La pesca de calamar en Malvina ha sido la mejor desde 1995, según Penguin News.La vinculación de Galicia con Malvinas es reconocida por las autoridades de las Islas. El representante de la Asamblea Legislativa, Phyllis Rendell, así lo ha admitido recientemente al destacar que las empresas gallegas son las que más han contribuido a la industria pesquera isleña.
Un nuevo buque español de última generación ha sido botado en Vigo para la zafra del calamar loligo en los caladeros norte y sur de Islas Malvinas. Esto representan el 75% de las capturas en aguas circundantes del archipiélago. La flota gallega de calamar, con 17 barcos con licencias de pesca otorgadas por las Islas, es una de las que más faena en la zona. Por día, promedian unas 670 toneladas de caputuras. Este año, esos buques dispondrán, además, de atraques alternativos tras el acuerdo con la petrolera Premier Oil para el uso de sus instalaciones.
De acuerdo a Penguin News la primera campaña del calamar de este año ha sido la mejor desde 1995, logrando en un mes la mitad de la media anual. La pesca del 2018 ya supera la del 2017. Y está, a su vez, fue un 37% mayor que la de 2016.
Asimismo señala, según el científico Sasha Arkhipin, que todos los barcos tienen capturas estabilizadas en alrededor de 30 a 40 toneladas diarias, especialmente en la zona norte conocida como Loligo Box. Más allá de la preocupación que despierta esta depredación pesquera, ha resultado estimulante la noticia de que Malvinas habría decidido no otorgar licencias de pesca de calamar a buques con bandera de China hasta que ese país no cumpla con los estándares internacionales sobre pesca ilegal. La medida, de acuerdo a la prensa, se habría adoptado tras los incidentes en la llamada milla 201 de Argentina.
En la actualidad, hay más de 500 barcos asiáticos concentrados en el Atlántico Sur, una de las zonas de mayor biodiversidad marina del planeta. Dado que hasta ahora se aplican pocas medidas de conservación en los caladeros de calamar fuera del mar argentino, la pesca ilegal y no regulada tiene un impacto negativo significativo en dicho eco sistema. Es de esperar que el caladero goce de buena salud y soporte una presión de extracción que, lamentablemente, no cuenta con datos científicos de sustentabilidad.
Por ello, es preciso que se incorpore una mayor dosis de racionalidad y de cooperación en la lucha contra la pesca indiscriminada más allá de las 200 millas. El diálogo abierto con el Reino Unido en materia de pesca, podría ser un primer paso.