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domingo, diciembre 28, 2025
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El Puerto de Algeciras consolida su liderazgo y crece un 2,5% pese a la incertidumbre global

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El enclave andaluz supera los 85 millones de toneladas y refuerza su papel estratégico como nodo logístico del sur de Europa

El Puerto de Algeciras continúa demostrando su fortaleza en un contexto global marcado por la inestabilidad geopolítica y las disrupciones en las cadenas de suministro. Según los últimos datos publicados por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), el enclave cerró los primeros nueve meses de 2025 con un tráfico total de 85,6 millones de toneladas, lo que supone un incremento del 2,54 % respecto al mismo periodo del año anterior.

El crecimiento se sostiene en un comportamiento equilibrado de todos los segmentos de actividad, especialmente en el tráfico de contenedores, graneles líquidos y operaciones de avituallamiento, consolidando al puerto como referente logístico del Mediterráneo occidental y principal plataforma de conexión marítima entre Europa, África y América.

Contenedores y mercancía general, pilares del crecimiento

El tráfico de contenedores, principal motor de la actividad, alcanzó 3,88 millones de TEU, lo que representa un aumento del 1,83 % en comparación con 2024. Este avance cobra especial relevancia si se tiene en cuenta la reorganización de servicios marítimos este–oeste y las tensiones comerciales que han afectado a los principales puertos europeos.

En el ámbito de la mercancía general, el puerto movió 57,8 millones de toneladas, un 3,2 % más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. Este crecimiento refleja tanto la recuperación del tráfico de contenedores como el dinamismo de las cargas rodadas en la línea Algeciras–Tánger Med, uno de los corredores ro-ro más activos del Mediterráneo.

Fuerte impulso en graneles líquidos y en servicios de bunkering

El comportamiento más destacado en términos porcentuales corresponde a los graneles líquidos, que experimentaron un crecimiento del 6,36 %, impulsados por el aumento en los movimientos de combustibles y productos energéticos. En un contexto de inestabilidad energética global, Algeciras sigue siendo un punto clave para el abastecimiento y redistribución de hidrocarburos entre Europa, África y América Latina.

Las operaciones de avituallamiento (bunkering y provisiones) también avanzaron, con un incremento del 3,6 %, consolidando al puerto como líder nacional en suministro de combustible a buques. Este segmento se mantiene como uno de los más dinámicos de la dársena andaluza, gracias a su posición estratégica en el Estrecho de Gibraltar y a la creciente demanda de servicios marítimos de valor añadido.

Resiliencia ante la incertidumbre internacional

La APBA ha destacado la resiliencia del puerto frente a un escenario global complejo, marcado por el conflicto en Oriente Medio, los desvíos de rutas en el canal de Suez y las tensiones logísticas en Asia. Pese a estos retos, Algeciras ha sabido mantener su capacidad operativa y competitiva, ofreciendo soluciones ágiles a las navieras y operadores que buscan eficiencia y fiabilidad.

En palabras de su presidente, Gerardo Landaluce, los resultados “reflejan la fortaleza de un ecosistema logístico y empresarial que ha sabido adaptarse a las transformaciones del comercio internacional sin perder dinamismo”. Landaluce subrayó además el papel del puerto como “punto neurálgico para el abastecimiento energético y la transición hacia combustibles más sostenibles en el transporte marítimo”.

Compromiso con la sostenibilidad y la digitalización

Paralelamente al crecimiento de tráficos, el puerto avanza en su estrategia de transformación verde y digital, pilares de la Agenda Algeciras Smart Port 2030. Entre las actuaciones en curso figuran el despliegue de sistemas inteligentes de gestión portuaria, la promoción del GNL y biocombustibles en el bunkering, y la mejora de la eficiencia energética de las terminales.

Asimismo, la APBA colabora con las administraciones públicas y las principales navieras en proyectos piloto de corredores marítimos verdes, así como en la incorporación progresiva de energías renovables en sus instalaciones.

Un puerto con visión internacional

El enclave algecireño, primer puerto español en tráfico total y entre los cinco primeros del Mediterráneo, mantiene un perfil crecientemente internacional. Más del 60 % de sus tráficos tienen origen o destino fuera de la Unión Europea, con una red que supera los 200 puertos conectados en más de 70 países.

Además, el puerto refuerza su papel como nodo clave del Corredor Mediterráneo ferroviario, con nuevas conexiones intermodales hacia Madrid, Zaragoza y Toulouse, lo que amplía su capacidad de distribución terrestre y mejora su competitividad frente a los grandes hubs europeos.

Mirando hacia 2026

De cara a los próximos meses, la Autoridad Portuaria prevé mantener la tendencia de crecimiento moderado, apoyada en el tráfico energético, los contenedores y la diversificación de servicios logísticos. Los proyectos de nuevas terminales, mejora de calados y ampliación ferroviaria continuarán siendo los ejes estratégicos para consolidar el liderazgo del puerto.

En un mundo donde la geopolítica sacude las rutas y el comercio se reconfigura, Algeciras emerge como símbolo de estabilidad y eficiencia. Su evolución en 2025 no solo confirma su importancia para la economía andaluza y española, sino también su papel en el futuro del transporte marítimo global: un puerto que crece con visión, se adapta con inteligencia y navega con rumbo firme hacia la sostenibilidad.

Asia impulsa un megaproyecto eólico marino que conectará Vietnam, Malasia y Singapur

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El consorcio prevé generar 2.000 MW en 2034 y marca un nuevo hito en la expansión energética del Sudeste Asiático, con importantes implicaciones para la industria marítima mundial

El Sudeste Asiático se prepara para dar un salto estratégico en la transición energética con la puesta en marcha de un proyecto eólico marino conjunto entre Vietnam, Malasia y Singapur, cuya primera fase —de 2.000 megavatios (MW)— está prevista para completarse en 2034, según ha confirmado el ministro de Energía de Malasia, Fadillah Yusof.

El plan, considerado uno de los más ambiciosos de la región, contempla la construcción de un parque eólico offshore interconectado, capaz de suministrar energía limpia a los tres países a través de una red eléctrica submarina regional. Este megaproyecto refuerza la apuesta de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) por reducir su dependencia de los combustibles fósiles y avanzar hacia un modelo energético sostenible y compartido.

Un proyecto estratégico en el corazón del Sudeste Asiático

El consorcio, integrado por empresas energéticas estatales y privadas de los tres países, trabaja ya en los estudios técnicos, ambientales y logísticos necesarios para determinar las ubicaciones óptimas de los aerogeneradores y la trazabilidad de los cables submarinos. Se prevé que la infraestructura se extienda por el mar de la China Meridional, una de las zonas más transitadas del planeta, lo que plantea tanto desafíos tecnológicos como geopolíticos.

El ministro Yusof destacó que el proyecto “no solo permitirá diversificar las fuentes energéticas y reducir las emisiones regionales, sino también fortalecer la cooperación económica y tecnológica entre los países participantes”. Además, señaló que Malasia aspira a convertirse en un centro logístico y de mantenimiento de la energía eólica marina del Sudeste Asiático, aprovechando su infraestructura portuaria y su posición estratégica.

Impacto sobre la industria marítima y naval

Aunque se trata de un proyecto energético, su ejecución tendrá un efecto directo sobre la industria marítima y de construcción naval. La instalación de los parques eólicos offshore requerirá flotas especializadas de buques de instalación, transporte y mantenimiento, así como plataformas, tuberías y sistemas de cableado submarino.

Astilleros de la región —como los de Hyundai-Vinashin (Vietnam) o Boustead Heavy Industries (Malasia)— ya han mostrado interés en participar en la fabricación de estructuras y embarcaciones asociadas al proyecto. No obstante, los expertos apuntan que la magnitud de la obra obligará a recurrir a la cooperación internacional, abriendo la puerta a la participación de astilleros europeos y japoneses, líderes en buques de instalación de aerogeneradores y tecnología offshore.

