Tres empresas españolas, HIDRAM, JALVASUB Engineering SL y Advanced Thermal Devices SL (ATD), han presentado una solución tecnológica que podría marcar un punto de inflexión en la transición hacia un sector naval descarbonizado: el Safe Ammonia Fuel Tech, un sistema que permite almacenar amoníaco en estado sólido, reduciendo riesgos y facilitando su uso en buques y puertos.
La propuesta responde a uno de los grandes desafíos del transporte marítimo: encontrar combustibles alternativos al diésel y al fuelóleo pesado que permitan cumplir los objetivos de descarbonización fijados por la Organización Marítima Internacional (OMI) para 2050.
Un combustible alternativo con ventajas clave
El amoníaco se perfila como uno de los combustibles más prometedores para la navegación del futuro. Entre sus ventajas, destaca que:
- Permite transportar hidrógeno de forma más sencilla y menos costosa que en estado gaseoso o líquido puro.
- Es menos inflamable que otros combustibles alternativos, lo que aumenta la seguridad en determinadas aplicaciones.
- Cuando se utiliza en motores de combustión adaptados, no genera CO₂ ni emisiones de azufre o partículas sólidas, contribuyendo así a mejorar la calidad del aire en zonas portuarias y costeras.
Tecnología Safe Ammonia Fuel Tech
La innovación presentada consiste en almacenar el amoníaco en estado sólido, una característica que minimiza riesgos frente a fugas y volatilidad, facilitando su manipulación y transporte. Según sus desarrolladores, esta tecnología podría integrarse tanto en nuevos diseños de buques como en instalaciones portuarias ya existentes, abriendo la puerta a un despliegue rápido y seguro.
Camino hacia la sostenibilidad marítima
La adopción del amoníaco como combustible alternativo requerirá, además de innovación tecnológica, un marco normativo claro y la adaptación de la infraestructura portuaria. Sin embargo, iniciativas como la de HIDRAM, JALVASUB y ATD refuerzan la posición de España en el desarrollo de soluciones punteras para el transporte marítimo sostenible.
En un momento en el que la presión internacional por reducir las emisiones del transporte marítimo se intensifica, el amoníaco sólido podría convertirse en un aliado clave para cumplir con los objetivos climáticos y transformar la flota mundial hacia un futuro más limpio y eficiente.
