La Armada estadounidense entregará al menos tres de sus submarinos nucleares de ataque (NAS) de clase Virginia (con opción a dos más) a Australia, que también recibirá hasta ocho NAS de nueva generación, de ingeniería británica y con componentes estadounidenses.
Este es el resultado de 18 meses de revisión del expediente de los NAS por parte del nuevo Primer Ministro australiano, Anthony Albanese, que presentó sus conclusiones el 13 de marzo en la base naval californiana de San Diego, recibido por el Presidente estadounidense, Joe Biden, y el Primer Ministro británico, Rishi Sunak. Defendió la «mayor inversión jamás realizada en las capacidades de defensa del país».
Por el momento no se ha propuesto ninguna estimación en firme, pero se calcula que el paquete ascenderá a entre 268.000 y 368.000 millones de dólares australianos (entre 167.000 y 229.000 millones de euros), a lo largo de 30 años. Se espera que el programa cree 20.000 puestos de trabajo en la industria (8.000 de ellos directos) y la marina.
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El nuevo diseño, denominado provisionalmente SSN-Aukus, servirá para equipar tanto a la Royal Navy, en sustitución del actual Astute, como a la Marina australiana. La primera estará equipada a partir de «finales de la década de 2030», según Rishi Sunak, y la segunda a partir de «principios de la década de 2040». Australia prevé tener cinco en servicio a finales de la década de 2050.
Los submarinos serán construidos en Barrow-in-Furness por BAE Systems para la serie británica, y en Osborne (Australia), donde llegarán componentes británicos y estadounidenses. En Osborne se invertirán 2.000 millones de dólares en los próximos cuatro años para construir el futuro astillero, cuyos cimientos saldrán a la luz este año. Su superficie será tres veces mayor que la prevista en el anterior proyecto con Francia. Se ha previsto un plan B: si las capacidades industriales de Australia no son suficientes, podría recurrir a la cadena británica.
Formación de ingenieros
La primera piedra de esta cooperación tripartita es humana: ya empiezan a formarse ingenieros y marinos australianos en las industrias y armadas americanas y británicas. Anthony Albanese se felicitó de que los primeros aprendices de la marina australiana estén «en el tercio superior» de su curso de energía atómica.