Para los astilleros europeos, el avance de este proyecto representa tanto una oportunidad como un desafío. Por un lado, confirma la creciente competencia asiática en el sector de energías marinas renovables; por otro, ofrece la posibilidad de exportar know-how, tecnología y componentes hacia una región en plena expansión.

Una apuesta por la interconexión eléctrica regional

El plan también contempla la creación de un “corredor verde energético” que conectará la producción eólica vietnamita con los grandes centros de consumo de Malasia y Singapur. Este sistema de interconexión eléctrica submarina permitirá compartir excedentes de energía entre los tres países, estabilizando la red y reduciendo los costes energéticos.

Singapur, altamente dependiente del gas natural importado, se perfila como el principal beneficiario de este corredor energético. Según el Gobierno de la ciudad-Estado, el proyecto podría cubrir hasta el 15 % de su demanda eléctrica total para 2035, fortaleciendo su seguridad energética y contribuyendo a sus objetivos de neutralidad climática.

Retos tecnológicos y medioambientales

Entre los principales desafíos se encuentran la complejidad del entorno marino —con fuertes corrientes, tifones y gran profundidad— y la necesidad de minimizar el impacto sobre la biodiversidad. Para ello, el consorcio prevé adoptar estándares internacionales de sostenibilidad y tecnologías de última generación, como aerogeneradores flotantes y sistemas inteligentes de monitoreo.

Asimismo, los gobiernos implicados trabajan para establecer marcos regulatorios armonizados que garanticen la seguridad jurídica de las inversiones y la protección medioambiental.

Un modelo para futuras alianzas

El proyecto eólico Vietnam-Malasia-Singapur no solo transformará el mapa energético regional, sino que también puede servir de modelo para la cooperación internacional en energías marinas. Según analistas del sector, este tipo de acuerdos “marca el paso de la competencia nacional a la colaboración transfronteriza como eje de la transición verde”.

Para la industria marítima global, el avance de este megaproyecto confirma la convergencia entre energías renovables, construcción naval y servicios offshore, tres ámbitos que en los próximos años estarán estrechamente ligados.

En definitiva, Asia se posiciona como nuevo motor mundial de la eólica marina, con proyectos de enorme escala que redefinirán tanto el mercado energético como la logística marítima internacional. Europa, pionera en el sector, observa el desarrollo con atención: el futuro de los océanos —como fuente de energía y cooperación— se juega, cada vez más, en el mar de la China Meridional.

Greenpeace desafía la minería submarina en las Islas Cook: un pulso entre economía y biodiversidad oceánica

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La protesta contra el buque “Nautilus” reaviva el debate sobre la explotación del fondo marino y el impacto de la transición energética en los ecosistemas profundos

El regreso del buque de exploración Nautilus al puerto de Rarotonga, en las Islas Cook, se convirtió el pasado 21 de octubre en el escenario de una de las protestas medioambientales más simbólicas del año. Decenas de activistas de Greenpeace, apoyados por organizaciones locales y líderes comunitarios maoríes, bloquearon pacíficamente la entrada del navío utilizando kayaks, pancartas y banderas con el lema “Don’t Mine the Moana” (“No excaves el océano”).

La acción, que se desarrolló sin incidentes violentos, fue la culminación de una campaña internacional que busca detener la minería en aguas profundas —una actividad que, según los defensores del medio ambiente, amenaza hábitats marinos desconocidos, destruye ecosistemas irreversibles y vulnera los derechos tradicionales de los pueblos isleños del Pacífico.

El Nautilus, buque de investigación oceanográfica con bandera de las Islas Cook, había completado una expedición de tres semanas en áreas concesionadas para la extracción de nódulos polimetálicos, un recurso de enorme interés para la industria tecnológica por su contenido en níquel, cobalto, cobre y manganeso, minerales críticos para la fabricación de baterías eléctricas y sistemas de almacenamiento energético.

Un conflicto entre la transición energética y la protección marina

La protesta pone de relieve una de las grandes paradojas ambientales del siglo XXI: mientras los países promueven la transición hacia energías limpias, crece la presión sobre los fondos oceánicos, considerados por algunos como una “nueva frontera” minera. Según Greenpeace, esta lógica “verde extractivista” reproduce los mismos patrones de sobreexplotación y colonialismo económico, pero trasladados a los océanos.

“El océano no necesita más cicatrices; necesita tiempo para sanar”, declaró en Rarotonga Lisa Williams, portavoz de Greenpeace Pacific. “Las Islas Cook deben liderar la defensa del Pacífico y no abrir la puerta a una industria que puede destruir para siempre ecosistemas que ni siquiera hemos estudiado”.

En contrapartida, el Gobierno de las Islas Cook defiende que la minería en aguas profundas, si se desarrolla bajo protocolos científicos y de monitoreo ambiental, puede proporcionar ingresos sostenibles a una nación dependiente del turismo y vulnerable al cambio climático. El primer ministro Mark Brown ha insistido en que la política de licencias busca “equilibrar la conservación con el desarrollo”, garantizando que los beneficios económicos repercutan directamente en las comunidades locales.

Sin embargo, las organizaciones ecologistas y varios científicos alertan de que no existe tecnología capaz de extraer nódulos del fondo oceánico sin causar un daño ecológico irreversible. Estudios de la Universidad de Hawái y de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) advierten que las operaciones de minería submarina pueden generar plumas de sedimentos que se expanden cientos de kilómetros, alterando la biodiversidad y la fotosíntesis marina.

Presiones internacionales y repercusiones económicas

El caso de las Islas Cook no es aislado. En el Pacífico central, países como Papúa Nueva Guinea, Tonga o Nauru también han firmado licencias de exploración con empresas vinculadas a consorcios estadounidenses, canadienses y chinos. En particular, el grupo The Metals Company (TMC) y su filial NORI mantienen concesiones activas en la zona de Clarion-Clipperton, un espacio del océano Pacífico controlado parcialmente por la ISA.

El bloqueo al Nautilus se produce precisamente cuando varios Estados insulares —entre ellos Fiyi, Samoa y Palau— han pedido una moratoria internacional sobre la minería en aguas profundas, apelando al principio de precaución.

Las protestas también ponen bajo presión a los países industrializados, acusados de promover la extracción oceánica mientras se presentan como líderes climáticos. Greenpeace y otras ONG exigen que el Consejo de la ISA, que se reúne este mes en Kingston (Jamaica), adopte un compromiso legal de no autorizar nuevas licencias hasta disponer de suficiente conocimiento científico sobre el impacto de estas actividades.

Impacto sobre la industria naval y la regulación internacional

Más allá del activismo ambiental, este episodio tiene consecuencias directas para la industria marítima y los astilleros implicados en la construcción de buques de investigación y apoyo a la minería submarina. Las acciones de bloqueo, litigios ambientales y presiones diplomáticas podrían ralentizar inversiones millonarias y afectar a empresas europeas y asiáticas que fabrican estos buques especializados.

Analistas del sector señalan que el caso de las Islas Cook marca un punto de inflexión en la relación entre sostenibilidad y minería marina, y podría acelerar la adopción de normativas internacionales más restrictivas, similares a las que ya existen en pesca o transporte marítimo.

En definitiva, la imagen de los kayaks bloqueando un barco científico simboliza el dilema de una época: cómo lograr una transición energética sin convertir el océano en la nueva mina del planeta. Las Islas Cook, una pequeña nación en medio del Pacífico, se han convertido así en epicentro del debate mundial sobre los límites ecológicos del progreso verde.

