La mitad de la flota del Reino Unido es de pequeña escala, especializada en la exportación de mariscos y crustáceos, para lo que utiliza métodos de pesca de bajo impacto. Por ello, era indispensables conocer la opinión de los pescadores de pequeña escala sobre el Brexit y el futuro de las pesquerías del Reino Unido. New Economics Foundation ha realizado un estudio. El trabajo se centró en las comunidades de pescadores en la Isla de Skye y Orkney en Escocia, Pembrokeshire en Gales y en el Canal Inglés (Plymouth, Poole, Mudeford y Gosport). Muchas de estas pequeñas comunidades costeras dependen de los empleos de las pesca.
Los pescadores con los que se habló no se sentían representados por las grandes organizaciones de productores de la industria pesquera, pero muchos eran miembros de asociaciones para pescadores en pequeña escala. No sentían que hasta ahora el debate reflejara las complejidades de la industria y les preocupaba que cualquier mención de pesca en las discusiones en torno al Brexit fuera solo para sacrificar a este sector. Sentían que habían sido ignorados muchas veces anteriormente.
De la investigación, se desprende que el 80% de la flota pesquera soporta la mitad de los empleos, pero solo el 1.5% de la cuota de pesca. Este 80% está compuesto casi en su totalidad por pescadores costeros de pequeña escala que tienen que competir con embarcaciones más grandes, y con frecuencia pescan especies fuera de cuota.
Muchas personas estaban preocupadas por el futuro de la industria. A pesar del hecho de que los ingresos y las ganancias están creciendo en la industria pesquera en su conjunto, ciertamente no fue la percepción en estas comunidades.
Muchos pescadores querían destacar cómo pescan, con un enfoque en su bajo impacto en la vida marina y los hábitats, así como en los juveniles de las poblaciones a las que se dirigen. Podían demostrar que son sostenibles y, en particular, que los métodos de pesca «estática» utilizados por estos buques son los menos perjudiciales para el ecosistema marino más grande.
Con voces tan variadas, algunas de las necesidades de políticas son específicas para ciertas áreas. Esto se destaca más que cualquier otro hallazgo: mientras que muchas poblaciones de peces deberán gestionarse a nivel europeo para que las poblaciones estén protegidas, la forma en que esto se ve a nivel local puede variar significativamente, especialmente para los productos menos migratorios. Por ello, planteaban prioritario el tomar realmente el control de la gestión de la pesca significa la gestión conjunta donde la pesca está dirigida por y para las partes interesadas locales, dando a todos la oportunidad de configurar la toma de decisiones.
Muchos de los pescadores con los que se ha hablado consideraron que los límites de las cuotas de pesca se mantienen en muy pocas manos y que las aguas deberían reservarse para una flota de pequeña escala y de bajo impacto. Además, si las cuotas de pesca estuvieran disponibles para un grupo más amplio de pescadores, las capturas podrían diversificarse, lo que permitiría a los pescadores ser más sostenibles desde el punto de vista ambiental al eliminar algunas poblaciones y crear nuevos beneficios económicos para sus comunidades costeras. La distribución de las oportunidades de pesca dentro del Reino Unido siempre fue una decisión nacional, incluso antes de la votación Brexit, y un cambio en la distribución de las oportunidades de pesca es una necesidad absoluta para la futura legislación pesquera.
Un buen trato para estas comunidades de pescadores significa que los aranceles, pero también las barreras no arancelarias, se mantendrían al mínimo, ya que el producto perecedero debe entregarse rápidamente a los consumidores. Mantener o intentar replicar los acuerdos comerciales existentes fuera de la UE también es clave para algunos productos que se exportan al exterior
