La reunión anual de la Organización de Pesquerías del Atlántico Noroeste (NAFO) no ha deparado alentadoras noticias para el sector pesquero. En el aspecto positivo ha estado ha sido la ligera disminución de las posibilidades de pesca de fletán negro (de 16.926 a 16498 toneladas, 4.532 de ellas para España) y mantenimiento de las cuotas de gallineta, raya, pota, locha blanca y camarón. Lo pero es el recorte del bacalao quedándose en 1.500 toneladas frente a las 8.531 disponibles para este año. Así que España solo podrá pescar el año que viene 376 toneladas de la especie. Para tomar esta decisión, señalaba ayer el Ministerio de Pesca, «se han tenido en cuenta las recomendaciones del consejo científico, que desde hace varios años señala que no hay reclutamientos, por razones no identificadas, pero no atribuibles a la pesca».
Además de ese tijeretazo, que asciende al 82,4 %, se han impuesto, a propuesta de la Unión Europea, medidas adicionales de protección de la especie. Entre ellas, una veda, que se extenderá durante todo el primer trimestre del año (en la zona 3M, la situada más al oeste de Canadá), coincidiendo con la época de desove; y el uso de rejillas selectivas para proteger a los juveniles. También la obligación de inspección en puerto para todos los buques que tengan a bordo esta especie «con el fin de evitar posibles sobrepescas».
La reunión, en la que España estuvo representada por la directora general de Pesca Sostenible, Isabel Artime, se celebró vía telemática como consecuencia de la situación generada por la pandemia. En ella, la Unión Europea reclamó «la consideración, por parte de otros organismos, de los estudios de NAFO para la protección de los ecosistemas marinos vulnerables».