El puerto pesquero de Avilés ampliará próximamente sus instalaciones con la apertura de un punto limpio. Se extiende en el terreno que ocupaba la antigua fábrica de hielo, demolida tras el incendio que en agosto de 2016 devastó la instalación. En todo caso su destino ya estaba escrito. Sita junto a la antigua lonja, había cesado actividad a mediados de abril de ese mismo año y estaba siendo desmantelada para su posterior derribo.
La Autoridad Portuaria decidió unificar en un único contrato el derribo y la construcción del nuevo punto limpio, a la postre adjudicado a la empresa Excade en 169.343 euros. La demolición de la antigua fábrica se demoró más de un año y hoy, cuando se han cumplido dos de aquel incendio, el punto limpio ya está construido aunque aún no ha entrado en servicio, ‘retraso’ que ha provocado cierto malestar en parte del sector.
El punto limpio dispone de contenedores de reciclaje de plásticos, corchos, maderas, redes o aceite de motor así como de residuos orgánicos, tales como desechos de pescado. En este sentido, la nueva política europea de pesca establece que a partir del próximo 1 de enero será obligatorio llevar a puerto todas las capturas, también aquellas pescadas de forma involuntaria, vivas o muertas, que no interesen por cualquier motivo, bien sea por no alcanzar la talla, porque el pescador no dispone de cuota o por determinadas normas de composición de las capturas.
La nueva normativa no ha sido bien recibida por los pescadores por la carga de trabajo que supone. Si hasta ahora los descartes se tiraban sin más por la borda, a partir de la referida fecha a excepción de un pequeño porcentaje será obligatorio registrarlos, hacerles sitio a bordo y desembarcarlos en puerto.
Según el director general de Pesca, Francisco González, la incidencia de la normativa de descartes en la flota que opera en Avilés será reducida. «Asturias sólo tiene cuatro arrastreros, por lo que no hay mucha flota afectada. Todo va bastante lento, pero ya tenemos las nuevas instalaciones de tierra casi preparadas en Avilés, que concentra el 70% de la flota como puerto operativo. Los descartes ya vienen produciéndose desde 2015. Ahora es el último eslabón. Los más afectados son los barcos con varios días de pesca y sólo tenemos ocho barcos comunitarios», aseguró a este periódico.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación subraya que está trabajando con la Comisión Europea y con el resto de estados miembros con el fin de «buscar soluciones a los distintos problemas que esta nueva norma pueda suponer para la flota española» y también para que los consejos sobre especies a celebrar el próximo lunes y el 17 de diciembre «incluyan medidas que solventen los asuntos que puedan quedar en cuanto a cuotas cero o flexibilidades en el uso de las mismas».
Con todo, el Ministerio considera necesario «dictar normas nacionales que fijen la forma en que se van a aplicar las exenciones y flexibilidades de uso de las cuotas, de manera que el sector sepa cómo se debe trabajar desde el primer día para beneficiarse de las mismas. Además, es necesario cambiar la mayoría de las órdenes ministeriales que rigen la actividad en aguas atlánticas para introducir mecanismos de flexibilidad que permitan que las cuotas lleguen a las flotas y buques que lo pudieran necesitar».
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