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viernes, diciembre 5, 2025
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La flota española se juega en Sevilla un aumento clave de la cuota de atún rojo

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Más de 60 países negocian desde hoy en la ICCAT el reparto de los túnidos del Atlántico y el Mediterráneo para el periodo 2026-2028

La flota española de atún rojo entra desde hoy en una semana decisiva en Sevilla, donde más de 60 países negocian en el seno de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) el reparto de las capturas de túnidos en el Atlántico y el Mediterráneo hasta 2028. La reunión, que se prolongará hasta el 24 de noviembre en formato híbrido, tiene un protagonista claro: la revisión al alza de la cuota de atún rojo, una especie emblemática cuya recuperación ha sido avalada por los informes científicos de la propia organización.

España, que ya es el país europeo con mayor cupo de atún rojo, acudirá al encuentro decidida a defender un incremento “ambicioso pero responsable” de sus posibilidades de pesca. El Gobierno y el propio sector apuntan a un aumento cercano al 19 % para el trienio 2026-2028, dentro de la horquilla del 12-20 % que los científicos de ICCAT consideran compatible con el buen estado del stock tras años de severas restricciones.

Actualmente, el Total Admisible de Capturas (TAC) de atún rojo del Atlántico oriental y el Mediterráneo ronda las 40.000 toneladas anuales y España dispone de algo más de 6.780 toneladas, repartidas entre la flota de cerco del Mediterráneo, las históricas almadrabas del Golfo de Cádiz, los barcos de cebo vivo del Cantábrico, los cañeros de Canarias y las flotas artesanales del Estrecho y del Mediterráneo. Ese reparto interno también está sobre la mesa: si ICCAT aprueba una subida significativa, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ya ha anunciado una revisión del real decreto que regula esta pesquería para abrir la mano a nuevos segmentos de flota y atender las demandas de la pesca artesanal y de las capturas accesorias.

La delegación europea negociará en Sevilla en nombre de los 27 Estados miembros, en un escenario complejo en el que se cruzan intereses históricos y nuevas aspiraciones. De un lado, potencias pesqueras con flotas altamente desarrolladas como la UE o Japón; de otro, países emergentes que reclaman una mayor porción del recurso para desarrollar sus propias pesquerías. El presidente de ICCAT, Ernesto Penas, ya ha advertido en los días previos que, tras el éxito del plan de recuperación, “no se puede fallar ahora” en la gestión, y ha llamado a encontrar un equilibrio entre la explotación económica y la sostenibilidad a largo plazo.

Para la flota española, la cita de Sevilla es algo más que una batalla de cifras. El atún rojo se ha convertido en una especie refugio para muchas empresas afectadas por la caída de otras pesquerías, la presión de especies invasoras o la competencia creciente en los mercados internacionales. En el Estrecho y el Golfo de Cádiz, las almadrabas y los barcos artesanales denuncian desde hace años que la expansión del atún, unido a la invasión del alga Rugulopteryx okamurae, ha cambiado por completo el equilibrio ecológico y ha reducido la presencia de especies tradicionales como el voraz, el pez sable o el pulpo, lo que aumenta la dependencia de una cuota suficiente de atún rojo para sostener las economías locales.

En el Cantábrico, las empresas de cebo vivo subrayan que llevan más de una década aplicando medidas estrictas de control, cupos individualizados y sistemas de seguimiento que han contribuido de forma decisiva a la recuperación de la especie. El mensaje que llega desde las organizaciones de productores y cofradías es nítido: el esfuerzo realizado por la flota europea y, en particular, por la española debe verse recompensado con un escenario de estabilidad y crecimiento moderado que permita planificar inversiones, renovar buques y mantener empleo en tierra y a bordo.

En paralelo a la “gran batalla” del atún rojo, la agenda de ICCAT incluye otros dosieres relevantes para el sector español. La organización debatirá sobre la situación del bonito del norte, que los científicos sitúan en un estado biológico muy favorable, así como sobre el pez espada del Atlántico norte y sur, con situaciones diferenciadas, y varias especies de tiburones sometidas a una fuerte presión pesquera. También se analizará la gestión de los atunes tropicales (rabil, listado y patudo), esenciales para la industria conservera, incluidos los periodos de veda y el uso de dispositivos concentradores de peces (FAD).

La reunión de Sevilla llega después de un intenso trabajo técnico a lo largo del año, en el que el comité científico de ICCAT ha desarrollado nuevos modelos de evaluación y ha testado estrategias de gestión basadas en reglas de control de capturas. El objetivo es dotar a la Comisión de herramientas que permitan ajustar los TAC de forma predecible en función del estado del stock, reduciendo así la incertidumbre política que rodea cada trienio de negociación. De hecho, los documentos preparatorios apuntan ya a dos escenarios concretos de aumento del TAC global de atún rojo, que podrían situarlo en torno a las 45.000-48.000 toneladas anuales en el periodo 2026-2028.

Más allá de los números, la reunión de la ICCAT en Sevilla tiene una fuerte carga simbólica para España, que alberga la sede de la organización en Madrid desde 1966 y se ha consolidado como una de las potencias clave en la gobernanza internacional de los túnidos. El sector pesquero español llega con la vista puesta en un resultado que consolide el “caso de éxito” del atún rojo y permita, al mismo tiempo, responder a las necesidades de la flota y de las comunidades costeras que dependen de esta especie.

Durante los próximos días, la negociación se desarrollará en sesiones de panel, grupos técnicos y encuentros bilaterales en los pasillos del hotel sevillano que acoge la cumbre. En ellos se calibrarán apoyos, se intercambiarán propuestas de texto y se buscarán equilibrios que permitan cerrar un acuerdo de consenso antes del 24 de noviembre. Para la flota española, el objetivo está claro: lograr un aumento significativo de la cuota de atún rojo que reconozca el esfuerzo realizado, consolide el empleo y fortalezca su posición en un mercado global cada vez más competitivo, sin perder de vista que el verdadero capital a proteger sigue siendo el buen estado de los stocks.

La Gamba Roja de Almería consagra su marca con una gala que une ciencia, cocina, comunicación y compromiso social

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La Organización de Productores Pesqueros de Almería (OPP-71) convirtió anoche el Teatro Apolo en el gran escaparate del mar almeriense con la celebración de la II Gala de los Premios Gamba Roja de Almería, unos galardones que consolidan a este producto como símbolo de excelencia gastronómica, sostenibilidad pesquera e identidad colectiva.

El acto reunió a representantes del sector pesquero, instituciones, chefs, investigadores, periodistas y organizaciones empresariales en un reconocimiento coral al trabajo de la flota y a la cadena de valor que sostiene la Gamba Roja de Almería como uno de los referentes del Mediterráneo español.

El consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco, reiteró el “apoyo más firme a los hombres y mujeres de la mar”, mientras que la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, subrayó que el Ayuntamiento seguirá siendo aliado estratégico de la marca: “Es fuente de empleo, riqueza y salud; vamos a seguir promoviendo su consumo y defendiendo a nuestra flota”. El gerente de la OPP-71, José María Gallart, recordó que la Gamba Roja de Almería “es más que un producto: es una historia de esfuerzo, innovación y amor por el mar”, y advirtió de los retos regulatorios y económicos que el sector afronta sin renunciar a la sostenibilidad.

Ciencia, cocina, comunicación e instituciones: cuatro pilares del éxito

El palmarés de esta segunda edición dibuja un mapa claro de los actores que hacen posible el modelo almeriense:

Premio a la Mejor Investigación y Ciencia Marina – José Luis Pérez (IEO-CSIC)
El reconocimiento al doctor e investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) reivindica el papel de la ciencia como aliada directa del sector. Su trayectoria en el estudio de los ecosistemas del Mediterráneo y su colaboración estable con la flota almeriense han contribuido a mejorar el conocimiento sobre los caladeros, ajustar esfuerzos, diseñar vedas y reforzar la gestión basada en datos. La OPP-71 subraya así un mensaje clave: sin investigación rigurosa, no hay sostenibilidad creíble.

