El gigante italiano acelera su transición hacia la automatización marítima y refuerza la soberanía tecnológica europea en defensa y seguridad marítima
El grupo naval italiano Fincantieri, uno de los mayores constructores de buques del mundo, ha dado un paso decisivo hacia la autonomía naval inteligente al firmar una alianza estratégica con la startup Defcomm, especializada en sistemas no tripulados. Ambas compañías cooperarán en el desarrollo e industrialización de drones de superficie no tripulados (USV, por sus siglas en inglés), un campo en plena expansión que redefine el futuro de la defensa marítima y la vigilancia civil.
El acuerdo, anunciado el 21 de octubre, se inscribe en la tendencia global de adoptar tecnologías de uso dual, es decir, plataformas aplicables tanto a misiones militares como a operaciones civiles —desde la seguridad portuaria hasta la monitorización medioambiental—. Fincantieri, que ya acumula experiencia en buques de combate, submarinos y cruceros de última generación, amplía así su espectro de innovación hacia un ámbito clave en la digitalización naval y la autonomía operativa.
Según fuentes del grupo, la alianza prevé coinvertir en la fase de industrialización de los vehículos diseñados por Defcomm, tras superar con éxito pruebas de resistencia, navegación de larga duración y capacidad de operación en entornos marítimos adversos. Los nuevos drones podrán funcionar de manera autónoma, remota o manual, ofreciendo una versatilidad estratégica para misiones de patrullaje, inteligencia, rescate y vigilancia costera.
Integración en unidades navales y visión modular
Una de las claves del acuerdo radica en la integración directa de estos sistemas en las unidades construidas por Fincantieri, lo que permitirá ofrecer a los clientes una solución integral —buque madre y vehículo autónomo— plenamente interoperable. Esto facilitará misiones combinadas, en las que los drones puedan desplegarse desde plataformas mayores para realizar tareas específicas, reduciendo riesgos humanos y costes operativos.
Además, el pacto incluye un plan de formación especializado para personal técnico y militar, con el fin de asegurar una transición fluida hacia la operación de flotas híbridas en las que convivan buques tripulados y no tripulados.
Innovación y soberanía industrial
Para Federico Zarghetta, director de Defcomm y uno de los principales expertos italianos en automatización naval, la colaboración con Fincantieri representa “la culminación de décadas de trabajo en soluciones no tripuladas”. A su juicio, la combinación de la agilidad tecnológica de Defcomm con la infraestructura y la capacidad industrial de Fincantieri permitirá “llevar los drones de superficie al siguiente nivel, combinando rendimiento, sostenibilidad y soberanía tecnológica europea”.
Por su parte, Fincantieri subraya que esta iniciativa forma parte de su estrategia de reforzar la soberanía industrial italiana y su liderazgo en la transición tecnológica del sector marítimo, un objetivo alineado con los planes de innovación de la Unión Europea en materia de defensa, seguridad y transición digital.
Una tendencia imparable en los mares
El desarrollo de USV (Uncrewed Surface Vehicles) se ha convertido en una prioridad global. Países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Noruega o Japón ya despliegan unidades autónomas capaces de realizar tareas de patrullaje o de control de fronteras marítimas. En el Mediterráneo, Italia aspira a posicionarse como referente tecnológico, integrando innovación civil y defensa bajo un enfoque sostenible.
Los nuevos sistemas también representan un impulso para la industria de astilleros y componentes navales, que deberá adaptarse a la producción de estructuras ligeras, sistemas de inteligencia artificial, sensores de alta precisión y software de navegación autónoma.
Perspectivas de futuro
En los próximos meses, Fincantieri y Defcomm prevén iniciar la fase de pruebas conjuntas en entornos reales, posiblemente en el Adriático, con vistas a iniciar la producción en serie en 2026. La empresa italiana estudia también su participación en programas europeos de cooperación en defensa marítima, que fomentan el uso de plataformas no tripuladas interoperables entre los estados miembros.
En un contexto de creciente competencia global, esta alianza no solo refuerza el papel de Italia como potencia naval tecnológica, sino que anticipa un cambio estructural en la forma de entender el mar: una nueva era en la que los barcos no tripulados convivirán con flotas tradicionales, transformando las operaciones marítimas y ampliando los límites de la ingeniería naval europea.
