En un artículo para «Le Monde», el politólogo francés Paul Ariès considera que el veganismo en realidad quiere acabar con todas las formas de depredación animal y que este pensamiento «abre vías a las ideologías más desastrosas pero terriblemente actuales»
El veganismo fue promocionado en 2018 como fenómeno del año por varias revistas. «El veganismo no es solo una producción de alimentos harinosos, sino una máquina para socavar el humanismo y matar a una mayoría de animales. Por eso no soy anti-vegano para defender mi filete, sino la unidad de la humanidad y la biodiversidad mucho más allá de mi plato» dice Paul Ariés..
Acusa a los veganos de ocultar «su verdadero proyecto», que no es simplemente eliminar los productos cárnicos, una mera gota en el océano de la depredación animal, sino acabar con todas las formas de depredación, modificando genéticamente o incluso eliminando muchas especies animales, con el pretexto de que no existe la carne feliz y de que los animales salvajes sufren mucho más y en mayor número que los animales de granja o domesticados. En su opinión, la raíz del problema no es el consumo de productos cárnicos, sino el sufrimiento animal; y puesto que el sufrimiento animal es inherente a la vida, habría que reducirlo, por ejemplo, vaciando los océanos, porque ya no sería posible dejar que los peces grandes se coman a los pequeños, o impidiendo que nazcan tantos animales como sea posible.
También acusa a los veganos «de mentir al hacer creer al gran público que son ecologistas e incluso superecologistas», cuando en realidad odian la ecología y a los ecologistas, porque los ecologistas aman la naturaleza y ellos la vomitan porque es intrínsecamente violenta y, por tanto, malvada. David Olivier, uno de los padres de los Cahiers antispécistes, escribió en 1988 un texto titulado «Pourquoi je ne suis pas écologiste» («Por qué no soy ecologista»). Lo confirmó en 2015: «Consideramos que el antiespecismo y el ecologismo son en gran medida antagónicos.»
Peter Singer, considerado el filósofo más eficaz de nuestro tiempo, y Tom Regan y Paola Cavalieri lo confirman: ¡la ecología no es soluble en el antiespecismo y los ecologistas embaucados son idiotas útiles! El veganismo simplemente se niega a pensar en términos de especies y ecosistemas, centrándose únicamente en los individuos (humanos o no humanos)
