Moreno busca equilibrio en la política pesquera y un reparto justo de cuotas de atún rojo, solicitando apoyo europeo para Andalucía.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, junto al comisario de Pesca y Océanos de la Comisión Europea, Costas Kadis, antes de mantener una reunión en Cádiz. Moreno, ha expresado su deseo a Costas Kadis, comisario de Pesca y Océanos de la Comisión Europea, de reformar el Plan para la Pesca del Mediterráneo Occidental, buscando un balance más significativo en los aspectos biológico, social y económico de la política pesquera, y ha pedido un reparto “más justo” de la cuota de atún rojo.
Moreno ha hecho esta petición durante un evento organizado por la Asociación Española de Mayoristas, Importadores, Exportadores y Transformadores de Productos de la Pesca y Acuicultura, Conxemar, en Cádiz, evento al que asistió Kadis.
El presidente andaluz ha aprovechado la ocasión para defender una asignación de cuotas que beneficie a las prácticas sostenibles y selectivas, como la almadraba o la flota artesanal, especialmente valiosas en el Estrecho. Ha explicado que tras casi dos décadas de restricciones intensivas y con datos que confirman la recuperación del atún rojo, es esencial revisar el plan vigente.
Moreno también ha destacado la importancia de mantener el actual Fondo Europeo Marítimo de Pesca y Acuicultura dentro del futuro Fondo Europeo de Competitividad 2028-2034, esencial para la modernización y descarbonización del sector, así como para asegurar el relevo generacional en la industria.
En su conversación con Kadis, Moreno subrayó la necesidad de proteger a las comunidades costeras, y señaló que la política pesquera común a menudo supone un obstáculo para la pesca artesanal y las pequeñas y medianas empresas. Además, resaltó la rica tradición pesquera de Andalucía y el esfuerzo de los pescadores por modernizar y descarbonizar sus flotas, pese a las dificultades que enfrentan por políticas inflexibles y acuerdos comerciales desiguales.
Por último, Moreno detalló su ambiciosa estrategia para liderar la transición azul en Europa, para lo cual ha buscado el apoyo de la Comisión Europea en proyectos de energías marinas, biotecnología y digitalización pesquera. Kadis, por su parte, ha mostrado sensibilidad hacia estas demandas, al tiempo que ha destacado los esfuerzos para simplificar las normativas de la UE y mejorar la competitividad.
Cádiz se confirmó como escenario estratégico de la política marítima europea con la intervención del comisario de Pesca y Océanos, Costas Kadis, en el foro Maritime Blue Growth. Ante representantes institucionales, sector pesquero, empresas y comunidad científica, Kadis defendió una idea central: la economía azul ya no es un concepto aspiracional, sino una realidad económica que exige reglas claras, transición energética y una gobernanza integrada del mar en toda la Unión Europea.
“Es un placer estar en Cádiz, una ciudad emblemática para los principios del Pacto Europeo por los Océanos”, arrancó el comisario, subrayando el peso específico de España y, en particular, de sus comunidades costeras en la pesca, la acuicultura y la economía azul comunitaria. No fue un piropo gratuito: recordó que el sector azul europeo sostiene millones de empleos y aporta cientos de miles de millones de euros al año, consolidándose como uno de los pilares del crecimiento, la innovación y la competitividad de la UE.
Cádiz, símbolo de la encrucijada entre historia y transformación
Kadis presentó a Cádiz como metáfora del momento europeo: una ciudad con 3.000 años de relación con el mar que hoy combina astilleros, puerto, conocimiento universitario y emprendimiento azul. “Como Cádiz, Europa está en la intersección entre la herencia marítima y las nuevas olas de cambio”, señaló, enlazando con el Pacto Europeo por los Océanos, la primera estrategia holística de la Unión para la preservación y gestión sostenible del océano, anunciada por la presidenta Ursula von der Leyen.
El Mediterráneo —“el mar que más rápido se calienta del mundo”— fue citado como recordatorio de la urgencia: cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación no son escenarios futuros, sino hechos presentes que condicionan el empleo costero, la seguridad alimentaria y la estabilidad de sectores como la pesca, el turismo o la energía marina.
