La flota atunera de Opagac-Agac destinó 17,3 millones de euros a 28 proyectos de investigación para fomentar la sostenibilidad, minimizar el impacto de la pesquería del cerco de atunes tropicales en el ecosistema y garantizar la sostenibilidad esta pesquería en el Atlántico, el Índico y el Pacífico, los tres océanos donde opera.
Los 28 proyectos de investigación, directos o en colaboración con terceros, se han basado en datos reales de campo obtenidos en los propios buques pesqueros durante su actividad. Según Opagac, la flota atunera española se ha convertido en «una de las más transparentes del mundo», ya que aporta y comparte información con más de diez entidades, al margen de los datos que se requieren a nivel oficial por los organismos reguladores de esta pesquería.
Los proyectos se han centrado en aspectos como estudios científicos para facilitar la evaluación de las poblaciones de atún tropical, estimaciones de capturas por especie y tamaño, revisión de los sistemas de recopilación, gestión y notificación de datos de capturas, capturas incidentales y creación de herramientas para su liberación, nuevos materiales para la creación de FADS (dispositivos concentradores de peces) no enmallantes y biodegradables, y modelos de reciclaje y reutilización de redes.
Por otro lado, la flota ha participado en propuestas de modelos alternativos de gestión de diferentes Organizaciones Regionales de Pesca (ORP)1.
Poner en marcha 28 desarrollados
La flota ha compartido sus datos de actividad con más de una decena de organismos involucrados, directa o indirectamente en la pesquería de atún tropical, tales como las propias ORP y sus comités científicos; con organismos científicos, como el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y AZTI; y con gobiernos, responsables de la gestión de sus flotas, como el de España.
Además de estas iniciativas, a lo largo de 2022 la flota atunera espera poner en marcha cuatro proyectos nuevos que sumarán a los 28 desarrollados. Según informa la organización pesquera, uno de los más destacados es el que ha desarrollado en colaboración con AZTI para evaluar el índice de mortalidad de las especies capturadas de manera accidental durante la actividad pesquera, en particular de tiburones, rayas y tortugas.
En ese estudio se marcarán ejemplares para hacer seguimiento de su actividad tras ser liberados y analizará los índices de ácido láctico de los ejemplares para determinar su probabilidad de mortandad.
Con este tipo de proyectos, la flota de Opagac busca reforzar su Código de Buenas Prácticas para reducir al máximo la mortalidad de estas capturas incidentales. No obstante, recuerda que el arte de cerco atunero es uno de los más selectivos y con menos porcentaje de capturas incidentales.
En concreto, la Comisión del Atún del Océano Índico (IOTC, por sus siglas en inglés) calcula que la tasa de mortalidad se sitúa en el 0,15 por ciento en el caso de los tiburones, mantas y rayas (denominados genéricamente condrictios) del total de estas especies capturadas en dicho océano; en menos del 0,3 por ciento en el caso de las tortugas, y en cero para los mamíferos y aves marinas.
En el caso del tiburón sedoso, la especie de captura incidental más importante de los cerqueros, la tasa de mortalidad es sólo del 1,3 por ciento del total de capturas de esta especie en el Océano Índico.
El director gerente de Opagac, Julio Morón, afirma que una de las lacras de la actividad pesquera mundial es la opacidad de datos o, en su defecto, la falta de mecanismos de validación suficientemente fiables. Sin embargo, destaca que la flota española sigue trabajando para mejorar su transparencia y facilitar la mejor información necesaria para hacer una gestión responsable de los recursos de los que depende la vida de nuestros pescadores y la viabilidad de las compañías.
En ese sentido, destaca que son los propios pescadores de la flota atunera los que en muchas ocasiones sugieren a científicos y armadores soluciones para minimizar la captura incidental o mejorar el diseño de FADs, aprovechando el conocimiento y la experiencia adquiridos en el desarrollo de la actividad pesquera.
Para Opagac, esta proactividad surge del interés común por mantener las poblaciones de atún en condiciones óptimas de sostenibilidad dado que son los primeros perjudicados en caso de romperse el equilibrio.
De ese modo, añade que las propuestas completan a la información obtenida de los observadores de a bordo, bien humanos o electrónicos, que cubren al 100 por cien la actividad de flota atunera española, y se inscriben en el Código de Buenas Prácticas voluntario que puso en marcha la organización en 2012.
Morón considera que en plena época de Big Data y la analítica de datos, los gobiernos y los organismos reguladores deberían plantearse «seriamente» qué hacer con los actores de otras flotas que, a sabiendas de todos, juegan a la opacidad ocultando información básica de sus capturas, tanto objetivo como accidentales, y se oponen sistemáticamente a aumentar la cobertura de observadores, que en algunas flotas es del 0%, frente al 100 por ciento de los barcos de Opagac.