La OMI retrasa un año el acuerdo mundial para descarbonizar el transporte marítimo

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Estados Unidos logra posponer la adopción del texto tras intensas presiones diplomáticas en Londres, pese a la urgencia climática del sector naval

La Organización Marítima Internacional (OMI) ha decidido aplazar por un año la adopción del acuerdo global para la descarbonización del transporte marítimo, una decisión que supone un revés significativo en los esfuerzos internacionales por reducir las emisiones del sector. La medida, tomada en la madrugada del viernes tras intensas negociaciones en la sede de la organización en Londres, fue impulsada principalmente por Estados Unidos, que ejerció una fuerte presión diplomática para bloquear el texto y ganar tiempo en las negociaciones.

El acuerdo, que debía sentar las bases regulatorias y económicas para la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) de los buques a nivel mundial, ni fue aprobado ni rechazado, sino simplemente pospuesto hasta octubre de 2026. Según fuentes de la delegación europea, el retraso “frena el impulso alcanzado desde la adopción de la Estrategia Revisada de la OMI en 2023”, que fijaba el objetivo de cero emisiones netas para 2050 y establecía una ruta intermedia de reducción del 30 % de emisiones para 2030.

Las negociaciones se extendieron hasta las 3:30 de la madrugada del viernes 17 de octubre, tras una jornada descrita como “caótica” por varios delegados. El bloqueo estadounidense se centró en cuestiones de procedimiento, impidiendo avanzar hacia el debate de fondo sobre los mecanismos financieros y regulatorios del nuevo marco climático marítimo. La propuesta inicial de aplazamiento, planteada por Arabia Saudí, fue finalmente respaldada por una mayoría de países en desarrollo y por la propia delegación estadounidense, que defendió la necesidad de “profundizar en el análisis de los impactos económicos del acuerdo”.

Durante la sesión plenaria, Brasil criticó abiertamente la actitud de Estados Unidos, acusando a Washington de utilizar tácticas dilatorias “que ponen en riesgo la credibilidad del sistema multilateral”. Delegados de la Unión Europea, Japón, Canadá y varios Estados insulares del Pacífico lamentaron el aplazamiento, al considerar que “cada año perdido en regulación climática supone más emisiones y menos posibilidades de cumplir los objetivos del Acuerdo de París”.

El texto en debate incluía medidas clave como la creación de un fondo internacional para la transición energética marítima, financiado a través de un impuesto sobre el carbono aplicado al combustible de los buques, y la obligación de emplear combustibles de bajas emisiones como metanol, amoníaco verde o biocombustibles avanzados. Este fondo, estimado inicialmente en más de 80.000 millones de dólares anuales, debía destinarse a ayudar a los países en desarrollo y a las flotas más pequeñas a adaptarse al nuevo marco ecológico.

Sin embargo, Estados Unidos, junto con China y algunos países productores de hidrocarburos, expresó su rechazo a los aspectos financieros del texto, argumentando que una tasa global sobre el carbono podría perjudicar a las economías emergentes y a los consumidores. En cambio, propusieron un sistema voluntario de reducción de emisiones, basado en incentivos tecnológicos y acuerdos bilaterales, opción que la mayoría de países europeos consideró insuficiente.

Para las organizaciones ambientalistas, la decisión supone una “derrota moral y climática”. Greenpeace y Transport & Environment denunciaron que “los intereses económicos de unos pocos países han prevalecido sobre la urgencia de actuar contra la crisis climática”. Según ambas entidades, el aplazamiento retrasará la entrada en vigor de medidas concretas de reducción de emisiones hasta, como mínimo, 2027, lo que podría implicar decenas de millones de toneladas adicionales de CO₂ emitidas por la flota mundial.

El transporte marítimo internacional, responsable de casi el 3 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, enfrenta uno de los mayores retos en su historia reciente. La OMI, con sede en Londres y 176 Estados miembros, es el organismo encargado de regular la navegación y las emisiones del sector marítimo global, en un contexto en el que la presión social y económica por avanzar hacia la descarbonización se intensifica.

A pesar del fracaso temporal, el secretario general de la OMI, Arsenio Domínguez, llamó a la calma y defendió que el aplazamiento permitirá alcanzar un consenso más amplio. “No hemos perdido el rumbo. Necesitamos construir un marco equitativo y viable para todos los países, especialmente para los más vulnerables”, declaró.

En la práctica, el aplazamiento implicará que los nuevos objetivos y mecanismos económicos —incluyendo el precio al carbono marítimo y el fondo climático— no se aprobarán antes de 2026, dejando el liderazgo climático del sector en manos de iniciativas regionales, como el Régimen de Comercio de Emisiones (ETS) de la Unión Europea, que ya grava las emisiones de los buques que operan en puertos europeos.

El resultado de Londres deja en evidencia la fractura entre los grandes emisores y los países más afectados por el cambio climático, y pone a prueba la capacidad de la OMI para actuar como mediadora global en un sector crucial para el comercio mundial.

Mientras tanto, la flota internacional seguirá navegando con el lastre de un acuerdo pendiente, en un océano donde las promesas de descarbonización parecen, por ahora, varadas un año más en puerto.

Marruecos y Rusia firman un nuevo acuerdo pesquero que impulsa la cooperación, pero genera dudas sobre transparencia y control

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El pacto de cuatro años contempla cuotas, zonas reguladas y programas científicos para “preservar el ecosistema marino”, aunque organizaciones señalan la necesidad de mayor supervisión

El Reino de Marruecos y la Federación de Rusia anunciaron este viernes un nuevo acuerdo bilateral de cooperación pesquera marítima, que sustituye al convenio anterior expirado en diciembre de 2024 y que tendrá una duración de cuatro años. El pacto fue firmado en Moscú por el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, y el jefe de la Agencia Federal de Pesca rusa, Ilya Shestakov.

Según los términos oficiales divulgados por medios marroquíes, el acuerdo establece un marco jurídico que permite a los buques rusos operar en aguas atlánticas marroquíes, bajo la normativa de Marruecos, con límites anuales de captura, zonas autorizadas de pesca, periodos de descanso biológico y una doble apuesta por la participación científica y la protección del ecosistema.

Principales elementos del convenio

  • El texto fija cuotas de capturas anuales para los buques rusos que operen en aguas marroquíes, sin que en la comunicación pública se precise la cifra exacta, aunque algunas fuentes mencionan que la flota rusa podría aspirar a unos 80.000 toneladas.
  • Las “zonas de pesca autorizadas” son delimitadas a lo largo de la costa atlántica de Marruecos, y se establece que la actividad pesquera se ajustará a la normativa marroquí vigente en materia de protección y gestión de los recursos.
  • Se hace expresa mención a la protección del ecosistema marino, a la prevención de la sobrepesca y al combate contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).
  • El acuerdo promueve la cooperación técnica y científica entre el Instituto Nacional de Investigaciones Pesqueras (INRH) marroquí y su equivalente ruso, mediante programas de investigación conjunta, monitoreo del ecosistema y formación de profesionales.

Implicaciones económicas y estratégicas

Para Marruecos, el acuerdo permite reforzar su rol como actor clave en el Atlántico noroccidental y mantener una fuente de ingresos vinculada al acceso de flotas extranjeras en sus aguas. Según datos recogidos en el contexto del acuerdo, Marruecos generó cerca de 1.700 millones de dólares en 2024 por exportaciones de productos pesqueros —aunque esto no se vincula exclusivamente a esta flota rusa—.

Desde la perspectiva rusa, el pacto refuerza sus relaciones marítimas con África y aumenta el acceso de su flota a zonas clave de pesca, en un contexto global en el que los recursos marinos están bajo presión.

Retos y debates pendientes

A pesar del marco anunciado, el acuerdo suscita preguntas en torno a la transparencia y el control efectivo de los recursos. Organizaciones de vigilancia internacional y medios especializados han señalado que convenios anteriores entre Marruecos y flotas extranjeras han sido objeto de escrutinio por parte de países vecinos o por falta de plena rendición de cuentas.