Premio al Impulso Gastronómico – Juan Vargas (Grupo IXO)
El chef, vinculado a uno de los grupos de restauración más influyentes del país, ha integrado la Gamba Roja de Almería y otros mariscos locales en propuestas de alta cocina que viajan por España y el mundo. Su trabajo combina respeto por el producto, técnicas contemporáneas y relato de origen, convirtiendo cada plato en embajada de la lonja al restaurante. El premio reconoce la importancia de que la gastronomía de vanguardia actúe como altavoz de las pesquerías sostenibles y de los puertos que las hacen posibles.

Premio a la Mejor Comunicación – David Baños
Periodista y divulgador, Baños ha acompañado durante años al sector almeriense contando historias de esfuerzo, innovación, regulaciones, crisis y logros, con especial atención a la realidad de las tripulaciones, las empresas familiares y los cambios tecnológicos. El galardón pone en valor una comunicación que huye del tópico y ayuda a que la ciudadanía entienda qué hay detrás de la etiqueta “Gamba Roja de Almería”: controles, sacrificio, conocimiento y apuesta por la calidad.

Premio al Apoyo Institucional – Autoridad Portuaria de Almería (APA)
La APA es reconocida por su papel en la modernización de las infraestructuras, la mejora de los servicios al sector pesquero, el apoyo a iniciativas de promoción y la integración del puerto en la estrategia de sostenibilidad y calidad impulsada por la OPP-71. El premio subraya que la competitividad de la Gamba Roja no se entiende sin muelles operativos, logística eficiente y una visión portuaria alineada con la economía azul.

Reconocimientos a una comunidad que sostiene el modelo

La gala incluyó además una serie de reconocimientos que dibujan el ecosistema humano de la Gamba Roja de Almería:

  • Margarita Pérez Martín, por su compromiso y liderazgo como secretaria general de Pesca de la Junta de Andalucía.
  • Antonio Nieto, gerente de Pesca España, por su impulso y compromiso con el sector.
  • BDI Comunicación, por su profesionalidad en la difusión de la actividad pesquera.
  • Juan Camacho, jefe de la lonja de Almería durante 15 años, por su trayectoria y lealtad.
  • ASHAL, la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería, por su labor en la promoción del producto local.
  • ANDMUPES, la Asociación Andaluza de Mujeres de la Pesca, por su fuerza y ejemplo, visibilizando a mujeres que son armadoras, gestoras y protagonistas directas del éxito de un modelo pesquero sostenible.

Con este último reconocimiento, la OPP-71 volvió a poner en primer plano a las mujeres de la pesca, piezas esenciales y durante años invisibles en la cadena de decisiones y valor.

Una marca en ascenso: premios, innovación y economía azul

La II Gala llega en un momento clave: la Gamba Roja de Almería acaba de ser distinguida por la Junta de Andalucía con el Premio a la Innovación y la Calidad Pesquera, que se entregará el 25 de noviembre en Huelva. Un respaldo institucional que consolida la marca como referencia del sector andaluz y nacional y reconoce la estrategia desplegada por la OPP-71.

En los últimos años, la organización ha impulsado:

  • La marca de calidad Gamba Roja de Almería y una imagen unificada del producto.
  • Acciones de divulgación y promoción como el concurso popular “A por la Gamba Roja de Almería”.
  • Iniciativas de sostenibilidad y economía circular: incorporación de puertas voladoras más eficientes, reducción de consumo energético, proyectos de recogida de basuras marinas, transformación de residuos en biodiésel y reutilización de redes de pesca.
  • Colaboración estrecha con centros de investigación y administraciones para compatibilizar rentabilidad y conservación.

Estas medidas sitúan a la OPP-71 en la vanguardia de la llamada economía azul responsable, donde el valor gastronómico se apoya en prácticas de explotación controladas, innovación tecnológica y compromiso ambiental.

Cerrar filas en torno a un símbolo

La II Gala de los Premios Gamba Roja de Almería ha tenido algo más que brillo institucional: ha funcionado como una declaración de intenciones compartida en un contexto exigente para la flota mediterránea. Entre la presión regulatoria, la competencia internacional y la necesidad de demostrar sostenibilidad con hechos, el sector almeriense ha optado por cerrar filas en torno a su producto estrella y a quienes lo hacen posible desde la ciencia, la cocina, la empresa, la comunicación, la gestión pública y el trabajo diario en la mar.

La Gamba Roja de Almería sale de esta edición reforzada no solo como delicatessen de referencia, sino como bandera de un modelo pesquero que quiere ser competitivo, transparente, innovador y profundamente arraigado a su territorio.

Expertos reclaman acelerar la digitalización de los océanos para impulsar la economía azul

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La digitalización de los océanos dejó de ser un concepto futurista para convertirse en una pieza estratégica de la economía azul, la sostenibilidad climática y la competitividad marítima europea. Así quedó patente en la mesa “Digitalización de los océanos”, en la que participaron referentes del ámbito científico y tecnológico: Francisco J. Doblas-Reyes (Barcelona Supercomputing Center), Carlos Muñoz-Royo (At Depth), Carlos Groba (Marine Instruments) y Juan Ramón de Bea (Surcontrol.

El debate dejó un mensaje claro: sin datos ni modelos avanzados no habrá gestión inteligente del mar, ni pesca más eficiente, ni puertos descarbonizados, ni proyectos creíbles de captura de carbono, ni protección efectiva de infraestructuras críticas submarinas. Y, a la vez, la digitalización abre uno de los mayores nichos de innovación y talento del sector marítimo europeo.


Del superordenador al gemelo digital del océano

Francisco J. Doblas-Reyes, profesor de investigación ICREA y director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center (BSC), situó la digitalización en su dimensión más ambiciosa: los gemelos digitales del sistema climático, donde el océano es pieza central.

Explicó que el BSC trabaja con modelos físico-químicos de alta resolución que simulan el comportamiento del océano y la criosfera a escala global, integrando supercomputación e inteligencia artificial para ofrecer información útil a sectores sensibles al clima: pesca, energía, transporte marítimo, puertos, aseguradoras o administraciones.

Pero fue tajante al señalar la debilidad estructural:
la brecha de observación.

A diferencia de la atmósfera, bien cubierta por satélites y redes de medición, el océano sigue siendo opaco:

  • Los satélites solo ven la superficie, con limitaciones por nubosidad.
  • El interior marino, especialmente por debajo de la capa de mezcla, está pobremente monitorizado.

Esa falta de datos dispara la incertidumbre sobre cuestiones clave: cuánto CO₂ absorben realmente los océanos, cómo evolucionan las corrientes profundas o qué papel juega un Mediterráneo sobrecalentado en episodios extremos como DANAs e inundaciones.

Para abordar estos retos, Doblas-Reyes defendió la combinación de modelos físicos tradicionales, inteligencia artificial y supercomputación pública al servicio también de empresas y administraciones, citando las nuevas iniciativas europeas de “factorías de IA” como infraestructura crítica para la economía azul.


At Depth: gemelos digitales a escala local para proyectos reales

Si el BSC mira el océano desde el espacio, At Depth, representada por su cofundador y CEO Carlos Muñoz-Royo, lo hace “en zoom”.

Ingeniero naval y doctor por el MIT, Muñoz-Royo explicó cómo desarrollan gemelos digitales oceánicos específicos para operaciones concretas:

  • Instalaciones de acuicultura.
  • Proyectos de dragado o infraestructuras marinas.
  • Ensayos de minería submarina.
  • Iniciativas de captura y almacenamiento de carbono en el océano.

Su metodología combina modelos físico-químicos avanzados con redes de sensores diseñadas a medida para cada proyecto: mediciones de pH, alcalinidad, CO₂ disuelto, corrientes o temperatura, comparando qué ocurriría con y sin la intervención humana.

Ese enfoque permite dos cosas decisivas:

  1. Elegir mejor dónde y cómo actuar (por ejemplo, seleccionar zonas idóneas para restauración marina o proyectos de captura de carbono).
  2. Verificar con datos el impacto ambiental y climático, haciendo posible, por ejemplo, que un proyecto de restauración pueda respaldar créditos de carbono fiables y sostenerse en el tiempo.

“La digitalización convierte proyectos puntuales en estrategias sostenibles a largo plazo”, resumió Muñoz-Royo.


Marine Instruments: las boyas que escuchan el mar y guían una pesca más eficiente

Desde la óptica industrial, Carlos Groba, CTO de Marine Instruments, mostró cómo la digitalización ya está transformando la pesca y la observación marina.

