del consejo científico… pero con sabor agridulce

El punto estrella de la reunión fue la adopción de un nuevo Total Admisible de Capturas (TAC) y un nuevo esquema de asignación para el atún rojo del Atlántico. ICCAT fijó el TAC en 48.403 toneladas, lo que supone un incremento cercano al 20 %, alineado con la recomendación más alta del Comité Científico (SCRS) gracias al buen estado del stock.

La Comisión decidió además abrir la puerta a nuevos participantes en esta pesquería, incorporando a Mauritania, Namibia, Panamá y Senegal al reparto de cuota.

Desde la industria europea, el balance fue matizado. El presidente de Europêche, Javier Garat, calificó el resultado de “mixto”:

“El aumento del TAC de atún rojo aporta a los pescadores europeos menos cuota adicional de la que esperábamos, pese al enorme esfuerzo realizado por nuestras flotas. Y no podemos ignorar los contrapesos: la UE ha reducido su porcentaje para acomodar nuevas demandas, lo que genera incertidumbre en una pesquería muy diversa y sienta un precedente preocupante”.

Garat se mostró especialmente inquieto por la entrada de Senegal en el reparto:

“Nos preocupa especialmente la nueva asignación a Senegal, dado los graves problemas de cumplimiento planteados este año en relación con la gestión de sus cuotas de túnidos tropicales”.

Nuevos procedimientos de gestión: pez espada del norte y listado del Atlántico occidental

No todo fueron sombras. ICCAT también dio un paso importante en materia de ordenación a largo plazo, con la adopción de procedimientos de gestión (harvest strategies) para dos especies:

  • Pez espada del Atlántico Norte.
  • Listado (skipjack) del Atlántico occidental.

Estos procedimientos definen reglas de explotación a largo plazo, vinculadas a indicadores científicos, y forman parte de la transición hacia una gestión más previsible y menos sujeta a vaivenes políticos anuales.

Atunes tropicales: frustración por la falta de avances

Donde la decepción fue mayor, según Europêche, fue en el capítulo de túnidos tropicales (rabil, patudo y listado), una de las pesquerías más importantes para la flota cerquera europea.

La organización recuerda que las flotas de túnidos tropicales de la UE llevan años invirtiendo en el Atlántico con una visión de largo plazo, bajo altos estándares sociales, de control y ambientales. Mantener empresas viables y empleos dignos —desde las tripulaciones hasta los trabajadores portuarios, astilleros y conserveras— depende en buena medida de un marco de gestión sólido y predecible.

Europêche señala tres decisiones concretas que podrían haber reforzado ese camino, y que finalmente no vieron la luz:

  1. Asignar el TAC de rabil (yellowfin) entre las distintas Partes para evitar rebasamientos sistemáticos del cupo global.
  2. Aumentar el TAC de patudo (bigeye) en línea con el consejo del SCRS, aliviando a las flotas que más han sacrificado para reconstruir el stock.
  3. Levantar la veda sobre dispositivos agregadores de peces (FAD-closure), una medida que recae de forma desproporcionada sobre los cerqueros y cuya eficacia real para el stock no ha sido demostrada científicamente, según el sector.

Ninguna de estas cuestiones alcanzó un acuerdo.

“El resultado es muy decepcionante”, lamenta Xavier Leduc, presidente del Grupo de Atún de Europêche:

“Ninguno de los asuntos urgentes sobre atunes tropicales —incluyendo la asignación del TAC de rabil y la eliminación de la moratoria de FADs— ha desembocado en una decisión este año, lo que deja a nuestras pesquerías europeas responsables en una posición más vulnerable”.

Leduc pide que las Partes Contractantes de ICCAT aprovechen los trabajos intersesionales:

“Instamos a todas las Partes a utilizar el periodo entre reuniones para encontrar soluciones equilibradas, basadas en la ciencia, que protejan la pesquería, a las empresas que dependen de ella y a las personas cuyo sustento está en juego. Detrás de nuestras compañías hay hombres y mujeres, pescadores, equipos en tierra, estibadores, personal de astilleros y de conserveras”.

Capacidad de flota y cumplimiento: un registro insuficiente

En Sevilla, ICCAT aprobó también una resolución para establecer un registro de buques de más de 20 metros. Sobre el papel, se trata de un instrumento para mejorar el control. Pero para Europêche, el diseño acordado se queda corto.

Según explica Anne-France Mattlet, directora del Grupo de Atún de Europêche, el registro no permite conocer la capacidad real de pesca en la región, un dato esencial para aplicar medidas de gestión eficaces.

“Sin información crucial sobre la capacidad de bodega en metros cúbicos, como recomienda la FAO y se aplica en el Pacífico oriental, ICCAT no puede conocer la verdadera capacidad de la flota. Entender la capacidad de los buques es clave para garantizar una gestión adecuada y sostenible”.

La patronal europea también considera que los procedimientos de cumplimiento siguen siendo débiles. El sistema actual tiene dificultades para seguir de forma eficaz los casos de incumplimiento: no hay un documento de síntesis claro, ni un mecanismo de seguimiento estructurado, ni un proceso automatizado para tratar las infracciones.

La propuesta de la Unión Europea para racionalizar los informes y el seguimiento fue adoptada, lo que Europêche valora como un paso en la buena dirección, pero insiste en que “queda mucho trabajo” antes de poder hablar de una aplicación robusta y homogénea de las normas en todo el Atlántico.

Tiburones: bloqueo en la gestión y en la lucha contra el finning

Otra de las grandes frustraciones de Sevilla fue el capítulo de los tiburones. Las numerosas propuestas destinadas a mejorar su gestión y reforzar la lucha contra el “shark finning” (cercenar las aletas y descartar el cuerpo) no lograron el consenso necesario.

La flota europea recuerda que aplica desde hace años la política de “aletas adheridas de forma natural” (fins naturally attached), que obliga a desembarcar los tiburones con el cuerpo y las aletas unidos, y reclama un terreno de juego equilibrado para todos los operadores del Atlántico.

Durante la reunión, el presidente de ICCAT, Ernesto Peñas, lanzó una pregunta provocadora a las delegaciones:

“¿Queréis que ICCAT se ocupe de los tiburones?”.

Con ella quiso subrayar la necesidad de que la organización demuestre liderazgo en este campo para no quedar eclipsada por otros foros, como el Convenio CITES. ICCAT ha avanzado en la gestión de algunas especies, como el tiburón azul, pero Europêche insiste en que “hay que mantener y profundizar este enfoque” si se quiere evitar que la agenda sobre tiburones se decida fuera del ámbito pesquero.

ICCAT y el Acuerdo BBNJ: defender el papel de las OROP

Pese a los avances limitados en determinados frentes, Europêche recuerda que ICCAT ha demostrado en los últimos años su capacidad para gestionar de forma sostenible las pesquerías de atunes del Atlántico. La organización reafirmó en Sevilla su mandato en el nuevo contexto creado por la entrada en vigor del Acuerdo sobre la Biodiversidad Marina en Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ).

Una nueva resolución adoptada en Sevilla insiste en que las futuras medidas bajo el paraguas del BBNJ deben respetar plenamente las competencias y el papel de las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP).

Jérôme Jourdain, miembro de la delegación de Europêche en ICCAT, lo resume así:

“ICCAT y otras OROP aportan décadas de experiencia científica en la gestión sostenible de las pesquerías de alta mar. Las nuevas medidas bajo el Acuerdo BBNJ deben respetar íntegramente su mandato. De lo contrario, corremos el riesgo de deshacer décadas de gestión y de amenazar la contribución vital de la pesca a la seguridad alimentaria mundial, reconocida por Naciones Unidas en el propio Acuerdo”.

Próxima estación: reuniones intersesionales

Con la reunión de Sevilla ya clausurada, la pelota pasa ahora a las manos de los grupos de trabajo intersesionales de ICCAT. Para Europêche, la prioridad es clara: transformar las buenas palabras sobre gestión sostenible en decisiones concretas sobre túnidos tropicales, capacidad de flota, control y tiburones.

La industria europea reclama que, antes de la próxima reunión anual, se cierren acuerdos que repartan los costes de la conservación de forma más justa, refuercen la credibilidad de ICCAT como organismo de referencia y den visibilidad a medio plazo a las flotas que ya operan bajo los estándares más exigentes. Solo así, advierten, se podrá seguir garantizando el doble objetivo que está en el centro del debate: océanos sanos y un suministro estable de proteína marina accesible para la población.

El grupo vigués Pereira mantiene el rumbo con 190 millones de facturación y refuerza su apuesta por Namibia

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El grupo pesquero vigués Pereira, con más de siete décadas de historia, ha decidido reafirmar su rumbo estratégico: crecer desde África para seguir consolidando su posición en el mercado internacional de productos del mar. Con una facturación estable en torno a los 190 millones de euros, la compañía está profundizando su presencia en Namibia mediante nuevas inversiones en pesca y transformación, al tiempo que mantiene bajo control un entorno marcado por la incertidumbre en costes, mercados y regulaciones.

