Un estudio reciente de la Universidad de Ege (Turquía) demuestra que la adopción de la acuicultura multitrófica integrada, que combina el cultivo de lubina y dorada con el de mejillones en mar abierto, es una práctica viable. Sin embargo, requiere una planificación meticulosa y un seguimiento constante de las condiciones ambientales para garantizar el éxito.
El estudio se realizó en una piscifactoría turca que produce 300 toneladas anuales de lubina y dorada, situada en el mar Egeo. Para el cultivo de los mejillones se utilizaron semillas recogidas en las boyas de señalización de la piscifactoría. Posteriormente, estas semillas se distribuyeron en redes de polietileno por todo el recinto durante un periodo de 12 meses. Las muestras se colocaron en el interior de la piscifactoría, mientras que las otras dos se colocaron en las zonas circundantes.
Además, se tomaron muestras de mejillones adultos de las boyas de la granja para realizar análisis histológicos de las gónadas.
Los resultados revelaron un crecimiento significativo de la longitud y el peso de los mejillones a lo largo del periodo de estudio. También se identificó una diferencia estadísticamente significativa en el crecimiento entre las muestras. Esto sugiere que hay factores específicos que influyen en su desarrollo en función de su ubicación.
Temperatura, salinidad y disponibilidad de nutrientes
Entre los factores que más influyen en la supervivencia, crecimiento y maduración de las gónadas, los investigadores identificaron la temperatura, la salinidad y la disponibilidad de nutrientes.
Se hizo hincapié en que cada piscifactoría tiene unas características oceanográficas y biológicas únicas que requieren una evaluación individual. Estas peculiaridades pueden influir en el rendimiento del crecimiento de las especies implicadas en el sistema.
Así pues, es crucial conocer y vigilar una serie de parámetros, como el caudal de agua, los niveles de nutrientes y oxígeno, así como la temperatura y la salinidad, en la región donde se implante la acuicultura integrada.
Por último, los investigadores indicaron que el uso de tecnologías avanzadas, como los sistemas de información geográfica y los dispositivos de registro y medición simultáneos de diversos parámetros ambientales, puede facilitar la identificación de zonas adecuadas para la implantación de la IMTA, permitiendo así adaptar las condiciones de cultivo a las necesidades específicas de las distintas especies implicadas.