Asimismo, el hecho de que los detalles concretos de las cuotas o de los buques admitidos no se hayan desvelado públicamente agrava la incertidumbre sobre el grado real de beneficio que obtendrá la pesca artesanal local, así como la capacidad para supervisar el cumplimiento de la normativa de protección ambiental.

Contexto geopolítico

El acuerdo llega en un momento en que Marruecos negocia la renovación de su asociación pesquera con la European Union (UE), lo que añade un componente estratégico a la firma con Rusia. Además, el pacto pone de relieve el uso que hacen Marruecos y otros países del Atlántico de sus aguas como plataforma de alianzas internacionales en materia marítima.

El nuevo convenio Marruecos-Rusia de pesca marítima representa un paso significativo en la cooperación bilateral y en la política pesquera de ambos países. Con cláusulas que reivindican la sostenibilidad, la protección del ecosistema y la ciencia, el acuerdo ofrece una visión avanzada —al menos en papel— de una gestión responsable. Sin embargo, el desafío real estará en su implementación y en que se asegure que las comunidades pesqueras locales, el medio marino y la transparencia institucional salgan realmente reforzadas. En este sentido, los próximos meses serán decisivos para comprobar si el acuerdo se traduce en beneficios concretos y verificables.

La Administración Trump paraliza el desarrollo de la eólica marina en Estados Unidos

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El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha supuesto un golpe severo para la industria eólica marina, con la suspensión de permisos, la anulación de 49 gigavatios de proyectos y la parálisis del mercado energético.

Las grandes expectativas generadas durante la presidencia de Joe Biden para convertir a Estados Unidos en una potencia mundial de la energía eólica marina se han desvanecido. Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el sector ha entrado en un estado de hibernación que amenaza con frenar el desarrollo de una de las principales apuestas de la transición energética.

Ninguno de los promotores de parques eólicos marinos que operaban en el mercado estadounidense mantiene ya ilusiones. Las depreciaciones de activos reflejadas en sus balances muestran el alcance de la crisis. Según explican los operadores, se han topado con un auténtico muro anti-eólico, alentado desde la propia administración federal, que ha multiplicado los obstáculos administrativos y legales.

La orden ejecutiva firmada el 20 de enero, el mismo día de la investidura de Trump, no solo prohibió conceder nuevos permisos para proyectos eólicos marinos, sino que también puso en cuestión autorizaciones previamente concedidas. Como consecuencia, “se han cancelado 49 gigavatios (GW) de energía eólica marina”, señala Yvan Gelbart, analista de la empresa francesa Spinergie, especializada en datos marítimos. Gelbart detalla que estas anulaciones afectan a 31 proyectos o zonas ya adjudicadas para la instalación de parques eólicos en el mar.

Uno de los casos más representativos es el del proyecto Revolution Wind, desarrollado por la danesa Ørsted. Pese a estar construido en un 80 %, la compañía se vio obligada por la administración Trump a detener las obras, hasta que una resolución judicial permitió retomar los trabajos. El parón supuso importantes pérdidas económicas y puso en evidencia la fragilidad del marco regulatorio actual.

Las consecuencias no se limitan a las empresas afectadas. Los Estados costeros como Massachusetts, Nueva York o Nueva Jersey, que habían apostado por el viento marino para diversificar su matriz energética, temen ahora un colapso de sus planes climáticos y una pérdida significativa de empleos e inversiones.

El giro político de Washington contrasta radicalmente con la estrategia de la anterior administración. El presidente Joe Biden había fijado el objetivo de alcanzar 30 GW de potencia eólica marina instalada en 2030, apoyándose en fuertes incentivos públicos y en la colaboración con compañías europeas.

Hoy, ese horizonte se desvanece. La combinación de incertidumbre regulatoria, litigios judiciales y un clima político hostil ha devuelto a la industria eólica marina estadounidense a una situación de bloqueo. Para muchos expertos, el sueño americano del viento marino se ha convertido en un espejismo.

Natura 2000 y pesca: la nueva guía de la Comisión traza un mapa práctico para compatibilizar conservación y actividad en el mar

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El documento, de carácter orientativo, explica cómo aplicar los artículos clave de las Directivas de Hábitats y Aves a la pesca —comercial y recreativa—, fija pasos, ejemplos y medidas y conecta la gestión de Natura 2000 con la Política Pesquera Común.

La Comisión Europea ha publicado una nota-guía sobre “Natura 2000 y pesca” que aterriza, con detalle operativo, cómo deben los Estados miembros prevenir el deterioro de hábitats, evitar perturbaciones significativas a especies y establecer medidas de conservación en los espacios marinos protegidos, sin dejar de lado la viabilidad del sector. No es vinculante, pero sistematiza obligaciones legales ya vigentes y ofrece un itinerario uniforme para toda la UE.

Un marco jurídico claro… y exigente

El texto pivota sobre el artículo 6 de la Directiva Hábitats —con sus apartados 1 (medidas de conservación), 2 (evitar deterioro/perturbación), 3 (evaluación apropiada de planes y proyectos) y 4 (excepciones con compensaciones)— y el artículo 4 de la Directiva Aves para las ZEPAs. La guía recuerda que estas normas se aplican de forma permanente a LIC/ZEC y ZEPAs, y que no cabe eximir categorías enteras de actividades.

La Comisión enlaza la guía con la Estrategia de Biodiversidad 2030, la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina y el Plan de Acción para proteger y restaurar los ecosistemas marinos, subrayando que más de 3.000 sitios marinos de Natura 2000 cubren ya más del 9 % de las aguas de los Estados miembros. La pesca es una presión relevante y, a la vez, depende de ecosistemas sanos; de ahí el foco en compatibilizar. natura 2000 and fishing-KH01240…

Dos pasos obligados (y un tercero cuando toca)

Paso 1 (art. 6.2): identificar —con la mejor información científica disponible, datos DCF y control pesquero— qué artes o esfuerzos pueden causar deterioro o perturbación y adoptar medidas preventivas sin esperar a que se produzca el daño.
Paso 2 (art. 6.1): fijar objetivos de conservación específicos por sitio y desplegar medidas necesarias (planes, normas, contratos) para alcanzarlos. Deben aplicarse de verdad, no solo aprobarse.
Cuando hay planes o proyectos (art. 6.3): cribado y evaluación apropiada “en función de los objetivos del lugar”, descartando efectos adversos sobre la integridad del sitio; si no hay certezas, no se autorizan, salvo recurso al 6.4 con razones imperiosas de interés público y medidas compensatorias.

Qué se entiende por “deterioro” y “perturbación significativa”

“Deterioro” es reducción de superficie, pérdida de estructura y funciones del hábitat o merma del estado de las especies asociadas; la referencia es la condición al declarar el sitio o la mejor alcanzada desde entonces. “Perturbación significativa” es la que contribuye al declive de una población o reduce su área/recursos. Se evalúa contra los objetivos del lugar y en clave dinámica.

Medidas que la guía pone sobre la mesa

  • Cierres espaciotemporales y zonas de exclusión para artes de contacto con el fondo en arrecifes o bancos de arena.
  • Adaptaciones de artes (selectividad, tamaños mínimos, alternativas) y gestión del esfuerzo.
  • Seguimiento y control robustos (VMS, observadores, inspección) y monitorización ecológica para ajustar medidas.
  • Participación temprana de pescadores y partes interesadas para dar propiedad y mejorar el cumplimiento.
  • Apoyo financiero (EMFAF y LIFE) para mitigar impactos socioeconómicos y acelerar la transición.

