Los arrastreros del Cantábrico solicitan al Gobierno Central (Secretaría General de Pesca) que «se de prisa con la publicación de la normativa que permitiría a la flota arrastrera española adaptarse a la normativa de Obligación de Desembarque, y así poder descargar túnidos y pez espada única y exclusivamente como captura accesoria, dado que actualmente tiene prohibida la captura y tenencia a bordo de este tipo de especies. Por este motivo, exigen que se apliquen a la flota gala los mismos controles que a la flota española con estas especies.
La flota española de arrastre no puede pescar túnidos e incluso ha tenido que pagar multas por tener a bordo un pez espada y ahora está pendiente de recibir la propuesta de sanción después de que la Guardia Civil encontrase en uno de sus buques atracado en Corme otro ejemplar de emperador, pero también un patudo y un atún rojo.
Curiosamente, si en su barco ondease la bandera portuguesa, ese expediente no existiría, dado que la normativa portuguesa permite descargar las capturas accesorias que el arrastre pueda tener de túnidos y afines. Según datos de Pescagalicia, en lo que va de año se han subastado en el Muro casi 700 kilos de pez espada, por un importe que supera los 4.000 euros. Pocos en comparación con las once toneladas que se rularon en el 2017 con ingresos de más de 70.000 euros. Son todas «capturas accesorias descargadas en la lonja coruñesa por otras flotas comunitarias, principalmente barcos portugueses», apunta Juan Carlos Corrás, gerente de Pescagalicia.Esta agrupación volvió a insistir al Gobierno en la necesidad urgente de modificar la normativa para facilitar al arrastre ya no solo que pueda rentabilizar esa captura accesoria, sino impedir que se vea en el brete de tener que incumplir sí o sí la ley. Y es que si, como manda España, tira el pez espada o el atún por la borda, vulnera la obligación de desembarque que impone Europa. Si por el contrario acata las órdenes de Bruselas de descargar el ejemplar sujeto a cuotas y lo acerca a puerto, infringe la normativa española, exponiéndose así a una sanción de la Guardia Civil o de cualquier otro cuerpo inspector, a los que conminan a indagar si los franceses cumplen la obligación de desembarque en lugar de centrarse exclusivamente en la flota española.
Precisamente, el instituto armado volvía a informar de que había decomisado un pez espada a un arrastrero que estaba descargando las capturas del barco a una furgoneta. Según la nota, el arrastrero estaba «obligado a su descarte y devolución inmediata al mar».
Plan de gestión del Cantábrico
El borrador del nuevo plan de gestión del Cantábrico preveía facilitar esas descargas accesorias, pero el texto todavía está en tramitación y a la espera de un nuevo Gobierno.La premura viene dada porque es ahora cuando el problema está en auge, dado que el caladero está lleno de bonito.Los armadores explican que «hace algunos años que un atún entrase en el aparejo era extraordinario, pero desde hace unos tres años es cada vez más habitual».