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viernes, diciembre 5, 2025
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La pesca, motor silencioso de la facturación marítima en Cataluña

La economía azul catalana alcanzó los 21.170 millones de euros en 2022 y consolida a los recursos marinos vivos —pesca y acuicultura— como una de sus grandes columnas económicas

La economía vinculada al mar en Cataluña atraviesa uno de sus mejores momentos. Según el último informe de economía azul presentado por el conseller Òscar Ordeig, los sectores marítimos catalanes alcanzaron en 2022 una facturación de 21.170 millones de euros, un 41 % más que el año anterior, lo que supone el 4 % del valor total de la producción catalana.

Aunque el dato estrella del informe es global —incluye transporte marítimo, puertos, turismo costero, construcción naval, energías marinas y servicios ligados al mar—, detrás de esa cifra hay un pilar que sostiene buena parte del negocio: la pesca, la acuicultura y la cadena comercial de los productos del mar.


Un sector azul que crece… y donde el pescado pesa mucho

El informe de economía azul cifra también el valor añadido bruto (VAB) del conjunto de actividades marítimas en 5.588 millones de euros, con un incremento del 48 %, y 125.215 empleos directos, un 21 % más que en 2021.

La fotografía más reciente desglosada de la economía azul llega con un pequeño decalaje, pero ayuda a situar el peso real de la pesca en ese conjunto. Según los datos de la Generalitat para 2020, el bloque de “recursos marinos vivos” —pesca marítima, acuicultura, transformación y comercialización de productos pesqueros— generó un volumen de negocio de 4.641,8 millones de euros, el 36,1 % de toda la producción azul catalana, con un VAB de 650,7 millones (23,8 % del total azul) y 16.340 empleos directos.

Es decir: aun cuando el turismo costero concentra la mayor parte del empleo, el negocio pesado en euros dentro del mundo marítimo catalán pasa en gran medida por la pesca, la acuicultura y la industria del pescado. Todo indica que, si el conjunto de la economía azul creció un 41 % en 2022, este bloque también ha aprovechado la ola de recuperación, aunque la Generalitat todavía no ha publicado el detalle por subsectores para ese año.


Del muelle al mundo: pescado catalán con ambición exportadora

La presentación del informe coincidió con la quinta edición del Maritime Hub, el congreso de innovación marina y economía azul que impulsa la Conselleria junto a la red BlueNetCat, una plataforma que agrupa a centros de investigación, empresas y administraciones que trabajan en proyectos vinculados al mar.

En paralelo, el Govern ha utilizado escaparates como la Seafood Expo Global de Barcelona para exhibir la potencia del sector pesquero y del marisco catalán. En la edición de 2024, la administración recordaba que solo el bloque de recursos marinos vivos movía más de 4.600 millones de euros de negocio y que había resistido mucho mejor que otros segmentos de la economía azul el impacto de la pandemia, precisamente por su carácter de actividad esencial de suministro alimentario.

Las lonjas de la Costa Brava, el delta del Ebro y el área metropolitana de Barcelona, junto con la acuicultura de mejillón, ostra y dorada, y una potente industria de transformación y distribución, conforman un tejido que se proyecta hacia el exterior con marca propia. Cataluña se promociona ya como “Región Mundial de la Gastronomía 2025”, usando el pescado y el marisco como uno de sus argumentos estrella.


Facturación al alza, pero con retos en el horizonte

El brillo de las cifras es innegable: más facturación, más VAB y más empleo azul, con la pesca bien situada en la parte alta de esa tabla. Pero el sector no es ajeno a los desafíos:

  • Costes de energía y combustible, que siguen presionando la rentabilidad de la flota.
  • Obligación de descarbonizarse, marcada por la UE y canalizada a través del FEMPA y otras líneas específicas para modernizar motores, mejorar la eficiencia energética y reducir emisiones.
  • Relevo generacional en la pesca artesanal y costera, especialmente en zonas como el Ebro y el Empordà.
  • Necesidad de diversificar: turismo marinero, valorización de subproductos, acuicultura de alto valor añadido, biotecnología marina, etc.

Al mismo tiempo, los Grupos de Acción Local Pesquera (GALP) de la Costa Brava, Costa Central y Mar de l’Ebre canalizan fondos europeos hacia proyectos locales que buscan añadir valor al kilo de pescado: más transformación en origen, mejor comercialización y, en muchos casos, un relato de proximidad y sostenibilidad que conecta con el consumidor.


Una pieza clave de la Estratègia marítima de Catalunya 2030

La Generalitat encuadra este dinamismo dentro de la Estratègia marítima de Catalunya 2030, el marco que fija objetivos en pesca y acuicultura sostenibles, descarbonización, innovación portuaria y energías marinas. La economía azul aparece ahí no solo como un vector de crecimiento, sino como una palanca de cohesión territorial para las comunidades costeras.

Con la última fotografía disponible, el mensaje es claro:

  • La economía azul catalana se consolida junto a las grandes potencias marítimas europeas, con 21.170 millones de euros de facturación y más de 125.000 empleos.
  • Dentro de ese bloque, la pesca, la acuicultura y la cadena del pescado son responsables de varios miles de millones de euros de negocio y de una parte muy significativa del valor generado.

A falta de que el próximo informe desglosado actualice las cifras específicas de facturación pesquera de 2022, el sector ya sabe que llega a esa fecha con el viento de cola: más azul en la economía catalana y un protagonismo pesquero que, aunque a menudo discreto en los titulares, sigue siendo decisivo en las cuentas.

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