Si faltan datos o hay incertidumbre, se actúa preventivamente: restricciones o prohibiciones pueden ser necesarias hasta disponer de evidencia suficiente. La ausencia de datos no justifica aplazar medidas cuando hay riesgo para los valores del lugar. natura 2000 and fishing-KH01240…

Cómo integrar la guía con la Política Pesquera Común

La PPC obliga a una gestión ecosistémica y ofrece vías nacionales (medidas técnicas) y regionalización para medidas adoptadas por la UE, con responsabilidad compartida entre Estados que operan en la misma cuenca. La guía alinea objetivos de conservación con instrumentos de la PPC para que Natura 2000 no quede en el papel. natura 2000 and fishing-KH01240…

La nota compila fallos del TJUE que exigen medidas vinculantes (no bastan códigos voluntarios), prevención y evaluaciones rigurosas; también recoge ejemplos bálticos donde se cerraron áreas a artes de fondo para proteger arrecifes y bancos mediante reglamentos delegados. El mensaje: la obligación es efectiva, no declarativa. natura 2000 and fishing-KH01240…

Qué cambia para administraciones y flotas

  • Más planificación: objetivos por sitio bien definidos, con atributos y metas medibles. natura 2000 and fishing-KH01240…
  • Más evidencia: cartografiar hábitats a escala EUNIS fina y cruzarlos con patrones de esfuerzo a nivel métier para matrices de riesgo. natura 2000 and fishing-KH01240…
  • Más coherencia: coordinar conservación, ordenación del espacio marítimo y gestión pesquera. natura 2000 and fishing-KH01240…
  • Más control: aplicación y vigilancia como parte inseparable de las medidas. natura 2000 and fishing-KH01240…

Ejemplos que orientan la práctica

La guía ilustra, por ejemplo, cómo regular dragas en arrecifes designados, ordenar la pesca en áreas de alimentación de mamíferos marinos o someter permisos a evaluación apropiada si pueden tener efectos significativos; también muestra recorridos de recuperación cuando cesa una presión que degradaba un hábitat. natura 2000 and fishing-KH01240…

El papel de los datos: de la cabina al expediente

Los Estados deben facilitar datos a los usuarios científicos bajo el marco DCF y usar técnicas in situ y remotas —satélites, seguimiento de buques, modelos— para diagnosticar riesgos y medir resultados. Sin datos, precaución; con datos, gestión adaptativa. natura 2000 and fishing-KH01240…

Aunque el art. 6.1 es propio de Hábitats, la guía recuerda que las ZEPAs tienen obligaciones equivalentes de objetivos y medidas bajo el art. 4 de Aves, interpretadas de forma coherente con Hábitats para formar una red única que asegure el estado favorable.

Si un plan o proyecto no es necesario para la gestión del sitio y puede afectarlo significativamente, debe evaluarse; solo se autoriza si no perjudica su integridad. Si, pese a todo, prosigue por interés público imperioso, deberá compensar y no hay atajos. natura 2000 and fishing-KH01240…

La nota anima a cuantificar impactos y beneficios socioeconómicos, activar incentivos, apoyar cambios de arte, formación y proyectos de restauración, y comunicar con transparencia para legitimar las decisiones. Sin recursos, la obligación no se cumple. natura 2000 and fishing-KH01240…

Claves para España

Con una amplia costa y numerosos LIC/ZEC marinos, España deberá actualizar objetivos, reforzar cartografías y seguimientos, ajustar medidas técnicas (por ejemplo, cierres para artes de fondo en hábitats sensibles), alinear planes con PPC y EMFAF, y medir resultados ecológicos y sociales. La guía da plantillas y anexos útiles para hacerlo. natura 2000 and fishing-KH01240…

La guía “Natura 2000 y pesca” no reescribe la ley: la ordena, la acerca a la práctica y eleva el listón de coherencia y exigencia. Para el sector, supone reglas más claras y la posibilidad de participar desde el diseño; para las administraciones, método y respaldo jurídico; para el mar, una hoja de ruta para que hábitats y especies mejoren su estado sin expulsar a la pesca, sino haciéndola parte de la solución. natura 2000 and fishing-KH01240…

Las cuotas pesqueras y transición energética marcan un invierno decisivo para el sector español

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La Comisión Europea ultima las negociaciones sobre los TAC y prepara una revisión profunda de la Política Pesquera Común y del marco financiero en clave climática

La Comisión Europea afronta unas semanas de intensa actividad en el ámbito marítimo y pesquero, con dos grandes frentes sobre la mesa: las negociaciones de diciembre sobre los TAC y cuotas —que definirán los límites de captura de 2026— y el inicio de una revisión estructural de la Política Pesquera Común (PPC) y del marco financiero plurianual en un contexto marcado por el cambio climático y la transición energética.

En el primer bloque, Bruselas trabaja ya en los documentos preparatorios para las negociaciones del Consejo de Ministros de Pesca, que se celebrarán en diciembre y que volverán a ser determinantes para la flota española, especialmente para las del norte peninsular y las del Golfo de Vizcaya. La cuota de caballa se perfila como el elemento más sensible de la negociación, tanto por su impacto económico directo en las flotas de Euskadi, Cantabria y Galicia como por el conflicto latente con Noruega y las Islas Feroe, acusadas de sobreexplotar la población sin un acuerdo equitativo de reparto.

En este sentido, el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, y el nuevo responsable de Energía y Pesca, Stavros Kadis, deberán fijar una posición firme frente a los Estados ribereños que mantienen cuotas unilaterales, defendiendo el principio de sostenibilidad y el equilibrio económico de las flotas comunitarias. También se espera una atención especial a la gestión de los gádidos en el Mar Céltico, donde las recomendaciones científicas del CIEM han sido especialmente restrictivas y podrían poner en riesgo la rentabilidad de numerosas embarcaciones.

Por otro lado, el debate sobre la Política Pesquera Común (PPC) entra en una fase clave. La Comisión ha confirmado que la evaluación general del marco actual concluirá a comienzos de 2026, y que los resultados serán presentados en la reunión ministerial de mayo en Chipre, para su posterior debate en el Consejo de Agricultura y Pesca. Esta revisión pretende integrar mejor las consecuencias del cambio climático en la gestión de recursos marinos y en las ayudas a las flotas, reforzando las dimensiones ambiental, social y económica de la política.

El sector pesquero español, a través de sus principales organizaciones, ha insistido en que la PPC actual no ofrece herramientas suficientes para afrontar los retos que plantea el calentamiento de los océanos, la pérdida de biodiversidad y la creciente presión de otros usos del mar, como la energía eólica marina o la minería submarina. En palabras de fuentes del sector, “es imprescindible adaptar la política pesquera a una realidad donde el cambio climático ya condiciona los calendarios, las zonas de pesca y las propias especies”.

En esta dirección, la Comisión Europea presentará a principios de 2026 una hoja de ruta para la transición energética del sector pesquero, con recomendaciones concretas para reducir emisiones, promover la eficiencia energética en buques y favorecer el acceso a combustibles alternativos. Esta estrategia, que se discutirá en una conferencia de alto nivel durante el primer trimestre de ese año, pretende servir de base para una nueva generación de ayudas a la modernización de flota, orientadas a la descarbonización y la competitividad.

Sin embargo, el nuevo marco financiero plurianual propuesto por Bruselas ha generado decepción y malestar en el sector, especialmente en España. La reducción de más de 4.000 millones de euros en los fondos destinados a pesca y acuicultura respecto al actual período se percibe como un retroceso injustificado, más aún cuando otros sectores han incrementado sus dotaciones para afrontar la transición verde. “Resulta incoherente pedir una flota más sostenible y eficiente si se recortan los recursos que lo harían posible”, denuncian desde las organizaciones pesqueras.

