El Consorcio Zona Franca diseña un plan de acción para la recuperación de Vigo y destaca las buenas perspectivas tras captar a la empresa francesa Dangel en Bouzas . Sus expectativas son alentadoras para final de año en pesca y conserva, mientras metal ve una oportunidad para diversificar en esta crisis. Para los autónomos será más complicado y avanzan cierres de negocios.
La economía viguesa pone la vista en septiembre como un nuevo comienzo de ciclo en este atípico 2020 marcado por la crisis sanitaria. La incertidumbre persiste después de una campaña estival irregular y el incremento de contagios en las últimas semanas hacen dudar de una recuperación inminente en la actividad a niveles precrisis. A pesar de ello, los principales agentes económicos todavía mantienen las esperanzas de cara al último cuatrimestre del año para asentar las bases de una lenta recuperación.
En el caso del sector metalúrgico, Enrique Mallón, secretario general de la patronal gallega Asime, reconoce que el sector metal gallego supo reaccionar “con rapidez y profesionalidad”. En este sentido, Mallón mantiene cierto optimismo de cara el cierre del año: “Confiamos en que se puedan ir controlando posibles rebrotes y podamos asistir a una recuperación paulatina en la economía”. El secretario general de Asime ve los próximos meses como una oportunidad para diversificar mercados y fortalecer la cartera de clientes, poniendo como ejemplo el incremento de las reparaciones en el naval o la evolución de la automoción con la planta de PSA Vigo a la cabeza, donde se aumentará la plantilla en octubre para atender la elevada demanda.
En cuanto a la pesca, el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), Javier Touza, recuerda que “Vigo sigue siendo la despensa de pescado fresco y congelado de Europa, con un sector maduro y organizado que ha resistido a pesar de las dificultades”. Golpeados por los problemas con los relevos o el cierre del canal Horeca, Touza reconoce que “estamos en la tormenta perfecta pero tenemos expectativas positivas sobre una recuperación económica que comience en el último tramo del año”, poniendo el foco sobre la evolución del consumo y reforzar las relaciones comerciales.
La industria conservera mantuvo una positiva evolución durante el primer semestre del año que espera continuar. Así lo indica el secretario general Anfaco, Juan Manuel Vieites, destacando el buen funcionamiento en exportaciones y ventas pese al cierre del canal Horeca: “Nuestros objetivos fueron cuidar a los empleados y mantener el suministro de materia prima”. Vieites considera que la recuperación económica no será “muy acelerada” aunque sostiene que el sector conservero está saneado “De cara a final de año somos moderadamente optimistas. Estaremos atentos a posibles cambios en el consumo y a mantener un buen nivel de stocks para abastecer al mercado”, añade.
En cuanto al resto de sectores, los autónomos y empresas son quienes mantienen las perspectivas menos halagüeñas. El presidente de la CEP, Jorge Cebreiros, muestra su temor a un nuevo confinamiento parcial que obligue al cierre de algunos sectores: “Se avecina un cuatrimestre complicado”, lamenta. Por ello ve preciso que haya “más claridad a la hora de gestionar esta crisis por parte de todas las instituciones” y responsabilidad ante la pandemia, advirtiendo de un posible incremento de la morosidad de grandes empresas y pymes al inicio de 2021: “Unas 350.000 empresas podrían cerrar en España antes de diciembre y el 5% serían en Galicia”.