La actividad de las trece subastas bretonas, como era de esperar, se ha reducido drásticamente durante la semana pasada, en una economía cerrada por el coronavirus.
En las subastas, los precios se derriten. En Guilvinec (Finisterre), todo se vendió al precio mínimo garantizado. «Y había muchos peces sin vender, muchos rape en particular», explica David Derrien, subgerente de la subasta. «Los pescaderos están allí, pero no saben si pueden vender. Los grandes grupos minoristas que generalmente nos compran, ya no compran casi nada «. Las especies nobles, generalmente compradas por restauradores, tampoco se van.
El precio de los mariscos se ha desplomado en los últimos días y el establecimiento de la contención para combatir la epidemia de coronavirus.
Las empresas pesqueras bretonas, que abastecen el 50% del mercado, están preocupadas por no salir más al mar.
El presidente del comité de pesca de Bretaña insta a las personas a seguir comprando pescado.
Las embarcaciones todavía están saliendo al mar, pero por cuánto tiempo. Ante el colapso de la demanda de productos del mar, los pescadores sufren toda la fuerza del episodio de contención establecido para limitar la propagación del coronavirus. El miércoles, el precio de sus productos se había reducido a la mitad en comparación con la semana pasada. Los langostinos se vendieron a 6,80 euros por kg contra 12 a 13 la semana pasada y el rodaballo a 12 contra 35.