La revisión del Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA) será, por tanto, uno de los temas más debatidos de los próximos meses. España, junto a Francia, Portugal e Irlanda, presionará para reforzar las líneas de financiación dirigidas a la renovación de buques, digitalización y formación profesional, elementos considerados esenciales para el relevo generacional y la viabilidad económica de las flotas.

Por su parte, la Comisión defiende que la reorientación de fondos europeos responde a la necesidad de un enfoque más transversal, donde la pesca forme parte de un ecosistema azul integrado que combine sostenibilidad, innovación y cohesión social. No obstante, fuentes del Parlamento Europeo advierten que sin inversión real en tecnología limpia y reconversión energética, las buenas intenciones “corren el riesgo de quedarse en papel mojado”.

En paralelo, Bruselas ha puesto sobre la mesa un calendario político que marcará la agenda pesquera europea. Además de la presentación del balance de la PPC en mayo, se prevén consultas técnicas con los Estados miembros en el segundo semestre de 2025, con el objetivo de consensuar nuevas metas de sostenibilidad y transición energética antes de 2027.

De fondo, el sector afronta un momento de redefinición. La convergencia entre los debates sobre TACs, política climática y financiación europea dibuja un escenario en el que la pesca ya no puede entenderse aislada, sino integrada en la estrategia azul del Pacto Verde Europeo.

En definitiva, Bruselas encara un invierno de decisiones determinantes. Las cuotas de 2026, la relación con Noruega, la revisión de la PPC y la transición energética del sector pesquero serán los cuatro ejes de una agenda decisiva para el futuro del mar europeo. España, como potencia pesquera y país ribereño, aspira a desempeñar un papel protagonista en un proceso que marcará el equilibrio entre la sostenibilidad ambiental y la supervivencia económica de miles de familias del litoral atlántico y cantábrico.

Portugal cierra la pesquería de rape tras agotar casi toda su cuota en el Atlántico

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El país luso prohíbe la captura de la especie en las zonas 8c, 9, 10 y aguas comunitarias de la CECAF al alcanzar el 95 % de los límites asignados, permitiendo solo capturas accesorias del 5 %

El Gobierno de Portugal ha decretado el cierre temporal de la pesquería de rape (Lophius spp.) en el Atlántico, tras alcanzar el 95 % de la cuota anual asignada para esta especie en las zonas 8c, 9, 10 y en aguas de la Unión Europea dentro de la zona CECAF 34.1.1.. La medida, que entrará en vigor a las 00:00 horas del próximo martes 21 de octubre, supone la prohibición total de nuevas capturas, permitiéndose únicamente la retención de capturas accesorias de rape, siempre que estas no superen el 5 % del total descargado por embarcación y marea.

La decisión fue adoptada por la Dirección General de Recursos Naturales, Seguridad y Servicios Marítimos (DGRM) del Ministerio del Mar portugués, en aplicación del sistema de gestión y control de cuotas comunitarias establecido por la Unión Europea. Según la DGRM, el cierre tiene como objetivo garantizar el cumplimiento de los límites de captura y evitar la sobrepesca de una especie de alto valor comercial, muy presente en los mercados ibéricos y europeos.

El rape, conocido por su carne blanca y su elevada demanda tanto en fresco como en productos elaborados, es una especie objetivo importante para las flotas de arrastre y palangre del Atlántico ibérico, que faenan entre el Golfo de Cádiz y el norte de Galicia. El cierre afecta, por tanto, a un amplio abanico de buques portugueses, incluidos aquellos que operan en zonas compartidas con la flota española, particularmente en el Cantábrico Noroeste y el Golfo de Vizcaya.

Fuentes del sector consultadas por medios lusos han señalado que el cierre “era previsible, dado el elevado nivel de esfuerzo pesquero en los últimos meses”, aunque reconocen que podría tener un impacto económico considerable para algunas comunidades costeras dependientes del arrastre de fondo. No obstante, las organizaciones de productores y armadores han valorado positivamente que el sistema de seguimiento de cuotas funcione con transparencia, lo que permite “anticipar decisiones y evitar sanciones por sobrepesca”.

Por otro lado, el Ministerio del Mar portugués ha recordado que la medida tiene carácter precautorio y que se mantendrá vigente hasta el inicio del próximo año de gestión pesquera, momento en que se asignarán las nuevas cuotas comunitarias dentro del marco de Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas para 2026, actualmente en negociación entre la Comisión Europea y los Estados miembros.

En este sentido, el cierre del rape en Portugal se produce en un contexto de intensa preparación para el Consejo de Ministros de Pesca de diciembre, donde se definirán los límites de captura para las principales especies del Atlántico y el Cantábrico. Entre los temas más sensibles que se debatirán figuran la caballa, el gallo, la merluza y el propio rape, especies de gran relevancia para las flotas española y portuguesa.

Desde la Comisión Europea, se ha insistido en que las decisiones nacionales de cierre anticipado son una herramienta clave para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los recursos pesqueros, así como para asegurar el cumplimiento de los compromisos internacionales de la UE en materia de gestión responsable de los océanos.

En paralelo, Portugal sigue reforzando sus sistemas de control y seguimiento de las capturas, con la aplicación de tecnologías digitales y trazabilidad electrónica, que permiten conocer en tiempo real la evolución del consumo de cuota por especie y por zona de pesca. Estas medidas, que forman parte del Plan Nacional de Control Pesquero, han sido valoradas por la Comisión como un ejemplo de buena gobernanza en la gestión de los recursos marinos.

El rape, que puede alcanzar tamaños de hasta un metro y habita en fondos fangosos y arenosos de entre 20 y 1.000 metros de profundidad, constituye una de las especies demersales más representativas del Atlántico ibérico. Su gestión sostenible resulta especialmente relevante para la conservación del ecosistema bentónico y para el equilibrio económico de las flotas mixtas que comparten espacio con otras especies de interés, como la merluza, el gallo o el lenguado.

Con este cierre, Portugal se suma a otros Estados miembros que en los últimos meses han activado medidas similares para preservar sus cuotas y evitar excedentes en el marco del actual sistema comunitario de gestión pesquera. La decisión refuerza, además, la coordinación con España, con la que Lisboa mantiene un mecanismo permanente de intercambio de información sobre el estado de los recursos y las capturas, en el marco del Acuerdo Bilateral de Cooperación Pesquera Atlántica.

El Ministerio portugués ha concluido su comunicación recordando a los armadores y patrones de buques la obligación de respetar las limitaciones impuestas y de declarar correctamente todas las capturas accesorias, con el fin de garantizar la sostenibilidad del recurso y la protección de un sector que, en palabras de la DGRM, “depende directamente de la salud de nuestros mares y del cumplimiento responsable de las normas que los protegen”.

Ministerio y Xunta reafirman en Viveiro su apoyo a la pesca artesanal del Cantábrico-Noroeste

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Isabel Artime e Cándido Rial destacan la importancia de la cooperación entre administraciones y cofradías para garantizar la sostenibilidad y el futuro del sector

La localidad lucense de Viveiro se convirtió este viernes en el epicentro de la pesca artesanal del Cantábrico-Noroeste, al reunir en una misma jornada a representantes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y de la Xunta de Galicia, que reafirmaron su compromiso con el sector pesquero artesanal y con la sostenibilidad de los caladeros del norte peninsular.

Durante el encuentro —celebrado en el marco del décimo aniversario de la Interfederativa de Cofradías de Pescadores del Cantábrico-Noroeste—, la secretaria general de Pesca, Isabel Artime, subrayó el respaldo del Gobierno de España a la flota artesanal, destacando las actuaciones impulsadas por el Ministerio que han contribuido a mantener la actividad en las principales pesquerías del caladero “combinando la sostenibilidad socioeconómica de los pescadores con la conservación de los recursos”.

