La brecha entre lo que se pesca de forma sostenible y lo que llega al carrito de la compra sigue siendo muy amplia en España. Así lo advierte el Marine Stewardship Council (MSC) en su último informe sobre hábitos de consumo, donde destaca que, aunque una parte muy significativa de la flota española ya opera bajo certificación internacional de sostenibilidad, solo el 2 % del pescado consumido en el país lleva el Sello Azul de MSC.
El dato evidencia que la oferta supera con creces a la demanda y que la decisión del consumidor resulta clave para cerrar esa distancia. “Cada compra consciente es un premio a los pescadores que aplican buenas prácticas y un estímulo para que más flotas se sumen a este modelo”, señalan desde MSC.
Un impacto ambiental, económico y social
El consumo responsable no se limita a proteger los ecosistemas marinos. Según MSC, la pesca sostenible también sostiene la economía de comunidades enteras, desde los barcos hasta las conserveras, pasando por rederas, transportistas y pescaderías. Su efecto social se percibe en la fijación de población en zonas costeras y en el mantenimiento de empleos dignos y estables.
“Elegir pescado certificado es garantizar recursos para el futuro y apoyar a las familias que dependen de esta actividad”, remarcan.
La lección de la anchoa del Cantábrico
El informe recuerda el ejemplo paradigmático de la anchoa del Cantábrico, cuya pesquería colapsó en 2005 por sobreexplotación, lo que obligó a cerrar la captura entre 2006 y 2011. Tras un esfuerzo conjunto de científicos, administraciones y flota, el recurso se recuperó y en 2015 obtuvo la certificación MSC.
Hoy, gracias a esa gestión y al consumo responsable, la especie se encuentra en niveles históricos de abundancia. “La anchoa muestra que un hábito de consumo puede marcar la diferencia entre la desaparición de un recurso y su recuperación sostenible”, subraya la organización.
El consumidor español, cada vez más consciente
Aunque el consumo de pescado en España ha caído en términos globales, se detecta un cambio cualitativo en la mentalidad del consumidor. La encuesta global de MSC realizada en 2024 a más de 27.000 personas (1.000 en España) indica que el 47 % de los consumidores españoles que han cambiado su dieta lo han hecho por motivos medioambientales, una cifra superior a la media mundial (43 %).
Además, un 28 % de los españoles asegura que aumentaría su consumo de pescado si tuviera garantías de sostenibilidad, lo que evidencia un potencial de crecimiento notable para el mercado de productos certificados.
Hacia un mercado más transparente
El reto, según MSC, pasa por reforzar la transparencia y trazabilidad en la cadena de suministro, de modo que el consumidor tenga plena confianza en lo que compra. El Sello Azul actúa en ese sentido como garantía de sostenibilidad y de calidad, enviando un mensaje claro: “Queremos productos que protejan el planeta y aseguren el futuro de las comunidades pesqueras”.