La empresa, líder en soluciones electrónicas para pesca sostenible, despliega boyas inteligentes equipadas con:

  • Sensores acústicos que detectan la biomasa bajo la superficie.
  • Sistemas de comunicación satelital.
  • Envío continuo de datos oceanográficos en tiempo real.

Estas boyas sirven a la vez para:

  • Ayudar a la flota —especialmente atunera— a decidir dónde y cuándo pescar, reduciendo esfuerzos innecesarios, consumo de combustible y capturas no deseadas.
  • Alimentar sistemas de información oceanográfica con datos sobre corrientes, temperaturas y condiciones del mar.

Groba defendió una idea con potencial transformador: convertir los barcos en sensores flotantes.

Hoy, muchas embarcaciones acumulan información valiosa (temperatura, corrientes, ecosondas, radares, sonares) que se pierde al no integrarse en sistemas compartidos. Un marco de colaboración y anonimización de datos permitiría mejorar modelos científicos, afinar predicciones y, a cambio, ofrecer mejores herramientas a quienes operan en el mar.

Marine Instruments ya utiliza técnicas de inteligencia artificial y algoritmos evolutivos para optimizar rutas y uso de boyas por parte de la flota, con un impacto directo sobre costes y emisiones. Pero advierte: el cambio cultural —aceptar que el algoritmo ayude o corrija decisiones tradicionales— es casi tan importante como el tecnológico.


Surcontrol: ecosistemas digitales abiertos para puertos, flotas e infraestructuras

Por su parte, Juan Ramón de Bea, de Surcontrol, puso el foco en la arquitectura que debe sostener esta revolución: ecosistemas digitales abiertos, interoperables y colaborativos.

Su planteamiento se basa en tres capas:

  1. Tecnología del dato: semántica común, estándares abiertos, romper silos entre navieras, puertos, ciudades, autoridades ambientales o de seguridad.
  2. Conectividad: garantizar que la información fluye en tiempo real desde sensores, drones, vehículos autónomos o sistemas portuarios hacia las plataformas donde se analizan y toman decisiones.
  3. Automatización y robótica: aplicar esos datos a casos de uso concretos:
    • Llegadas “just-in-time” para evitar esperas y reducir emisiones.
    • Inspección automática de infraestructuras portuarias o submarinas.
    • Vigilancia de tuberías, cables, diques o áreas sensibles.
    • Apoyo a la navegación segura.

Surcontrol defiende que solo con entornos digitales compartidos —y reglas claras de gobernanza y seguridad del dato— la digitalización de los océanos podrá desplegar todo su potencial económico y ambiental.


Un impacto enorme en la economía azul… y un reto pendiente de contar

Preguntados por el impacto de la digitalización en la economía azul, los ponentes coincidieron: es potencialmente enorme y aún infraaprovechado.

Algunas claves que emergieron en el debate:

  • Sin medición no hay mejora: monitorizar océanos permite optimizar rutas, reducir combustible, planificar puertos, diseñar vedas más inteligentes, evaluar proyectos de restauración y proteger infraestructuras críticas.
  • Herramienta frente al cambio climático: entender mejor el papel del océano en la captura de CO₂, en las corrientes y en fenómenos extremos es esencial para inversiones públicas y privadas de adaptación que se cuentan en miles de millones.
  • Nuevos modelos de negocio sostenibles: desde créditos de carbono oceánicos verificables hasta tecnologías para pesca selectiva, logística verde o vigilancia ambiental avanzada.
  • Atracción de talento: la digitalización del océano combina ciencia, ingeniería, datos, IA, robótica y sostenibilidad. Un campo ideal para nuevas vocaciones técnicas y científicas, si se comunica bien.

Tanto científicos como tecnólogos insistieron en un punto final: las herramientas existen, las capacidades crecen, los proyectos piloto funcionan… pero falta escala, coordinación y relato.

Hace falta:

  • Más cooperación público-privada.
  • Marcos claros para compartir datos de forma segura.
  • Inversión estable en observación, supercomputación y talento.
  • Y, sobre todo, explicar que bajo términos como “gemelo digital” o “sensórica marina” no hay ciencia ficción, sino decisiones muy concretas sobre empleo, seguridad, clima, pesca, energía y vida cotidiana.

Porque, como se recordó en la mesa, digitalizar el océano no es alejarse del mar, sino conocerlo mejor para poder seguir viviendo de él sin agotarlo.

Europa abre el debate social sobre el futuro de la pesca

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La sostenibilidad de la pesca europea ya no se discute solo en términos de cuotas, vedas y reglamentos técnicos. La Comisión Europea ha querido enviar una señal política clara situando a los pescadores en el corazón del debate: empleo digno, seguridad a bordo, relevo generacional y atractivo del sector pasan a primera línea de la agenda comunitaria.

En un encuentro celebrado con los interlocutores sociales del sector —la Federación Europea de Trabajadores del Transporte (ETF), Europêche y Cogeca—, el comisario Costas Kadis escuchó durante horas un mensaje firme y coordinado: sin flotas viables, sin tripulaciones con derechos, sin jóvenes que quieran embarcarse, no habrá pesca sostenible por muy ambiciosos que sean los objetivos ambientales.

El diálogo se enmarcó en un momento clave, con varios frentes abiertos: la negociación del Marco Financiero Plurianual 2028–2034, la preparación del Pacto Europeo por los Océanos, la futura Visión para la Pesca 2040 y la evaluación en curso de la Política Pesquera Común (PPC), cuyo informe se hará público en la primavera de 2026. En todos ellos, el comité de diálogo social reclamó una misma pieza: un fondo específico y robusto para la pesca, capaz de financiar modernización responsable de la flota, descarbonización, mejoras de seguridad, formación, condiciones laborales dignas y relevo generacional.

“Para lograr la sostenibilidad, Europa necesita flotas competitivas, empleos decentes y políticas ajustadas a la realidad del mar”, defendió el presidente del comité de diálogo social, Cor Blonk, quien subrayó, además, la necesidad de una Directiva europea específica sobre formación y movilidad del personal pesquero, que armonice requisitos, mejore el reconocimiento de cualificaciones y permita a los profesionales trabajar con seguridad en cualquier Estado miembro.

Por su parte, el comisario Kadis reiteró el compromiso de la Comisión con una pesca “sostenible, competitiva y resiliente”, e insistió en que la futura Visión 2040 reforzará la dimensión social: más atención a la seguridad a bordo, a las competencias profesionales, al bienestar de las tripulaciones y a la capacidad de adaptación de las comunidades pesqueras. Reconoció también el papel del Comité de Diálogo Social como garantía de que el “factor humano” siga presente en cada decisión comunitaria.

Uno de los puntos más sensibles del encuentro fueron las posibles reducciones de cuotas y cierres de áreas de cara a 2026, especialmente en cuencas tensionadas como el Mediterráneo. Los representantes de los trabajadores y de la patronal advirtieron del impacto directo que medidas drásticas, sin evaluación social suficiente, pueden tener sobre el empleo, los ingresos familiares y el atractivo del sector para la juventud. Reclamaron que los criterios socioeconómicos se integren de forma sistemática en el establecimiento de Totales Admisibles de Capturas (TAC) y esfuerzos, y lanzaron un aviso claro a Bruselas: “el sector necesita oxígeno para seguir vivo”.

En paralelo, se abordó la política pesquera exterior de la UE. Las partes coincidieron en la importancia de garantizar un “level playing field” global, es decir, que las flotas europeas compitan en igualdad de condiciones frente a terceros países. Los interlocutores sociales insistieron en que la Unión no puede rebajar sus exigencias laborales fuera de sus aguas: pidieron expresamente que la Comisión no avale estándares por debajo del Convenio C188 de la OIT, referencia internacional sobre trabajo decente en la pesca, en ninguna negociación o foro multilateral.

El balance del encuentro dejó una combinación de reconocimiento y advertencia. Por un lado, satisfacción por el tono constructivo y por la voluntad del comisario de colocar el eje social en el centro de la política pesquera europea. Por otro, preocupación por los debates presupuestarios: los cambios propuestos en el futuro Marco Financiero Plurianual podrían dejar al sector sin los recursos necesarios para hacer realidad la transición que se le exige.