Artime puso de relieve la importancia de la cooperación entre el sector y las administraciones públicas para abordar los retos presentes y futuros de la pesca artesanal. En su intervención, señaló que la Interfederativa “se ha consolidado como un punto de encuentro esencial entre la flota de bajura y las instituciones, favoreciendo el diálogo y la cooperación para avanzar hacia una pesca más sostenible y competitiva”.

En el transcurso de la jornada, titulada “Reflexiones sobre la Pesca Artesanal”, se abordaron cuestiones clave como la modificación del reglamento europeo de control pesquero, las recomendaciones científicas más recientes del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) —determinantes para el reparto de cuotas de 2026—, y el proyecto de real decreto que regulará las medidas de gestión de los recursos pesqueros.

En relación con la pesquería de atún rojo, Artime destacó que el objetivo de España, a través de la Unión Europea, es lograr un incremento significativo de cuota en la próxima reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), que se celebrará en Sevilla del 17 al 24 de noviembre.

Por su parte, el director general de Pesca, Acuicultura e Innovación Tecnolóxica de la Xunta de Galicia, Cándido Rial, reafirmó el apoyo del Gobierno gallego a la pesca artesanal y anunció una nueva línea de ayudas dotada con 2,8 millones de euros para financiar los planes de producción y comercialización de las organizaciones de productores pesqueros y sus asociaciones.

Estas ayudas, coordinadas por la Consellería do Mar y cofinanciadas por el Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA), forman parte de una estrategia global que alcanza los 4,8 millones de euros. Según Rial, esta inversión “refuerza la competitividad del sector y promueve una gestión sostenible de los recursos, incorporando innovación, digitalización y nuevas tecnologías al trabajo diario de las cofradías”.

Durante el Congreso de Pesca Artesanal CNW 2025, en el que participaron las federaciones de cofradías de Guipúzcoa, Cantabria, Asturias, Lugo, A Coruña y Pontevedra, así como la Federación Gallega de Cofradías, se debatieron también los retos comunes del caladero Cantábrico-Noroeste, entre ellos la renovación generacional de la flota, la valoración de los productos pesqueros, la mejora de las condiciones laborales de mariscadoras y marineros, y la cooperación interterritorial ante los efectos del cambio climático y la transición energética.

La Consellería do Mar recordó que la pesca artesanal tiene un papel fundamental en la economía gallega, generando más de 10.000 empleos directos y 16.500 indirectos, con 3.800 pequeñas embarcaciones repartidas en 80 municipios costeros, lo que convierte a Galicia en una de las regiones europeas más dependientes de la pesca.

En este contexto, tanto el Ministerio como la Xunta coincidieron en la necesidad de seguir defendiendo la pesca artesanal ante las instituciones europeas, reclamando un trato equitativo en el reparto de cuotas, un apoyo estable a los planes de gestión costera y una mayor presencia del sector artesanal en las políticas comunitarias de sostenibilidad marina.

La clausura del encuentro evidenció un amplio consenso entre administraciones y cofradías sobre la importancia de proteger y modernizar la pesca artesanal, una actividad que, como subrayó Isabel Artime, “no solo representa una forma de vida, sino también un legado cultural y social que define la identidad de nuestras costas”.

Celeiro 2025: La pesca española ante sus nuevos desafíos

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Más allá del inmovilismo: Celeiro impulsa el análisis y el debate pesquero con ponentes de referencia. La pesca se debate en Celeiro: expertos, ciencia y sector unidos por el futuro.

Por M. Máximo Díaz, coordinador de las Jornadas Técnicas de Pesca de Celeiro,
Secretario Cofradía de Pescadores de Celeiro y Presidente del AEN-CTN 195
Pesca Extractiva

En un mundo pesquero en constante transformación, donde los retos económicos, medioambientales y normativos se entrelazan con la innovación tecnológica y las demandas del mercado, Celeiro volverá a ser el epicentro del debate, la reflexión y el conocimiento, en un momento delicado, de grandes interrogantes y de incertidumbres del sector.
Los días 27, 28 y 29 de noviembre de 2025, celebraremos la XXIX edición de las Jornadas Técnicas de Pesca de Celeiro, un encuentro que, tras casi tres décadas de historia, se ha consolidado como un simposio de referencia nacional e internacional. Bajo el lema «Un mar vivo y una pesca con futuro», el evento refuerza el carácter técnico, estratégico y transformador de las jornadas. Celeiro se posiciona así como un espacio de diálogo, innovación y compromiso con el futuro del mar.


Una cita que marca agenda
Estas Jornadas no son un simple congreso técnico: son un punto de encuentro entre ciencia, administración y sector pesquero, donde se abordan sin filtros los temas que verdaderamente determinan el presente y el futuro de la pesca española y europea.
En cada edición, Celeiro se convierte en una plataforma de diálogo constructivo entre armadores, investigadores, gestores públicos, representantes del ámbito jurídico y social, y las organizaciones pesqueras más representativas del país. Un evento totalmente gratuito.


El formato híbrido de las Jornadas Técnicas de Pesca de Celeiro —presencial y online (streaming)— aporta una serie de ventajas estratégicas que refuerzan su relevancia como evento de referencia.
Las ventajas que ofrece el formato híbrido son un mayor alcance y participación internacional, accesibilidad y flexibilidad, difusión y visibilidad, sostenibilidad. Poder seguir en vivo y en directo a través del streaming significa llegar a un publico plural en cualquier parte fuera de nuestras fronteras; el evento puede ser compartido en redes sociales, medios y plataformas especializadas… lo que aumenta su impacto. Sin duda alguna el formato presencial tiene un valor superior porque supone un networking directo (relaciones
personales, intercambio informal… generación de colaboraciones…); una experiencia inmersiva (ambiente, stands, atmósfera pesquera profesional… que aportan un valor difícil de replicar on-line). Además la participación activa es fundamental y los presentes pueden intervenir en los debates, discusiones y/o cualquier tipo de actividades complementarias. Además la visibilidad institucional y sectorial con presencia física de autoridades, ponentes, especialistas y empresas vinculadas al sector, así como medios especializados refuerza el prestigio del evento y su impacto político y económico.


La calidad de los ponentes: un sello distintivo
Uno de los grandes valores de las Jornadas de Celeiro es la altura profesional y la solvencia técnica de sus ponentes que constituye un sello distintivo. Cada año, reunimos a expertos de primer nivel, voces con experiencia real y conocimiento profundo del sector, que aportan
visión, análisis y propuestas concretas.


En esta XXIX edición contaremos, -una vez más-, con especialistas reconocidos por su trayectoria en la gestión pesquera, la economía azul, la sostenibilidad de los recursos, la digitalización del sector y la seguridad marítima, entre otros ámbitos.
Creo que esa combinación de conocimiento científico, experiencia profesional y visión estratégica convierte a las Jornadas en un foro imprescindible para quienes viven la pesca desde dentro. De los 23 ponentes nada menos que 17 son debutantes en el foro, lo que demuestra el carácter fluido y adaptivo de un congreso que lejos del inmovilismo opta por el dinamismo, la proactividad y la flexibilidad.


Los puntos fuertes de los ponentes que estarán presentes son expertos de una sólida trayectoria en gestión pesquera (R. de la Figuera, Garat, Iván López, Millán Mon, Carmen Crespo, Alex Rodriguez, J.M. Elices, Cándido Ríal, Ángeles Vázquez…),
investigación marina (Borja Yerro, J. Castresana,…) , sostenibilidad (P.Abaunza, Elsa Cuende…), economía azul (J.A.Álvarez, H.J.Frade…) y legislación, ¿Que nos aportan estos especialistas?, pues lógicamente nos aportan una alta cualificación y sólida experiencia a través de su visión estratégica y conocimiento técnico.


