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lunes, diciembre 29, 2025
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La lonja de Avilés acusa un desplome del 20 % en las descargas de merluza en octubre

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El cierre de áreas de ecosistemas marinos vulnerables golpea al palangre mientras el bonito del Norte aporta algo de oxígeno a los ingresos

Octubre se saldó con un serio aviso para la flota de merluza que opera en la lonja de Avilés. Las descargas del “rey blanco” cayeron hasta las 492 toneladas, frente a las 603 del mismo mes del año anterior, lo que supone en torno a un 20 % menos de producto subastado en uno de los puertos de referencia del Cantábrico.

El retroceso no se limita al volumen. En términos de facturación, la lonja ingresó en octubre 2.580.220 euros, por debajo de los 2.818.412 euros del mismo periodo de 2024, según los datos de la Dirección General de Pesca del Principado. La merluza, especie clave en la estructura de ingresos de Avilés, ha sufrido una corrección que el propio sector considera “un grave contratiempo” a las puertas del invierno.


Menos kilos, menos valor y un bonito que no compensa

La caída se aprecia también en el conjunto de pescado fresco comercializado. En octubre se vendieron 168.388 kilos frente a los 236.493 kilos de octubre de 2024, es decir, casi un 30 % menos de producto canalizado por la rula avilesina.

El único respiro lo ha aportado el bonito del Norte, que dejó 78.506 kilos subastados y ayudó a sostener la actividad en sala. Sin embargo, el buen comportamiento del túnido no ha sido suficiente para compensar el bache de la merluza, todavía el gran termómetro económico de la lonja.

Como referencia, las mismas instalaciones llegaron a acoger en un mes reciente 358.547 kilos de merluza, prácticamente el doble de lo comercializado en este último octubre. El contraste ilustra hasta qué punto el “blanco” sigue marcando la salud económica del puerto.


El cierre de 87 zonas vulnerables golpea al palangre

Entre las principales causas del descenso, el sector apunta directamente al cierre de 87 zonas calificadas como ecosistemas marinos vulnerables (EMV) en el Atlántico nororiental a las artes de fondo. La medida, adoptada en el marco de la política europea de protección de hábitats profundos, ha tenido un impacto inmediato sobre la operativa de la flota que tradicionalmente faena en esas áreas.

En el caso de los barcos de palangre de fondo, el golpe es especialmente duro: se calcula que el cierre afecta al 32 % de su actividad, obligando a desviar mareas, modificar caladeros habituales y asumir mayores costes de combustible y tiempo de navegación. Menos días efectivos de pesca, menos zonas accesibles y más incertidumbre se traducen en menos merluza disponible en los muelles de Avilés.

La flota admite que la protección de los ecosistemas sensibles es ya un marco irreversible, pero reclama ajustes finos, mayor seguridad jurídica y un diálogo más estrecho entre Bruselas, los Estados miembros y el propio sector para minimizar impactos abruptos como los de este otoño.


Un futuro condicionado por las cuotas de 2026

Mientras los armadores hacen números, en Bruselas se discute el cuadro de totales admisibles de captura (TAC) y cuotas para 2026, que marcará el margen de maniobra de la flota en los próximos años. Para la merluza, la Comisión Europea propone mantener la cuota, una decisión que, sobre el papel, evita nuevos recortes sobre el stock principal de la lonja avilesina.

Sin embargo, el resto del paquete no es tan benigno:

  • –2 % en las capturas de rape, otro pilar de la flota de fondo.
  • –5 % en jurel, especie importante en determinadas campañas mixtas.
  • “Fuerte reducción” en abadejo, que puede complicar la gestión de capturas accesorias y las obligaciones de desembarque.

El único apunte positivo llega de la mano del gallo en aguas ibéricas, para el que se plantea un aumento del 12 %. Se trata de una especie con menor peso específico que la merluza en Avilés, pero que puede ganar protagonismo como alternativa parcial en las mareas de fondo si se confirma la mejoría de su situación biológica.


Incertidumbre en el Cantábrico: más gestión, menos margen de error

El balance de octubre en la lonja de Avilés deja un mensaje claro: el negocio ya acusa las restricciones espaciales y el estrechamiento del margen de maniobra de la flota, incluso en especies que mantienen cuotas estables. La combinación de cierres de zonas, costes operativos en aumento y ajustes de TAC convierte cada campaña en un ejercicio de equilibrio cada vez más delicado.

Para la merluza, la prioridad pasa por evitar que el bache de octubre se convierta en tendencia. El sector mira a los próximos meses con prudencia, pendiente de cómo se reordenan las mareas tras el cierre de las áreas vulnerables y de si la Comisión y los Estados miembros afinan las herramientas de flexibilidad para que la conservación de los ecosistemas no suponga, en la práctica, la asfixia económica de las flotas que dependen de ellos.

De momento, las cifras hablan por sí solas: menos toneladas, menor facturación y un bonito del Norte que, pese a su buena presencia en lonja, no logra ocultar el agujero que deja una merluza cada vez más condicionada por las decisiones que se toman lejos de los muelles de Avilés.

El regreso del bacalao del Norte: ¿doblar la cuota es prudencia o un riesgo innecesario?

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Canadá reabre su pesquería más simbólica y desata un choque entre ciencia, política y memoria del colapso de 1992

El bacalao del Norte de Terranova y Labrador vuelve a estar en el centro del debate pesquero mundial. Más de tres décadas después del famoso colapso que forzó una moratoria histórica en 1992 y dejó sin trabajo a unas 30.000 personas, el Gobierno de Canadá ha decidido no solo reabrir la pesquería, sino duplicar la cuota total admisible de capturas (TAC) en apenas un año, según un artículo publicado por Jack Cheney en Sustainable Fisheries UW

La decisión del Departamento de Pesca y Océanos (DFO) ha sido recibida con una mezcla de esperanza y alarma: para la industria es el inicio de una nueva etapa productiva; para varias ONG y científicos críticos, un movimiento prematuro que puede poner en riesgo la lenta recuperación del stock.


De icono del exceso a caso test para la gestión moderna

En los años sesenta, la pesquería de bacalao del Norte era sinónimo de abundancia. La llegada de los grandes arrastreros factoría europeos disparó las capturas hasta un máximo de 810.000 toneladas en 1968, unas tres veces más que la media de los años cincuenta. Sin zona económica exclusiva de 200 millas todavía en vigor, el caladero funcionaba de facto como un recurso de acceso casi abierto.

El desplome fue igual de espectacular. A finales de los setenta las capturas caen en picado; un breve repunte en los ochenta precede al colapso final. El 2 de julio de 1992, el Gobierno canadiense decreta la moratoria total sobre el bacalao del Norte, el mayor cierre industrial de la historia del país. El esperado rebote biológico nunca llegó en la forma que muchos imaginaban: décadas de sobrepesca, cambios ambientales y baja productividad mantuvieron la población en niveles peligrosamente bajos durante años.

A partir de 2010, las evaluaciones empiezan a detectar un crecimiento más consistente de la biomasa reproductora. El stock se estabiliza y muestra señales de recuperación, aunque muy lejos de los niveles de mediados del siglo XX. Con ese telón de fondo, en 2024 DFO reabre por primera vez la pesquería con un TAC de 18.000 toneladas. En 2025 decide ir un paso más allá y elevar la cuota hasta 38.000 toneladas.


“Fuera de la zona crítica”, pero lejos de la abundancia histórica

Según explica el equipo científico de DFO, la evaluación de enero de 2025 sitúa la biomasa del stock de bacalao del Norte en torno a 524.000 toneladas. Desde 2017, las estimaciones anuales oscilan entre 300.000 y 600.000 toneladas, dibujando un escenario de relativa estabilidad.

La clave, insisten los científicos, está en la posición del stock respecto al punto de referencia límite (LRP), el umbral por debajo del cual se considera que la población sufre un “daño grave”. Con el marco actual, el bacalao del Norte se sitúa aproximadamente al doble de ese límite, y las probabilidades de estar en la “zona crítica” se reducen a un valor muy bajo.

Para parte del sector, como las empresas que ya han retomado mareas de bacalao en alta mar, estos datos avalan la reapertura y el aumento de cuota. Hablan de una población «reconstruida en buena medida», capaz de sostener una pesquería comercial moderada, lejos de los ritmos de extracción que llevaron al colapso.

Sin embargo, organizaciones como Oceana Canadá dibujan una lectura muy distinta. A su juicio, el Gobierno ha cedido a presiones políticas y socioeconómicas, “sacrificando una oportunidad de reconstrucción a largo plazo a cambio de beneficios a corto plazo para unos pocos operadores”. Critican que se haya optado por doblar el TAC con un stock aún frágil y con previsiones de posible descenso, abriendo la puerta a repetir errores del pasado.