Fundado en Vigo hace 70 años, Grupo Pereira forma parte del núcleo histórico de la industria pesquera gallega. A lo largo de las últimas décadas ha logrado diversificar caladeros, especies y mercados sin renunciar a sus raíces. En este momento, una de sus grandes palancas de futuro está en la fachada atlántica africana, y muy especialmente en Namibia, país en el que la firma ha ido ganando peso tanto en actividad extractiva como en valor añadido industrial.

La apuesta por Namibia no es nueva, pero sí se ha intensificado. Pereira ha ido destinando recursos a modernizar su flota en la zona, asegurar cuotas y reforzar las plantas de procesado en tierra, con el doble objetivo de consolidar suministro estable de materia prima y cumplir con las exigencias de creación de empleo y desarrollo local que plantea el gobierno namibio a las empresas extranjeras. La estrategia encaja en una tendencia global: los países costeros africanos reclaman más transformación en origen y mayor retorno socioeconómico de sus recursos pesqueros, y las compañías que quieran permanecer en esos caladeros deben acompañar ese cambio.

Al mismo tiempo, la compañía mantiene un discurso de prudencia: el incremento de presencia en Namibia no responde a una aventura especulativa, sino a una hoja de ruta a largo plazo. En un contexto de costes operativos elevados (combustible, mantenimiento, financiación) y gran volatilidad en los precios internacionales del pescado, la prioridad de Pereira está siendo consolidar márgenes, asegurar estabilidad de suministro y mantener la facturación en una horquilla razonablemente estable, en torno a esos 190 millones de euros.

Esa estabilidad, en un momento en que otras compañías del sector viven fuertes oscilaciones, la presenta el grupo como una señal de solidez: la diversificación de orígenes (Atlántico, África, otros caladeros), de especies (desde especies de gran valor a productos más populares) y de canales de comercialización (retail, industria transformadora, exportación) permite amortiguar mejor los altibajos de la demanda.

La expansión en Namibia tiene también una lectura estratégica en clave de acceso a mercados. Los productos capturados y procesados en el país africano encuentran salida tanto hacia la Unión Europea como hacia otros destinos internacionales donde el grupo ya está presente, reforzando su capacidad de respuesta ante cambios regulatorios o comerciales. Al mismo tiempo, la implantación industrial en el país genera una imagen de socio a largo plazo, un factor cada vez más importante en las negociaciones con las autoridades locales.

Detrás de las cifras y de los movimientos geográficos, el caso de Pereira ilustra la evolución de la gran pesca gallega: empresas históricas que, lejos de deslocalizar por completo su actividad, combinan la experiencia acumulada en Vigo y en la industria española con una presencia cada vez más intensa en terceros países, adaptándose a nuevas reglas de juego en materia de sostenibilidad, reparto de cuotas y exigencias sociales.

Con 70 años cumplidos, el grupo parece decidido a seguir manteniendo un “rumbo firme”: controlar el crecimiento, apostar por proyectos con base industrial y priorizar la estabilidad sobre los grandes saltos en facturación. La consolidación en Namibia, apoyada en inversiones en pesca y procesado, se convierte así en una pieza clave de un modelo que busca resistir la tormenta de incertidumbres que atraviesa el sector pesquero global sin perder competitividad ni presencia en los mercados internacionales.

ANABAC extiende su sello MSC al rabil del Índico y roza el 90% de producción certificada sostenible

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La flota asociada de ATUNSA, ECHEBASTAR y PEVASA logra certificar también el atún rabil en el Océano Índico tras cerrar todas las condiciones pendientes sobre el listado

La Asociación Nacional de Armadores de Buques Atuneros Congeladores (ANABAC) ha dado un nuevo paso en su estrategia de pesca responsable al anunciar la ampliación de su certificación Marine Stewardship Council (MSC) en el Océano Índico: a partir de ahora, junto al atún listado (Katsuwonus pelamis), queda incluido también el atún rabil (Thunnus albacares) capturado por su flota de cerco.

Este avance se produce tras la última auditoría de seguimiento de la certificación ANABAC Indian Ocean purse seine skipjack fishery, en la que la pesquería ha logrado cerrar con éxito las siete condiciones iniciales que pesaban sobre el listado. El resultado acredita, según ANABAC, el esfuerzo continuado de las empresas asociadas y de los arrantzales por adaptar su actividad a los estándares más exigentes de sostenibilidad.

Listado y rabil certificados en el Índico

Con la ampliación de alcance, la pesquería de cerco integrada por todos los buques de los grupos ATUNSA, ECHEBASTAR y PEVASA no solo mantiene la certificación sobre el atún listado, sino que incorpora ahora al rabil del Índico bajo el mismo paraguas de MSC.

Esto permite a las empresas asociadas ofrecer al mercado el 88% de su producción de túnidos tropicales en el Océano Índico con el conocido “sello azul” de pesca sostenible, una garantía cada vez más valorada por la distribución y los consumidores finales.

Desde la asociación subrayan que este hito tiene un alcance global:
“Con esta ampliación, ANABAC demuestra su compromiso con la sostenibilidad y con el futuro de nuestros océanos, garantizando que el 90% de nuestra producción total de túnidos tropicales procede de pesquerías certificadas”, señalan fuentes de la organización.

Un proceso de mejora continua

La certificación MSC exige no solo una fotografía puntual del estado de la pesquería, sino un proceso de mejora continua. En el caso de ANABAC, el cierre de las condiciones que afectaban al listado en el Índico refleja avances en áreas clave como:

  • La robustez de los datos científicos y de control.
  • La gestión precautoria del stock, alineada con el asesoramiento científico.
  • La reducción de impactos ambientales, tanto sobre especies acompañantes como sobre el ecosistema marino.

Una vez verificado este progreso por parte de la entidad auditora, se ha considerado que la pesquería cuenta con bases sólidas para integrar también al rabil dentro del mismo esquema de certificación.

Respuesta a un mercado que exige garantías

La ampliación de la certificación llega en un contexto de creciente demanda de productos del mar certificados. Supermercados, cadenas de restauración y grandes marcas de conservas han incorporado objetivos específicos de compra de pescado con sellos de sostenibilidad reconocidos internacionalmente, entre ellos MSC.

Para ANABAC y sus empresas asociadas, poder acreditar que nueve de cada diez toneladas de túnidos tropicales que comercializan proceden de pesquerías certificadas supone una ventaja competitiva clara en los principales mercados internacionales, además de reforzar su imagen ante la opinión pública.

Impacto en la flota y horizonte de trabajo

La asociación destaca, asimismo, el impacto que este tipo de reconocimientos tiene en la propia flota:

  • Refuerza la seguridad jurídica y comercial de las inversiones.
  • Incentiva la innovación técnica a bordo (mejoras de artes, selectividad, control electrónico).
  • Consolida una cultura de cumplimiento y transparencia en la actividad pesquera.

ANABAC enmarca esta ampliación de certificación en una estrategia a medio y largo plazo, en la que la sostenibilidad ambiental, la viabilidad económica de la flota y la responsabilidad social se presentan como pilares inseparables.

Con el rabil del Índico ya bajo el sello azul de MSC y el 90% de su producción total de túnidos tropicales certificada, la asociación remarca que el reto ahora es mantener y consolidar este nivel de exigencia en un contexto internacional marcado por la presión sobre los recursos, la necesidad de una gestión multilateral eficaz y una sociedad cada vez más atenta al origen del pescado que consume.

España consolida su liderazgo en acuicultura en la Unión Europea, con más de 268.564  toneladas y un valor en primera venta superior a 856,5 millones de euros

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España consolida su liderazgo en acuicultura en la Unión Europea, con más de 268.564  toneladas y un valor en primera venta superior a 856,5 millones de euros, inspirando modelos sostenibles en otros países. La nueva Guía sobre el bienestar del rodaballo de acuicultura española, lanzada por APROMAR es un paso más en el compromiso por una acuicultura responsable, basada en el conocimiento, la mejora continua y el bienestar animal. Todo esto hace que la acuicultura española fomente el empleo cualificado y promueve el desarrollo de territorios rurales y costeros, situándola en la vanguardia europea.

Con motivo del Día de la Acuicultura, el sector acuícola español reafirma su posición como referente internacional. España es hoy el primer productor acuícola de la Unión Europea, con más de 268.564  toneladas anuales y un valor en primera venta que supera los 856,5 millones de euros. Estas cifras consolidan al país entre las grandes potencias europeas del sector y reflejan la madurez de un modelo con gran potencial aun por desarrollar.

Paso a paso y con una visión clara, el sector se ha convertido en una pieza clave para el futuro de la Economía Azul. Este avance ha sido posible gracias a los notables progresos en investigación, modernización tecnológica y diversificación de cultivos, unidos a la cooperación continua entre la administración pública, la comunidad científica, organizaciones no gubernamentales y las empresas productoras. Un esfuerzo conjunto que ha permitido que la acuicultura española sea hoy motivo de orgullo y un referente internacional.