Tenemos diversidad institucional y sectorial, es decir están todos los palos de la baraja representados, tratamos de “acercar la administración al administrado”; además la presencia de organizaciones claves como Cepesca, Fedepesca, Oceana Europa, EBFA, LDAC, FENAPA, Grupo Eroski, entre otras nos añade un plus de credibilidad. No falta tampoco el rigor científico y académico al contar con la Participación de investigadores de centros punteros como AZTI, IEO-CSIC, Universidad de Cantabria, … que garantizan el respaldo técnico y científico de las ponencias. Seguimos con la formula del enfoque multidisciplinar abordando temas desde múltiples perspectivas: biología pesquera,
economía, sostenibilidad, innovación, legislación, comercialización y gobernanza. Este elenco de especialistas convierte las Jornadas en un espacio de diálogo de alto nivel, donde se cruzan ciencia, política, empresa y sociedad civil para construir una pesca con futuro.
A mayores hay una cosa que me gustaría señalar, y es el compromiso del sector porque muchos de los ponentes están vinculados directamente al sector extractivo, comercializador y/o transformador, lo que asegura una conexión real con los retos y oportunidades del día a día.
Temas de máxima actualidad
Los grandes temas del programa de las XXIX Jornadas Técnicas, girarán en torno a los principales desafíos y oportunidades del sector pesquero. Bajo el lema «Un mar vivo y una pesca con futuro», el evento reunirá a profesionales, científicos, gestores y medios especializados en un formato híbrido (presencial y online).


Estos son los ejes temáticos principales que definen la coyuntura actual del sector pesquero español:
 Los efectos de las nuevas políticas europeas y sus implicaciones en la flota nacional.
 Eólica marina y pesca: ordenación del litoral.
 La sostenibilidad económica y ambiental de los recursos y la actividad pesquera.
 La incorporación de la digitalización, la innovación tecnológica y la transición energética.
 La problemática social y laboral, la formación y el relevo generacional.
 La competitividad en los mercados globales y el papel del consumidor informado.
 Innovación tecnológica aplicada a la flota.
 PPC: normativa y legislación pesquera.
 Economía azul.
 Descarbonización de la actividad pesquera.
 Impacto climático en los ecosistemas marinos.
 Vedas, espacios marinos protegidos, ecosistemas
vulnerables…
 Puertos, gobernanza internacional y sostenbilidad.

Todo ello, con la mirada puesta en reforzar la posición estratégica del sector pesquero como motor económico y social de las comunidades costeras, y en reivindicar el valor de un oficio que combina tradición, esfuerzo y responsabilidad con el medio marino.


Celeiro, tradición y futuro
Celeiro no es solo el escenario; es símbolo de compromiso con la pesca responsable y con el conocimiento compartido. Desde sus primeras ediciones, estas Jornadas han evolucionado al ritmo de los tiempos, anticipando debates y ofreciendo soluciones.


Hoy, más que nunca, su espíritu sigue intacto: analizar, debatir y proponer.
Porque el futuro de la pesca no se escribe en los despachos, sino en espacios de encuentro como éste, donde la experiencia y la ciencia reman en la misma dirección.
A las puertas de su trigésimo aniversario, las Jornadas Técnicas de Pesca de Celeiro reafirman su vocación: seguir siendo el foro de referencia del sector pesquero español y europeo, donde se piensa la pesca del mañana con los pies en el muelle y la mirada en el horizonte sin perder la perspectiva.

Para inscripciones utilizar el formulario de la página web: https://jornadasceleiro.com/

Vietnam supera las 800.000 toneladas de camarón cultivado pese a los desafíos sanitarios y comerciales

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El país mantiene un crecimiento del 6,2% en producción acuícola entre enero y agosto gracias al esfuerzo del sector y la adopción de nuevas tecnologías

Vietnam consolida su posición como uno de los principales productores mundiales de camarón cultivado, al superar las 801.000 toneladas de producción entre enero y agosto de 2025, según datos del Departamento de Supervisión Pesquera de Vietnam (VFSD). A pesar de los desafíos sanitarios, ambientales y de mercado que afectan al sector, el país ha logrado un crecimiento interanual del 6,2%, reflejo del esfuerzo coordinado de los productores, las autoridades y la industria exportadora.

El informe detalla que, en los primeros ocho meses del año, se cultivaron 711.000 hectáreas de camarón de agua salobre, lo que representa el 99,2% del plan anual previsto. De esta superficie, 604.500 hectáreas correspondieron al camarón tigre negro (Penaeus monodon) y 106.500 hectáreas al camarón blanco (Litopenaeus vannamei), la especie más orientada a la exportación.

En cuanto a la producción, el camarón blanco alcanzó las 617.100 toneladas, con un aumento del 7% respecto al año anterior, mientras que el camarón tigre negro sumó 184.100 toneladas, un 3,5% más. Aunque el ritmo de crecimiento ha sido moderado, la Asociación de Exportadores y Productores de Productos del Mar de Vietnam (VASEP) considera que los resultados “reflejan el compromiso del sector en un contexto sumamente complejo”, marcado por brotes de enfermedades acuícolas y condiciones climáticas impredecibles.

Entre los principales retos, los expertos destacan la persistencia de enfermedades intestinales y del microsporidio EHP (Enterocytozoon hepatopenaei), que ha afectado al crecimiento del camarón, alargando los ciclos de cultivo y elevando los costes de producción. La inestabilidad climática, con variaciones bruscas de temperatura y salinidad, también ha incrementado la vulnerabilidad de los estanques y la dificultad para mantener la calidad del agua.

Además, numerosas explotaciones siguen enfrentando problemas de control de calidad en la semilla, el pienso y los probióticos, factores esenciales para garantizar un cultivo sano y rentable. En este sentido, el VFSD ha instado a las autoridades locales a reforzar los programas de vigilancia sanitaria y control de insumos, con el fin de reducir la propagación de patologías y estabilizar la producción.

A estos desafíos sanitarios se suman los problemas en los mercados internacionales, donde los exportadores vietnamitas compiten con altos aranceles en Estados Unidos y una creciente presión de precios en Europa y China. Estas circunstancias han obligado al sector a redoblar sus esfuerzos en la recta final del año para alcanzar las metas previstas de exportación y mantener su posición en el mercado global.

El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Vietnam ha señalado que la prioridad pasa por mejorar la bioseguridad de las granjas, promover el uso de tecnologías avanzadas y fomentar modelos de acuicultura circular y digitalizada, que reduzcan los residuos y optimicen el uso de recursos. También se impulsa la formación de los productores en manejo ambiental y trazabilidad, con el objetivo de cumplir con los exigentes estándares internacionales de sostenibilidad.

De hecho, varios proyectos piloto de transformación digital en la acuicultura vietnamita ya están permitiendo el seguimiento en tiempo real de la calidad del agua y la alimentación, así como la detección temprana de enfermedades mediante sensores y sistemas automatizados. Estos avances tecnológicos se perfilan como clave para mejorar la productividad y reducir las pérdidas, especialmente en un contexto de creciente competencia global.

A pesar de las dificultades, el sector camaronero vietnamita mantiene su dinamismo y su papel estratégico en la economía nacional. El país continúa siendo uno de los cinco mayores exportadores de camarón del mundo, y las perspectivas para 2026 apuntan a una mayor diversificación de productos de valor añadido, como camarón procesado o ecológico, con destino a mercados de alto poder adquisitivo.

En conclusión, los datos de 2025 confirman que, aunque Vietnam encara importantes retos sanitarios y comerciales, su modelo acuícola resiliente y orientado a la innovación le permite seguir creciendo. Con más de 800.000 toneladas producidas y casi el 100% de sus objetivos cumplidos, el país demuestra que su estrategia de modernización y sostenibilidad comienza a dar frutos en uno de los sectores más competitivos del panorama mundial de la acuicultura.