Los arrastreros de Castellón salen a faenar un máximo de 170 días al año, mientras que antes podían hacerlo 202 días.
Los pescadores de Castelló y Peñíscola han vuelto a faenar este mes de octubre después de dos meses de paro biológico. Los paros biológicos son una medida para regenerar las especies de caladero. Y una medida que en su base es voluntaria, pero que con la reducción de jornadas que se ha implantado, según normativa europea, se ha convertido en algo prácticamente obligatorio.
Estas vedas están subvencionadas. El problema llega con la reducción de jornadas impuesta por Europa, que de forma indirecta obliga a los pescadores a estar un mes más parados y sin cobrar. El secretario de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Castellón, Manolo Albiol, ha denunciado en una entrevista en A Vivir Castellón que la normativa de reducción de jornadas les «ha dejado sin días suficientes para salir a faenar» y que, además, eso ha hecho que «las vedas voluntarias se conviertan en obligatorias, a parte de que también hemos perdido un mes más de trabajo que no nos pagan, ya que antes salíamos a marinar 202 días y ahora solo podemos hacerlo un máximo de 170».
La normativa regula los días para salir a marinar según el tamaño de la eslora, lo que ha supuesto un grave problema para las embarcaciones más pequeñas, que van a tener menos días para salir a marinar.
El Instituto Español Oceanográfico recomienda que la mejor época para la recuperación de especies como la merluza o el salmonete, especies que se capturan con la técnica de arrastre, es desde el mes de mayo hasta septiembre. Es por eso que los arrastreros de la provincia se dividen por zonas durante este periodo de tiempo para hacer las vedas mientras que en otras zonas se sigue saliendo a pescar para garantizar el abastecimiento de pescado en las lonjas