La pesca no es un sector del pasado; debe formar parte del futuro sostenible de Europa”, recordó Juan Manuel Trujillo, presidente de la sección de pesca de ETF. Una idea que resume el espíritu del encuentro: la transición ecológica no puede construirse contra los pescadores, sino con ellos como aliados. La hoja de ruta pasa ahora por traducir este mensaje político en normas, fondos y decisiones que, más allá de los titulares, se noten en la cubierta de los barcos, en las lonjas y en las comunidades que viven del mar.

Pescadores y hostelería se alían para llevar el mejor pescado fresco a la mesa de la ciudadanía

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El MAPA y las cofradías lanzan una campaña nacional dirigida a jóvenes, mercados y escuelas de cocina para reforzar el consumo de productos pesqueros de proximidad

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), a través de Alimentos de España, y la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP) han puesto en marcha la campaña “De toma pan y moja”, un programa estatal que recorrerá aulas, mercados y espacios culturales para reivindicar el valor nutricional, social y ambiental de los pescados y mariscos frescos procedentes de cofradías españolas.

El objetivo es doble: recuperar terreno en la cesta de la compra, especialmente entre la población joven, y visibilizar que detrás de cada pieza de pescado hay un territorio, una cultura y una flota artesanal y de bajura que trabaja con criterios de sostenibilidad y trazabilidad.

La cocina empieza en la lonja: escuelas de hostelería como motor del cambio

El eje central de la campaña se desplegará en escuelas de hostelería, donde el alumnado participará en jornadas prácticas sobre:

  • Identificación y diferenciación de especies procedentes de lonjas y cofradías locales.
  • Temporadas, artes de pesca y zonas de captura.
  • Manejo, conservación y elaboración respetuosa del producto.

No se trata solo de dar a conocer el origen, sino de implicar a quienes serán los y las futuras chefs, jefes de cocina y responsables de compra. Serán ellos mismos quienes, tras la formación, preparen las degustaciones abiertas al público en mercados de abastos, trasladando a la ciudadanía el mensaje de que elegir pescado fresco de proximidad es apostar por salud, sabor y economía costera.

Un calendario que une aula, mercado y puerto

La campaña arranca el 12 de noviembre en Valencia, en la Escuela Oficial de Cocina y Turismo ECOTUR, y continúa el día 13 con degustaciones en el Mercado Municipal de Alboraia.

El relevo lo tomará Santiago de Compostela, con sesión formativa el 19 de noviembre en el CIFP Compostela y degustaciones el día 20 en el Mercado de Abastos, uno de los templos históricos del producto gallego.

El cierre será el 21 de noviembre en Rianxo, donde “De toma pan y moja” se integrará en una acción cultural del Festival Mares da Fin do Mundo, conectando creación artística, memoria marinera y producto pesquero. Allí, pescadores, cocineros, agentes culturales y público compartirán un mismo relato: el mar como fuente de alimento, identidad y futuro para las comunidades litorales.

Del recetario tradicional al lenguaje digital

Conscientes de que una parte clave del público se informa y cocina desde la pantalla, la campaña incorpora contenidos específicos para redes y plataformas online. Se lanzarán videorrecetas dentro del recetario digital del convenio, elaboradas por las creadoras gastronómicas Natalia (Recetas de Escándalo) y Tatiana (Ruido en la Cocina), donde se reinterpretarán:

  • Recetas tradicionales de puerto y embarcación.
  • Platos sencillos, asequibles y pensados para el día a día.
  • Elaboraciones que muestran cómo aprovechar cada parte del producto, reduciendo desperdicios.

El objetivo es que el pescado fresco deje de percibirse como complejo o lejano, y se vea como una opción práctica, sabrosa y saludable para cualquier hogar.

Especies con nombre y apellido: territorio en cada bocado

“De toma pan y moja” pone el foco en especies que cuentan una historia concreta del litoral español y de sus cofradías, entre ellas:

  • Cangrejo azul de San Pedro del Pinatar, gestionado para convertir una especie invasora en recurso controlado y de valor gastronómico.
  • Raya de Luarca y pez limón de Gandía, vinculados a pesquerías locales que apuestan por calidad y cercanía.
  • Navaja y percebe de Aguiño, símbolo del trabajo mariscador en condiciones extremas.
  • Sardina y jurel de Portosín, iconos de la pesca artesanal y del consumo popular.
  • Gamba blanca de Isla Cristina, emblema onubense cuya captura sostenible sostiene empleo y prestigio culinario.

Cada punto del programa recordará que elegir estos productos no es solo una decisión gastronómica, sino una forma consciente de respaldar a la flota, a las cofradías y a los puertos que vertebran el litoral.

Una alianza estratégica con las cofradías

Todas estas acciones se integran en el convenio de colaboración entre el MAPA y la FNCP para la promoción de los productos pesqueros españoles en el mercado nacional, en coordinación con la estrategia Alimentos de España y en sintonía con la campaña “Llena tu mesa de mar”.

La implicación directa de las cofradías garantiza:

  • Origen claro y verificable del producto.
  • Visibilización del trabajo de la pesca artesanal y de bajura.
  • Mensajes alineados con la sostenibilidad, el respeto a tallas mínimas, cuotas y vedas.

En un contexto de cambios en los hábitos alimentarios, presión del “ultraprocesado” y desinformación sobre el sector, “De toma pan y moja” aspira a algo más que subir el consumo puntual: quiere reconectar a la sociedad con el mar, consolidar en la juventud el hábito de incluir pescado y marisco fresco en una dieta equilibrada y recordar que, detrás de cada plato que invita a mojar pan, hay mujeres y hombres del litoral sosteniendo una cultura milenaria.

La baja abundancia retrasa la temporada de langostino patagónico en la costa argentina

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La apertura de la campaña costera de langostino patagónico en Argentina, una de las citas clave para la industria pesquera nacional y para los mercados internacionales de marisco, ha quedado en suspenso tras ofrecer la primera prospección científica resultados “decepcionantes” en términos de abundancia del recurso. Las autoridades pesqueras, en coordinación con el sector, han optado por demorar el inicio de la temporada en tierra y supeditar cualquier decisión a un segundo estudio previsto para mediados de noviembre, con el objetivo de evitar una explotación prematura de un stock bajo presión.

El langostino patagónico (Pleoticus muelleri), conocido comercialmente como Argentine red shrimp, es el principal producto estrella de la flota de Chubut y uno de los mariscos más cotizados en Europa y Asia. La temporada de pesca costera —especialmente vinculada al puerto de Rawson— suele funcionar como motor económico para empresas, plantas de procesamiento y cientos de tripulantes. Esta vez, sin embargo, las señales biológicas han obligado a pisar el freno.

Prospección insuficiente y prudencia obligada

De acuerdo con la información trasladada por fuentes del sector y recogida en medios especializados, la primera campaña de evaluación científica detectó densidades de langostino inferiores a las necesarias para justificar la apertura inmediata de la pesquería costera, lo que llevó a recomendar el retraso de la temporada.

Lejos de interpretarse como un gesto meramente administrativo, la decisión se enmarca en una lógica de precaución biológica en un contexto especialmente delicado:

  • La pesquería viene de un año marcado por conflictos laborales, retrasos de inicio de campaña y resultados irregulares, que ya afectaron la disponibilidad de producto y la confianza de los mercados.
  • Informes recientes han señalado caídas muy significativas en el volumen y el valor exportado de langostino argentino, lo que incrementa la presión económica sobre armadores y plantas, pero también hace más crucial evitar un deterioro adicional del recurso que comprometa las próximas campañas.

En este escenario, el segundo relevamiento científico programado para noviembre se vuelve decisivo: permitirá comprobar si el langostino se concentra en cantidades y tallas adecuadas en las áreas habituales de la pesquería costera o si, por el contrario, persiste la baja abundancia y se impone mantener o ampliar las restricciones.