Ecosistemas cambiantes: capelín, clima y nuevos límites biológicos

Una de las grandes novedades en la gestión de esta pesquería es la incorporación formal de variables ecosistémicas en las evaluaciones. Entre ellas destaca el capelín, un pequeño pez forrajero que es presa esencial del bacalao.

En los últimos años, los índices de biomasa de capelín han mejorado de forma notable, lo que podría estar facilitando la recuperación del bacalao. A ello se suman otros factores, como ciertas condiciones de temperatura y productividad del océano que, en determinadas fases, parecen favorecer al stock.

Pero el cuadro no es idílico. El fortalecimiento de la corriente de Labrador, que arrastra aguas muy frías y dulces provenientes del deshielo ártico, ha reducido la productividad del sistema en algunos periodos. Varios científicos señalan que estas condiciones, ligadas al cambio climático, han limitado la capacidad de rebote del bacalao incluso durante los años de moratoria casi total.

En otras palabras: aunque la mortalidad por pesca se ha mantenido casi en cero durante décadas, la naturaleza del ecosistema ha cambiado, y con ella el “techo” posible de la biomasa. El stock, aun protegido de la sobrepesca, podría no volver nunca a las cifras de 800.000 toneladas de capturas anuales de los años sesenta.


Un nuevo LRP, la misma cantidad de peces pero otra interpretación

El cambio más polémico está en la propia “regla del juego”: la revisión del punto de referencia límite (LRP).

Hasta hace pocos años, el LRP se calculaba tomando como referencia las evaluaciones de los años ochenta, en un océano distinto y con un stock que funcionaba bajo otras condiciones ambientales. Ese patrón hacía que el bacalao del Norte apareciera aún como un stock lejos de la recuperación, pese a los signos recientes de estabilización.

En 2023, DFO actualiza el marco de evaluación e incorpora un LRP basado en la biomasa asociada al rendimiento máximo sostenible (MSY). Ese ajuste desplaza el umbral hacia abajo: la cantidad de bacalao en el mar no ha cambiado de repente, pero la manera de interpretarla sí. A juicio del equipo científico, el antiguo LRP era inalcanzable y no reflejaba la realidad de un ecosistema transformado.

Las ONG más críticas ven en este movimiento un riesgo de “rebajar el listón” para justificar una reapertura acelerada. Los científicos oficiales lo defienden como una puesta al día necesaria para trabajar con objetivos realistas y coherentes con el contexto actual.


Gestión adaptativa, riesgo aceptable y lecciones de un colapso

Más allá del debate técnico, la cuestión de fondo es cuánto riesgo está dispuesta a asumir la sociedad con una pesquería marcada por un trauma histórico.

Quienes apoyan el aumento de TAC subrayan que el bacalao del Norte es hoy un stock intensamente monitorizado, con campañas de investigación anuales, datos robustos y un nivel de escrutinio público excepcional. El diseño actual permitiría corregir el rumbo con rapidez si los indicadores se deterioran: cuotas revisables cada año, señales de alarma cuando el stock se acerque de nuevo a la zona crítica y una mortalidad por pesca aún muy baja en comparación con otras pesquerías de bacalao del Atlántico Norte.

Los detractores recuerdan que la recuperación ha sido extraordinariamente lenta, que el crecimiento parece haberse estancado desde 2017 y que cualquier paso en falso puede costar otra década perdida para las comunidades costeras. Reclaman que, tratándose del “caso escuela” de sobrepesca del planeta, Canadá debería optar por el máximo nivel de precaución y esperar a que la tendencia de mejora sea clara y sostenida antes de ampliar cuotas.


Un laboratorio global de cómo pescar en un océano distinto

La reapertura del bacalao del Norte y el posterior aumento de cuota no son solo una cuestión canadiense. Para la comunidad internacional, esta pesquería funciona como un laboratorio de gestión en un océano alterado por el clima, donde referencias históricas ya no sirven y donde se obliga a revisar puntos de referencia, metas de reconstrucción y tolerancia al riesgo.

Probablemente, el bacalao del Norte nunca volverá a ser lo que fue en la década de 1960. Pero eso no significa que esté condenado al colapso permanente. Entre el inmovilismo del “mejor no tocar nada” y la temeridad de “volver a pescar como antes” se abre un espacio estrecho, complejo y profundamente político: el de una pesquería moderada, adaptativa y vigilada al milímetro, capaz de generar empleo sin agotar el capital natural.

Si Canadá logra mantener ese equilibrio —y corregir con rapidez cualquier desvío— el bacalao del Norte podría pasar a la historia no solo como símbolo de la sobrepesca, sino también como ejemplo de cómo una pesquería colapsada puede encontrar un nuevo punto de estabilidad en un mar que ya no es el mismo.

Buena campaña de bonito del Norte para la flota francesa, pese al “baño de realidad” de las aguas cálidas

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La campaña 2025 de bonito del Norte (thon germon) ha dejado un sabor globalmente positivo para la flota francesa agrupada en la Organización de Productores Les Pêcheurs de Bretagne (LPDB). Pese a unas temperaturas del agua anómalas, que obligaron al pescado a “hundirse” y complicaron la localización de los bancos, el balance que hace la OP es el de una “belle saison” para el germón.

LPDB concentra alrededor de la mitad de los desembarques franceses de germón y se ha confirmado de nuevo como el corazón de esta pesquería atlántica. En 2025 han salido hacia la campaña prácticamente los mismos barcos que el año anterior: 24 unidades, con base en los puertos de Le Guilvinec, Lorient y La Turballe, un triángulo clásico del bonito en la fachada atlántica francesa.


Una “bella temporada” en número de mareas y valor económico

Según el balance interno de la organización, la campaña 2025 puede calificarse de satisfactoria en términos de actividad y resultados económicos. Los barcos han podido completar una temporada completa, con un nivel de capturas ordenado y regular, lo que ha permitido alimentar las lonjas bretonas con volúmenes constantes y un producto apreciado por la industria conservera y el mercado fresco.

La continuidad en el número de unidades —sin grandes entradas ni salidas de la flota— ha contribuido a dar estabilidad al sistema: mismos armadores, mismas tripulaciones y una organización de campaña ya muy rodada. En un contexto de costes de combustible todavía elevados, el hecho de haber mantenido la actividad con buenos precios medios en subasta ha sido decisivo para salvar la cuenta de resultados de muchas empresas.


El factor agua: un bonito que “se hunde”

La nota discordante de la campaña ha sido, una vez más, el comportamiento del océano. Los profesionales hablan de una “température de l’eau faisant couler le thon germon”: aguas cálidas y estratificadas, que empujan al germón a capas más profundas y lo hacen menos accesible a los artes de superficie.

Ese contexto oceanográfico encaja con lo que los científicos del ICCAT vienen advirtiendo desde hace años: la variabilidad ambiental está modificando las zonas de pesca del germón del Atlántico Norte, desplazando la especie y alterando su productividad, hasta el punto de que en algunos años la disponibilidad en el golfo de Vizcaya es claramente menor. iccat.int

Para la flota, esto se traduce en:

  • Más tiempo de búsqueda, con mayor consumo de gasóleo.
  • Bancos más dispersos, menos “mattas” compactas y más lances “de oportunidad”.
  • La necesidad de afinar el trabajo en pareja de los chaluteros pelágicos y de confiar cada vez más en electrónica e información compartida entre barcos.

Pese a ello, el germón ha terminado respondiendo y la OP considera que el resultado final es bueno, aunque con una sensación de fragilidad: un par de semanas malas más habrían cambiado el tono del balance.


El papel de Les Pêcheurs de Bretagne en la pesquería francesa

LPDB agrupa a unos 700 buques de muy diverso tipo y es una pieza central del dispositivo francés de gestión de cuotas y planificación de campañas. En el caso del germón, su peso es determinante: cerca de la mitad de las capturas francesas de bonito del Norte pasan por sus barcos y sus lonjas. Région Bretagne

Desde el punto de vista territorial, la campaña de bonito sigue siendo un pilar económico y social para puertos como Guilvinec, Lorient y La Turballe:

  • Mantiene empleos directos a bordo y a pie de muelle.
  • Alimenta la primera venta en subasta, con un producto de valor añadido que mejora la facturación de las lonjas.
  • Sostiene una cadena a tierra que va desde el transporte y el hielo hasta la transformación y la comercialización.

Bonito del Norte, entre la rentabilidad y la adaptación climática

La buena campaña de 2025 no oculta los desafíos. El germón francés opera en un marco de cuotas ICCAT para el Atlántico Norte, bajo una regla de explotación que busca mantener el stock cerca del rendimiento máximo sostenible, pero con un océano que ya no se comporta como hace 20 o 30 años. iccat.int

Para la flota de LPDB, la ecuación es delicada:

  • Aprovechar al máximo el cupo disponible para mantener la rentabilidad.
  • Al mismo tiempo, adaptarse a cambios rápidos en distribución, profundidad y fenología del recurso, que pueden convertir una “bella temporada” en un año difícil si las condiciones se tuercen.
  • Invertir en innovación (selectividad, eficiencia energética, mejor seguimiento de datos) para seguir siendo competitivos y sostenibles.

