WWF ha pedido a Marine Stewardship Council (MSC) paralice el proceso de certificación de una pesquería de atún rojo del Atlántico, porque considera que se generaría un «incentivo peligroso» para el mercado y puede comprometer a largo plazo la plena recuperación de la especie.
Así, la ONG, que participa en distintos proyectos de sostenibilidad de pesquerías con organizaciones de certificación en distintos países del mundo, pide a MSC que pare el proceso actual y ejerza presión sobre los Gobiernos para que estos mejoren los controles y la trazabilidad y exijan una gestión pesquera basada en un asesoramiento científico sólido.
A pesar de que el atún rojo está en fase de recuperación tras acercarse al colapso de la especie hace pocos años, WWF cree que «aún no ha alcanzado unos niveles que garanticen sus sostenibilidad» por lo que anuncia que «no puede respaldar su pesca con una etiqueta de sostenibilidad».
De momento, la ONG considera que el atún rojo del Atlántico no debe pasar el umbral de MSC para su certificación por la incertidumbre sobre la evaluación del estado de la población de atún rojo y la magnitud desconocida de las capturas ilegales que todavía se producen en la región.
El coordinador de pesquerías de WWF, Raúl García, alerta de que si MSC certifica una pesquería de atún rojo, se generaría un incentivo peligroso para el mercado y se corre el riesgo de «comprometer la plena recuperación a largo plazo de su población».
«WWF lleva 20 años trabajando por la recuperación del atún rojo, y no le queda otra opción que objetar esta certificación. Como parte interesada en la conservación y gestión sostenible del atún rojo, presentamos argumentos de peso como parte del proceso pero fueron desestimados de forma unilateral», concluye García. «Estamos tomando cartas en el asunto centrando nuestra atención en las faltas del sistema de certificación MSC, así como sobre la necesidad de una gestión más cautelosa para garantizar la plena recuperación de esta especie icónica», apunta Raúl García. WWF pide a MSC que detenga el proceso de certificación actual y, en su lugar, presione a los gobiernos para que mejoren los controles y la trazabilidad y exijan una gestión pesquera basada en un asesoramiento científico sólido.