El Pacto Europeo por los Océanos: ciencia, empresas y comunidades en la misma hoja de ruta
El comisario desgranó las líneas maestras del Pacto como un marco común con seis prioridades destinadas a ordenar todas las políticas vinculadas al mar:
- Impulso de soluciones basadas en la ciencia, con mejores datos, observación marina y evaluación rigurosa.
- Mayor coherencia entre políticas marítimas, ambientales, energéticas y de transporte.
- Protección de ecosistemas clave y expansión de áreas marinas protegidas eficaces.
- Despliegue de energías renovables marinas y adaptación climática.
- Apoyo a comunidades costeras, pymes y sectores azules innovadores mediante I+D, financiación y digitalización.
- Refuerzo de la gobernanza internacional y de la seguridad marítima.
Kadis defendió una visión en la que la economía azul es motor económico, pero también herramienta climática y social: “El océano es crucial para el empleo, la innovación, la energía y la alimentación de Europa; nuestra obligación es gestionarlo de forma sostenible y conjunta”.
Economía azul circular: del residuo marino al recurso
Uno de los puntos más aplaudidos fue su referencia a la economía azul circular, que combina el uso eficiente de recursos con la reducción de residuos marinos. Kadis citó como ejemplo una iniciativa presente en el propio foro: proyectos artísticos que reutilizan redes en desuso para evitar que se conviertan en “redes fantasma” en el mar.
Ese gesto le sirvió para aterrizar el mensaje: “La economía azul del futuro pasa por minimizar residuos, reciclar materiales y transformar los impactos en oportunidades”, desde el reciclaje de buques y artes de pesca hasta la bioeconomía marina.
Pesca y acuicultura, núcleo de la agenda azul europea
El comisario fue explícito al situar a la pesca y la acuicultura en el centro del Pacto: sectores clave para la seguridad alimentaria, el empleo costero y el tejido industrial vinculado a puertos, astilleros, logística, transformación y servicios marítimos.
Anunció varias líneas de trabajo:
- La evaluación de la Política Pesquera Común (PPC) se publicará en 2026 y podrá abrir la puerta a ajustes normativos.
- Una visión para la pesca y la acuicultura 2040, con hoja de ruta para competitividad, sostenibilidad biológica y relevo generacional.
- Una estrategia sobre la dimensión exterior de la pesca, para garantizar condiciones equitativas de las flotas europeas frente a terceros países.
- Una roadmap de transición energética en la pesca, para reducir dependencia de combustibles fósiles, mejorar eficiencia y proteger márgenes económicos del sector.
Kadis subrayó que estas reformas deben hacerse “con” el sector y no “contra” él, integrando a pescadores, científic@s y autoridades nacionales en un diálogo permanente.
De la teoría a la ley: hacia el European Ocean Act
Mirando al corto plazo, el comisario confirmó que la implementación del Pacto desembocará, a finales de 2026, en el European Ocean Act, una propuesta legislativa destinada a:
- Reunir bajo un mismo paraguas los objetivos y normas sobre océanos.
- Apoyarse en la Directiva de Ordenación del Espacio Marítimo para coordinar pesca, renovables, transporte, conservación y usos emergentes.
- Simplificar marcos regulatorios, mejorar la coordinación entre Estados miembros y garantizar mayor seguridad jurídica para inversiones y actividades azules.
Kadis animó a todos los actores presentes a participar en la próxima consulta pública: “Les invito a canalizar la experiencia de este foro hacia el Ocean Act. La gobernanza oceánica del futuro debe escribirse también desde puertos como Cádiz”.
Un llamamiento final: construir juntos un futuro azul resiliente
El mensaje de cierre del comisario condensó el espíritu de su intervención: reconocimiento del papel de España, confianza en el potencial de la economía azul europea y advertencia sobre la responsabilidad compartida.
Una economía azul robusta, vino a decir, no se construye solo con grandes cifras, sino con flotas viables, puertos innovadores, empleos dignos, ciencia sólida y comunidades costeras escuchadas. Y se juega tanto en los despachos de Bruselas como en los muelles, lonjas, centros de investigación y empresas que hoy miran al mar como espacio de vida y de futuro.
“Trabajemos juntos —concluyó— para construir un futuro azul sostenible y resiliente que beneficie a las generaciones presentes y futuras”. En Cádiz, el mensaje no sonó a formulismo institucional, sino a hoja de ruta compartida.