Conclusión: una buena campaña con señales de alerta

El balance del bonito del Norte 2025 para la flota francesa agrupada en Les Pêcheurs de Bretagne puede resumirse en tres ideas:

  1. Buena temporada en términos de actividad y valor, que confirma el peso estratégico del germón en la economía pesquera bretona.
  2. Incertidumbre creciente ligada al océano, con temperaturas y condiciones que obligan al pescado a “esconders,e” y exigen un esfuerzo extra a la flota.
  3. Necesidad de consolidar la gestión adaptativa, combinando disciplina en el uso de cuotas, seguimiento científico y capacidad de reacción rápida ante campañas más flojas.

Para los puertos de Guilvinec, Lorient y La Turballe, 2025 se cierra con la satisfacción de haber vivido una “belle saison” de bonito, pero también con la conciencia de que cada vez más, el éxito de la campaña dependerá tanto de la habilidad de los pescadores como de la nueva normalidad climática que se instala en el Atlántico.

La pesca, motor silencioso de la facturación marítima en Cataluña

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18/11/2025 Representantes de la Conselleria y la red BlueNetCat en el marco de la 5 edición del Maritime Hub. El conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat, Òscar Ordeig, ha presentado este martes el informe anual sobre economía azul, que apunta que los sectores vinculados al mar generaron un volumen de negocio de 21.170 millones de euros en 2022, un 41% más que el año anterior, y representaron un 4% del valor total de la producción en Catalunya. ECONOMIA GENERALITAT DE CATALUNYA

La economía azul catalana alcanzó los 21.170 millones de euros en 2022 y consolida a los recursos marinos vivos —pesca y acuicultura— como una de sus grandes columnas económicas

La economía vinculada al mar en Cataluña atraviesa uno de sus mejores momentos. Según el último informe de economía azul presentado por el conseller Òscar Ordeig, los sectores marítimos catalanes alcanzaron en 2022 una facturación de 21.170 millones de euros, un 41 % más que el año anterior, lo que supone el 4 % del valor total de la producción catalana.

Aunque el dato estrella del informe es global —incluye transporte marítimo, puertos, turismo costero, construcción naval, energías marinas y servicios ligados al mar—, detrás de esa cifra hay un pilar que sostiene buena parte del negocio: la pesca, la acuicultura y la cadena comercial de los productos del mar.


Un sector azul que crece… y donde el pescado pesa mucho

El informe de economía azul cifra también el valor añadido bruto (VAB) del conjunto de actividades marítimas en 5.588 millones de euros, con un incremento del 48 %, y 125.215 empleos directos, un 21 % más que en 2021.

La fotografía más reciente desglosada de la economía azul llega con un pequeño decalaje, pero ayuda a situar el peso real de la pesca en ese conjunto. Según los datos de la Generalitat para 2020, el bloque de “recursos marinos vivos” —pesca marítima, acuicultura, transformación y comercialización de productos pesqueros— generó un volumen de negocio de 4.641,8 millones de euros, el 36,1 % de toda la producción azul catalana, con un VAB de 650,7 millones (23,8 % del total azul) y 16.340 empleos directos.

Es decir: aun cuando el turismo costero concentra la mayor parte del empleo, el negocio pesado en euros dentro del mundo marítimo catalán pasa en gran medida por la pesca, la acuicultura y la industria del pescado. Todo indica que, si el conjunto de la economía azul creció un 41 % en 2022, este bloque también ha aprovechado la ola de recuperación, aunque la Generalitat todavía no ha publicado el detalle por subsectores para ese año.


Del muelle al mundo: pescado catalán con ambición exportadora

La presentación del informe coincidió con la quinta edición del Maritime Hub, el congreso de innovación marina y economía azul que impulsa la Conselleria junto a la red BlueNetCat, una plataforma que agrupa a centros de investigación, empresas y administraciones que trabajan en proyectos vinculados al mar.

En paralelo, el Govern ha utilizado escaparates como la Seafood Expo Global de Barcelona para exhibir la potencia del sector pesquero y del marisco catalán. En la edición de 2024, la administración recordaba que solo el bloque de recursos marinos vivos movía más de 4.600 millones de euros de negocio y que había resistido mucho mejor que otros segmentos de la economía azul el impacto de la pandemia, precisamente por su carácter de actividad esencial de suministro alimentario.

Las lonjas de la Costa Brava, el delta del Ebro y el área metropolitana de Barcelona, junto con la acuicultura de mejillón, ostra y dorada, y una potente industria de transformación y distribución, conforman un tejido que se proyecta hacia el exterior con marca propia. Cataluña se promociona ya como “Región Mundial de la Gastronomía 2025”, usando el pescado y el marisco como uno de sus argumentos estrella.


Facturación al alza, pero con retos en el horizonte

El brillo de las cifras es innegable: más facturación, más VAB y más empleo azul, con la pesca bien situada en la parte alta de esa tabla. Pero el sector no es ajeno a los desafíos:

  • Costes de energía y combustible, que siguen presionando la rentabilidad de la flota.
  • Obligación de descarbonizarse, marcada por la UE y canalizada a través del FEMPA y otras líneas específicas para modernizar motores, mejorar la eficiencia energética y reducir emisiones.
  • Relevo generacional en la pesca artesanal y costera, especialmente en zonas como el Ebro y el Empordà.
  • Necesidad de diversificar: turismo marinero, valorización de subproductos, acuicultura de alto valor añadido, biotecnología marina, etc.

Al mismo tiempo, los Grupos de Acción Local Pesquera (GALP) de la Costa Brava, Costa Central y Mar de l’Ebre canalizan fondos europeos hacia proyectos locales que buscan añadir valor al kilo de pescado: más transformación en origen, mejor comercialización y, en muchos casos, un relato de proximidad y sostenibilidad que conecta con el consumidor.


Una pieza clave de la Estratègia marítima de Catalunya 2030

La Generalitat encuadra este dinamismo dentro de la Estratègia marítima de Catalunya 2030, el marco que fija objetivos en pesca y acuicultura sostenibles, descarbonización, innovación portuaria y energías marinas. La economía azul aparece ahí no solo como un vector de crecimiento, sino como una palanca de cohesión territorial para las comunidades costeras.

Con la última fotografía disponible, el mensaje es claro:

  • La economía azul catalana se consolida junto a las grandes potencias marítimas europeas, con 21.170 millones de euros de facturación y más de 125.000 empleos.
  • Dentro de ese bloque, la pesca, la acuicultura y la cadena del pescado son responsables de varios miles de millones de euros de negocio y de una parte muy significativa del valor generado.

A falta de que el próximo informe desglosado actualice las cifras específicas de facturación pesquera de 2022, el sector ya sabe que llega a esa fecha con el viento de cola: más azul en la economía catalana y un protagonismo pesquero que, aunque a menudo discreto en los titulares, sigue siendo decisivo en las cuentas.

El Senado aprueba una moción para frenar el recorte de los fondos europeos

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El Senado ha aprobado este miércoles la moción presentada por el Partido Popular para frenar el recorte de los fondos europeos destinados al sector pesquero en el próximo Marco Financiero Plurianual 2028–2034. La iniciativa sale adelante en un momento marcado por la preocupación ante el posible recorte del 67% anunciado por la Comisión Europea.

La senadora del PP, Rosa Viera, ha celebrado la aprobación de la propuesta, destacando que se trata de “un paso decisivo para proteger a un sector estratégico para Canarias y para toda España”. La portavoz popular advirtió que una reducción de esta magnitud “poner en riesgo a cientos de familias, el relevo generacional y la modernización de nuestra flota”, además de limitar los avances europeos en sostenibilidad y competitividad.

Además, la iniciativa incluye la demanda de un POSEI específico para la pesca y la acuicultura en Canarias y otras regiones ultraperiféricas, que permita la compensación de sobrecostes y el apoyo sostenible a la competitividad de las Islas.

“Con esta aprobación, el Senado manda el mensaje claro de que España no aceptará un golpe tan duro para su pesca”, sostuvo Viera, insistiendo en que la moción insta de manera firme al Gobierno de España a manifestar públicamente su rechazo al recorte y a oponerse, e incluso bloquear, la propuesta de la Comisión Europea en el Consejo de la UE.

“El Gobierno debe defender lo que hoy ha respaldado el Senado. No puede haber tibieza cuando está en juego el futuro económico y social de las regiones costeras, especialmente de Canarias”, afirmó Viera.

