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Un petrolero europeo atacado frente a Somalia reactiva la alerta sobre la piratería en el Índico

El “Hellas Aphrodite”, con bandera maltesa, fue abordado por piratas armados tras una semana de avisos por aumento de actividad sospechosa. La misión europea Atalanta se movilizó de inmediato mientras la tripulación se refugió en la ciudadela del buque. El incidente reabre el debate sobre la seguridad en una ruta clave del comercio energético.

La tensión vuelve a las aguas del océano Índico frente a Somalia. El petrolero de productos “Hellas Aphrodite”, con bandera de Malta y gestionado por la compañía Latsco Marine Management, fue atacado y abordado por piratas armados en la mañana del 6 de noviembre, a varias centenas de millas de la costa somalí, en una zona que llevaba años tratando de dejar atrás la etiqueta de “alto riesgo”. Según los primeros reportes de los centros internacionales de seguridad marítima, los asaltantes emplearon armas automáticas y lanzagranadas propulsadas (RPG) contra el buque antes de lograr subir a bordo. 

La tripulación, compuesta por 24 marinos, activó el protocolo de emergencia y se refugió en la ciudadela —el espacio reforzado y seguro diseñado para resistir un asalto— desde donde se mantiene el contacto con las autoridades. Por el momento, todos han sido reportados como “sanos y salvos”, sin constancia de heridos, un dato clave que ha sido confirmado por la empresa armadora. 

Atalanta, en primera línea

El incidente se produce tras varios días de avisos. El Centro de Seguridad Marítima del Océano Índico (MSCHOA) y otros nodos de vigilancia habían emitido la semana pasada una alerta por incremento de actividades sospechosas frente a Somalia, incluyendo reportes de esquifes armados y posibles buques nodriza operando en aguas alejadas de la costa.

En respuesta al ataque, la operación naval europea Atalanta —la misión de la UE contra la piratería en el Cuerno de África activa desde 2008— movilizó uno de sus medios desplegados en la zona, que se encuentra cerrando distancias con el petrolero con el objetivo de evaluar la situación, disuadir a los piratas y, en su caso, coordinar una eventual intervención junto a otras fuerzas asociadas. La operación ya ha confirmado públicamente que trata el suceso como un episodio de piratería en curso y que está preparada para “responder de manera efectiva”. 

Un golpe simbólico en una ruta estratégica

El “Hellas Aphrodite”, que transportaba gasolina desde Sikka (India) hacia Durban (Sudáfrica), navegaba por una de las arterias discretas pero esenciales del comercio energético global. El ataque se produce además en un contexto especialmente sensible: el desvío de rutas por la inseguridad en el mar Rojo, la presión sobre los fletes y la búsqueda de corredores alternativos han recargado de tráfico y relevancia las aguas del Índico occidental.

Que un petrolero europeo, sin equipo armado a bordo, haya sido abordado tras años de relativa contención de la piratería frente a Somalia lanza un mensaje inquietante a navieras, aseguradoras y autoridades: las capacidades de los grupos piratas siguen existiendo, son móviles y pueden proyectarse mar adentro con el apoyo de buques nodriza —en este caso, fuentes de seguridad apuntan a un pesquero de bandera iraní previamente capturado como posible plataforma de operaciones. 

Piratería en mutación: del pico de 2011 al rebrote actual

La ofensiva internacional —Atalanta, fuerzas de la OTAN, coaliciones navales y medidas de autoprotección de la industria— había logrado reducir drásticamente los ataques somalíes desde el pico de 2010-2011. Sin embargo, los analistas advierten de un patrón preocupante: la combinación de inestabilidad política en Somalia, dificultades económicas locales, debilitamiento de algunas patrullas internacionales y el “efecto contagio” de otros focos de inseguridad marítima en la región habría creado un caldo de cultivo para nuevos intentos de secuestro.

En los últimos dos años se han registrado varios incidentes y abordajes que rompen la tendencia descendente y devuelven el riesgo a la agenda estratégica de la UE y de los grandes pabellones de conveniencia. El ataque al “Hellas Aphrodite” es descrito por expertos en seguridad marítima como la escalada más significativa desde 2024 y un posible punto de inflexión si no se refuerzan vigilancia, inteligencia y cumplimiento estricto de las recomendaciones de tránsito seguro. 

Europa, bajo presión para sostener su presencia naval

La rápida movilización de Atalanta tiene también lectura política. La Unión Europea, que en los últimos años ha diversificado sus esfuerzos navales hacia el mar Rojo y otras crisis, se ve ahora obligada a demostrar que mantiene capacidad creíble en el Índico occidental. La protección de buques que transportan combustibles, granos o ayuda humanitaria forma parte del mandato original de la misión, alineado con resoluciones de Naciones Unidas y con la seguridad energética europea. 

Fuentes diplomáticas comunitarias señalan que el caso del “Hellas Aphrodite” alimentará el debate sobre la necesidad de consolidar una arquitectura permanente de seguridad marítima en la región, coordinando medios europeos con aliados y con las autoridades costeras cuando existan capacidades.

Industria en alerta: protocolos, costes y responsabilidad

El ataque reabre, asimismo, el debate sobre los estándares de seguridad exigibles a los armadores: presencia o no de guardias armados, entrenamiento de la tripulación, diseño y eficacia de las ciudadelas, rutas recomendadas, velocidad de tránsito y cumplimiento de las directrices BMP (Best Management Practices). Cada incidente de éxito, aunque la tripulación quede a salvo, incrementa primas de seguro, costes operativos y riesgo reputacional, especialmente cuando afecta a banderas europeas.

Mientras la misión Atalanta y los centros de seguridad marítima siguen de cerca la evolución de la situación a bordo del “Hellas Aphrodite”, el mensaje que deja este caso es claro: la piratería frente a Somalia no es un capítulo cerrado, sino una amenaza latente que puede reactivarse cuando se relajan la vigilancia y la presión internacional.

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