Los niños participan en este programa en el que se trata de familiarizar con la pesca, el mar y el medio ambiente a las nuevas generaciones
Uno de los aspectos que más preocupan en el entorno de la pesca de bajura es el relevo generacional. No es fácil encontrar patrones que sigan los pasos de los que llegan a la edad de jubilación y hacia ahí enfoca Kofradia Itsas Etxea uno de sus principales objetivos, que no es otro que el de acercar su proyecto a la gente joven para contribuir en ese relevo generacional.
Uno de los pilares de este objetivo es Izan Arrantzale, una iniciativa que busca que los niños de entre 6 y 12 años se familiaricen desde pequeños con la pesca para que el día de mañana alguno se interese por formarse para ser arrantzale en la Escuela Náutica Blas de Lezo de Pasaia.
La iniciativa comenzó en julio de 2020 y en principio arrancó, tal y como explica Martxel Arozena, coordinador general de Kofradia, «con unos talleres de pesca para niños y niñas que duraban 2 horas». Pero enseguida se dieron cuenta de que «la pesca te tiene que ir calando poco a poco, porque por el hecho de que vayas un día o dos no surge nada». Entonces dieron un segundo paso. «Organizamos los talleres en colaboración con Kaixo Musto, Motoras de la Isla y Euskal Itsas Museoa, con programas de una semana durante las vacaciones de verano, en los que los jóvenes iban de lunes a viernes y hacían una combinación de actividades. Desembarcábamos en la isla Santa Clara, porque es un viaje agradable e ilusionante para los participantes, pescábamos y hacíamos una actividad relacionada con el medioambiente».
Los niños aprenden cómo montar un aparejo, cómo hacer los nudos, las especies que se pescan en nuestras costas…
Durante esas jornadas los pequeños «aprendían cómo montar una aparejo, cómo hacer los nudos, las especies que se pescan en nuestras costas, los tamaños reglamentarios de pesca o los diferentes cebos que pueden utilizar entre otros». El hecho de que fueran talleres de cinco días permitía a los niños y niñas avanzar y ver cómo dan fruto los conocimientos que van adquiriendo: «Un niño que nunca ha tocado una caña necesita practicar y de este modo, con estas Semanas de Izan Arrantzale, lo hacían a diario», explica Arozena. La dinámica de cada día era la siguiente: «Íbamos a la Isla y, cuando la marea estaba propicia, pescábamos. Había un momento para un baño y luego aprovechábamos para hacer otras actividades relacionadas con el medio ambiente. A través de juegos y de manera divertida, los educadores Ángel e Iñaki de Kaixo Musto, les ayudaban a comprender lo que pasa en el medio ambiente, qué significa el cambio climático, qué supone la subida de la altura del mar y cómo puede afectarnos. Hacemos esa labor educativa a través de juegos o de experimentos», recalca el coordinador de Kofradia.
Martxel Arozena tiene claro que deben desarrollar esa conciencia medio ambiental entre los más pequeños porque «el arrantzale del futuro va a tener una conciencia medio ambiental muy grande. El de hoy ya tiene una conciencia mucho mayor que el de hace 30 años y el del futuro la tendrá aún mayor».
Un plan para los sábados de invierno
Visto el éxito obtenido durante el verano, en el que muchos niños y niñas participaron en el programa Izan Arrantzale, los directores de la iniciativa no han querido dejar pasar los meses y han querido mantener el proyecto vivo durante todo el año: «Durante el mes de octubre hemos mantenido la actividad todos los sábados por la mañana y la idea es mantenerla algunos sábados y también las Semanas Izan Arrantzale durante los periodos vacacionales de Navidad y Semana Santa». Evidentemente, no habrá transporte a la isla y «habrá que tener en cuenta la climatología» por eso las actividades serán combinadas. «Los días con mejores mareas iremos a pescar a diferentes puntos de Donostia y pueblos costeros de Gipuzkoa y los días en los que no sean favorables haremos otras actividades. También desarrollaremos otras en el interior» tanto en la propia sede de Kofradia-Itsas Etxea, en el Euskal Itsas Museoa o en el mercado de Bretxa… «Los niños aprovechan nuestras instalaciones de cocina para familiarizarse con cocinar y comer pescado de bajura, que es el otro objetivo principal del proyecto; Fomentar el consumo de pescado de bajura en la ciudadanía local«.
No obstante, aunque disfrutan de una gran variedad de actividades, lo que triunfa entre los chavales es pescar: «Es lo que más les gusta. En verano empezaban la jornada pescando, luego comían el hamaiketako y se daban un baño y luego había otra actividad relacionada con el medio ambiente. Pero si ese día picaban, no querían hacer otra cosa que pescar… Y nosotros les hacemos copartícipes de la decisión y si quieren seguir pescando, continuamos con la pesca».
A lo largo de los últimos meses son muchos los niños que se han acercado a la pesca a través de Izan Arrantzale y los organizadores esperan que sigan apuntándose en las próximas jornadas y periodos vacacionales para fomentar hoy la cantera que el día de mañana pueda dar el relevo a todas las generaciones de patrones y arrantzales que han surcado nuestros mares durante tantos y tantos años.