La iniciativa del PP también exige que España impulse una posición común con otros estados miembros con fuerte actividad pesquera, con el objetivo de frenar un recorte que afectaría a la sostenibilidad de los océanos y a la resiliencia de las comunidades marineras. “Europa no puede hablar de sostenibilidad mientras desmantela los instrumentos que permiten alcanzarla”, recordó la senadora canaria.

Además, el texto plantea que España defienda ante la UE el mantenimiento de un presupuesto específico y suficiente para un fondo equivalente al FEMPA, garantizando así la competitividad, modernización y viabilidad futura del sector y exige también que el Gobierno active mecanismos de interlocución permanente con las comunidades autónomas y con el sector pesquero, para alinear la postura española con las necesidades reales de quienes trabajan en el mar.

“La moción aprobada hoy el Senado ha hablado alto y claro porque España debe defender la pesca. Ahora le toca al Gobierno cumplir el mandato y actuar con determinación”, comentó Viera, reafirmando su satisfacción por la aprobación de esta moción, que supone un respaldo institucional contundente al sector pesquero canario y español.

Los hidrofoils, un importante nicho de mercado

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Alas bajo el agua: por qué los hidroalas siguen siendo un nicho pese a sus ventajas

De los Jetfoil de Boeing al último boom en redes: la física acompaña, pero la economía, el clima y la escala siguen frenando la revolución de las “lanchas voladoras”

Si uno se fiara solo de las redes sociales, podría pensar que los hidroalas son el último invento milagroso de la industria naval: barcos que “vuelan” sobre el agua, consumen menos, van más rápido y, además, se venden como solución “verde”. Pero la realidad es bastante más compleja… y bastante más vieja.

Los hidroalas, o hydrofoils, llevan décadas surcando mares y ríos. Su principio físico está perfectamente descrito en los manuales de arquitectura naval desde mediados del siglo XX. Y, sin embargo, salvo unos pocos ferris y proyectos muy concretos, nunca han logrado conquistar el mercado ni convertirse en “flota masiva” ni en el transporte marítimo ni en el militar.

El ingeniero naval John Kecsmar repasa en un reciente análisis las luces y sombras de esta tecnología, y deja una pregunta incómoda sobre la mesa: si de verdad fueran la revolución que algunos prometen, ¿por qué no están por todas partes?


La ciencia detrás del “barco que vuela”

El concepto, en sí, es elegante. Un hidroala es un perfil sumergido (un “ala” bajo el agua) que genera sustentación cuando el barco avanza. A medida que aumenta la velocidad, aumenta la fuerza hacia arriba que produce el foil, hasta conseguir levantar parcial o totalmente el casco fuera del agua.

La clave está en que:

  • La sustentación aumenta con el cuadrado de la velocidad.
  • Depende del área del hidroala y de su perfil (espesor, forma), que a su vez determinan el rozamiento.

Nada es gratis: se gana en reducción de resistencia al sacar el casco del agua, pero se introduce un nuevo elemento (el foil) con su propio rozamiento y con límites muy claros de tamaño y resistencia estructural.

Hay dos grandes familias:

  • Hidroalas totalmente sumergidas, como los Jetfoil de Boeing, donde solo sobresale del agua el mástil que une el foil con el casco.
  • Hidroalas de superficie, en las que parte del foil emerge y se autorregula la sustentación. Ejemplo clásico: los ferris de Rodriquez.

En ambos casos, bien diseñados, los hidroalas pueden ofrecer menos resistencia a alta velocidad y mejor confort en mar agitado, porque solo una pequeña parte de la estructura “lee” la ola. El Jetfoil ganó fama precisamente por su suavidad de marcha en mares duros.


De la euforia a la desaparición: los años dorados del hidroala

Lejos de ser una novedad, los hidroalas vivieron ya su gran ola de entusiasmo en el pasado.

  • Años 50–70: rusos e italianos desarrollan los primeros modelos comerciales, sobre todo para servicios de pasaje.
  • 1974: Boeing lanza su Jetfoil, que entra en servicio en varias rutas rápidas (como Hong Kong–Macau) y se convierte en la cara más conocida de la tecnología.
  • Décadas de 1980 y 1990: conferencias técnicas como FAST y RINA se llenan de ponencias sobre hidroalas, con promesas de más velocidad, menos consumo, mejores movimientos y mayor confort.

Incluso la industria militar se asoma al fenómeno:

  • La Armada estadounidense apuesta por las lanchas misilísticas de la clase Pegasus.
  • La Royal Navy prueba el HMS Speedy.

En el ámbito civil, el caso más simbólico quizá sea el del Foilcat de Kvaerner Fjellstrand, un astillero que prácticamente apostó su futuro a la “revolución” hidroala… y acabó arruinado.

¿Qué queda hoy de aquel boom? Algunos Jetfoil actualizados, ferris antiguos que van desapareciendo poco a poco y muchos folletos técnicos en los archivos. Las marinas del mundo, sin embargo, no se llenaron de hidroalas, como se había pronosticado.


El muro de la realidad: costes, misión y mal tiempo

¿Por qué naufragó aquel entusiasmo? Los motivos se repiten en casi todos los casos, militares y civiles.

  1. Coste de construcción y mantenimiento
    Un Jetfoil actualizado ronda los 50 millones de dólares por unidad: una cifra muy difícil de encajar frente a alternativas convencionales más baratas, robustas y fáciles de mantener. La complejidad mecánica y de control también encarece las paradas en dique, la formación y las reparaciones.
  2. Consumo y perfil de misión
    Aunque el hidroala reduce la resistencia del casco a alta velocidad, el balance energético real depende de cómo se opera el buque. En muchos casos, las marinas y navieras acabaron comprobando que, para perfiles de misión con muchas horas a baja velocidad o en espera, el consumo global era mayor que el de barcos convencionales de menor complejidad.
  3. Limitaciones de mar
    Todo hidroala tiene un límite de altura significativa de ola a partir del cual no puede levantarse sobre el foil. El Jetfoil, por ejemplo, está limitado en torno a los 2,3 metros. Por encima de esa condición, el buque “se cae” del foil y es muy difícil volver a hacerlo volar, quedando a merced de las olas: más movimiento, más mareo y más riesgo para los pasajeros. Cualquiera que haya vivido varios intentos fallidos de “despegue” sobre el foil en mar gruesa, apunta Kecsmar, entiende por qué algunos consideran el hidroala “una solución en busca de un problema”.
  4. La tiranía de la ley cuadrado–cubo
    Tal vez el freno más profundo sea puramente físico. El peso de un buque crece con el cubo de sus dimensiones (tres ejes), mientras que la sustentación de un hidroala depende del área de su perfil, que crece con el cuadrado. Resultado: a partir de cierto tamaño, el peso crece más rápido que la capacidad de sustentación que puede ofrecer un foil realista en términos de espesor, resistencia y materiales. Eso limita el tamaño viable de los hidroalas comerciales. Y a menor tamaño, menor capacidad y menor margen de negocio.

¿Y la nueva ola de foils “verdes”?

En los últimos años, redes sociales y campañas de marketing han devuelto los foils al escaparate, ahora asociados a:

  • Embarcaciones eléctricas ligeras.
  • Proyectos “cero emisiones” para transporte urbano o turismo.
  • Propuestas que venden el hidroala como “solución ecológica definitiva”.

Kecsmar baja el volumen del entusiasmo: la llegada de nuevos materiales y sistemas eléctricos permite perfiles de foil más finos, con algo menos de rozamiento y mejor relación sustentación/arrastre, pero no cambia las leyes de la hidrodinámica.

  • Sigue existiendo el compromiso entre área, espesor, resistencia y peso.
  • Sigue mandando la ley cuadrado–cubo cuando intentamos escalar el concepto a barcos grandes.
  • Y sigue habiendo límites operativos por estado de mar y perfil de servicio.

Dicho de otro modo: un hidroala eléctrico y ligero puede ser una buena solución en determinadas rutas cortas, con mar relativamente abrigada y alta frecuencia de servicio, pero no convierte de golpe al concepto en universal ni en milagro verde.


El lugar (real) de los hidroalas: nichos, no invasión

¿Significa todo esto que los hidroalas no sirven para nada? En absoluto. Lo que sugiere la experiencia de los últimos 70 años es que tienen su sitio… pero es un sitio de nicho.

Ejemplos como los Hysucat, desarrollados por el profesor Karl-Gunter Hoppe, muestran muy buenas prestaciones en embarcaciones de tamaño pequeño y medio, donde el equilibrio entre peso, área de foil y misión encaja. Son barcos rápidos, eficientes y con buen comportamiento en mar, pero su campo natural son aplicaciones específicas, no el transporte masivo mundial.