Coincidiendo con esta celebración, APROMAR anuncia la publicación de su Informe Anual 2025, el documento de referencia que recoge los datos más relevantes del sector acuícola en España. Al igual que en la edición anterior, este nuevo informe ofrece una visión rigurosa y actualizada sobre producción, empleo, consumo, innovación y tendencias de futuro, consolidándose como una herramienta esencial para comprender la evolución de la acuicultura española y su aportación a la Economía Azul. Su publicación refuerza el compromiso del sector con la transparencia, la información veraz y la mejora continua.

El modelo de acuicultura española se ha consolidado como un referente, ya que genera empleo cualificado, impulsa el desarrollo de zonas rurales y costeras y demuestra que es posible producir alimentos de forma eficiente, responsable y con una calidad reconocida.

Ese conocimiento está traspasando fronteras. Delegaciones de distintos países europeos han visitado durante este año regiones como Andalucía o Galicia para conocer de cerca las claves del éxito español. Hungría analiza cómo adaptar el modelo andaluz a su realidad, mientras que Serbia ha encontrado en Galicia un ejemplo para modernizar su propio sector. España no solo produce: inspira, comparte y lidera.

Compromiso con el bienestar animal y la sostenibilidad
 

Desde 2022, APROMAR ha invitado a trabajar de forma conjunta a empresas, agentes de la administración, científicos y profesionales de las organizaciones que velan por el bienestar animal, para desarrollar una serie de guías con las mejores prácticas disponibles.

Ya se han desarrollado una guía general, otra para dorada, lubina, trucha arcoíris… y este año se presenta el Volumen 5, dedicado al bienestar de los rodaballos. Esta nueva guía recoge, de forma práctica y basada en la evidencia científica, los elementos esenciales para asegurar el bienestar de los rodaballos a lo largo de todo su ciclo de vida, es un compendio de las mejores prácticas disponibles.

Un día para celebrar, mirando al futuro con entusiasmo

En esta jornada de celebración, Javier Ojeda, gerente de APROMAR, destaca que “el Día de la Acuicultura es la ocasión perfecta para reconocer públicamente el compromiso, la dedicación y la innovación de nuestros acuicultores. Cada día demuestran que es posible combinar excelencia productiva, cuidado del medio ambiente y bienestar de los peces, convirtiendo a la acuicultura española en un modelo de referencia internacional. Es un momento para celebrar todos estos logros y mirar al futuro con ilusión y confianza”.
Por último, el año 2030 se presenta como un horizonte decisivo. Coincide con los grandes objetivos fijados por la Unión Europea y por la Estrategia Española de Economía Azul, que reconocen a la acuicultura como una actividad esencial para asegurar el abastecimiento alimentario, proteger los ecosistemas marinos y consolidar el liderazgo tecnológico de nuestro país. Es una meta que impulsa al sector a seguir avanzando con ambición y visión de futuro.

El sector francés de túnidos tropicales sale frustrado de Sevilla al aplazarse decisiones clave sobre patudo, rabil y listado

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La 29ª reunión ordinaria de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), celebrada en Sevilla y clausurada el 24 de noviembre, dejó un sabor amargo para la flota atunera cerquera que opera sobre túnidos tropicales en el Atlántico. Pese a las expectativas generadas tras los avances logrados en 2024, la sesión terminó sin acuerdos relevantes sobre patudo, rabil y listado, los tres grandes pilares de esta pesquería. Así lo denuncia la organización de productores francesa Orthongel, que participó en la cita como observadora.

La reunión sí permitió cerrar un nuevo procedimiento de ordenación potencial para el listado del Atlántico occidental y algunos ajustes técnicos –como medidas ligadas al control del Estado rector del puerto y el registro de buques de más de 20 metros–, pero el grueso de los temas de fondo quedó bloqueado. Para Orthongel, que agrupa a los armadores de atuneros cerqueros franceses en el Atlántico y el Índico, la sesión se saldó con una oportunidad perdida para consolidar una gestión “coherente y basada en la ciencia” de los túnidos tropicales.


Patudo: el TAC no se mueve pese a la mejora del stock

Uno de los puntos que más decepción ha generado entre los armadores ha sido la falta de decisión sobre el patudo (Thunnus obesus). El Comité Científico de ICCAT (SCRS) confirmó de nuevo este año que el stock de patudo del Atlántico muestra señales claras de recuperación. Sin embargo, esa mejoría no se ha traducido en un aumento, ni siquiera marginal, del Total Admisible de Capturas (TAC).

Orthongel recuerda que la flota europea, y en particular los cerqueros franceses, han hecho un esfuerzo considerable en los últimos años para contribuir a la reconstrucción del stock, reduciendo sus capturas en torno a un 50 % entre 2017 y 2021. A ojos del sector, que tras esa “dieta forzada” esperaban una ligera flexibilización, el inmovilismo de ICCAT supone un mensaje desalentador para las flotas que han cumplido con las restricciones.

“Cuando la ciencia confirma que el stock ha mejorado, no se concede ningún alivio de las medidas: ni aumento del TAC ni reducción de un moratorio que ha demostrado ser ineficaz”, lamenta el presidente de Orthongel, Xavier Leduc, que considera que la falta de coherencia “mina de forma permanente a las flotas cerqueras europeas y a los miles de marineros y trabajadores que dependen de ellas”.


FADs: se mantiene un moratorio de 45 días que el sector califica de “desproporcionado”

Otro de los frentes sensibles fue la gestión de los dispositivos de concentración de peces (DCP o FADs, por sus siglas en inglés), herramienta central de la pesquería cerquera tropical. La esperanza de Orthongel pasaba por una reducción del actual moratorio de 45 días sin pesca con FADs, a la luz de la mejor situación del patudo y de la ausencia de evidencias científicas claras sobre la utilidad real de una veda tan larga.

La propuesta de la Unión Europea, que abogaba por aliviar parcialmente esa restricción, no logró el consenso necesario en el seno de la Comisión. El resultado: el moratorio de 45 días se mantiene intacto.

Según Orthongel, esta decisión ignora el fuerte impacto socioeconómico que la medida tiene tanto sobre la flota cerquera europea como sobre la industria transformadora de África occidental, fuertemente dependiente del suministro de túnidos tropicales congelados procedentes de estos barcos. La organización subraya que se trata de una restricción “desproporcionada” y recuerda que, sin evidencias sólidas de beneficios biológicos, un sacrificio de esta magnitud es difícil de justificar ante las tripulaciones y las comunidades costeras que viven de la actividad.


Rabil: sin reparto de cuotas pese al sobrepesque sistemático

El rabil o atún de aleta amarilla (Thunnus albacares) fue otro de los grandes ausentes en el capítulo de decisiones. A pesar de que el TAC se viene superando de forma reiterada en los últimos años, los miembros de ICCAT (Partes contratantes y Partes, Entidades u Organizaciones pesqueras no contratantes colaboradoras, CPC en la jerga de la organización) no lograron ponerse de acuerdo sobre un esquema de reparto de la cuota de rabil.

Para Orthongel, el reparto del TAC entre las distintas CPC es una condición imprescindible para garantizar el respeto de los límites de captura y preservar un stock que, aunque todavía se encuentra en buen estado, empieza a acumular señales de presión. Sin una asignación clara por países o bloques, el TAC sigue siendo, en la práctica, una cifra de referencia sin un mecanismo efectivo de cumplimiento colectivo.

“Cuando advertimos del riesgo de superar el TAC de rabil y de la necesidad de una asignación entre CPC, nada cambia. Y cuando la situación se deteriora, siempre son las mismas flotas –las más controladas y reguladas– las que pagan el precio”, denuncia Leduc, en alusión a las reducciones aplicadas en el pasado sobre la flota europea para contribuir a la reconstrucción del patudo.


Listado: un pequeño avance con sabor a poco

En el caso del listado (Katsuwonus pelamis), la 29ª reunión de ICCAT sí dejó un avance, aunque limitado: se adoptó una recomendación que abre la puerta a un futuro procedimiento de ordenación para el stock del Atlántico occidental. Se trata de un paso técnico necesario para evolucionar hacia un enfoque de gestión basado en reglas predefinidas, en línea con las estrategias de “harvest control rules” que promueven los científicos.

Orthongel reconoce la importancia de este movimiento, pero insiste en que el conjunto de la “Subcomisión de túnidos tropicales” tenía una agenda mucho más amplia, que incluía también la evaluación de estrategias de gestión para el listado tanto en el Atlántico occidental como en el oriental. Desde la perspectiva de la organización, el escaso resultado alcanzado está muy por debajo de lo que el sector esperaba tras un año de trabajo técnico y negociaciones.