Impacto en la flota, las plantas y el mercado internacional

El retraso de la apertura tiene efectos inmediatos sobre la cadena de valor:

  • Flota artesanal e industrial costera: barcos preparados, tripulaciones a la espera y mayores costes fijos sin ingreso. Para muchos marineros, la zafra de langostino es el tramo clave del año para equilibrar las cuentas.
  • Plantas de procesamiento y empleo en tierra: la demora complica la programación de turnos, el mantenimiento de empleo estable y los compromisos comerciales con importadores.
  • Mercado internacional: el langostino argentino es referencia en segmentos premium. Un inicio tardío o una temporada corta pueden tensionar precios y empujar a compradores de la UE y Asia a buscar orígenes alternativos, en un contexto donde la fiabilidad del suministro pesa tanto como la calidad.

No obstante, tanto científicos como parte del empresariado reconocen que abrir con baja abundancia sería un riesgo mayor: capturas poco rentables, mayor presión sobre concentraciones reducidas, impacto sobre reproductores y un daño reputacional si se percibe una gestión cortoplacista del recurso.

Señal de gestión y necesidad de una estrategia a largo plazo

La situación actual vuelve a poner en el centro varios debates conocidos en la pesquería de langostino patagónico:

  1. Dependencia excesiva de un solo recurso. La concentración económica en el langostino hace que cualquier fluctuación biológica o conflicto se traduzca de inmediato en crisis sectorial.
  2. Necesidad de reglas claras y previsibles. El sector reclama calendarios, criterios y protocolos de prospección transparentes, que permitan planificar sin renunciar al principio de precaución.
  3. Articulación entre ciencia y política. Las decisiones sobre apertura, cierres y esfuerzo pesquero dependen de campañas científicas robustas; garantizar su continuidad, financiación y credibilidad es clave para todas las partes.
  4. Perspectiva socioeconómica. La defensa del recurso debe ir de la mano de medidas que sostengan a tripulaciones, plantas y puertos cuando las decisiones responsables implican menos días de pesca.

Mientras se aguardan los resultados del segundo estudio, el mensaje que sale de la costa patagónica es ambivalente: preocupación por una temporada que arranca con el freno de mano puesto, pero también la constatación de que cuidar el langostino hoy es la única forma de garantizar que siga siendo el corazón económico de la región mañana. La próxima decisión sobre la apertura no solo se medirá en toneladas, sino en la capacidad de Argentina de demostrar que puede equilibrar urgencia económica y sostenibilidad en uno de sus recursos marinos emblemáticos.

La flota atunera gana atractivo: las solicitudes de empleo a través de empleAtún crecen un 26% en 2025

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La plataforma impulsada por OPAGAC consolida el interés por una carrera en la mar con empleo estable, salarios competitivos y proyección internacional, en pleno relevo generacional de la flota española.

Madrid, 7 de noviembre de 2025.– La flota atunera española está logrando algo poco habitual en el sector marítimo: generar más vocaciones de las que pierde. La plataforma empleAtún, puesta en marcha en 2023 por la Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores (OPAGAC), ha registrado en 2025 un aumento del 26,6% en la demanda de empleo respecto al año anterior, hasta alcanzar las 809 solicitudes. Un crecimiento que el sector interpreta como una señal clara de atractivo profesional en un momento clave para el relevo generacional a bordo.

El interés es, sobre todo, nacional. El 77,3% de las candidaturas procede de España, con Galicia, País Vasco y Andalucía como principales canteras de nuevos perfiles. El resto corresponde a aspirantes de países con fuerte tradición pesquera o vínculos con la flota atunera: Francia, Argentina, Chile, Indonesia, México, Nicaragua, Perú o Venezuela, entre otros. La combinación de experiencia internacional y empleo regulado bajo estándares de sostenibilidad y responsabilidad social se ha convertido en uno de los ganchos de la iniciativa.

Desde su lanzamiento, las empresas armadoras asociadas a OPAGAC han publicado 41 ofertas de empleo en empleAtún para cubrir una amplia gama de puestos en una flota que agrupa a unos 2.400 profesionales, con una media de edad de entre 42 y 50 años. La fotografía confirma el reto: una generación experta que se aproxima al final de su vida laboral y la necesidad urgente de acelerar el relevo.

Las ocupaciones demandadas abarcan prácticamente toda la estructura operativa de un atunero: capitanes, oficiales de puente, jefes y oficiales de máquinas, electricistas, inspectores de descarga, ayudantes de contramaestre, marinería especializada, pangueros, rederos, maciceros, engrasadores y cocineros. El mensaje que lanza empleAtún es claro: hay espacio tanto para perfiles con titulación náutica y experiencia previa como para jóvenes en formación dispuestos a profesionalizarse en un segmento con estabilidad, rotaciones regulares y condiciones acordes con convenios internacionales.

Para reforzar ese vínculo con la comunidad educativa, empleAtún ha intensificado en el curso 2025–2026 su presencia en centros formativos marítimo-pesqueros y de FP. En octubre, la iniciativa celebró jornadas informativas en el Centro Nacional de Formación de Bamio (Galicia) y en el CIFP Náutico Pesquero de Bermeo (País Vasco), donde se explicaron salidas profesionales, requisitos, condiciones de embarque y el papel de la flota atunera española en los mercados internacionales y en la pesca responsable.

El siguiente escaparate será Merkalan 2025, la feria de empleo y formación organizada por el Servicio Vasco de Empleo, que se celebrará del 11 al 13 de noviembre. EmpleAtún contará con un stand virtual durante los tres días y participación presencial el 12 de noviembre en el Palacio de Congresos Europa de Vitoria, donde Grupo Albacora ofrecerá el taller “La mar como oficina”. El objetivo: acercar el día a día de un atunero a estudiantes y personas en búsqueda de empleo, desmontar tópicos sobre la vida a bordo y mostrar que la mar puede ser una opción de carrera planificada y moderna, no solo una salida vocacional tradicional.

La apuesta encaja con la estrategia del sector atunero español de reforzar su imagen como referente en sostenibilidad, control de la actividad, cumplimiento laboral y trazabilidad. En un contexto global marcado por la falta de personal embarcado en muchas flotas, el incremento de candidaturas registrado por empleAtún se interpreta como una ventaja competitiva: cuanto más visible y transparente es la oferta, más fácil resulta atraer talento.

Para OPAGAC y sus asociados, el mensaje de fondo es doble: la flota atunera sigue necesitando profesionales cualificados para mantener su liderazgo y, al mismo tiempo, está dispuesta a abrir sus puertas, explicar sus condiciones y acompañar a las nuevas generaciones en el salto a una profesión dura, pero con recorrido, tecnología, estabilidad y horizonte internacional.

GFCM aprueba nuevas medidas para unas pesquerías sostenibles para el Mediterráneo y da la bienvenida a Ucrania

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La gobernanza pesquera del Mediterráneo y el mar Negro dio ayer un paso relevante en Málaga. Veintidós países y la Unión Europea, reunidos en la 48ª sesión de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (GFCM) de la FAO, aprobaron un paquete de decisiones destinadas a reforzar la sostenibilidad de las pesquerías y la acuicultura, endurecer la lucha contra la pesca ilegal y consolidar la dimensión climática en la gestión. En este contexto, Ucrania fue admitida como el miembro número 24, un movimiento clave para la cooperación en el mar Negro.

El encuentro, organizado por España en Málaga, fue inaugurado por el ministro Luis Planas, el comisario europeo Costas Kadis, el alcalde Francisco de la Torre y el presidente saliente de la GFCM, Roland Kristo. Planas subrayó la idea fuerza del cónclave: beneficios económicos y sostenibilidad deben ir unidos, y solo la cooperación regional permite garantizar el futuro de las comunidades pesqueras.

Más control, más trazabilidad: cerrar el cerco a la pesca INDNR

Uno de los ejes centrales de la sesión fue el refuerzo del cumplimiento efectivo de las normas. La GFCM aprobó un mecanismo mejorado para evaluar el reporte de datos y las obligaciones de seguimiento, control y vigilancia (MCS), con el objetivo de identificar lagunas, ofrecer asistencia técnica y activar medidas correctoras cuando sea necesario. La lógica es clara: sin datos ni control homogéneo, cualquier compromiso de sostenibilidad se queda en papel mojado.