En ese sentido, Kecsmar subraya algo importante: los proyectos serios de hidroalas exitosos no suelen prometer ser “la solución para todo”, ni se venden como revolución global, sino como herramientas optimizadas para un rango muy concreto de esloras, velocidades y rutas.

La pregunta de fondo, por tanto, sigue en pie:

Si los hidroalas son tan revolucionarios como se prometía en los años 50, 70, 90… y como se promete ahora en redes,
¿por qué no vemos flotas enteras de ellos surcando todos los mares del mundo?

La respuesta, por ahora, parece estar menos en la imaginación del marketing y más en las ecuaciones de la física, las tablas de costes y la realidad tozuda de los estados de la mar

MBG 2025 cierra en Cádiz una edición histórica y marca rumbo a la nueva Economía Azul europea

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El Congreso Internacional Maritime Blue Growth (MBG 2025) ha concluido en Cádiz con un balance extraordinariamente positivo y con la sensación compartida de haber dado un paso decisivo hacia la construcción de una Economía Azul sólida, innovadora y sostenible. Durante una semana, el Palacio de Congresos de Cádiz se convirtió en un laboratorio de ideas, alianzas y estrategia, donde más de 75 expertos internacionales y líderes del sector marítimo y de la economía azul, circular y regenerativa, coincidieron en señalar que Cádiz reúne las condiciones para situarse a la vanguardia europea en este ámbito.

La organización subraya que MBG 2025 ha sido percibido como «uno de los encuentros más innovadores e influyentes del sector marítimo europeo», tanto por la profundidad de los debates como por su capacidad para catalizar nuevas alianzas y acelerar la transición hacia modelos económicos regenerativos vinculados al mar. La Fundación BluePoint destaca que la respuesta institucional y social en Cádiz y Andalucía ha sido «sobresaliente», confirmando que la provincia cuenta con tradición marítima, infraestructura estratégica, ecosistema científico-tecnológico y un firme compromiso con la sostenibilidad, factores que la posicionan como un enclave idóneo para liderar la Economía Azul y atraer proyectos de impacto global.

Las intervenciones institucionales coincidieron en que Europa vive un momento decisivo en la gestión del océano. El Comisario Europeo de Pesca y Océanos, Costas Kadis, recordó que el futuro depende de «cómo naveguemos las olas del cambio», y afirmó que el espíritu de MBG refleja el compromiso europeo con un uso sostenible del océano, resiliente y próspero para las comunidades costeras. Las jornadas confirmaron que la Economía Azul es ya un motor estratégico de innovación, competitividad, desarrollo industrial y empleo de calidad, y que la ciencia marina, la transición ecológica, la digitalización, la economía circular y la formación del talento joven serán determinantes en los próximos años.

A lo largo del Congreso, expertos internacionales coincidieron en que avanzar hacia un modelo azul requiere rediseñar procesos productivos (pasar de lo lineal a lo circular), integrar nuevas tecnologías, impulsar la energía marina, proteger la biodiversidad, fomentar la financiación verde y acelerar la colaboración público-privada. La economía circular fue uno de los ejes centrales, insistiendo en que el residuo es un error de diseño y que el futuro pasa por sistemas productivos capaces de regenerar los ecosistemas. MBG 2025 dejó claro que la Economía Azul no es únicamente un enfoque ambiental, sino una oportunidad económica real para Europa, España y Andalucía.

En el cierre del encuentro, las reflexiones de los ponentes pusieron el acento en los retos globales del transporte marítimo y en la necesidad de fortalecer el talento jovenVicente Boluda Fos recordó que el sector vive una transformación marcada por tensiones geopolíticas, la urgencia climática y la revolución digital, subrayando que el transporte marítimo mueve el 90% del comercio mundial y que, según la OCDE, la Economía Azul crecerá un 20% más rápido que la economía global hasta 2030, pudiendo superar el 15% del PIB mundial si se gestiona de forma sostenible. También alertó de que sin un marco global común en la OMI, la transición «no será justa ni efectiva«, e insistió en la urgencia de atraer talento joven ante la escasez de oficiales europeos.

José Ortiz Quevedo, vicepresidente de la Diputación de Cádiz, subrayó que MBG confirma que la Economía Azul es una oportunidad real para la provincia, y reafirmó el compromiso de la institución con la formación, la innovación y el fortalecimiento del sector marítimo, destacando la importancia de la colaboración con la Universidad de Cádiz. Recordó que la provincia, con sus dos bahías de referencia en innovación naval y portuaria, está llamada a consolidarse como un polo estratégico en Economía Azul y Circular.

MBG 2025 acogió dos encuentros organizados por Blue Ocean Leading Drivers (BOld), donde varias startups del sector marítimo presentaron soluciones innovadoras orientadas a la energía marina, la digitalización portuaria, la restauración de la biodiversidad, la seguridad laboral inteligente y las tecnologías limpias para mantenimiento naval. El segundo día se celebró un Concurso de Startups en el que seis proyectos expusieron propuestas de alto impacto, resultando ganadora una solución pionera de limpieza por láser aplicada a la industria marítima.

La organización resalta asimismo el éxito del nuevo Programa de Experiencias MBG, que permitió combinar diálogo profesional con la puesta en valor de la cultura e identidad marítima gaditana. Además de la Cena de Gala y los Premios FINE en Navantia, incluyó visitas al Castillo de Santiago, la Real Escuela de Arte Ecuestre de Jerez, una sesión especial con el cocinero Ángel León, propietario del restaurante Aponiente***, y un cierre en Delgado Zuleta, donde la ONG Salarte, a través de su Presidente Juan Martín, presentó su labor en la restauración de marismas antes del espectáculo flamenco de Raquel Villegas.

Para la Fundación BluePoint, MBG 2025 demuestra que existe una red creciente de actores —empresas, centros tecnológicos, universidades, instituciones y organizaciones sociales— dispuestos a liderar la transición azul desde España hacia Europa. El Congreso concluye que el sector marítimo español tiene capacidad, talento y visión para posicionarse como un referente internacional y que foros como MBG son esenciales para impulsar proyectos y generar colaboración efectiva entre todos los agentes implicados.

Con el apoyo de la Diputación de Cádiz, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Cádiz y más de 100 entidades colaboradoras, MBG 2025 ha logrado situar a Cádiz en el centro del debate europeo sobre el futuro del océano, fortalecer su posicionamiento como territorio clave en la Economía Azul y sembrar una red de trabajo que continuará creciendo con nuevas iniciativas y proyectos de alcance internacional.

Casi 2.000 personas siguen en lista de espera para un amarre en los puertos deportivos vascos en plena crisis de gestión de EKP

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El Gobierno Vasco abre un proceso de escucha con usuarios y aspirantes a plaza mientras releva a la directora de Euskadiko Kirol Portuak, Edurne Egaña, en plena polémica por la gestión de los amarres

La náutica de recreo en Euskadi vive una paradoja muy clara: puertos llenos, pantalanes saturados… y cerca de 2.000 personas esperando turno para conseguir un amarre. Ante esta presión creciente sobre las plazas disponibles, el Departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca, junto con Euskadiko Kirol Portuak (EKP), ha puesto en marcha un proceso de escucha tanto con los actuales usuarios como con quienes llevan tiempo en lista de espera, con el objetivo de alimentar la futura Orden de Amarres que regulará el uso de las dársenas deportivas.

Todo ello ocurre, además, en un momento especialmente sensible: el Gobierno Vasco acaba de relevar a la hasta ahora directora de EKP, Edurne Egaña, y nombrar a Jon Asua como nuevo responsable de la sociedad pública que gestiona los puertos deportivos de Euskadi.


4.000 plazas… y más de 2.000 solicitudes en espera

Los puertos deportivos de competencia autonómica suman en torno a 4.000 amarres, mientras que las solicitudes en lista de espera superan las 2.000, según los datos del propio Gobierno Vasco. Es decir, por cada tres plazas disponibles, hay prácticamente una embarcación más esperando su oportunidad.

La presión se reparte entre los 12 puertos deportivos de gestión autonómica:

  • Hondarribia y Molla-Hondarribia
  • Donostia
  • Orio
  • Getaria
  • Deba
  • Mutriku
  • Lekeitio
  • Elantxobe
  • Mundaka
  • Bermeo
  • Armintza
  • Plentzia

Con este escenario, el Ejecutivo ha optado por no limitarse a ajustar listas, sino replantear las reglas del juego: criterios de asignación, rotación de plazas, uso efectivo de los amarres y control de posibles usos irregulares.


Un proceso de escucha en dos fases

Desde septiembre se han celebrado cuatro reuniones con los actuales amarristas –dos en Orio y dos en Gernika-Lumo– para recoger sus quejas, propuestas y prioridades. Este sábado 22 de noviembre tendrá lugar en Orio la quinta y última sesión con usuarios actuales, que servirá para cerrar esa primera fase.

