Francia encabeza un grupo de Estados que plantean objeciones a lo que la Unión Europea y el Reino Unido han acordado hasta ahora en materia de pesca para después del Brexit, indicaron fuentes diplomáticas y funcionarios de la UE.
La propuesta de Francia para realizar cambios en el borrador del acuerdo sobre la salida de Gran Bretaña del bloque se suma a la incertidumbre respecto del destino del acuerdo, ya que la primera ministra británica Theresa May está enfrentando protestas en el Reino Unido, informó Reuters. «Sobre el borrador del acuerdo, varios Estados miembros solicitarán mejoras en la pesca», dijo una fuente diplomática cercana a las negociaciones, que mencionó la preocupación sobre el tema en Francia, Dinamarca, España, Portugal y los Países Bajos, según la agencia Reuters.
Finlandia e Irlanda también han expresado su preocupación por los futuros acuerdos de pesca, según informó Reuters.
Las ricas aguas de pesca de Gran Bretaña hoy están disponibles para otros Estados de la UE bajo acuerdos de acceso mutuo con cuotas fijas. Mientras que la UE ha querido salvaguardar ese esquema después del Brexit, el Reino Unido quiere tomar el control unilateral de sus aguas.El borrador del acuerdo sobre el Brexit deja el caso sin una resolución firme en esta etapa. Dice que las dos partes intentarán llegar a un acuerdo sobre el futuro de la pesca para julio de 2020, durante el período de transición posterior al Brexit, para establecer un eventual nuevo acuerdo comercial entre la UE y el Reino Unido.
El borrador deja a las pesquerías fuera de la zona aduanera única de la UE y el Reino Unido que podría activarse si las partes no encuentran otra manera de garantizar una frontera irlandesa abierta, el llamado mecanismo de «respaldo» que ha sostenido un acuerdo general durante mucho tiempo.
Los enfrentamientos territoriales entre pescadores franceses y británicos han venido ocurriendo de manera esporádica en las últimas décadas, más recientemente en agosto pasado, cuando barcos franceses embistieron a arrastreros británicos frente a las costas de Normandía en las llamadas «guerras de la vieira».
Una declaración política separada sobre las relaciones futuras entre la UE y el Reino Unido -que forma un paquete del acuerdo de retirada de Gran Bretaña pero no tiene autoridad legal-, indica que las dos partes también deben tener en cuenta la conservación en su futuro acuerdo pesquero.
Algunos diplomáticos de la UE dudan que el bloque pueda tirar abajo todo el acuerdo sobre la pesca. Sostienen que la oposición de Francia es táctica y que los Estados miembros preocupados por la pesca todavía podrían buscar más garantías en la declaración sobre los futuros vínculos, que ahora se está debatiendo entre los 27 Estados miembros, en lugar de exigir cambios en el acuerdo formal de retiro de Gran Bretaña.
El borrador del acuerdo ha enfurecido a los euroescépticos de línea dura del Partido Conservador de May y del partido de Irlanda del Norte que apuntala a su gobierno minoritario, por tratar de vincular la economía del país con la UE en los próximos años y, por lo tanto, limitar el alcance del Reino Unido para forjar sus propios acuerdos comerciales en todo el mundo.
Mientras los críticos de May se sienten traicionados, desde la UE sostienen que era el mejor acuerdo posible, dadas las líneas rojas existentes de ambas partes. En particular, mencionan que el Gobierno de May decidió abandonar tanto la unión aduanera como el mercado único de la UE a través del Brexit, manteniendo la frontera abierta entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Un funcionario de la UE sugirió que el borrador del acuerdo no podría mejorarse sin un cambio considerable en este enfoque básico. Sin embargo, algunas otras fuentes en Bruselas opinan que no se pueden descartar más negociaciones, ya que la situación política en el Reino Unido está cambiando a cada hora.
