Las autoridades de Liberia han mantenido retenido durante varias horas al barco gallego «Cedes», según comunica la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu), a la que pertence la embarcación. Según apunta la entidad, el «Cedes» fue abordado por miembros del Ejército del país africano, en colaboración con la organización conservacionista estadounidense Sea Shepherd. Finalizada la inspección, afirman, las autoridades liberianas entregaron al patrón la correspondiente acta, «sin que se haya reflejado en ella ninguna irregularidad cometida por el pesquero».
Orpagu denuncia la «indefensión» de sus tripulaciones ante los abordajes de Sea Shepherd en colaboración con autoridades de terceros países. Afirma que el buque «Bob Barker», responsable del abordaje, tenía desactivado su Sistema de Identificación Automática (AIS), lo que representaría una ilegalidad, y relata que las nueve personas que subieron a bordo del «Cedes» —cinco de ellas provistas de armas de fuego—«obligaron a parte de la tripulación a cortar las aletas de varios ejemplares de tintorera con el único fin de sacar fotografías y difundirlas posteriormente a los medios de comunicación», lo que indicaría un intento de acusar al pesquero gallego de prácticas ilegales. La tripulación del «Cedes», compuesta por catorce trabajadores, habría obedecido en un primer momento «intimidada por la presión», pero después, afirma Orpagu, se negó a seguir colaborando «a pesar de los requerimientos violentos de los militares».
La organización subraya que no se trata de un hecho aislado. En octubre de 2017, recuerda, se dirigió un escrito al director general de Pesca de la Comisión Europea, detallando alguno de los abordajes sufridos el pasado año por otros palangreros y atuneros españoles y franceses e incidiendo en la peligrosidad de estos sucesos debido a las «tácticas intimidatorias empleadas contra las tripulaciones de los barcos comunitarios».