El siguiente paso será abrir el diálogo a quienes todavía no han logrado amarre pero figuran en las listas de espera. EKP enviará esta semana una comunicación personalizada a las cerca de 2.000 personas inscritas, invitándoles a participar en nuevas reuniones que se celebrarán en diciembre. El número de sesiones se adaptará a la respuesta que obtenga el llamamiento.

El objetivo declarado es que tanto quienes ya tienen plaza como quienes llevan años esperando puedan influir en el contenido de la nueva normativa que regirá el reparto y uso de los amarres.


Audiencia pública para la nueva Orden de Amarres

En paralelo a las reuniones presenciales, el Gobierno Vasco ha abierto un plazo de audiencia pública para que cualquier persona interesada pueda trasladar sus ideas, sugerencias y preocupaciones en relación con la futura Orden de Amarres.

Se trata de un trámite preceptivo antes de que el Ejecutivo elabore un primer borrador de orden, que se someterá después a un nuevo periodo de alegaciones formales. Sobre la mesa están cuestiones tan sensibles como:

  • Los criterios de prioridad para asignar plazas (antigüedad, tipo de embarcación, uso deportivo, etc.).
  • La gestión de listas de espera y los plazos máximos.
  • La regulación de cesiones, subarriendos y usos comerciales en amarres de carácter deportivo.
  • El equilibrio entre usuarios locales y foráneos.

Relevo en EKP tras años de polémica por amarres y contratos

Este debate sobre el futuro de los amarres llega en un contexto de sacudida interna en EKP. El pasado 28 de octubre, el Consejo de Gobierno acordó el cese de Edurne Egaña como directora de la sociedad pública que gestiona los puertos deportivos de Euskadi, después de unos trece años al frente del organismo. El relevo se ha presentado oficialmente como una “reestructuración” y un “nuevo impulso” para la entidad en plena revisión de la normativa de amarres.

Sin embargo, la salida de Egaña no se entiende sin el contexto de las controversias acumuladas en torno a la gestión de los puertos:

  • Denuncias y quejas por el sistema de adjudicación de amarres, algunas de ellas con recorrido judicial.
  • Informes del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas que han puesto en cuestión durante años el sistema de compras de combustible “sin concurso”, por un total cercano a los 17 millones de euros desde 2001, práctica que ha seguido vigente bajo distintos responsables, incluido el mandato de Egaña.
  • Acusaciones del PP vasco sobre adjudicaciones “a dedo” y presuntos tratos de favor, que el PNV ha rechazado, defendiendo la legalidad de los contratos firmados por EKP.

Pese al cese, el Gobierno ha decidido mantener a Egaña en la estructura: el 1 de noviembre fue nombrada asesora de la consejera Amaia Barredo en asuntos agropecuarios y pesqueros, con un puesto de nivel directivo y salario similar al que tenía en EKP, una recolocación que ha sido duramente criticada por la oposición.


Amarres, transparencia y confianza

La coincidencia entre el relevo en la dirección de EKP, la apertura del proceso de escucha y el arranque formal de la nueva Orden de Amarres convierte estos meses en un momento decisivo para la política portuaria deportiva de Euskadi.

El nuevo director, Jon Asua, llega con la tarea de pilotar una etapa en la que se juegan tres cuestiones clave:

  1. Ordenar la demanda
    Reducir la brecha entre los 4.000 amarres disponibles y las más de 2.000 personas en lista de espera exige reglas claras, previsibles y asumidas por usuarios y aspirantes.
  2. Reforzar la transparencia
    Las polémicas sobre adjudicaciones, tanto de amarres como de contratos de suministro, han erosionado la percepción pública de EKP. La nueva orden y el proceso participativo son también una oportunidad para reconstruir confianza.
  3. Garantizar un uso social y equilibrado de los puertos
    Los puertos deportivos son, además de espacios de ocio, piezas estratégicas del litoral: generan actividad económica, condicionan el acceso ciudadano a las riberas y forman parte de la imagen turística de la costa vasca.

Por ahora, los pantalanes siguen llenos y las listas de espera largas. La verdadera prueba de la nueva etapa no será solo cuántos amarres se reparten, sino cómo se hace y si la ciudadanía percibe que el sistema, tras años de polémica, es por fin más claro, más justo y mejor explicado.

Alianza histórica en el Pacífico Oriental para recuperar FADs y reforzar la sostenibilidad del atún tropical

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Armadores de España, EEUU, Ecuador y Panamá crean un fondo común para rastrear, recoger y reciclar dispositivos concentradores de peces en desuso.


La flota atunera de cerco del océano Pacífico Oriental acaba de dar un paso inédito en el camino hacia una pesca más responsable. En el marco de la 103ª reunión de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), celebrada la semana pasada, se firmó la Alianza Atunera para la Recuperación de Plantados en el Océano Pacífico Oriental, un compromiso internacional destinado a reforzar la monitorización, recogida y reciclaje de los dispositivos concentradores de peces (DCP o FAD, por sus siglas en inglés) que quedan a la deriva o han llegado al final de su vida útil.

El acuerdo fue suscrito con el impulso directo de Alfonso Beitia, Fishing Business CEO de Albacora y presidente de OPAGAC, presente en la reunión de la CIAT, y cuenta con el respaldo de las principales organizaciones de armadores implicadas en la pesquería del atún tropical en la región: AGAC, Fipesca, ATA y ATUNEC.

Un fondo común para recuperar y reciclar FADs

El corazón operativo de la iniciativa es la creación del Tuna Alliance Fund for the Recovery of FADs in the Eastern Pacific Ocean, un fondo financiero específico para financiar programas de rastreo, recogida y reciclaje de FADs.

Los armadores realizarán aportaciones anuales proporcionales a la capacidad de sus buques, en un esquema de responsabilidad compartida y transparente. El fondo también se abrirá a contribuciones de otros eslabones de la cadena de valor:

  • empresas procesadoras,
  • comercializadores,
  • proveedores tecnológicos,
  • y organismos internacionales interesados en apoyar proyectos de mitigación ambiental en la pesca.

La gobernanza del fondo será participativa, con un comité encargado de garantizar un uso riguroso de los recursos y de priorizar aquellos proyectos con mayor impacto positivo en la protección de los ecosistemas marinos.

De la eficiencia pesquera a la responsabilidad ambiental

Los FADs son una herramienta clave en la pesca de cerco de atún tropical: concentran cardúmenes y permiten mejorar la eficiencia, reducir tiempos de búsqueda y optimizar el consumo de combustible, lo que también contribuye a disminuir la huella de carbono de la actividad.

Pero su cara B es conocida: cuando quedan abandonados o pierden el control, pueden derivar miles de millas, encallar en costas sensibles o en arrecifes, o seguir pescando de forma pasiva, generando impactos sobre hábitats y especies no objetivo.

La alianza firmada en el Pacífico Oriental pretende precisamente abordar ese eslabón débil del ciclo de vida de los FADs: qué ocurre cuando dejan de ser útiles o se pierden. Con este fondo, los armadores se comprometen a financiar activamente su recuperación y reciclaje, reforzando la coherencia entre eficiencia económica y responsabilidad ambiental.

Continuidad de una senda iniciada en 2010

Para la flota española, la firma de esta alianza no es un gesto aislado, sino la prolongación de una trayectoria. Ya en 2010, los armadores agrupados en AGAC impulsaron un Código de Buenas Prácticas pionero a escala mundial, que puso la sostenibilidad medioambiental en el centro de la operativa de la pesca de atún tropical: liberación de especies acompañantes, FADs no enmallantes, formación de tripulaciones y cooperación científica.

Ahora, con la puesta en marcha de la Alianza Atunera para la Recuperación de Plantados en el OPO, se añade una pieza clave: la gestión del final de vida de los DCP.

“Este acuerdo supone un paso firme para consolidar nuestro compromiso de sostenibilidad y reforzar la convicción de que nuestra arte de pesca es una de las más responsables del mundo”, subraya Alfonso Beitia, presidente de AGAC, que ha defendido en la CIAT el valor de esta iniciativa como modelo exportable a otras zonas oceánicas.

Una alianza de países y de sectores

La firma del acuerdo ha reunido a actores clave de cuatro países con flotas de cerco activas en el Pacífico Oriental:

  • España, a través de la Asociación de Grandes Atuneros Congeladores (AGAC) y OPAGAC.
  • Estados Unidos, representado por la American Tunaboat Association (ATA), presidida por James Sousa.
  • Ecuador, con la Asociación de Atuneros del Ecuador (ATUNEC), liderada por Ricardo Buehs Bowen.
  • Panamá, a través de la Fundación Internacional de Pesca (FIPESCA), presidida por María Patricia Díaz.

