Los astilleros privados finalizaron el año con 53 contratos, de los que 27 correspondieron a Galicia (21 en Vigo y 6 en Marín). En cuanto a nuevos pedidos logrados en 2018, hubo 23 en el conjunto nacional y 15 en la comunidad gallega (13 en Vigo). Nuevamente la construcción naval privada gallega con una treintena de contratos en vigor que representan el 40% de la carga de trabajo nacional, lidera el ranking de contrataciones, según el informe de 2018 hecho público por el Ministerio de Industria.
A día de hoy todos los grandes astilleros de la Ría de Vigo -excepto Vulcano- tienen carga de trabajo asegurada para varios años y el grueso de los barcos que están en construcción son para armadores extranjeros. También resulta significativo el repunte de los pedidos de barcos pesqueros con varias unidades encargadas en el último año a las factorías viguesas y que se distinguen por ser de última generación, con tecnología punta y eficientes en muchos casos.
Es el caso de Armón, que tiene en estos momentos un pico alto de actividad con una decena de buques, entre ellos dos arrastreros para Argentina, un congelador para Canadá y un multipedido para Nueva Pescanova con buques para faenar en Namibia. El astillero también está trabajando en varios oceanográficos para Argentina o Suecia, entre otros.
Freire, por su parte, está trabajando en dos pesqueros para Groenlandia y tiene otros pedidos de carácter internacional en vigor entre oceanográficos y patrulleras para Bélgica y Kuwait.
Otro de los astilleros con mejores proyecciones de trabajo es Barreras, que está construyendo el megacrucero de lujo para Ritz-Carlton (190 metros de eslora) y tiene tres contratos más, dos cruceros para la noruega Havila y un ferri para Armas, que le supondría ‘overbooking’ en las instalaciones cuando se inicien los trabajos.
En la Ría de Pontevedra, Factoría Naval de Marín cuenta con seis pesqueros para Holanda y Alemania y uno para un armador español, al que se sumaría el que entregó hace unos meses a la viguesa Pereira, el arrastrero congelador «Argos Cíes», el más grande construido hasta la fecha para Malvinas (75 metros de eslora).
En Vigo, Cardama tiene un buen nicho de mercado en la reparación de buques y el año pasado contaba con tres barcos en construcción para Angola, Dinamarca y Senegal.
Metalships, por su parte, está construyendo un crucero ‘premium’ a vela para un armador alemán y el Grupo Rodman opta a construir las patrulleras para Gardacostas de la Xunta.
Dentro de los pocos pedidos para armadores nacionales que tiene el naval vigués está el ferri de Vulcano, un barco que ha pasado por varios propietarios -ahora está en manos del Banco Santander- y que está destinado para Trasmediterránea -filial de la naviera Armas-. Lleva seis años en las instalaciones en Teis y cuatro meses parado a la espera del desbloqueo económico – un acuerdo de pago de 10 millones a los proveedores y cinco nóminas a la plantilla- que podría tener salida en los próximos días.