Representantes de las organizaciones del sector de palangre de superficie OPP-7 Burela, Opnapa, Opromar y Orpagu y de las casas vendedoras de la flota de este sector han abordado la caída de consumo de pescado y la competencia desleal. Para ello, el sector palangrero de superficie trabaja en medidas urgentes para frenar la crisis y llama a los consumidores a incrementar el consumo de pescado.
Las cuatro organizaciones de productores y la totalidad de las casas vendedoras de la flota de palangre de superficie se han reunido para analizar la actual situación de la comercialización de sus principales especies, en particular el pez espada y la tintorera. La inestabilidad en el mercado provocada por la importantísima caída del consumo del pescado y por la competencia desleal generada por las importaciones de terceros países, están generando una profunda preocupación e inseguridad en el sector ya que, en la actualidad se está vendiendo el pescado sin cubrir los costes de explotación.
Esta situación está amenazando la supervivencia de las explotaciones pesqueras. El sector es unánime al afirmar que, a pesar de haber pasado sucesivas crisis de rentabilidad por no alcanzarse unos precios mínimos en el mercado, no recuerdan una situación como la actual. Insisten en la diferencia enorme existente entre el precio pagado al productor en primera venta, en algunos casos a 3,50 €, para el pez espada, y el precio de venta al público en las grandes superficies, que se sitúa en la horquilla que va desde los 14 a los 22 €. En este sentido el sector declara su inquietud por la inestabilidad a la baja de sus precios y ve con preocupación que esta variabilidad no repercuta de modo igual en el precio de venta al consumidor.
Además, en la reunión, se ha manifestado muy preocupados con el reciente anuncio del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 sea de una a tres raciones por semana, ya que se puede malinterpretar. La recomendación de consumo de pescado sigue siendo al menos 3 veces por semana, con lo cual, si se programa una en el centro escolar, deben recomendarse al menos otras dos fuera del centro escolar. Entendemos que este mensaje debe ser matizado por el Ministerio para no redundar en los mencionados descensos de consumo que se están produciendo.
Todas estas circunstancias, hacen que un número significativo de los armadores se estén planteando la paralización definitiva de su actividad recurriendo al desguace de sus buques. Este hecho, a juicio del sector, pondría en peligro todo lo referente a la soberanía alimentaria de la U.E., ya que todos son conscientes de que el espacio dejado por la flota comunitaria se deslocalizaría y sería inmediatamente ocupado por flotas foráneas cuyas garantías de seguridad alimentaria y de sostenibilidad distan mucho de las actualmente aplicadas por la flota comunitaria, que es la flota más sostenible, y más controlada sanitariamente y por tanto la más segura a nivel mundial.
Ello no solo repercutiría en el sector productor sino también en el tejido industrial que genera la actividad pesquera y es por ello que reclama a las administraciones publicas un mayor reconocimiento para la pesca y su industria como sector estratégico y motor económico y social.
El sector palangrero de superficie en su conjunto está analizando diferentes mecanismos para intentar minimizar el impacto de la actual crisis y propondrá de modo urgente a las diferentes administraciones una serie de medidas, en las que ya está trabajando, para parar “esta sangría”.
Finalmente, hace al mismo tiempo, un llamamiento a los consumidores para que incentiven el consumo de pescado sobre todo el procedente de la pesca salvaje comunitaria como el pez espada, tintorera y marrajo, al tratarse de uno de los alimentos más recomendables y saludables que existen como fuente de proteína animal insustituible.