La organización Europêche, principal representante del sector pesquero europeo, ha lanzado una advertencia clara a la Comisión Europea sobre los riesgos crecientes que enfrenta la pesca tradicional ante la expansión acelerada de otras actividades marinas, como la energía eólica marina y las áreas marinas protegidas. Lo hizo durante su participación en el Diálogo de Implementación de la Directiva de Ordenación del Espacio Marítimo (MSP), presidido por el comisario europeo de Pesca y Océanos, Costas Kadis.
Este foro, considerado clave por la Comisión de cara al informe de evaluación de la Directiva previsto para marzo de 2026, tiene como objetivo recoger aportaciones de los sectores implicados y ajustar las políticas marítimas a la realidad del terreno. Para Europêche, la situación es crítica: “Los mares europeos se encuentran en una encrucijada decisiva”, afirmó Daniel Voces, director general de la organización. “Mientras crecen las demandas de espacio marino por parte de sectores como la energía, el turismo o la conservación, la pesca —pese a su valor como actividad sostenible y de bajo carbono— es la única rama de la economía azul que se está reduciendo”.
Voces alertó sobre una posible pérdida masiva de zonas de pesca. Como ejemplo, citó proyecciones del Reino Unido que estiman que el 50 % de su Zona Económica Exclusiva (ZEE) podría estar vetado a la pesca de aquí a 2050, un escenario que podría repetirse en otras cuencas europeas si no se introducen medidas correctoras. Según Europêche, la actual “presión espacial” incrementa los costes operativos, compromete la seguridad de las tripulaciones y dispara el consumo de combustible y emisiones, revirtiendo los avances del sector, que ya ha reducido sus emisiones en un 52 % desde 1990.
Uno de los principales problemas señalados es la falta de derechos sobre las zonas de producción. “A diferencia de los agricultores, los pescadores no tienen derechos de propiedad sobre sus caladeros”, denunció Voces. Esto los deja expuestos a desplazamientos forzosos, concentración excesiva de flotas en áreas reducidas, conflictos entre artes de pesca y mayor presión sobre los recursos locales. Las flotas de pequeña escala son las más vulnerables, con escasas o nulas alternativas de caladero. “El lema ‘pesca en otro sitio’ es una forma de negar el problema”, sentenció.
Ante esta situación, Europêche ha hecho un llamamiento a las instituciones europeas para que aprovechen este diálogo como una oportunidad real de reformar la Directiva de Ordenación del Espacio Marítimo. Entre sus principales demandas destacan:
- Reconocer la pesca y la soberanía alimentaria como una prioridad de interés público, al mismo nivel que las energías renovables, como ya contempla la nueva Ley de Restauración de la Naturaleza.
- Garantizar la participación temprana, obligatoria y significativa del sector pesquero en todos los procesos de planificación y toma de decisiones sobre el uso del espacio marino.
La organización concluyó que solo mediante una planificación equilibrada y basada en la ciencia será posible armonizar la conservación del medio marino con la viabilidad económica y social de la pesca en Europa.