Control, cumplimiento y lucha contra la pesca ilegal: debates ausentes

Más allá de las cuotas y las vedas, la nota de Orthongel lamenta que cuestiones cruciales de control y cumplimiento ni siquiera hayan llegado a debatirse con profundidad en Sevilla. La agenda previa incluía asuntos como la documentación electrónica de capturas, el refuerzo del sistema regional de seguimiento de buques (VMS), mecanismos de inspección en el mar y el aumento de la cobertura de observadores a bordo.

Sin embargo, en una reunión dominada por los debates sobre el atún rojo, estos temas quedaron relegados. A juicio de la organización francesa, la falta de avances en este terreno retrasa la puesta en marcha de medidas proporcionadas y equitativas para garantizar el cumplimiento de las normas, la calidad de los datos y la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).


Orthongel pide coherencia y una gestión “sin dogmatismos”

El balance final que hace Orthongel de la cita de Sevilla es claro: una sesión “decepcionante” para los túnidos tropicales, en la que la Subcomisión dedicada a estas especies “no fue capaz de tomar ninguna decisión” sobre cuestiones que, a juicio de la organización, resultan esenciales para los cerqueros franceses. NOTA DE PRENSA Orthongel – ICCA…

“Nos vamos de esta sesión verdaderamente decepcionados”, resume Xavier Leduc. El presidente de la organización denuncia un patrón que, a su juicio, se repite: cuando la ciencia alerta de un problema y pide ajustes, las reducciones recaen sobre las flotas mejor reguladas; cuando esas mismas flotas hacen el esfuerzo y el stock mejora, las medidas no se alivian y el sacrificio no se ve recompensado.

Orthongel reclama “una gestión coherente, basada en la ciencia y aplicada de manera equilibrada a todas las CPC”, y advierte de que la falta de equidad erosiona la confianza del sector en el sistema de gobernanza internacional.


Mirando a las reuniones intersesionales: “recuperar el tiempo perdido antes de que sea tarde”

De cara al futuro inmediato, la organización francesa deposita sus esperanzas en las próximas reuniones intersesionales de la Subcomisión de túnidos tropicales. Confía en que, en un clima de “respeto mutuo, sentido común y sin dogmatismos”, se pueda recuperar el terreno perdido en Sevilla y avanzar en decisiones concretas antes de que la situación se complique tanto para el recurso como para las flotas que dependen de él.

El mensaje final de Orthongel es doble. Por un lado, alerta de que la inacción o el bloqueo político pueden poner en riesgo tanto la sostenibilidad de los stocks tropicales como la viabilidad económica de la flota cerquera europea y de las industrias asociadas en África y Europa. Por otro, insiste en que existe margen para una gestión responsable, basada en el asesoramiento científico, que reparta de forma más equitativa el esfuerzo de conservación y que ofrezca visibilidad a medio plazo a los armadores que cumplen las reglas.

Mientras tanto, Sevilla quedará para la flota de túnidos tropicales como una cita en la que las grandes decisiones volvieron a posponerse. Y el reto de conciliar conservación, justicia entre flotas y seguridad jurídica para el sector sigue pendiente para los próximos meses en la mesa de ICCAT.

La cuota española de atún rojo crecerá un 17 % tras el acuerdo de ICCAT en Sevilla

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La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico aprobó en Sevilla un aumento de los TAC del atún rojo para 2026-2028, lo que permitirá a la flota española disponer de alrededor de un 17 % más de cuota en el próximo trienio

La 29ª reunión ordinaria de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), celebrada en Sevilla, se cerró con una noticia clave para la flota española: el incremento de las posibilidades de pesca de atún rojo para el periodo 2026-2028. El nuevo reparto de totales admisibles de captura (TAC) se tradujo, en el caso de España, en un aumento de alrededor del 17 % de su cuota nacional, consolidando así la senda de recuperación de esta pesquería emblemática del Atlántico y el Mediterráneo.

Tras largas e intensas negociaciones, los 52 miembros de ICCAT acordaron fijar el TAC del atún rojo del Atlántico oriental y Mediterráneo en 48.403 toneladas anuales para 2026-2028, lo que supone un incremento del 19,3 % respecto al periodo anterior. En el Atlántico occidental, el TAC se situó en 3.081,6 toneladas, con una subida del 13 %. Sobre esta base, la cuota correspondiente a España experimentará un aumento aproximado del 17 %, que el sector confía en poder traducir en estabilidad para la flota y más actividad en las almadrabas, el cerco y el resto de artes autorizadas.

La Comisión evaluó los resultados del plan de trabajo de 2025, revisó el grado de cumplimiento de las medidas en vigor y adoptó un paquete de nuevas recomendaciones y resoluciones para tunidos y especies afines del Atlántico.

El incremento de los TAC se basó en las últimas evaluaciones científicas, que confirman que las poblaciones de atún rojo se encuentran en mejor estado que hace dos décadas, después de años de estrictos controles, reducción de esfuerzos y mejora de los sistemas de seguimiento. Sobre esa base, los estados parte defendieron la posibilidad de “recuperar renta pesquera” sin comprometer la sostenibilidad del recurso, introduciendo al mismo tiempo salvaguardas para evitar regresar a escenarios de sobrepesca.

Además del aumento del TAC, ICCAT aprobó nuevas asignaciones de cuota y dio luz verde a un proyecto piloto para evaluar las condiciones de pesca y cría de atún rojo (Thunnus thynnus) y rabil (Thunnus albacares) en la zona FAO 34.1 (aguas de Canarias). El objetivo es recabar información que permita valorar el eventual desarrollo futuro de actividades de engorde y acuicultura en ese ámbito, bajo estricta supervisión internacional.

Más días de futuro para el atún rojo

Tras largas e intensas deliberaciones, la Comisión acordó nuevos TAC para los dos grandes stocks de atún rojo del Atlántico: el oriental (incluido el Mediterráneo) y el occidental. Para el trienio 2026-2028, el TAC del Atlántico oeste se fijó en 3.081,6 toneladas, mientras que el del stock oriental se elevó hasta 48.403 toneladas. Estas cifras suponen incrementos del 13 % y del 19,3 %, respectivamente, respecto a los niveles anteriores, apoyados en los actuales procedimientos de ordenación y en las últimas evaluaciones científicas que confirman la recuperación del recurso.

Las nuevas asignaciones de cuota entre las partes contratantes se encuadran en un escenario de “plan plurianual” en el que ICCAT busca combinar la estabilidad para la flota con la garantía de que el stock se mantiene dentro de niveles biológicamente seguros. La organización insiste en que el aumento de los TAC no puede interpretarse como un cheque en blanco, sino como el resultado de más de una década de restricciones, controles y esfuerzos de recuperación.

En paralelo, la Comisión aprobó un proyecto piloto para evaluar las condiciones de pesca y cría de atún rojo (Thunnus thynnus) y rabil (Thunnus albacares) en la subzona 34.1 de la FAO, correspondiente a las aguas atlánticas de Canarias. El objetivo es recabar información robusta de cara a un eventual desarrollo futuro de estas actividades en la región.

Listado del Atlántico occidental: TAC estable por primera vez

Otra de las decisiones destacadas fue la implantación de un procedimiento de ordenación específico para el listado (katsuwonus pelamis) del Atlántico occidental. Por primera vez se establece un TAC constante de 30.844 toneladas para el mismo periodo 2026-2028, lo que aporta previsibilidad a la flota y al tiempo pretende evitar situaciones de sobrepesca en una especie clave de túnidos tropicales. ICCAT NOTA DE PRENSA

Este enfoque basado en reglas de control predefinidas, que vinculan las posibilidades de pesca al estado del stock, es la línea que las organizaciones regionales —y entre ellas ICCAT— están tratando de generalizar como estándar de buena gobernanza pesquera.

Tiburones bajo presión: límites más estrictos

La reunión de Sevilla tuvo también un marcado acento ambiental. Siguiendo el asesoramiento del comité científico, ICCAT adoptó una nueva medida para el marrajo dientuso (Isurus oxyrinchus) del Atlántico sur, fijando un objetivo de mortalidad máxima de 1.000 toneladas. Se trata de un stock sometido a fuerte presión pesquera en los últimos años, para el que los científicos vienen reclamando límites estrictos a fin de permitir su recuperación.

La Comisión reforzó además la protección de otras especies vulnerables: el tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) y el jaquetón blanco (Carcharodon carcharias). A partir de ahora queda prohibido mantener a bordo, transbordar o desembarcar total o parcialmente estos animales cuando se capturen en asociación con pesquerías gestionadas por ICCAT en la zona del Convenio. Cualquier captura deberá considerarse incidental y descartarse siguiendo los protocolos establecidos.

Asimismo, se aprobaron disposiciones especiales para ciertos Estados costeros en desarrollo del Caribe sin cuotas específicas de aguja azul y aguja blanca/marlín peto, limitando sus capturas a 20 y 10 toneladas respectivamente en 2025 y 2026. La intención es permitir un acceso controlado al recurso sin comprometer su sostenibilidad a medio plazo.

