El anuncio del Reino Unido de ampliar significativamente sus áreas marinas protegidas (AMP) ha encendido las alarmas en el sector pesquero euroa, principalmente en la regiones de Francia como las de Hauts-de-France y Normandía. A partir del 1 de septiembre, el Reino Unido pretende prohibir el arrastre de fondo en 41 AMP, frente a las 13 actuales, lo que supondrá un fuerte impacto para la flota francesa que faena habitualmente en esas aguas.
Frente a esta medida, el Ministerio francés de la Mar y de la Pesca ha confirmado que la ministra Agnès Pannier-Runacher participará activamente en las consultas públicas británicas, un paso crucial en defensa de los intereses del sector pesquero galo.
Zonas claves para la pesca artesanal
Entre las zonas más afectadas figuran cinco AMP situadas justo frente a Boulogne-sur-Mer, uno de los principales puertos pesqueros de Europa. En esa franja marítima, se capturan especies como el calamar, el salmonete y la caballa, fundamentales para la economía pesquera local.
«No veo todavía qué vamos a poder hacer», declara con preocupación Bruno Margollé, presidente de la Cooperativa Marítima de Étaples, al considerar que el plazo de doce semanas para la consulta pública es extremadamente corto. Para él, la decisión británica es “cerrada” y “diabólica”, con consecuencias difíciles de revertir.
Desde el Comité Regional de Pesca de Hauts-de-France (CRPMEM), su presidente Olivier Leprêtre también se ha manifestado preocupado: «En esas zonas se pesca mucho durante el verano, especialmente en el Mar del Norte. Nos van a expulsar de caladeros vitales».
Francia se moviliza ante la ONU y en consultas bilaterales
El anuncio británico fue hecho público durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano (UNOC), el pasado 9 de junio, en un gesto que ha sido interpretado por el sector francés como una decisión unilateral que no respeta el equilibrio post-Brexit en las aguas compartidas.
La participación de la ministra francesa en las consultas británicas busca reabrir el diálogo técnico y diplomático, con el objetivo de defender los derechos históricos de pesca de la flota francesa en aguas ahora sujetas a nuevas restricciones ambientales.
Sostenibilidad vs. supervivencia económica
Aunque la protección de los ecosistemas marinos es una prioridad reconocida por todos los países ribereños, los profesionales franceses temen que estas decisiones se tomen sin coordinación internacional y que la sostenibilidad ambiental se imponga a costa de la viabilidad económica de comunidades enteras que dependen de la pesca.
«No estamos en contra de proteger el medio marino, pero necesitamos tiempo, diálogo y alternativas reales», subraya Leprêtre.
La decisión del Reino Unido reabre un frente de tensión con Francia en materia pesquera, en un contexto aún sensible tras el Brexit. La participación activa de la ministra Agnès Pannier-Runacher en las consultas británicas será clave para tratar de garantizar un equilibrio entre conservación y actividad pesquera sostenible, defendiendo al mismo tiempo los intereses económicos de la flota francesa.