Más allá de los armadores, la alianza se declara abierta a la participación de Organizaciones Regionales de Pesca (ORP), gobiernos, ONG y entidades conservacionistas, con la intención de construir una coalición multisectorial que combine capacidades operativas, conocimiento científico y legitimidad social.

Cooperación científica con la CIAT

Uno de los compromisos centrales es que los proyectos apoyados por el fondo compartan información con la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) y con otros organismos científicos. El objetivo es afinar el conocimiento sobre:

  • el comportamiento real de los FADs en el océano,
  • sus trayectorias y patrones de deriva,
  • y las mejores estrategias para reducir su huella ambiental.

La información generada alimentará los debates de gestión dentro de la CIAT y contribuirá a diseñar medidas más efectivas para minimizar los impactos sobre hábitats sensibles y especies vulnerables.

Referente para otras regiones atuneras

La creación de un fondo financiero específico para recuperar y reciclar FADs se interpreta ya en el sector como una herramienta innovadora que podría replicarse en otros océanos donde operan grandes flotas atuneras de cerco.

Con esta alianza, la flota española y sus socios en Estados Unidos, Ecuador y Panamá refuerzan el perfil del atún tropical como uno de los productos marinos más regulados y vigilados del mundo, no solo en términos biológicos, sino también sociales y ambientales.

En un contexto de creciente escrutinio por parte de consumidores, administraciones y grandes cadenas de distribución, el mensaje es claro:
la competitividad del atún del Pacífico Oriental pasa por demostrar, con hechos, que cada atún capturado viene acompañado de un compromiso tangible con el océano que lo produce.

ANFACO-CYTMA reclama en Bruselas que la conserva de pescado sea sector estratégico para la seguridad alimentaria europea

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La patronal pide tratar el atún en conserva como producto sensible en el acuerdo con Tailandia y reforzar la lucha contra la pesca IUU.


La industria europea de conservas y productos transformados de pescado no quiere quedar al margen del nuevo tablero comercial global. ANFACO-CYTMA alzó la voz en el Parlamento Europeo para reclamar que este sector sea reconocido como estratégico para la seguridad alimentaria de la ciudadanía europea y que se proteja frente a la competencia desleal en las negociaciones comerciales en curso, especialmente con Tailandia, principal exportador mundial de atún procesado.

En una jornada de alto nivel celebrada en Bruselas, la asociación española defendió que el atún en conserva sea considerado producto sensible, evitando su plena liberalización arancelaria en el futuro acuerdo con el país asiático. El encuentro, organizado por el eurodiputado gallego Francisco Millán Mon (PPE), se produjo en un momento clave para la definición de las reglas de juego del sector en las próximas décadas.

Un sector estratégico para la despensa europea

La sesión fue inaugurada por el comisario de Pesca y Océanos, Costas Kadis, y reunió a representantes de la Comisión Europea, eurodiputados y agentes de la cadena pesquera y transformadora.

En el primer panel, centrado en la dimensión industrial y comercial, intervinieron la conselleira do Mar de la Xunta de Galicia, Marta Villaverde; el secretario general de ANFACO-CYTMA y presidente del European Tuna Group, Roberto Alonso; la directora general adjunta de Comercio de la Comisión Europea, María Martín-Prat; y el director de la patronal italiana ANCIT, Giorgio Rimoldi.

Los ponentes subrayaron el carácter estratégico de la conserva de pescado en Europa: un producto nutritivo, estable, sin necesidad de refrigeración y clave para garantizar el abastecimiento en situaciones de crisis. En países líderes como España, el atún sostiene la mayor parte de la actividad transformadora y representa alrededor del 70 % de la producción del sector.

Al mismo tiempo, se analizó un mercado europeo de atún en conserva estabilizado y sin grandes perspectivas de crecimiento, donde los cambios de hábitos de consumo y la irrupción de nuevas tendencias alimentarias presionan a los productos tradicionales. En este contexto maduro, alertó el sector, cualquier concesión comercial mal calibrada puede desequilibrar la competencia y acelerar deslocalizaciones.

Tailandia, pesca IUU y “igualdad de condiciones”

Buena parte del debate giró en torno al impacto potencial del futuro acuerdo comercial entre la UE y Tailandia. Roberto Alonso fue contundente al reclamar que el acceso al mercado europeo se condicione estrictamente al cumplimiento de las normas contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU).

El secretario general de ANFACO-CYTMA recordó que una parte significativa —“más del 50 %”— del suministro tailandés de materia prima no sería elegible conforme a la normativa europea actual. Permitir su entrada sin controles reforzados, advirtió, “genera desventajas competitivas para la industria comunitaria y distorsiona el funcionamiento del mercado interior”.

“Europa no puede permitir que un sector crítico para la seguridad alimentaria de nuestra ciudadanía, que ofrece un producto como la conserva —nutritivo, sin fecha de caducidad ni necesidad de refrigeración—, quede expuesto a prácticas que no respetan las mismas reglas”, defendió Alonso.

Y añadió el mensaje de fondo que ANFACO-CYTMA quiso dejar en Bruselas:

“Queremos que una capacidad industrial relevante se mantenga instalada en la Unión Europea, para garantizar la soberanía alimentaria de nuestras próximas generaciones y una respuesta efectiva ante emergencias, como un corte eléctrico, un conflicto bélico o una ruptura en las cadenas logísticas internacionales”.

Efecto acumulativo de los acuerdos comerciales

Más allá de Tailandia, la patronal española advirtió del efecto acumulativo de los diferentes acuerdos comerciales que la UE negocia o revisa con países de regiones clave en el mapa atunero, como ASEAN.

La preocupación compartida por los asistentes es que una suma de concesiones progresivas pueda comprometer a medio plazo la capacidad transformadora europea, el mantenimiento de más de 25.000 empleos directos y la estabilidad de un tejido industrial fuertemente arraigado en territorios costeros.

La industria reclama un enfoque “equilibrado y realista”: apertura comercial, sí, pero con reglas claras, reciprocidad en estándares sociales y ambientales, y herramientas eficaces contra la competencia desleal.

Pesca IUU, controles y sistema CATCH

El segundo panel de la jornada abordó la perspectiva pesquera y de control. Participaron los eurodiputados Gabriel Mato y Paulo do Nascimento Cabral, junto con Roberto Cesari, jefe de la Unidad de Pesca IUU de la DG MARE, y Georg Werner, de la ONG Environmental Justice Foundation.

En este bloque se analizaron los retos pendientes en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, los avances en la implantación del sistema electrónico CATCH IT para el control de importaciones, y la necesidad de armonizar los controles en todos los puestos fronterizos de la UE para evitar “puertas traseras” en el mercado único.

Un mensaje directo desde el sector a las instituciones

El acto fue clausurado por la presidenta de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo, Carmen Crespo, junto al eurodiputado organizador. Ambos reconocieron la relevancia de la industria transformadora de pescado en el mosaico agroalimentario europeo y la necesidad de seguir trabajando en un marco normativo que combine competitividad, seguridad alimentaria y sostenibilidad.

Con su intervención en Bruselas, ANFACO-CYTMA busca influir en un debate europeo que será determinante para el futuro inmediato del sector de conservas y productos transformados de pescado. La organización insiste en que la política comercial, la política pesquera y las exigencias en materia de control e IUU deben caminar de la mano.

El objetivo declarado es claro: preservar una industria fuerte en territorio europeo, capaz de generar empleo de calidad, innovar en productos y formatos, y seguir garantizando que un alimento tan cotidiano como una lata de atún sea, al mismo tiempo, un pilar de la seguridad alimentaria y un ejemplo de cumplimiento de las reglas que Europa se ha dado a sí misma.

La acuicultura canaria produce más que la pesca artesanal

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En apenas cuatro años, el peso de la flota artesanal cae del 60% al 47% mientras crecen las jaulas marinas de lubina, dorada y medregal.


La foto del mar canario está cambiando, y no solo por el clima. También por lo que se produce y cómo se produce. Según datos remitidos por el Gobierno de Canarias al Parlamento autonómico, la acuicultura ya genera más kilos de pescado que la pesca artesanal y se ha consolidado, desde 2024, como la principal vía de producción pesquera en las islas.

La respuesta escrita del Ejecutivo regional, a una pregunta del diputado popular Juan Manuel García Casañas, confirma un giro que el sector venía advirtiendo: la pesca artesanal ha pasado de concentrar casi el 60% de la producción total en 2020 a quedarse en el 47% cuatro años después, cediendo terreno frente a las granjas marinas.

Un vuelco en el reparto de kilos

El informe detalla una tendencia general a la baja de la pesca artesanal entre 2020 y 2024, con una pérdida acumulada de 3.300.259 kilos capturados. En paralelo, la acuicultura crece de forma continuada, con 748.622 kilos más que en 2020.