Cumplimiento, lucha contra la pesca ilegal y nuevo contexto jurídico

El Comité de Cumplimiento (COC) examinó la aplicación de las reglas de ICCAT por parte de los países miembros y de las entidades colaboradoras, y la Comisión aprobó respuestas concretas para corregir los casos de incumplimiento detectados. En paralelo, se acordó un proceso de reforma del propio COC para ganar eficacia y simplificar la interacción entre la Comisión y su comité científico. ICCAT NOTA DE PRENSA

En materia de control, ICCAT dio un paso más en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) consolidando su recomendación sobre medidas del Estado rector del puerto y reforzando el Registro ICCAT de buques autorizados a operar en la zona del Convenio. Estos instrumentos se consideran claves para cerrar el paso a buques infractores y garantizar que solo la flota debidamente autorizada accede a los recursos gestionados por la organización. ICCAT NOTA DE PRENSA

La Comisión adoptó también una nueva resolución para prepararse mejor ante la futura implementación del Acuerdo sobre la Diversidad Biológica Marina en Zonas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ), el nuevo marco de Naciones Unidas que regulará la conservación y uso sostenible de la biodiversidad en alta mar. ICCAT quiere asegurarse de que sus esquemas de ordenación son compatibles con ese tratado y que la cooperación entre foros internacionales se refuerza, en lugar de solaparse.

Para el sector español, el resultado de Sevilla combina dos elementos valorados como esenciales: por un lado, el reconocimiento al esfuerzo realizado durante años en materia de control, selectividad y reducción de capacidad; por otro, un aumento de las posibilidades de pesca, cifrado en torno al 17 % de cuota adicional para España, que aporta margen para planificar campañas, mantener empleo y reforzar las inversiones en puertos y plantas de transformación.

Las organizaciones conservacionistas, por su parte, seguirán muy atentas a la aplicación real de las nuevas medidas. Recuerdan que el atún rojo es un símbolo de la capacidad de recuperación de los recursos marinos cuando se aplican decisiones basadas en la ciencia, pero advierten de que la presión sobre la especie sigue siendo alta y de que cualquier relajación en los controles podría comprometer los avances logrados.

Con el acuerdo de Sevilla, ICCAT trata de consolidar ese delicado equilibrio entre aprovechamiento económico y conservación. Para España, el incremento del 17 % de su cuota supone un balón de oxígeno para una de sus pesquerías más emblemáticas; para la comunidad internacional, un test de hasta dónde es posible compatibilizar la recuperación de rentas pesqueras con la obligación de mantener el atún rojo como una historia de éxito y no como un nuevo caso de sobreexplotación en el Atlántico y el Mediterráneo.

Los barcos galos Annytia y Carmalia se equipan con cámaras a bordo para evaluar capturas de cetáceos en el golfo de Vizcaya

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El puerto de pesca de Keroman, en Lorient, vivió estos días una actividad poco habitual a bordo de dos de sus buques pelágicos de referencia. Los barcos Annytia y Carmalia, pertenecientes al Armement de Pêche Artisanale de Keroman (Apak), han sido equipados con sistemas de cámaras a bordo dentro del dispositivo OBSCAMe, el programa francés de observación electrónica destinado a medir y reducir las capturas accidentales de pequeños cetáceos en el golfo de Vizcaya.

A simple vista, los barcos estaban amarrados a la pareja junto al gran muelle del puerto. Pero en el interior de sus puentes reinaba una inusual agitación. Un equipo de técnicos de Actemium Marine Services, filial del grupo Vinci especializada en electrónica marítima, se movía de un buque a otro instalando cámaras en puntos estratégicos: en el pórtico, en zonas de maniobra de artes y en áreas clave para seguir el momento de la largada y virada de las redes. El objetivo era que todo estuviera operativo antes de la próxima marea de estos dos pelágicos de 17,5 metros.

Las instalaciones se enmarcaron en el plan nacional de reducción de capturas accidentales de pequeños cetáceos, impulsado por las autoridades francesas como respuesta a la presión científica, social y europea ante los varamientos recurrentes de delfines y marsopas en las costas atlánticas. El golfo de Vizcaya, y en particular la flota de artes móviles (como los arrastreros pelágicos), está en el centro de este debate.

Un laboratorio flotante para medir lo que realmente ocurre

OBSCAMe —el dispositivo de cámaras embarcadas— busca aportar datos objetivos en un terreno donde, hasta ahora, el debate se ha alimentado tanto de denuncias de ONG como de la percepción de las propias tripulaciones. Las imágenes permiten cuantificar de forma precisa cuántos cetáceos entran en las redes, en qué condiciones y en qué fases de la maniobra se producen los incidentes.

El Apak no es nuevo en este terreno. Otros dos buques del mismo armador ya estaban equipados con el sistema, y las primeras imágenes analizadas apuntan a que las capturas accidentales son poco frecuentes en estos barcos. Esa experiencia previa ha servido de base para extender el programa a Annytia y Carmalia, que operan también en el golfo de Vizcaya con artes pelágicas.

La instalación de las cámaras se ha realizado en estrecha coordinación con las tripulaciones, tanto para identificar los mejores ángulos de filmación como para asegurar que los equipos no interfieran en la maniobra diaria. El reto es doble: obtener imágenes suficientemente claras para el análisis científico y, al mismo tiempo, mantener la seguridad y la funcionalidad de las operaciones de pesca.

Un sector sometido a presión… y con ganas de aportar datos

Para la flota de Lorient, este tipo de programas supone un nuevo nivel de escrutinio, pero también una oportunidad para defenderse con hechos en un contexto regulatorio cada vez más exigente. Las restricciones espaciales y temporales sobre determinadas artes, así como las propuestas de cierres en el golfo de Vizcaya, han generado tensión entre el sector pesquero y las autoridades.

Los armadores de Apak han aceptado el desafío de convertir sus barcos en “laboratorios flotantes”, argumentando que solo con datos robustos se podrá calibrar de forma justa el impacto real de cada arte y zona de pesca. Las cámaras no solo registrarán eventuales capturas de cetáceos, sino también la forma en que se largan y viran las redes, la duración de los lances o las condiciones de mar, información valiosa para diseñar medidas de mitigación más finas y específicas.

En paralelo, los técnicos de Actemium han trabajado en la configuración de sistemas capaces de almacenar grandes volúmenes de vídeo y de facilitar su descarga segura en tierra, donde será analizado por equipos científicos y por las administraciones competentes.

Entre la vigilancia y la co-construcción de soluciones

El despliegue de OBSCAMe en Annytia y Carmalia se inscribe en una estrategia más amplia: combinar nuevas tecnologías (cámaras, sensores, análisis de datos) con medidas de gestión como cierres temporales, cambios de arte o zonas de exclusión, con el fin de reducir de manera significativa las interacciones entre cetáceos y artes de pesca.

Para los pescadores, el equilibrio es delicado. Por un lado, temen que las imágenes puedan utilizarse de forma punitiva si se sacan de contexto. Por otro, son conscientes de que sin datos verificables el riesgo es que se adopten restricciones generalizadas que penalicen a todo un segmento de flota, incluso allí donde las capturas accidentales son escasas.

De ahí la importancia de que estos programas se desarrollen en un clima de confianza y de co-construcción entre administración, científicos y sector, con reglas claras sobre la utilización de las imágenes y sobre los objetivos del proyecto: evaluar, comprender y mejorar, más que sancionar.

Un paso más en un plan a largo plazo

La experiencia de Lorient con Annytia y Carmalia representa un paso más en la implementación del plan francés 2024-2026 para reducir las capturas accidentales de pequeños cetáceos en el golfo de Vizcaya, en línea con las recomendaciones de la Comisión Europea y de los organismos científicos.

En los próximos meses, las mareas de estos dos pelágicos aportarán horas y horas de vídeo que ayudarán a responder a varias preguntas clave: ¿con qué frecuencia se producen realmente las capturas de delfines y marsopas en este tipo de arrastre pelágico? ¿En qué condiciones? ¿Qué cambios técnicos u operativos pueden reducir aún más ese riesgo?

Mientras tanto, en el muelle de Keroman, la imagen de unos técnicos instalando cámaras sobre el pórtico de un chalutero resume bien el momento que vive la pesca europea: una actividad tradicional en plena transición hacia una gestión cada vez más basada en datos, en la que la tecnología se convierte en aliada indispensable para conciliar la continuidad de la pesca con la protección de los ecosistemas marinos.

