El luanquín Francisco González Rodríguez, ‘Quico’ fue profesor de Tecnología Pesquera en el Centro Integrado de Formación Profesional del Mar de Gijón y ahora ocupa el cargo de director general de Pesca Marítima del Principado de Asturias. Intervino en las Jornadas de Pesca de Celeiro. González mostró cómo tras un descenso de 61 unidades pesqueras, en la pasada década, a partir del 2018 se estabilizó, aunque siguen existiendo problemas a causa del envejecimiento de los mandos, la escasa cualificación de la flota, la falta de relevo generacional, en el que «los aspectos socioeconómicos que también influyen». A partir de aquí establecieron una formación para diferentes perfiles. De esta manera detectaron la existencia de cuatro necesidades formativas entre las personas que dejaban su trabajo en tierra, para acceder a una titulación náutico pesquera, oferta de formación para el marinero o contramaestre, o para aquellos que estaban en tierra, en una parada, y acudían a un certificado profesional o el que ya tenía alguna titulación que quiere certificar alguna experiencia profesional, para elevar su rango profesional. «Estoy muy contento de los resultados conseguidos con objeto de atraer a la gente a la pesca» Y, es que los resultados eran claros. Relató que habían acreditado, en base a la experiencia documentada y en un proceso reglado con pruebas teóricas y prácticas, a 70 patrones de pesca local como patrones costeros polivalentes. Otra opción ante la falta de mandos.
Con la formación de un grupo de trabajo entre la Administración y el Centro formador de titulados náutico-pesqueros de Asturias, se abordó la situación de muchos personas embarcadas que querían promocionar, los que que dejan el trabajo tierra y que querían quiere enrolarse en la mar y los que son titulados y quieren promocionarse en base a la actividad.
Asturias posee 248 embarcaciones artesanales que faenan en caladero nacional y 6 barcos trabajan en aguas comunitaria. La titulación más característica era la del patrón del litoral que al mismo tiempo era armador. Con el apoyo del FEMPA se estableció una colaboración con Educación, Pesca y diversas. Así, divisaron los problemas de «inmediatez» que contenía mucha flota para contar con un Marinero pescador a los que se les dio formación con plataformas ágiles, en base a una convocatorio que gestionaba el Centro Integrado del Mar que coordinaba la titulación, junto con otros cursos de convalidación de estudios para el embarque. «Hay una dificultad de oferta formativa. Ocurre que tarda mucho en crearse bolsas de cursos, en tiempos acordes con la flota, con que permitan ofrecer marineros formados, pero nos centramos mucho en ofrecer estos cursos en los municipios con flotas estables. Así generamos mayor actividad a la profesión».
No obstante, González apuntó mayores problemas en el primer acceso al titulado náutico pesquero con exámenes nada adaptados a la realidad de la actividad pesquera. «Detectamos que existía incompatibilidad del trabajo en la mar con la con la oferta laboral en tierra, pero también existía falta de hábito a métodos de estudios al ser personas embarcados con falta de tiempo, aunque existía una falta de contenidos. Pese a ello, se mantenía una convocatoria anual,y se generaba recursos pero acudíamos a la empresa privada para que ofreciera cursos prácticos para el patrón de pesca, una vez que existía muy pocos aprobados y eso se transmitía al personal embarcado que veía imposible subir a una titulación superior. Así, adaptamos unos exámenes prácticos con los que pensamos que vamos a tener éxito».
En el Instituto de Cualidades Profesionales se ofertaba una certificación acreditable y evaluable con el personal en tierra que quería acceder a unas primeras titulaciones náutico pesqueras, Hay un catálogo de certificaciones profesionales y familias con sus categorías profesionales. «En Asturias el de pesca local tiene correspondencia con el patrón local, el de transportes y operaciones de bajura tenía su correspondencia con el patrón de pesca polivalente», decía González.
En Asturias se crean unas unidades competencias con unos contenidos con una carga horaria. El de patron local de pesca tenía 390 horas de estudio y el patrón de pesca polivalente de 600 horas. También, se establecía una certificación de operaciones en lonja.
Una solución ante la «acuciante» falta de mandos
La falta de mandos reconocida por el Ministerio de Pesca a principios de año, sigue forzando el amarre de pesqueros. Con «la máxima prioridad posible», en marzo se propuso remediarlo ampliando competencias de los patrones costeros polivalentes, los que pueden gobernar barcos de hasta 24 metros de eslora. Un curso adicional y su experiencia los facultan para ejercer como primeros oficiales en buques de hasta 42 metros. De faenar como máximo a una distancia de 110 kilómetros de la costa española, su radio de acción se extenderá a los caladeros de Gran Sol, a los subsaharianos o a los del área del Atlántico norte donde operan los espaderos.
Se demoró más de lo que quería Pesca, pero un informe oficial ha resuelto discrepancias formalizadas documentalmente. «Por fin lo podemos poner en marcha, está pendiente de la firma del ministro», anunció Silvia Solís, subdirectora de Sostenibilidad Económica en Ordenación Pesquera. Fue durante una de las ocho ponencias de la primera de las Jornadas de Pesca de Celeiro (Viveiro). Tal es la falta de mandos, que una dispensa especial pactada entre Pesca y Marina Mercante ya permite a los patrones costeros polivalentes ejercer de primeros oficiales en barcos de más de 24 metros de eslora.
Indonesia quería convalidar títulos de oficiales
Profesionales del sector de todo el noroeste, del sur y del levante español también escucharon a Solís contar cómo a final de octubre se cayó el acuerdo entre España e Indonesia para reconocer las titulaciones de los marineros de ese país asiático, fundamentales para numerosos segmentos de la flota española. Iban a firmarlo, pero el Gobierno de Yakarta quería convalidar también los títulos de los oficiales. «No se puede», añadió, porque, entre otras razones, Indonesia no ha rubricado el convenio internacional sobre normas de formación y guardia del personal de pesqueros (STCWF). El mismo que permite habilitar en España a los patrones costeros polivalentes para gobernar barcos de 42 metros.
Solís también detalló cómo aplicará España las medidas propuestas en el Parlamento Europeo para atraer jóvenes a la pesca. Recurrir a inmigrantes para cubierta no resuelve «el origen del problema, el relevo generacional», en un oficio «muy poco atractivo para los jóvenes, por la penosidad, inseguridad, la renta en algunos segmentos, tipos de contratos…» Se proponen enmendarlo con una hoja de ruta que comienza por la recopilación de datos actualizados sobre la realidad laboral de la pesca y acciones en mejora del bienestar y la seguridad a bordo, formación, igualdad de género y «promover el oficio de pescador como importante e interesante».
En el primer día del simposio también compareció Raúl García, de la oenegé WWF, quien abogó por distribuir las cuotas de pesca «con un criterio social porque son recursos públicos».
Paloma Rueda, directora del Centro Tecnolóxico do Mar (Cetmar), se refirió a las iniciativas para preservar el medio marino de contaminación, residuos y otros polucionantes como, por ejemplo, restos de fármacos o ansiolíticos.
Carmen Fernández, subdirectora en el Instituto Español de Oceanografía, se refirió al «empujón de la ciencia para mejorar la selectividad en pesquerías y hacer un poco menos complicada la obligación de desembarque».
Jorge Campos, secretario de la Federación Andaluza de Cofradías, urgió al Gobierno español a «revertir la desventaja competencial» de las cofradías de pescadores y a reconocerlas como organizaciones de productores.
Eduardo Baamonde, presidente de CajaMar-Caja Rural, abrió las jornadas reivindicando los aspectos económico y social como pilares imprescindibles para lograr la sostenibilidad ambiental.