Entre las decisiones prácticas, destacan:

  • Intercambio reforzado de datos de los sistemas de localización de buques (VMS) entre países.
  • Obligatoriedad de número OMI para todos los buques de más de 20 metros que faenen fuera de jurisdicciones nacionales, lo que mejora la trazabilidad y dificulta cambiar de identidad para eludir controles. FAOHome

Varios países y la UE revalidaron la categoría de máximo cumplimiento, lo que envía una señal política sobre la voluntad de trasladar las decisiones regionales a sus legislaciones internas.

Gestión basada en ciencia: del besugo de la pinta a los crustáceos de alto valor

La sesión de Málaga consolidó el giro hacia reglas de explotación preacordadas basadas en evaluación científica.

  • Se aprobó una regla de control de capturas para el besugo de la pinta (Pagellus bogaraveo) en el mar de Alborán, un stock históricamente sobreexplotado. Tras ocho años de trabajo científico y negociación, esta herramienta fija un marco estable para ajustar las posibilidades de pesca a los objetivos de recuperación.
  • En el Adriático, se reconocieron avances en varias especies demersales y se adoptaron nuevas reducciones de esfuerzo para las flotas de arrastre de vara dirigidas a cigala, junto con medidas espacio-temporales más estrictas, mientras se permite un incremento controlado del esfuerzo para el lenguado común donde los datos avalan su explotación sostenible.
  • Para el estrecho de Sicilia, el Jónico y el Levante, se extendieron los periodos transitorios de los planes de gestión de la gamba roja y la gamba roja y azul, recursos de alto valor económico, manteniendo el marco de control mientras se consolidan los resultados.

En el mar Negro, la GFCM destacó la implementación del plan de gestión del rodaballo (turbot) como ejemplo de recuperación guiada por la ciencia, y puso el foco en la reducción de capturas accesorias de especies vulnerables como esturiones, quelvachos y marsopas, combinando medidas técnicas con campañas masivas de sensibilización al sector.

Además, se creó la Red Regional de Expertos en Pesquerías y Cambio Climático, que empezará trabajando sobre el espadín europeo (Sprattus sprattus), con el objetivo de integrar de forma sistemática la variable climática en los dictámenes científicos y las futuras decisiones de gestión.

Acuicultura bajo lupa ambiental y visión MedFish4Ever

La GFCM subrayó también los avances en acuicultura sostenible, apoyados en:

  • Un Comité Científico de Acuicultura reforzado.
  • Mejora de la coordinación técnica y de los sistemas de información regionales.
  • El papel de los Centros de Demostración de Acuicultura, que comparten soluciones innovadoras entre países.

La Comisión aprobó dos resoluciones clave:

  1. Un programa armonizado de seguimiento ambiental para la acuicultura marina.
  2. Una iniciativa para crear zonas de acuicultura para la restauración, orientadas a reforzar la salud de los ecosistemas y la resiliencia frente al cambio climático.

Estas decisiones se alinean con la próxima Declaración MedFish4Ever renovada y con la idea de una “transformación azul” en la que el crecimiento acuícola va de la mano de controles ambientales estrictos y participación del sector productor.

Ucrania se suma a la mesa: una señal geopolítica en clave de mar Negro

Uno de los anuncios con mayor carga política fue la incorporación de Ucrania como parte contratante de pleno derecho de la GFCM. Tras una década como parte cooperante, Kiev obtiene voz y voto en la definición de las normas pesqueras y acuícolas en el mar Negro.

La adhesión se interpreta como:

  • Refuerzo del marco regional para combatir la pesca ilegal en aguas del mar Negro.
  • Mayor coherencia entre las políticas pesqueras ucranianas, la normativa europea y los estándares de la FAO.
  • Apoyo político y técnico a las comunidades costeras ucranianas en un contexto de guerra y necesidad de reconstrucción.

Coincidiendo con este paso, la GFCM creó un Comité Científico Asesor específico para el mar Negro, sustituyendo al antiguo grupo de trabajo, con el objetivo de disponer de asesoramiento estable y especializado para una cuenca especialmente sensible.

Nuevo liderazgo y próxima radiografía del estado de las pesquerías

La sesión concluyó con la elección del nuevo Buró de la GFCM para un mandato de cuatro años, encabezado por Eyüp Mümtaz Tiraşin (Türkiye), con Francesco Saverio Abate (Italia) y Saber Alazabi (Libia) como vicepresidentes. El presidente saliente, Roland Kristo, dejó un mensaje de continuidad: una GFCM “fuerte, técnica y políticamente relevante”, llamada a ejecutar las decisiones acordadas en Málaga.

El próximo hito será la presentación, el 28 de noviembre, del informe “The State of Mediterranean and Black Sea Fisheries 2025”, que integrará el trabajo de más de 700 expertos y servirá como prueba de estrés: medirá hasta qué punto las medidas de gestión adoptadas en los últimos años se traducen en más biomasa, menos sobrepesca y una acuicultura mejor integrada con el medio.

Un mensaje de fondo: normas más duras, pero también más compartidas

Las decisiones tomadas en Málaga dejan una lectura clara para el sector:

  • Más trazabilidad y obligaciones para las flotas.
  • Más peso de la ciencia en los límites de captura y esfuerzo.
  • Más exigencia ambiental a la acuicultura.
  • Más integración política del mar Negro en la gobernanza común.

A cambio, la GFCM ofrece un marco regional más predecible, herramientas para apoyar a los países con menos capacidad técnica y una narrativa en la que los alimentos acuáticos —pesquerías y acuicultura— se reconocen como pieza estratégica de seguridad alimentaria, empleo costero y estabilidad ecológica en dos mares intensamente explotados y geopolíticamente tensos. El reto, a partir de ahora, será convertir cada recomendación en cambios reales en el agua.

Los atunes, en primera línea de riesgo: el MSC alerta de que el cambio climático deja obsoletos los acuerdos de pesca

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El calentamiento acelerado de los océanos no solo desplaza peces: también descoloca la arquitectura política y científica que sostiene la pesca sostenible. Una nueva investigación liderada por el Marine Stewardship Council (MSC), publicada el 4 de noviembre en la revista Cell Reports Sustainability, advierte de que las pesquerías dirigidas a especies altamente migratorias —con los atunes en cabeza— son las más expuestas a la sobrepesca a medida que los recursos cambian de territorio buscando aguas más frías.

El estudio analiza más de 500 pesquerías certificadas o evaluadas según el estándar del MSC, desde el krill antártico hasta los grandes pelágicos, bajo un escenario pesimista de emisiones hasta 2050. Sus conclusiones dibujan un mapa de vulnerabilidad muy claro: en primer lugar aparecen las pesquerías de túnidos y otros grandes migradores; después, las de pequeños pelágicos como caballa, arenque, capelán o merlán azul; y, en tercer escalón, las de peces blancos como bacalao, eglefino o rape.

El mecanismo de riesgo es doble. Por un lado, el aumento de temperatura empuja a los stocks hacia latitudes más altas o zonas más profundas, alterando áreas históricas de pesca y rutas migratorias. Por otro, esos desplazamientos hacen que una misma población quede sometida a marcos regulatorios distintos —nuevos Estados ribereños, diferentes organizaciones regionales de ordenación pesquera (OROP), o incluso zonas de alta mar con normas menos estrictas— sin que los acuerdos de reparto de cuotas se actualicen al mismo ritmo. El resultado potencial: conflictos entre países y tentación de capturar más antes de que lo haga el vecino.

Ejemplos recientes apuntados por el MSC y distintas fuentes científicas refuerzan la alerta: regreso del atún rojo a áreas del Atlántico noreste donde había desaparecido durante décadas, desplazamientos de túnidos tropicales en el Pacífico hacia el este, o movimientos al norte de pequeños pelágicos en el Atlántico nororiental. Cuando los peces cruzan fronteras sin que los tratados cambien con ellos, la sostenibilidad certificada se vuelve frágil.

Aunque el análisis se centra en pesquerías con certificación o en proceso de evaluación MSC —que en teoría cuentan con mejor ciencia, seguimiento y sistemas de control más robustos—, el mensaje de fondo es inquietante: si incluso estos casos “mejor gestionados” enfrentan riesgos crecientes, las pesquerías sin ese nivel de gobernanza pueden ser aún más vulnerables al binomio cambio climático–sobrepesca.