El Gobierno concede 7.339 días extra de pesca a la flota de arrastre del Mediterráneo para asegurar la campaña de Navidad

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La ampliación supone una media de 13 jornadas adicionales por buque y permite recuperar los 143 días de actividad alcanzados en 2024

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) asignó 7.339 días adicionales de pesca a la flota de arrastre del Mediterráneo para este año 2025, con el objetivo de garantizar su actividad hasta final de año y asegurar su presencia en la campaña navideña, un periodo clave para la comercialización de pescado. La medida se tradujo en una media de 13 días más de faena por buque para las 557 embarcaciones del caladero mediterráneo afectadas por el régimen de esfuerzo pesquero.

El titular del departamento, Luis Planas, subrayó que esta ampliación de esfuerzo permitió al conjunto de la flota planificar sus mareas hasta el cierre del ejercicio con mayor seguridad. «Esta asignación extraordinaria permite ofrecer a los armadores y tripulaciones certidumbre, estabilidad y capacidad de planificación para afrontar con garantías los últimos meses del año», destacó el ministro, que enmarcó la decisión en la necesidad de compatibilizar la actividad económica con la recuperación de las poblaciones pesqueras.

Según explicó el MAPA, la obtención de estos días adicionales fue fruto de un “intenso trabajo técnico” y de un seguimiento muy detallado de la actividad de la flota, así como de una gestión rigurosa del esfuerzo disponible. El ministerio recordó que, tras una interlocución constante con el sector, España había logrado aprovechar al máximo los mecanismos de compensación negociados en el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea de diciembre de 2024.

En ese contexto, la Comisión Europea había establecido inicialmente para 2025 un recorte drástico del esfuerzo pesquero, fijando en solo 27 los días de pesca para la flota de arrastre del Mediterráneo. El Gobierno español logró revertir ese escenario mediante la aplicación de distintas medidas de gestión vinculadas al tamaño de las mallas, las vedas y la configuración de los artes de pesca.

Gracias a estos ajustes técnicos y de selectividad, se habían recuperado ya unos 130 días de pesca de media por buque, a los que ahora se sumaron los 13 días extraordinarios. De este modo, la flota alcanzó en 2025 un total de alrededor de 143 días de actividad, el mismo umbral conseguido en 2024 tras la implantación de las primeras medidas de mejora de selectividad.

Planas insistió en que el Ejecutivo se mantenía “plenamente comprometido” con la defensa de los intereses del sector pesquero mediterráneo, al tiempo que avanzaba en un modelo de gestión orientado a la sostenibilidad. El ministerio defendió que el refuerzo del esfuerzo autorizado, en combinación con las restricciones técnicas y biológicas, permitía dar continuidad a la actividad económica de las empresas y de las tripulaciones “en un contexto de recuperación de especies pesqueras” que seguirá marcando la negociación con Bruselas en los próximos años.

Kadis reúne en Bruselas al sector pesquero para reforzar el apoyo a la pesca artesanal y costera en la UE

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El comisario europeo de Pesca y Océanos impulsó un “diálogo de implementación” centrado en la viabilidad futura de la pequeña escala, uno de los eslabones más vulnerables de la flota europea

La Comisión Europea ha dado un nuevo paso en su estrategia de apoyo a la pesca artesanal y costera con la celebración en Bruselas de un diálogo de implementación dedicado en exclusiva a este segmento de flota, impulsado y presidido por el comisario de Pesca y Océanos, Costas Kadis.

La jornada reunió a pescadores, Grupos de Acción Local Pesquera (FLAGs), consejos consultivos, ONG, representantes de los Estados miembros, industria y agentes sociales, con el objetivo de analizar cómo llevar a la práctica las principales políticas pesqueras de la UE y traducirlas en medidas concretas que refuercen la sostenibilidad, la resiliencia y la viabilidad a largo plazo de la pesca a pequeña escala en los distintos mares europeos.

La pesca artesanal y costera (SSCF, por sus siglas en inglés) constituye el auténtico soporte de muchas comunidades litorales en Europa: mantiene empleo local, conserva saberes tradicionales y contribuye al abastecimiento de pescado fresco de proximidad. Pero, al mismo tiempo, es uno de los segmentos más presionados y vulnerables de la flota comunitaria.

Entre los principales desafíos señalados durante el encuentro destacan la creciente competencia por el espacio marino (energía eólica, áreas marinas protegidas, otras actividades económicas), las dificultades de acceso a las posibilidades de pesca, los efectos del cambio climático sobre los recursos, el aumento de los costes operativos (combustible, energía, materiales), la llegada de especies invasoras y una demanda de mercado cada vez más volátil.

Para responder a parte de estos retos, la Comisión ha publicado recientemente unas directrices específicas destinadas a orientar a los Estados miembros en el diseño de medidas de apoyo a la pesca artesanal, tanto a través de los fondos europeos como de sus propias políticas nacionales y regionales.

En este contexto se enmarcó el encuentro de Bruselas, concebido como un espacio de trabajo y escucha activa. A lo largo de la sesión se debatió cómo aplicar en la práctica las normas y estrategias comunitarias para que la pesca de pequeña escala pueda mantener su actividad sin perder de vista los objetivos de conservación de los ecosistemas marinos.

El diálogo abordó, además, el papel de las nuevas tecnologías en la mejora de la sostenibilidad y la competitividad de este segmento de flota: sistemas de seguimiento y trazabilidad, herramientas digitales para la gestión del esfuerzo, soluciones de ahorro energético o aplicaciones que faciliten la venta directa y el acceso a nuevos mercados. También se compartieron ejemplos de buenas prácticas y de diversificación de ingresos, como el turismo pesquero, la transformación artesanal de productos o la colaboración con proyectos científicos.

“Las y los pescadores de pequeña escala están en el corazón de nuestras comunidades costeras. Este diálogo es una oportunidad para escuchar su realidad y trabajar juntos en soluciones prácticas que refuercen su resiliencia y garanticen un futuro sostenible para esta parte esencial de nuestro tejido marítimo”, subrayó el comisario Costas Kadis.

El encuentro formó parte de los llamados Implementation Dialogues (diálogos de implementación), una herramienta con la que la Comisión busca recopilar de primera mano la experiencia y las preocupaciones de los agentes implicados a la hora de aplicar y simplificar las políticas europeas. Según el compromiso adoptado para el mandato 2024-2029, todos los miembros del Colegio de Comisarios deben organizar al menos uno de estos diálogos cada año.

Para Kadis, este fue el segundo diálogo de este tipo en 2025, tras el celebrado en julio sobre planificación espacial marítima. La Comisión publicará próximamente las conclusiones del encuentro, que servirán como base para afinar futuras iniciativas y ajustar la aplicación de las normas europeas a las necesidades reales del sector artesanal y costero en los distintos caladeros de la UE.

El futuro de la anguila se juega en la COP CITES

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WWF reclama medidas urgentes para evitar la extinción de estas especies migratorias y frenar el tráfico ilegal


La conferencia de las partes del Convenio CITES, que ha arrancado tendrá sobre la mesa el futuro de uno de los grupos de peces más amenazados del planeta: las anguilas. WWF ha alertado de la “dramática situación” de sus poblaciones a escala global y ha pedido a los gobiernos decisiones valientes para evitar su extinción, empezando por la inclusión de la anguila japonesa y la anguila americana en el Apéndice II del Convenio, que regula el comercio internacional de especies amenazadas.

La organización recuerda que la anguila europea es la especie más amenazada de su género y está catalogada desde 2008 como “En peligro crítico de extinción” por la UICN. La japonesa y la americana, clasificadas como “En peligro”, siguen la misma senda de declive empujadas por una demanda global insostenible, tanto legal como ilegal.

Además, el comercio de estas especies se complica por su aspecto similar y por el hecho de comercializarse en distintos estadios de vida —las crías (angulas) y los adultos (anguila)—, lo que dificulta el control y “abre la puerta de par en par” al tráfico ilícito de la anguila europea, uno de los más lucrativos del mundo en especies acuáticas, según WWF.

«La inclusión de estas especies en CITES es un paso fundamental para poder abordar el tráfico ilegal que afecta a la especie europea. Aunque también hay que abordar otras amenazas: sin una gestión eficaz de la captura y el comercio, las anguilas seguirán acercándose a su extinción», advierte Silvia Díaz Lora, técnica del programa de Biodiversidad de WWF.

Un declive superior al 90 % y recomendaciones de “cero capturas”

La situación de la anguila europea ilustra hasta qué punto el modelo actual es insostenible. Según la evaluación de la UICN de 2008, sus poblaciones se han reducido más de un 90 %. Las causas se acumulan: sobrepesca, comercio legal e ilegal de angulas y anguilas, presas y barreras en los ríos que bloquean sus migraciones, contaminación, pérdida de hábitat y los efectos crecientes del cambio climático.

Pese a ello, la explotación comercial continúa en muchas zonas de Europa. El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) ha recomendado un TAC —límite máximo de capturas— de cero para todas sus pesquerías, a la vista del riesgo de colapso. Pero la presión no se detiene ahí: cada año se exportan ilegalmente desde Europa toneladas de angulas vivas hacia granjas asiáticas, donde se engordan para abastecer mercados de alto valor.

