Europa Azul

La Alleanza Cooperative Italiane, en Bruselas, la Directora General de Pesca, Charlina Vitcheva, y su equipo, Unci Agro Alimentare, la asociación sectorial del mundo cooperativo italiano, confirma su rechazo a las medidas que la Unión Europea pretende poner en marcha, por ser fuertemente perjudiciales para los intereses de las empresas y los trabajadores, según ha subrayado su presidente nacional, Gennaro Scognamiglio.

«Una vez más, se han puesto de manifiesto las necesidades y preocupaciones de los operadores del sector pesquero y la inoportunidad de las medidas contenidas en el Plan de Acción lanzado por la Comisión Europea el pasado 21 de febrero, en el que se anuncian medidas estrictas contra la pesca en las zonas Natura 2000″, afirma el presidente. Pero a pesar de nuestra disposición a la confrontación, Bruselas no muestra una verdadera apertura y voluntad de mediación».

Unci Agro Alimentare y todas las asociaciones pesqueras confirman su rechazo a las medidas previstas por la UE, reitera el director de la organización: «Las prohibiciones y limitaciones impuestas, sin ninguna razón fundada, perjudican gravemente a miles de empresas, sobre todo pequeñas y a menudo familiares, y a varias decenas de miles de trabajadores sólo en nuestro país. Cifras que deben multiplicarse para todos los Estados miembros de la UE, que no por casualidad están asistiendo a una movilización general del sector como nunca antes se había visto. Además, no podemos sino estar en contra de cualquier forma de imposición sobre el carburante, cuyo precio se ha disparado a estas alturas, encareciendo demasiado la salida de los barcos, lo que con un impuesto adicional pondría completamente en la acera a las empresas, que están luchando por salir de la emergencia de Covid y de la crisis energética».

Los sindicatos del sector han entregado a Vitcheva un estudio en el que destacan la insuficiencia del Plan de Acción de la UE y explican detalladamente las razones del desacuerdo de las industrias marítimas italianas y europeas.

«La preservación de la biodiversidad marina», concluye Scognamiglio, «y la protección del medio ambiente son desde hace tiempo una prioridad para el mundo de la pesca, en una lógica de sostenibilidad de las actividades pesqueras que necesariamente debe tener en cuenta también las repercusiones sociales y económicas para los asalariados y las comunidades que viven de la economía azul. Sólo con una estrategia global articulada y equilibrada es posible definir un camino virtuoso, que combine la protección del ecosistema y los recursos naturales con la defensa de empleos y actividades importantes para la economía de los territorios. No obstante, la Comisión ha reiterado el carácter no vinculante de las líneas contenidas en el Plan de Acción, cuya aplicación corresponde a los Estados miembros. La dirección trazada por la Comisión Europea, sin embargo, representa un riesgo real para el futuro de la pesca, que debe ser absolutamente evitado».