La fotografía no es homogénea. Las pesquerías de invertebrados bentónicos o sedentarios, como moluscos bivalvos, cangrejos o ciertas gambas, aparecen en el extremo opuesto del espectro: al no migrar largas distancias, están menos expuestas a disputas internacionales derivadas del cambio de distribución. Pero los autores recuerdan que estas especies sufren otros impactos climáticos —acidificación, olas de calor marinas, pérdida de hábitat— que no estaban en el centro de este trabajo.

De cara a la gobernanza global, la advertencia es directa. Si los Estados siguen gestionando como si los stocks fueran estáticos, los compromisos climáticos y los objetivos de pesca sostenible chocarán frontalmente. El MSC llama a reforzar los mecanismos de cooperación internacional, adaptar de forma dinámica las asignaciones de cuotas según la nueva distribución de las poblaciones, integrar escenarios climáticos en las evaluaciones de stock y blindar la toma de decisiones científicas frente a presiones a corto plazo. Entre las recomendaciones destacan la revisión periódica de acuerdos en las OROP, el uso sistemático de modelos que incorporen desplazamientos de especies y la condicionalidad de acceso para flotas que no respeten los nuevos marcos.

El mensaje llega, además, en un momento políticamente sensible: a las puertas de la COP30 en Brasil, donde océano, clima y seguridad alimentaria volverán a cruzarse en la agenda. Desde la oficina francesa del MSC, su dirección subraya que mantener pesquerías viables en un océano cambiante exige pasar de la simple “foto fija” de cuotas al enfoque de “objetivo móvil”: gestionar recursos que se mueven, con reglas capaces de moverse con ellos.

Para las flotas atuneras y pelágicas europeas —desde el Cantábrico hasta el Índico—, el estudio funciona como un espejo incómodo y una hoja de ruta: quien quiera seguir pescando mañana en un océano más cálido tendrá que asumir hoy acuerdos más flexibles, más científicos y, sobre todo, más compartidos.

La pesca recreativa entra en la era digital: PescaREC será obligatoria desde enero de 2026

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A partir del 10 de enero de 2026, ningún pescador recreativo que lance sus aparejos en el mar español podrá desentenderse del móvil. La Secretaría General de Pesca ha confirmado la fecha oficial a partir de la cual será obligatorio registrar y notificar electrónicamente todas las capturas a través de la nueva aplicación PescaREC, desarrollada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en cumplimiento del Reglamento (UE) 2023/2842 que refuerza el control de la pesca marítima de recreo. 

La medida supone un giro histórico para un colectivo tradicionalmente acostumbrado a trámites mínimos y a una percepción “aficionada” de su actividad. Bruselas y Madrid ya no la ven así: el impacto de la pesca recreativa sobre especies sensibles, especialmente en determinadas zonas y temporadas, ha dejado de ser marginal y pasa a integrarse plenamente en el sistema europeo de control pesquero.

Declarar todo: lo que se pesca, lo que se suelta… y cuando no pica nada

El comunicado de la Secretaría General de Pesca establece que cada pescador deberá cumplimentar, a través de PescaREC, una declaración diaria con todas las especies capturadas, tanto las retenidas como las devueltas al mar. Incluso las jornadas sin una sola pieza deberán registrarse expresamente como “sin capturas”, siguiendo el mandato del artículo 55 del Reglamento europeo. 

El foco se sitúa, sobre todo, en las especies sometidas a medidas de protección específica, a planes plurianuales o a la obligación de desembarque, donde la mortalidad generada por la pesca recreativa se considera relevante y hasta ahora insuficientemente cuantificada. El nuevo sistema aspira a cerrar ese “agujero negro estadístico” que complicaba la evaluación de stocks en especies como el atún rojo o determinados depredadores costeros.

PescaREC: una app, una puerta de entrada y más control

PescaREC estará disponible en Google Play y App Store y se convertirá en la herramienta exclusiva para:

Registrar capturas de pesca marítima de recreo en aguas exteriores.

Solicitar autorizaciones específicas para especies reguladas, como el atún rojo.

Enviar preavisos de pesca cuando así lo exijan las normas.

Consultar tallas mínimas, artes y especies prohibidas, cierres temporales y avisos oficiales actualizados. 

Para utilizarla será imprescindible disponer de una licencia de pesca marítima de recreo en vigor emitida por una comunidad o ciudad autónoma. La obligación se aplica a las capturas en aguas exteriores, aunque las autonomías podrán habilitar su uso también en aguas interiores, favoreciendo un sistema homogéneo a escala estatal.

En la práctica, el teléfono móvil pasa a ser tanto una libreta digital como un salvoconducto normativo: la Administración central concentrará los datos y los remitirá periódicamente a la Comisión Europea, integrando la actividad recreativa en el mismo circuito de control que la flota profesional.

De la confianza a la trazabilidad: la lógica de Bruselas y Madrid

El trasfondo de esta decisión está en la reforma del régimen de control pesquero europeo. El Reglamento (UE) 2023/2842 actualiza el sistema de seguimiento, registro y verificación para toda la flota y extiende por primera vez obligaciones precisas a la pesca recreativa, hasta ahora fragmentada entre licencias autonómicas, escaso control y estadísticas estimadas. 

Para la Secretaría General de Pesca, el mensaje es doble:

1. Conservación y ciencia: disponer de datos reales de esfuerzo y capturas recreativas permitirá mejorar la evaluación de stocks, ajustar vedas, establecer cuotas más afinadas y evitar cierres repentinos basados en escenarios incompletos.

2. Equidad y cumplimiento: se busca reducir la sensación de “agravio comparativo” con la flota profesional, sometida desde hace años a exigentes sistemas de control, mientras parte de la mortalidad por pesca quedaba fuera de los radares oficiales.

Un cambio cultural para miles de aficionados

La implantación de PescaREC no es solo un trámite tecnológico, sino un cambio cultural. Afecta a pescadores de costa, embarcación, pesca submarina y competiciones deportivas, desde veteranos jubilados hasta clubs altamente tecnificados.

Entre los retos que ya se anticipan en el sector:

Brecha digital: aficionados de mayor edad o zonas con mala cobertura pueden encontrar dificultades para declarar en tiempo y forma.

Simplicidad real de la app: el éxito dependerá de que el registro se pueda hacer en pocos pasos, sin menús farragosos ni caídas del sistema.

Miedo a sanciones: la obligatoriedad de declarar incluso sin capturas genera inquietud sobre posibles errores formales y su traducción en multas.

Percepción de vigilancia: parte del colectivo interpreta la medida como una “sospecha generalizada” sobre la pesca recreativa, lo que exigirá pedagogía y transparencia.

Próxima normativa nacional y llamada a las organizaciones

La Secretaría General de Pesca ha avanzado que en las próximas semanas se aprobará una normativa nacional específica que detallará procedimientos, plazos, supuestos sancionables y régimen de autorizaciones ligadas a PescaREC. Paralelamente, se publicarán guías e instrucciones en la web del MAPA para facilitar la adaptación del sector. 

El comunicado, firmado por Juan Antonio Agüero Monedero, subdirector general de Control e Inspección y Lucha contra la Pesca Ilegal, insta de forma expresa a federaciones, asociaciones, clubes náuticos, tiendas especializadas y plataformas del sector a difundir la información y acompañar a los usuarios en la transición hacia el nuevo sistema.

Hacia una nueva fotografía de la pesca recreativa

Con PescaREC, España se alinea con la nueva estrategia comunitaria: ningún segmento de actividad pesquera queda fuera del mapa. Si la herramienta funciona y la información se gestiona con rigor, el resultado será una imagen mucho más precisa del impacto real de la pesca recreativa sobre los recursos.

Para el aficionado, el reto será asumir que pescar “por ocio” ya no implica anonimato estadístico. Para la Administración, la obligación será convertir ese mayor control en decisiones más justas, proporcionadas y entendibles. Ahí se jugará, a partir de enero de 2026, la verdadera legitimidad de PescaREC.

