La IOTC (Comisión del Atún del Océano Índico, CAOI, por sus siglas en español) mantiene una reunión en San Sebastián en el que está adoptando una serie de medidas para lograr la sostenibilidad de las especies de túnidos, en franca recuperación. Entre las novedades más importantes está que el plan de recuperación del atún de aleta amarilla está experimentando una notable oposición entre los países adscritos a IOTC.
Las capturas de yellowfin fueron estables entre mediados de la década de 1950 y principios de la década de 1980, oscilando entre 30,000t y 70.000t, con palangreros y redes de enmalle las principales pesquerías. Las capturas aumentaron rápidamente a principios de la década de 1980 con la llegada de los cerqueros y el aumento de la actividad de los palangreros y otras flotas, llegando a más de 400.000 toneladas en 1993. Se registraron capturas excepcionalmente altas entre 2003 y 2006, con las capturas más altas jamás registradas en 2004 en más de 525,000 toneladas, mientras que las capturas de patudo que generalmente están asociadas con los mismos caladeros que
el atún aleta amarilla se mantuvo en niveles medios.
Entre 2007 y 2011, las capturas disminuyeron considerablemente (alrededor del 40% en comparación con 2004) debido al esfuerzo de pesca con palangre. Así especies como atún barrilete (skipjack) representan el 49.4% de las capturas totales de atunes tropicales, seguido de cerca por el atún de aleta amarilla (41.2%), mientras que las capturas de patudo representan el 9.4% restante de las capturas Entre las principales artes de pesca están los de cerco que representan el 43% de las capturas totales de atunes tropicales, y las capturas importantes también son realizadas por la flota de curricán (18%), redes de enmalle (18%), cañas (11%) y palangreros (9%), en aguas costeras y la alta mar.
Los atunes tropicales son la especie objetivo de muchas pesquerías industriales y artesanales en todo el Océano Índico, aunque también son una captura incidental de pesquerías dirigidas a otros atunes, pequeñas especies pelágicas u otras especies no atuneras.
Los atunes tropicales son capturados tanto por los países costeros en el Océano Índico como por las naciones lejanas de pesca en aguas.
En los últimos años, las pesquerías costeras de cinco países (Indonesia, Maldivas, Sri Lanka, I.R. Irán e India) representan el 51% de las capturas totales de especies de atunes tropicales en el Océano Índico, mientras que los cerqueros industriales y los palangreros marcados como los comunitarios españoles, Seychelles y Francia informaron suponen 33% adicional de las capturas totales de estas especies.
La importancia de los atunes tropicales para la captura total de especies de IOTC en el Océano Índico ha cambiado con los años, en particular después de la llegada de flotas cerqueras industriales al Océano Índico a principios de la década de 1980 dirigido a los atunes tropicales. Con el inicio de la piratería a fines de la década de 2000, las actividades de las flotas que operan en el noroeste.
El Océano Índico ha sido desplazado o reducido, particularmente a la flota de palangre de aguas distantes de Asia, lo que ha llevado a una disminución relativa en la proporción de capturas de atunes tropicales (es decir, actualmente alrededor del 59% de las capturas totales de todas las IOTC especies, en comparación con ≈68% durante el período (pre-piratería) 1950-2008). Desde 2012, las capturas de atunes tropicales parecen mostrar signos de recuperación, en particular las capturas de aguas distantes, como resultado de la reducción de la amenaza de piratería y el regreso de las flotas y al Noroeste del Océano Índico.
La cuota que la UE adjudicó a España -las 45.682 toneladas que en el 2017 se pescaron de forma olímpica- se ha repartido este año individualmente entre las embarcaciones que faenan de forma habitual en aquel caladero, atendiendo a si su capacidad supera o no las 3.500 GT (toneladas de arqueo). Las que están por encima de ese límite podrán pescar 3.591.402 kilos; las que no, dispondrán de 2.825.129.
Para establecer esas cantidades, el Gobierno analizó el número de barcos que tienen intención de pescar túnidos en el Índico en el 2018, su capacidad, y la media de capturas del 2014, el 2015 y el 2016, llegando a la conclusión de que, si quieren permanecer todos en el caladero a lo largo del año completo, es preciso reducir un 17 % esa media de capturas.
Mercados económicos
La mayoría de las capturas de especies de atún tropical se venden a mercados internacionales, incluido el mercado de sashimi en Japón (grandes muestras de atún aleta amarilla y patudo en estado fresco o ultracongelado), y plantas de procesamiento en la región del Océano Índico o en el extranjero (pequeños especímenes de atún barrilete y, en menor medida, atún aleta amarilla y patudo). Un componente de las capturas de atunes tropicales, en particular el atún barrilete capturado por algunos países costeros en el región, es vendida en los mercados locales o retenida por los pescadores para consumo directo.
Como se recordará el Gobierno no dió pie a un pacto entre caballeros como el que alcanzaron la flota y sus agrupaciones en la pasada campaña para controlar las capturas de atún rabil en el océano Índico, un área regulada por la IOTC (Comisión del Atún del Océano Índico, CAOI, por sus siglas en español). En vista del poco éxito que tuvo aquel acuerdo (pues por incumplimientos de los operadores hubo que cerrar la pesquería en noviembre, antes de finalizar el año), las autoridades pesqueras han echado mano del BOE (Boletín Oficial del Estado) para tratar de hacer posible lo que no se consiguió el pasado ejercicio: que la cuota asignada a España llegue para cubrir los doce meses del año sin rebasarla y, de paso, dar rango normativo a las demás limitaciones acordadas en la IOTC.