WWF subraya que el desplome de las anguilas es también un síntoma del deterioro generalizado de los ecosistemas de agua dulce y marinos. El último Informe Planeta Vivo de la organización revela que las poblaciones de vertebrados de agua dulce han disminuido un 85 % en los últimos 50 años, el descenso más acusado entre todos los grupos analizados.

«Es urgente eliminar los obstáculos de los ríos y restaurar activamente sus hábitats fluviales y humedales», insiste Teresa Gil, responsable del Programa de Agua de WWF. “Salvar a las anguilas implica también recuperar la salud de los ríos y humedales de los que dependen”.

Lo que WWF pide a la COP CITES

Ante este panorama, WWF reclama a los gobiernos reunidos en la COP CITES que actúen en cuatro frentes principales:

  • Refuerzo del marco CITES para las anguilas:
    – Inclusión de la anguila japonesa y la americana en el Apéndice II.
    – Controles más estrictos del comercio internacional y trazabilidad efectiva de los productos.
  • Gestión pesquera basada en la ciencia:
    – Medidas de gestión de las capturas que sigan el consejo científico (como el TAC cero recomendado para la anguila europea).
    – Reducción drástica de la presión pesquera para dar un respiro a las poblaciones.
  • Restauración de hábitats y conectividad fluvial:
    – Eliminación de barreras que impiden la migración —presas, azudes, obstáculos en cauces— o instalación de pasos eficaces para peces.
    – Restauración de humedales y tramos fluviales degradados clave para las distintas fases del ciclo de vida de las anguilas.
  • Lucha contra el tráfico ilegal y refuerzo de la cooperación:
    – Mayor coordinación internacional entre autoridades aduaneras, policiales y ambientales.
    – Sanciones más contundentes contra redes de tráfico de angulas y anguilas.

«La situación de la anguila europea es el mejor ejemplo de la crisis de biodiversidad que enfrenta el planeta: una especie distribuida por toda Europa y el Mediterráneo que necesita una acción colectiva para detener su declive. Salvar a las anguilas es salvar nuestros ecosistemas», resume Silvia Díaz Lora. “Si desaparecen, perdemos mucho más que una especie: perdemos la salud de los ríos, los humedales y los mares que sustentan la vida en el planeta”.

Investigación en España: más conocimiento para mejor gestión

En España, WWF recuerda que aún falta información clave sobre la distribución, los movimientos y el impacto de la pesca sobre la anguila europea, especialmente en humedales costeros. Para cubrir ese vacío, WWF y ANSE desarrollan desde 2023 el proyecto GEPESCART2, centrado en evaluar la pesca artesanal en humedales costeros del sureste ibérico y ampliar el conocimiento sobre la anguila y los mugílidos.

Los datos obtenidos servirán para elaborar propuestas de gestión que contribuyan a aumentar sus poblaciones, ajustando las prácticas pesqueras a la realidad ecológica de la especie y a su delicado estado de conservación.

Más allá de las anguilas: tiburones, rayas y grandes mamíferos

WWF aprovecha el arranque de la COP CITES para lanzar un llamamiento más amplio: reforzar la ambición y coherencia del régimen internacional de comercio de vida silvestre.

La organización urge a los países a adoptar medidas firmes contra la pesca insostenible y el comercio ilegal de tiburones, rayas y anguilas, especies marinas especialmente vulnerables a la sobreexplotación.

Asimismo, pide fortalecer la cooperación y la aplicación de la ley frente al tráfico de especies terrestres, entre ellas elefantes, grandes felinos asiáticos y jaguares, y reclama avanzar hacia un plan de acción de género en CITES que garantice una gobernanza más inclusiva, reconociendo el papel clave de las mujeres en la conservación y en las comunidades que conviven con la fauna silvestre.

El futuro de las anguilas, y de muchas otras especies, se jugará en los próximos días en la mesa de negociación de CITES. Para WWF, la disyuntiva es clara: o se toman medidas contundentes ahora, o el mundo asumirá la pérdida de una de las especies migratorias más singulares del planeta y una nueva señal de alarma sobre el estado crítico de los ecosistemas de agua dulce.

Baiona consagra a Galicia como laboratorio de cogobernanza costera en la I Cumbre del Litoral

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La reunión de comunidades costeras en la villa pontevedresa refuerza el liderazgo gallego en la gestión del dominio marítimo-terrestre, abre una “nueva era competencial” y suma la voz cantábrico-atlántica de Euskadi a un debate clave sobre la reforma de la Ley de Costas.

La gestión del litoral español vivió en Baiona un punto de inflexión. La localidad de las Rías Baixas se convirtió durante la I Cumbre del Litoral en capital política de la costa, al reunir por primera vez a representantes de prácticamente todas las comunidades con mar para debatir cómo compartir la gestión del dominio público marítimo-terrestre tras la histórica sentencia del Tribunal Constitucional que avaló la Ley de ordenación y gestión integrada del litoral de Galicia (Loxilga).

El encuentro selló “una nueva era competencial” para las autonomías costeras, con Galicia ejerciendo de anfitriona y referencia tras ver reconocidas sus competencias plenas para ordenar y gestionar su costa. La cita no fue sólo simbólica: buscó mecanismos concretos de colaboración interautonómica y una posición común ante el Estado para reformar la Ley de Costas.

Un foro inédito en el Faro Silleiro

La cumbre se celebró en el hotel Faro de Cabo Silleiro, recientemente reabierto, y arrancó con una intervención telemática del magistrado del Tribunal Constitucional César Tolosa, ponente de la sentencia que blindó la Loxilga frente al recurso del Gobierno central. Desde Baiona, se subrayó el carácter pionero de este foro, concebido para “aprovechar sinergias” entre las comunidades que ya ejercen competencias sobre el litoral o aspiran a hacerlo.

La conselleira de Medio Ambiente e Cambio Climático, Ángeles Vázquez, abrió la jornada reivindicando el modelo gallego y el aval del Constitucional como punto de apoyo para exigir una actualización profunda de la normativa estatal, adaptando la Ley de Costas a la realidad de cada territorio sin rebajar la protección ambiental.

El programa combinó ponencias técnicas –como la del catedrático Javier Sanz Larruga, director del Observatorio do Litoral de Galicia y figura clave en la redacción de la Loxilga– con dos mesas políticas: una sobre la franja cantábrico-atlántica y otra centrada en el Mediterráneo.

Galicia empuja la reforma de la Ley de Costas

Si algo dejó claro la Cumbre del Litoral fue la coincidencia entre las comunidades costeras en la necesidad de revisar la Ley de Costas para que su aplicación tenga en cuenta las particularidades físicas y socioeconómicas de cada litoral.

La Xunta defendió que, tras la sentencia del Constitucional, Galicia está en condiciones de liderar esa nueva etapa regulatoria. El Gobierno gallego ve en la cumbre la confirmación de su “papel tractor” en la defensa de una cogobernanza real del litoral, en la que el Estado deje de tener un papel prácticamente exclusivo en la toma de decisiones sobre concesiones, planeamiento y usos del dominio público marítimo-terrestre.

Desde Baiona, la conselleira Vázquez insistió en que no se trata de rebajar garantías, sino de gestionar mejor: más seguridad jurídica para vecinos y empresas, más capacidad de respuesta frente al cambio climático y una economía azul que genere actividad sin comprometer el futuro de la costa. Las informaciones subrayan que Galicia quiso enviar un mensaje claro a Madrid: las comunidades están “en primera línea” del impacto del retroceso costero y necesitan instrumentos normativos acordes a esa responsabilidad.

Refugios del litoral y economía azul: la agenda gallega

La cumbre fue también escaparate para las políticas propias de la Xunta. El Gobierno gallego aprovechó el marco del I Cumio do Litoral para avanzar que ya ha identificado más de 850 parcelas como futuros “refuxios do litoral”: espacios de alto valor ambiental –dunas, marismas, acantilados o sistemas costeros frágiles– que se pretende blindar frente a la urbanización y a nuevas presiones.

Esos refugios se conciben como laboratorios de adaptación al cambio climático, donde probar soluciones basadas en la naturaleza y reforzar la resiliencia frente a temporales, subida del nivel del mar y erosión. Esta iniciativa se sitúa en una hoja de ruta más amplia, que combina planificación territorial, protección de la biodiversidad y aprovechamiento responsable de actividades como el turismo costero, la pesca, la acuicultura y las energías marinas.

En paralelo, la Xunta reivindicó en Baiona el potencial de la economía azul gallega –desde los puertos pesqueros hasta la cadena mar-industria y los proyectos de renovables marinas– como ejemplo de que es posible vincular desarrollo económico y defensa del litoral si se actúa con planificación y con reglas claras.

