El Cantábrico roza el 60% de la cuota histórica de 26.000 toneladas con capturas de buen tamaño y precios aceptables, tras un inicio más temprano que en campañas anteriores
La costera del bonito del Norte entra en una nueva fase. Tras unos días de parón por el mal tiempo, la flota vasca de mayor tamaño zarpa esta semana hacia aguas de Bretaña (Francia) para seguir la estela migratoria del túnido, en busca de las últimas pesquerías de la campaña. Mientras tanto, los barcos más pequeños han decidido dar por cerrada su temporada, con resultados que, en términos generales, se consideran positivos tanto en volumen como en precio.
De acuerdo con los datos sectoriales, la flota del Cantábrico ha consumido ya en torno al 60% de la cuota disponible para 2025, fijada en unas 26.000 toneladas por la Unión Europea. Las embarcaciones vascas de vivero y cacea, principales artes empleadas en esta pesquería, han registrado capturas de tamaño medio-alto y precios en lonja que se mueven en una horquilla considerada aceptable: entre 3 y 5 euros el kilo en los mejores momentos de la campaña, con cierta estabilidad frente a la volatilidad vivida en años anteriores.
Comparativa con años pasados
El contraste con la costera de 2024 es evidente. Entonces, “fue un año muy malo, con casi la mitad de la cuota sin aprovechar”, recordó el presidente de la Federación de Cofradías de Gipuzkoa, Norberto Emazabel. Este año, en cambio, el balance hasta finales de agosto es “esperanzador”, ya que las capturas comenzaron de forma más temprana, a mediados de junio, lo que dio mayor margen de actividad a las embarcaciones.
En años anteriores, la costera llegó a cerrarse de forma abrupta, como ocurrió en 2019, cuando la cuota se agotó el 13 de agosto. Hoy, que la campaña siga activa en septiembre y con previsión de mantenerse en octubre, e incluso noviembre, “como antiguamente”, es considerado por el sector un síntoma de recuperación.
La cuota asignada a España se reparte entre las distintas comunidades autónomas mediante criterios históricos y de dependencia socioeconómica. Euskadi, por su peso en la flota, absorbe un porcentaje significativo de esa cuota, que en esta campaña vuelve a situarse en niveles cercanos a los máximos históricos, después de varios ejercicios de recortes.
El sector confía en que la campaña de 2025 pueda completarse con un nivel de consumo de cuota cercano al 100%, algo que no se alcanzaba desde hace varias temporadas. El desplazamiento de los barcos grandes hacia Bretaña se interpreta como un último esfuerzo por asegurar capturas adicionales antes del cierre oficial.
“La clave ha sido que el bonito entró antes y en mayor número”, señala Emazabel, lo que ha permitido a las embarcaciones aprovechar mejor la temporada alta del mercado, cuando la demanda del consumidor aumenta y los precios alcanzan sus mejores cotas.
De cara a septiembre, las lonjas esperan un flujo constante de descargas, con un precio que podría mantenerse estable si el volumen de pescado no satura el mercado. La prolongación de la costera hasta el otoño se percibe, además, como una oportunidad para sostener la actividad económica de las cofradías, al tiempo que se afianza una imagen de regularidad tras la incertidumbre de los últimos años.
El bonito del Norte (Thunnus alalunga) constituye una de las pesquerías más emblemáticas del litoral cantábrico. Su costera, tradicionalmente, moviliza cada verano a más de 200 embarcaciones de Euskadi, Cantabria, Asturias y Galicia, generando miles de empleos directos e indirectos en las lonjas y en la industria conservera.
Un buen síntoma para el futuro
En definitiva, la costera del bonito de 2025 se está desarrollando bajo parámetros más positivos que en el pasado reciente. Aunque la meteorología y la evolución de las migraciones del túnido seguirán marcando la pauta, el sector respira con más optimismo que hace un año, con la mirada puesta en cerrar el ejercicio con la cuota agotada y una rentabilidad que devuelva confianza a una pesquería fundamental para el Cantábrico.