Ese sorpasso no es coyuntural. Con los datos disponibles hasta el 30 de agosto de 2025, la acuicultura ya representa el 55,8% del volumen total de producción, lo que consolida el cambio de modelo de estos últimos años: las jaulas de engorde pesan más que las artes tradicionales en el balance de toneladas que salen del mar canario.

Engordar en jaulas: el modelo canario

En Canarias, la acuicultura se centra en la última fase del cultivo, el engorde en el medio marino. Los alevines y juveniles se importan desde la península u otros países europeos y completan su ciclo en jaulas situadas frente a la costa, según recuerda la propia Consejería de Agricultura en su web.

Las estadísticas de la Dirección General de Pesca señalan como especies principales:

  • Lubina
  • Dorada

y, de forma creciente, el medregal o pez limón, que va ganando peso en las tablas de producción. Se trata de especies de alto valor comercial y con una demanda estable en el canal HORECA y en la distribución minorista.

Para el sector artesanal, más atomizado y dependiente de recursos costeros, esta evolución implica competir en el mercado local con una oferta acuícola más constante, regular en volúmenes y precios, y apoyada en inversiones empresariales de mayor tamaño.

España, potencia acuícola; Canarias, actor medio

El viraje canario hacia la acuicultura se produce en un contexto nacional en el que España es ya el primer productor acuícola de la Unión Europea, con alrededor del 23% del volumen total comunitario. Sin embargo, el Archipiélago no figura entre las comunidades líderes en toneladas:

  • Galicia encabeza el ránking, impulsada sobre todo por el mejillón.
  • Le siguen la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, con fuertes polos de engorde de dorada y lubina.

Canarias se consolida así como un actor medio, pero en expansión, que ha encontrado en las jaulas marinas una vía para aumentar producción pese a las limitaciones de recursos y a la presión sobre las pesquerías artesanales.

Un cambio de modelo con interrogantes

Los datos oficiales dibujan, en definitiva, un cambio estructural: menos kilos procedentes de nasas, palangres y artes menores; más pescado salido de estructuras flotantes de engorde.

El Gobierno regional interpreta este giro como una diversificación productiva que refuerza la oferta de proteína marina. Pero el avance de la acuicultura abre también interrogantes sobre:

  • el futuro socioeconómico de las cofradías y de los pueblos que dependen de la pesca artesanal,
  • la ordenación del litoral y la convivencia de usos en el espacio costero,
  • y el equilibrio entre producción intensiva, empleo local y conservación de los ecosistemas marinos.

Mientras el debate se abre paso, las cifras son claras: en las estadísticas de 2024 y 2025, la acuicultura ya ha tomado la delantera. Y todo indica que, salvo cambio de tendencia, las jaulas marinas seguirán ganando peso en el mapa pesquero de Canarias.

NEAFC refuerza la gestión pesquera y la transparencia en el Atlántico Nordeste, pero aplaza acuerdos clave sobre caballa y lanzón azul

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La 44ª reunión anual en Londres adopta medidas de conservación para 2026, avanza en datos electrónicos y biodiversidad, pero deja pendientes los repartos de cuotas pelágicas.


La gobernanza pesquera del Atlántico Nordeste se juega, en buena medida, en una mesa en Londres. Allí se celebró, del 11 al 14 de noviembre, la 44ª reunión anual de la Comisión de Pesquerías del Atlántico Nordeste (NEAFC), la organización intergubernamental encargada de gestionar las pesquerías en aguas internacionales de esta región.

A la cita acudieron sus Partes Contratantes: Dinamarca (en representación de Islas Feroe y Groenlandia), la Unión Europea, Islandia, Noruega, la Federación Rusa y el Reino Unido, en un contexto marcado por la necesidad de compatibilizar sostenibilidad, seguridad alimentaria y tensiones geopolíticas.

Medidas para 2026: avances en demersales, dudas en pelágicos

Sobre la mesa, el núcleo clásico de cualquier reunión de NEAFC: la adopción de medidas de conservación y gestión para 2026 basadas en el último asesoramiento científico independiente del CIEM (ICES).

La Comisión acordó límites y reglas de gestión para diversas poblaciones, entre ellas:

  • Gallineta (redfish)
  • Arenque
  • Abadejo de Rockall (Rockall haddock)

En estos casos, los Estados pactaron medidas alineadas con el mejor conocimiento científico disponible, reafirmando el papel del CIEM como árbitro técnico de referencia.

Sin embargo, el panorama fue mucho menos claro en el frente de los stocks pelágicos. NEAFC reconoce que los acuerdos “no fueron completos”, ya que no se fijaron aún las asignaciones de la Captura Total Admisible (TAC) para cada Parte Contratante de cara a 2026.

Los dos grandes ausentes de un acuerdo definitivo fueron:

  • Lanzón azul (blue whiting)
  • Caballa (mackerel)

Ambas poblaciones quedan pendientes de nuevas consultas entre Estados costeros, un recordatorio de que la política pesquera en el Atlántico Nordeste es también un tablero de equilibrios diplomáticos y pugnas por el reparto de recursos altamente migratorios.

Más transparencia: informes de cumplimiento y acceso de observadores

La reunión de Londres sirvió también para reforzar la dimensión de control y transparencia. NEAFC anunció la publicación de los informes de cumplimiento de sus Partes con las medidas de gestión en 2023 y 2024, así como los ejercicios de auto-evaluación como Estados de pabellón responsables de sus buques pesqueros.

Estos documentos permiten medir hasta qué punto los países aplican las normas que ellos mismos aprueban y se consideran un avance en la rendición de cuentas ante el propio sector, otros Estados y la sociedad civil.

En la misma línea, la Comisión acordó mejorar el acceso de observadores a sus reuniones, incluido el comité de seguimiento y cumplimiento. Un gesto que responde a las crecientes demandas de apertura procedentes de ONG, otros organismos internacionales y algunos Estados.

Datos electrónicos y cooperación global con la FAO

NEAFC quiso subrayar su papel como actor activo en la arquitectura global de gobernanza de los océanos. La reunión valoró como “muy positiva” la participación del presidente y de la Secretaría en foros internacionales y el trabajo conjunto con otras organizaciones regionales de pesca y con la FAO para apoyar la pesca sostenible y la seguridad alimentaria.

Uno de los capítulos concretos de esa cooperación es la interconexión de los sistemas de datos de NEAFC con el sistema global de la FAO para el intercambio de información sobre medidas del Estado rector del puerto, herramienta clave en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).

Además, en el próximo año todas las Partes de NEAFC se unirán a la Unión Europea en el uso de un Sistema Electrónico de Notificación (Electronic Reporting System) de última generación, basado en un estándar internacional de Naciones Unidas, que permitirá compartir datos pesqueros detallados de forma más ágil, segura y armonizada.

Canadá renueva su estatus y NEAFC mira más allá de su zona

La dimensión internacional se reforzó también con la decisión de Canadá de renovar su estatus de Parte no Contratante Cooperante para 2026, lo que formaliza su compromiso con las reglas y objetivos de la Comisión pese a no ser miembro de pleno derecho.

La Secretaría destacó que este tipo de colaboraciones, más allá del núcleo de Partes Contratantes, son esenciales para cerrar vías de escape a la regulación y asegurar un campo de juego más equilibrado en el Atlántico Norte y en otros caladeros conectados.

Biodiversidad y 30×30: la pesca entra en la agenda de conservación

Más allá de los cupos, NEAFC presumió de estar en la vanguardia de la cooperación entre gestión pesquera y conservación de la biodiversidad.

La reunión tomó nota de que la Comisión fue la primera Organización Regional de Ordenación Pesquera (OROP) en registrar oficialmente un “Otro Medida Eficaz basada en Áreas para la Conservación” (OECM) en el repositorio mundial de la ONU.

Este espacio se integra en el objetivo global 30×30 del Marco Mundial de Biodiversidad, que persigue conservar al menos el 30 % de la superficie marina y terrestre para 2030. NEAFC también continúa implicada en el desarrollo e implementación del nuevo acuerdo global sobre biodiversidad en áreas más allá de la jurisdicción nacional (BBNJ), pieza clave para la protección de la alta mar.

Entre la ciencia y la política

La 44ª reunión anual de NEAFC deja una fotografía ambivalente. Por un lado, consolida avances técnicos en gestión basada en la ciencia, transparencia, digitalización de datos y conservación de la biodiversidad. Por otro, recuerda los límites de la diplomacia pesquera cuando se trata de repartir recursos altamente disputados como la caballa o el lanzón azul.

En un Atlántico Nordeste cada vez más presionado por el cambio climático, la competencia entre flotas y las exigencias de sostenibilidad de los mercados, el trabajo de NEAFC seguirá siendo un termómetro de hasta dónde están dispuestos los Estados a ceder en cuotas a cambio de preservar, de verdad, el futuro de las pesquerías.