La voz cantábrico-atlántica: Euskadi, pieza clave en el debate

La primera mesa redonda de la cumbre estuvo dedicada a la franja atlántico-cantábrica, con la participación de representantes de Galicia, Euskadi, Asturias, Cantabria y Canarias. Así se destacó que este bloque permitió contrastar diferentes modelos de gestión en costas expuestas a temporales cada vez más intensos y con fuerte peso de los usos portuarios, pesqueros y energéticos.

En ese foro intervino la consejera vasca de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca, Amaia Barredo, que llevó a Baiona la visión de Euskadi. Según el relato del propio Gobierno Vasco, Barredo defendió un enfoque integrado del litoral basado en tres pilares: sostenibilidad ambiental, economía azul y participación institucional y social, con el objetivo de conciliar los múltiples usos de la costa –industria, energía, puertos, pesca, ocio– sin degradar el medio. Recordó además que Euskadi afronta ahora el desarrollo de un marco jurídico propio tras el último traspaso de competencias, y que ese proceso debe servir para resolver conflictos de usos y garantizar un litoral “protegido, vivo y sostenible”.

La presencia vasca fue leída en medios gallegos como un espaldarazo al eje atlántico-cantábrico, que comparte retos físicos muy similares y que, a diferencia del Mediterráneo, cuenta con una tradición industrial y portuaria particularmente intensa. En Baiona, esa “alianza del norte” cristalizó en un mensaje común: descarbonización, adaptación climática y seguridad jurídica exigen más peso de las autonomías en la gestión cotidiana del litoral.ValmiñorTV+1

Mediterráneo bajo presión y demandas compartidas

La segunda mesa redonda reunió a representantes de Baleares, Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña para abordar la realidad mediterránea. Xornal21 y ValmiñorTV coincidían en señalar que, aunque los problemas físicos difieren –más presión urbanística y turística, más regresión de playas y deltas–, las conclusiones acabaron convergiendo: también estas comunidades reclaman una Ley de Costas más flexible en su aplicación, que les permita proteger sin paralizar actividades económicas ligadas al mar.Xornal21+1

En ambos bloques se repitió una idea: la gestión del dominio público marítimo-terrestre ya no puede decidirse sólo desde Madrid, porque son las comunidades quienes se relacionan a diario con ayuntamientos, cofradías, empresas y vecinos que viven al borde del mar.

Galicia se proyecta como referente en Europa

Más allá de los matices entre costas, la I Cumbre del Litoral sirvió para proyectar una imagen de Galicia como referente en Europa en materia de gobernanza costera. Xornal21 subrayaba que la clausura, a cargo de la conselleira Ángeles Vázquez y del vicepresidente segundo de la Comunidad Valenciana, consolidó a la comunidad gallega como ejemplo de cómo un Estatuto de Autonomía puede desplegarse hasta sus últimas consecuencias en la gestión del litoral.

Desde Baiona, los medios gallegos coincidieron en que este primer encuentro no cierra nada, pero abre varios caminos: un frente común autonómico para revisar la Ley de Costas, una agenda compartida de adaptación al cambio climático y una red de cooperación técnica entre observatorios, universidades y administraciones.

En ese tablero, Euskadi se sienta como aliado natural en la franja atlántico-cantábrica, con un modelo de costa industrial y portuaria muy próximo al gallego y una economía azul en plena efervescencia. Y Galicia, respaldada por el Constitucional y por sus avances en planificación, aspira a seguir marcando la pauta en un debate que ha dejado de ser local para inscribirse de lleno en la agenda europea de protección de los océanos y de los territorios costeros.

Villaverde traslada a Kadis la presión del mar gallego para levantar el veto al palangre y el recorte de fondos

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La conselleira do Mar reclama en Bruselas la retirada del cierre a 87 zonas del Atlántico Nororiental, advierte del impacto de los recortes de cuotas en caballa y jurel y entrega al comisario el dictamen gallego sobre la futura política pesquera europea.


Durante el encuentro, Villaverde hizo entrega al comisario del último dictamen del Consello Galego de Pesca sobre la revisión de la Política Pesquera Común y sobre la propuesta de nuevo Marco Financiero Plurianual 2028-2034. Galicia defiende en ese documento la necesidad de mantener un fondo específico para la pesca, dotado de recursos suficientes, y rechaza el recorte del 67 % planteado para este instrumento en los borradores comunitarios. 

La titular de Mar puso el acento en tres prioridades:

  • Asegurar un fondo propio e independiente para el sector, capaz de afrontar retos como el relevo generacional, la descarbonización de la flota o la modernización de la cadena mar-industria.
  • Reforzar el papel de las regiones pesqueras en la toma de decisiones, de modo que no se limiten a ejecutar fondos sino que participen en la definición de las normas.
  • Equilibrar las dimensiones ambiental, social y económica en la futura PPC, evitando que nuevas medidas de conservación se aprueben sin un análisis profundo de su impacto sobre el empleo y la cohesión territorial. 

En este sentido, la reunión con Kadis se enmarca en una ofensiva diplomática más amplia de la Xunta, que incluye contactos con la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca y con plataformas de regiones marítimas para tejer una posición común frente al recorte de fondos y al calendario de nuevas restricciones. 

La conselleira do Mar, Marta Villaverde, aprovechó su primer viaje oficial a la capital comunitaria para situar a Galicia en el centro del debate pesquero europeo. En una reunión de trabajo con el comisario de Pesca y Océanos, Costas Kadis, la responsable autonómica exigió que la Comisión rectifique el veto previsto al palangre de fondo en 87 zonas del Atlántico Nororiental a partir de 2026 y que incorpore la realidad socioeconómica de la flota gallega en las decisiones sobre cuotas y fondos. 

Según la información trasladada en el encuentro, el cierre proyectado afecta aproximadamente a una cuarta parte de la flota gallega y se traduce en un impacto económico estimado de 216 millones de euros anuales, concentrado en las unidades de palangre de fondo que operan en caladeros comunitarios del Atlántico nororiental. La conselleira defendió que la documentación técnica entregada demuestra un impacto ambiental limitado de esta arte y pidió que se abra la puerta a revisar la cartografía de cierres antes de su entrada en vigor. 

El palangre, en el centro del pulso con Bruselas

El veto comunitario a las artes de fondo en áreas identificadas como vulnerables se ha convertido en uno de los principales frentes de conflicto entre la Xunta y la Comisión. En la reunión con Kadis, Villaverde subrayó que el palangre de fondo no puede ser tratado igual que otras modalidades de arrastre y reclamó “una solución técnica o política” que permita compatibilizar la protección de los ecosistemas profundos con la continuidad de una flota que sostiene cientos de empleos directos e indirectos en los puertos gallegos. 

La conselleira insistió en que Galicia no cuestiona los objetivos ambientales de la Unión, pero sí el diseño de medidas “de trazo grueso” que, a su juicio, obvian la diferenciación entre artes y la evidencia disponible sobre su huella real sobre el fondo marino. El objetivo declarado del Gobierno gallego es que la Comisión acepte revisar la delimitación de las 87 zonas afectadas y excluya de la prohibición al palangre de fondo cuando la mejor información científica así lo avale. 

Alerta por los recortes de cuotas en caballa y jurel

Más allá del palangre, Villaverde llevó a la mesa de Kadis la preocupación del sector gallego ante las recomendaciones científicas para las posibilidades de pesca de 2026. El Consejo Internacional para la Exploración del Mar propone recortes de hasta un 70 % en las capturas de caballa y del 41 % en las de jurel, dos especies clave para la flota del Cantábrico y el Atlántico gallego. 

La conselleira advirtió de que ajustes de ese calibre, aplicados sin una transición ordenada y sin tener en cuenta el impacto social, “pueden desbordar la capacidad de resistencia” de muchas empresas y tripulaciones. En esta línea, reclamó que la Comisión articule un enfoque que combine el cumplimiento estricto del asesoramiento científico con mecanismos de flexibilidad y acompañamiento, tanto en términos de gestión de cuotas como de apoyo financiero a las zonas más dependientes de estas pesquerías. 

La conserva, argumento de fondo para la negociación

Tras el encuentro bilateral, Villaverde y Kadis coincidieron en un acto en el Parlamento Europeo centrado en los desafíos de la industria conservera europea en el actual contexto internacional. Allí, la conselleira reivindicó el peso de Galicia como uno de los grandes polos conserveros de la UE y utilizó ese escaparate para subrayar que las decisiones sobre cuotas, cierres de caladeros y fondos no solo afectan a las flotas, sino también a una potente industria transformadora y a su empleo asociado. 

La delegación gallega defendió que garantizar el acceso estable a materias primas, preservar la competitividad frente a terceros países con estándares menos exigentes y apoyar la innovación en producto y proceso son piezas inseparables de una auténtica política de soberanía alimentaria europea. La interlocución abierta con el comisario de Pesca y Océanos, sostienen en el entorno de la consellería, será clave en los próximos meses, cuando se concreten las propuestas sobre posibilidades de pesca para 2026 y avancen las negociaciones del nuevo marco financiero.