El Instituto de Acuicultura Torre de la Sal (CSIC) publica en Proceedings of the Royal Society B un marco que integra condición física y estado afectivo, incorporando pruebas de sesgo cognitivo para evaluar si los peces experimentan emociones positivas o negativas.
La acuicultura afronta un crecimiento sostenido y sistemas de producción cada vez más intensivos, un contexto que ha situado el bienestar animal en el centro del debate científico y social. Un equipo del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal (IATS-CSIC) plantea ahora un nuevo marco conceptual que va más allá de los indicadores clásicos —salud, estrés o conducta— y combina métricas físicas, fisiológicas y comportamentales con la valoración del estado afectivo de los peces. El trabajo, liderado por María Victoria Alvarado, José Miguel Cerdá-Reverter y Felipe Espigares, se ha publicado en Proceedings B (Royal Society) y propone estandarizar cómo se capta y se interpreta esa dimensión emocional.
El punto de inflexión es incorporar protocolos ya consolidados en otros sectores ganaderos: los paradigmas de sesgo cognitivo. En esencia, los peces aprenden a asociar una señal con una recompensa positiva (comida o interacción social) y otra con una experiencia aversiva o menos deseable. Ante una señal ambigua —mezcla de ambas—, la rapidez con que se acercan o su vacilación permite inferir su estado emocional (más “optimista” o “pesimista”), ofreciendo una ventana objetiva e indirecta a su bienestar.
Los autores sostienen que la lectura multidimensional —condición física, estrés, comportamiento y afecto— reduce sesgos y evita depender de un único indicador, un problema habitual cuando se extrapolan métricas aisladas a conclusiones generales sobre bienestar. El enfoque se apoya en material suplementario metodológico y en la propuesta de baterías de pruebas adaptables a especies y fases de cultivo, con el fin de armonizar la evaluación entre granjas, proyectos de I+D y auditorías.
“Este nuevo enfoque sitúa el estado emocional en el centro de la evaluación del bienestar y combina medidas físicas, fisiológicas y de comportamiento”, subraya el investigador Felipe Espigares. Para Alvarado, primera firmante, el marco “supera las limitaciones de los indicadores clásicos y actualiza las metodologías de investigación y gestión del bienestar de peces” que demanda la sociedad y ya exploran reguladores e industria. Las conclusiones de la nota institucional del CSIC inciden en que medir emociones no sustituye a la vigilancia sanitaria: la complementa para describir experiencias positivas/negativas y orientar mejoras de manejo.
La implicación práctica es directa: empresas y autoridades pueden diseñar protocolos que integren lecturas fisiológicas de bajo estrés (p. ej., cortisol en matrices no invasivas), observación estandarizada de conductas y tests de sesgo cognitivo en checklists compatibles con certificaciones y auditorías. El resultado sería una radiografía más fina del bienestar, útil para tomar decisiones sobre densidades, estructuras de tanque, enriquecimiento ambiental, alimentación o momentos de manipulación.
El equipo del IATS-CSIC enmarca este avance en una línea de investigación más amplia sobre estrés y bienestar en especies clave de la acuicultura mediterránea (dorada, lubina, corvina), que busca trasladar ciencia útil a granja y responder a expectativas sociales crecientes sobre el trato a los animales de cultivo. Para el sector, incorporar el estado afectivo puede ser también un activo reputacional y de mercado en un momento de mayor escrutinio regulatorio y del consumidor.
Referencia científica:
Alvarado, M. V., Cerdá-Reverter, J. M., & Espigares, F. (2025). A functional framework for a comprehensive study of welfare in fishes. Proceedings of the Royal Society B, 292(2056), 20251833. https://doi.org/10.1098/rspb.2025.1833. Royal Society Publishing
Más información y materiales (CSIC): versión en español y en valenciano con infografías y recursos divulgativos. iats.csic.es+1
