El salmón continúa ocupando un lugar central en la mesa de los consumidores franceses y mantiene su condición de pescado favorito en Europa, pese a las dificultades que atravesó durante la reciente crisis inflacionaria. Así lo asegura Franck Haberzettel, director de Mowi Francia, quien subraya que “el salmón no tiene un problema de imagen, lo que tuvo fue un problema coyuntural de precios. Cuando el consumidor se vio obligado a elegir proteínas más asequibles, como pollo o huevos, redujo su consumo. Pero en cuanto los precios bajaron, todos los segmentos —fresco, ahumado y congelado— volvieron a crecer”.
Según Haberzettel, el atractivo del salmón no es casualidad. Se trata de un producto que combina placer, salud, calidad y versatilidad, y cuyo cultivo está en permanente evolución. “La acuicultura mejora año tras año sus prácticas, y en Mowi trabajamos para que el salmón siga siendo un placer responsable”, afirma, destacando el liderazgo de la compañía en innovación acuícola.
El directivo explica que el salmón ahumado sigue teniendo una fuerte estacionalidad ligada a las fiestas —representa alrededor del 30 % de los volúmenes anuales—, pero aclara que no se trata de un consumo exclusivamente festivo. “El mercado se reactiva con promociones e innovación; hoy hay salmón ahumado para todos los gustos y presupuestos”, apunta, añadiendo que el reto está en desestacionalizar la categoría y aumentar la frecuencia de compra. En el caso del salmón fresco y congelado, el consumo es estable durante todo el año, en parte gracias a la diversificación de formatos y presentaciones.
Para Mowi, la presencia industrial en Francia es clave tanto desde el punto de vista estratégico como social. “La transformación en Francia garantiza calidad y contribuye al desarrollo económico local”, señala Haberzettel. La compañía cuenta con dos centros de producción en Landivisiau y Boulogne-sur-Mer, que suman 565 trabajadores. “Nuestra experiencia de 30 años en Landivisiau y 135 años en Boulogne nos permite asegurar una trazabilidad impecable, de la hueva al plato. Además, la proximidad asegura frescura y una cadena de valor optimizada que responde con rapidez a la demanda del cliente”, añade.
El mercado francés no solo es el más grande de Europa en consumo de salmón, sino que está profundamente arraigado en la cultura gastronómica del país. Esa exigencia del consumidor explica la importancia de producir localmente: “El francés presta mucha atención a lo que consume y cómo ha sido elaborado. Transformar en Francia es una garantía adicional de confianza”, afirma el director.
Haberzettel participará en las próximas Assises de la pêche et des produits de la mer, que se celebrarán el 18 y 19 de septiembre en Boulogne-sur-Mer, donde intervendrá en la mesa redonda “Puerto pesquero, polo de transformación y logística: ¿cómo se transforma Capécure?”. Una cita que, según él, será una oportunidad para reflexionar sobre el futuro de un sector en constante transformación, donde el salmón sigue siendo protagonista indiscutible.
