España lidera, junto a otros seis países, la petición de simplificar la Política Pesquera Común, reclama más días de pesca en el Mediterráneo y una PAC 2028-2034 más equitativa y flexible.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, volvió a situar este lunes a España en el centro del debate comunitario sobre el futuro de la pesca y la agricultura. En el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea, el titular español defendió una revisión profunda de la Política Pesquera Común (PPC) y de las reglas de la futura PAC 2028-2034 para adaptarlas a un escenario marcado por el cambio climático, la inestabilidad geopolítica y la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria.
España, junto a Bélgica, Francia, Italia, Países Bajos y Portugal —y con el apoyo de Dinamarca, actual presidencia de turno del Consejo—, ha conformado un “grupo de amigos con intereses pesqueros” que reclama a la Comisión Europea una simplificación de la PPC y una actualización de sus herramientas. “Han pasado más de 12 años desde la anterior reforma y el contexto es radicalmente distinto”, subrayó Planas, que advirtió de que la flota se enfrenta a retos que van desde la competencia internacional a la crisis climática.
Un informe para “aligerar” la maraña normativa
El ministro entregó al comisario europeo de Pesca y Océanos, Costas Kadis, un “Informe de simplificación de la PPC” que también se ha remitido a los Estados miembros y al propio sector español. El documento analiza en detalle diez reglamentos comunitarios que, a juicio del Gobierno, deberían modificarse para adecuar la gestión pesquera a la realidad actual.
Entre los puntos más sensibles, España carga contra los límites del Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA). El reglamento fija un tope de 6 millones de euros o el 15 % de la asignación nacional para financiar la renovación de la flota, la modernización, las paradas definitivas y las paradas temporales.
Según Planas, este doble techo obliga a los Estados a “elegir entre compensar la inactividad o impulsar el relevo generacional”, lo que en la práctica dificulta tanto la salida ordenada de barcos como la incorporación de jóvenes armadores y tripulantes.
El ministerio también considera “anticuada” la prohibición de subvencionar la construcción de nuevos buques y la modernización de motores en embarcaciones de más de 24 metros. “Se confunde renovación con sobrecapacidad”, advierte el informe. España pide poder renovar los barcos sin incremento de capacidad neta y eliminar las restricciones ligadas a la eslora cuando el objetivo sea mejorar la eficiencia energética y reducir emisiones.
Mediterráneo: más días de pesca tras años de sacrificios
El otro gran frente pesquero de la jornada fue el Mediterráneo. Planas reclamó a la Comisión que los buenos datos científicos se traduzcan por fin en un aumento de los días de faena para 2026.
El último informe del Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca (STECF) muestra una mejora “muy significativa” de la situación de la merluza, el salmonete, la gamba roja y otras especies sometidas al plan plurianual del Mediterráneo. Muchas poblaciones se encuentran ya cerca del rendimiento máximo sostenible (RMS), lo que, según España, avala un cierto desahogo para las flotas de arrastre y artes fijas que han soportado cinco años consecutivos de recortes.
El ministro recordó que la flota española ha hecho “enormes esfuerzos” tanto por la vía del esfuerzo pesquero —reducción de días— como por la mejora de la selectividad: cambios de mallas en todos los buques, instalación de puertas voladoras en más de un tercio de la flota, vedas espacio-temporales, cierres de caladeros y cumplimiento estricto de tallas mínimas.
España reclama además modificar el reglamento del plan de gestión plurianual para introducir “más flexibilidad” y abandonar el enfoque que supedita toda la pesquería a la especie más vulnerable como único factor limitante. “Hablamos de pesquerías multiespecíficas y la regulación debe reflejar esa realidad”, insistió Planas.
La propuesta definitiva de la Comisión llegará de cara al Consejo de Ministros de Pesca de los días 11 y 12 de diciembre, en el que se negociarán los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas para 2026 en el Atlántico y el Mediterráneo. Para el Atlántico, el ministro reclamó que las propuestas vayan acompañadas de informes científicos actualizados y recordó que buena parte de las posibilidades de pesca dependen de acuerdos aún en negociación con Noruega y Reino Unido.
Mercosur y Estados Unidos: abrir mercados sin bajar la guardia
En el ámbito comercial, Planas apostó por seguir diversificando las relaciones de la UE. Defendió la conveniencia de cerrar el proceso de ratificación del acuerdo con Mercosur para que pueda entrar en vigor en 2026, siempre garantizando cláusulas de reciprocidad y respeto a los estándares europeos.
El ministro abogó igualmente por negociar nuevas exenciones a los aranceles impuestos por Estados Unidos a determinados productos agroalimentarios europeos, con el fin de mejorar la competitividad exterior del sector.
En conjunto, el mensaje lanzado por España en Bruselas fue claro: si la UE quiere mantener una pesca y una agricultura fuertes en un contexto de guerra, crisis climática y competencia global, necesita normas “más simples, más justas y más pegadas al terreno”, respaldadas por un presupuesto suficiente y una visión estratégica de largo plazo.