Euskadi refuerza su apuesta por la pesca y el litoral con un presupuesto 2026 centrado en puertos, relevo generacional y modernización del sector

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El Gobierno Vasco activará fábricas de hielo, ayudas específicas a la industria pesquera y un ambicioso plan de inversiones portuarias y de gobernanza litoral

Vitoria-Gasteiz, 6 de noviembre de 2025.– Euskadi mira al mar con un presupuesto que pretende ser algo más que una suma de partidas: una hoja de ruta para asegurar el futuro de la pesca, la cadena de valor marina y los pueblos costeros. El Departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca gestionará en 2026 un total de 267,2 millones de euros, con un marcado componente transformador para el primer sector y, de forma muy destacada, para el litoral y el complejo pesquero-portuario vasco. Euskadi

La consejera Amaia Barredo define el proyecto como “el reflejo de un Gobierno que escucha, que planifica y que actúa”, y que invierte a la vez “en puertos y en pueblos, en ciencia y en tradición, en jóvenes y en quienes llevan décadas cuidando la tierra y el mar”. Una declaración que, trasladada al ámbito marítimo-pesquero, se traduce en medidas concretas: relevo generacional embarcado, mejora de servicios esenciales como el hielo, apoyo a la transformación y comercialización de pescado, nueva gobernanza en los puertos y fuertes inversiones en seguridad, operatividad y calidad de los espacios portuarios.


Relevo generacional y músculo organizativo en la pesca

En paralelo a las estrategias dirigidas al sector agrario, el Gobierno Vasco sitúa el relevo generacional en la pesca como prioridad de legislatura. El diagnóstico es claro: flotas con mandos y tripulaciones envejecidas, dificultades para atraer jóvenes a la mar y una normativa cada vez más exigente que requiere perfiles mejor formados.

Aunque las cifras globales de relevo se articulan a escala del primer sector, el departamento subraya que el apoyo abarcará también a jóvenes armadores, marinería y profesionales ligados a la cadena pesquera, desde lonjas hasta industrias transformadoras. El acompañamiento técnico, la formación específica, la digitalización y la profesionalización están llamados a convertirse en piezas clave para garantizar que las flotas de Euskadi sigan siendo competitivas y sostenibles en un contexto de cambio climático, regulaciones europeas más estrictas y presión internacional.

En este marco, el Ejecutivo vasco también ha reiterado su apoyo activo a los procesos de fusión entre Organizaciones de Productores Pesqueros (OPP), con el objetivo de crear estructuras más fuertes y eficientes. Estas fusiones deben permitir negociar mejor, planificar capturas, optimizar la comercialización, adaptarse a las normas comunitarias y reforzar el peso del sector vasco en los foros de decisión.

Un petrolero europeo atacado frente a Somalia reactiva la alerta sobre la piratería en el Índico

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El “Hellas Aphrodite”, con bandera maltesa, fue abordado por piratas armados tras una semana de avisos por aumento de actividad sospechosa. La misión europea Atalanta se movilizó de inmediato mientras la tripulación se refugió en la ciudadela del buque. El incidente reabre el debate sobre la seguridad en una ruta clave del comercio energético.

La tensión vuelve a las aguas del océano Índico frente a Somalia. El petrolero de productos “Hellas Aphrodite”, con bandera de Malta y gestionado por la compañía Latsco Marine Management, fue atacado y abordado por piratas armados en la mañana del 6 de noviembre, a varias centenas de millas de la costa somalí, en una zona que llevaba años tratando de dejar atrás la etiqueta de “alto riesgo”. Según los primeros reportes de los centros internacionales de seguridad marítima, los asaltantes emplearon armas automáticas y lanzagranadas propulsadas (RPG) contra el buque antes de lograr subir a bordo. 

La tripulación, compuesta por 24 marinos, activó el protocolo de emergencia y se refugió en la ciudadela —el espacio reforzado y seguro diseñado para resistir un asalto— desde donde se mantiene el contacto con las autoridades. Por el momento, todos han sido reportados como “sanos y salvos”, sin constancia de heridos, un dato clave que ha sido confirmado por la empresa armadora. 

Atalanta, en primera línea

El incidente se produce tras varios días de avisos. El Centro de Seguridad Marítima del Océano Índico (MSCHOA) y otros nodos de vigilancia habían emitido la semana pasada una alerta por incremento de actividades sospechosas frente a Somalia, incluyendo reportes de esquifes armados y posibles buques nodriza operando en aguas alejadas de la costa.

En respuesta al ataque, la operación naval europea Atalanta —la misión de la UE contra la piratería en el Cuerno de África activa desde 2008— movilizó uno de sus medios desplegados en la zona, que se encuentra cerrando distancias con el petrolero con el objetivo de evaluar la situación, disuadir a los piratas y, en su caso, coordinar una eventual intervención junto a otras fuerzas asociadas. La operación ya ha confirmado públicamente que trata el suceso como un episodio de piratería en curso y que está preparada para “responder de manera efectiva”. 

Un golpe simbólico en una ruta estratégica

El “Hellas Aphrodite”, que transportaba gasolina desde Sikka (India) hacia Durban (Sudáfrica), navegaba por una de las arterias discretas pero esenciales del comercio energético global. El ataque se produce además en un contexto especialmente sensible: el desvío de rutas por la inseguridad en el mar Rojo, la presión sobre los fletes y la búsqueda de corredores alternativos han recargado de tráfico y relevancia las aguas del Índico occidental.

Que un petrolero europeo, sin equipo armado a bordo, haya sido abordado tras años de relativa contención de la piratería frente a Somalia lanza un mensaje inquietante a navieras, aseguradoras y autoridades: las capacidades de los grupos piratas siguen existiendo, son móviles y pueden proyectarse mar adentro con el apoyo de buques nodriza —en este caso, fuentes de seguridad apuntan a un pesquero de bandera iraní previamente capturado como posible plataforma de operaciones. 

Piratería en mutación: del pico de 2011 al rebrote actual

La ofensiva internacional —Atalanta, fuerzas de la OTAN, coaliciones navales y medidas de autoprotección de la industria— había logrado reducir drásticamente los ataques somalíes desde el pico de 2010-2011. Sin embargo, los analistas advierten de un patrón preocupante: la combinación de inestabilidad política en Somalia, dificultades económicas locales, debilitamiento de algunas patrullas internacionales y el “efecto contagio” de otros focos de inseguridad marítima en la región habría creado un caldo de cultivo para nuevos intentos de secuestro.

En los últimos dos años se han registrado varios incidentes y abordajes que rompen la tendencia descendente y devuelven el riesgo a la agenda estratégica de la UE y de los grandes pabellones de conveniencia. El ataque al “Hellas Aphrodite” es descrito por expertos en seguridad marítima como la escalada más significativa desde 2024 y un posible punto de inflexión si no se refuerzan vigilancia, inteligencia y cumplimiento estricto de las recomendaciones de tránsito seguro. 

Europa, bajo presión para sostener su presencia naval

La rápida movilización de Atalanta tiene también lectura política. La Unión Europea, que en los últimos años ha diversificado sus esfuerzos navales hacia el mar Rojo y otras crisis, se ve ahora obligada a demostrar que mantiene capacidad creíble en el Índico occidental. La protección de buques que transportan combustibles, granos o ayuda humanitaria forma parte del mandato original de la misión, alineado con resoluciones de Naciones Unidas y con la seguridad energética europea. 

Fuentes diplomáticas comunitarias señalan que el caso del “Hellas Aphrodite” alimentará el debate sobre la necesidad de consolidar una arquitectura permanente de seguridad marítima en la región, coordinando medios europeos con aliados y con las autoridades costeras cuando existan capacidades.

Industria en alerta: protocolos, costes y responsabilidad

El ataque reabre, asimismo, el debate sobre los estándares de seguridad exigibles a los armadores: presencia o no de guardias armados, entrenamiento de la tripulación, diseño y eficacia de las ciudadelas, rutas recomendadas, velocidad de tránsito y cumplimiento de las directrices BMP (Best Management Practices). Cada incidente de éxito, aunque la tripulación quede a salvo, incrementa primas de seguro, costes operativos y riesgo reputacional, especialmente cuando afecta a banderas europeas.

Mientras la misión Atalanta y los centros de seguridad marítima siguen de cerca la evolución de la situación a bordo del “Hellas Aphrodite”, el mensaje que deja este caso es claro: la piratería frente a Somalia no es un capítulo cerrado, sino una amenaza latente que puede reactivarse cuando se relajan la vigilancia y la presión internacional.