La campaña de bonito se da por finalizada en muchas lonjas y los pescadores se dedicarán en las próximas semanas a la pesca de sardina y anchoa. Los túnidos han emigrado hacia el Norte, principalmente a Irlanda. Según la Rula de Avilés, en la costera sólo quedaban un barco asturiano y tres vascos. Este año se había consumido sólo el 51% de la cuota. Los pescadores consumieron casi la mitad de la cuota de bonito asignada este año a esta costera, una cuota histórica, nunca vista antes, con cerca de 24.500 toneladas con lo que han dejado sin pescar 12.000 toneladas. Según indicaba el presidente de la Federación de Cofradías de Gipuzkoa, Norberto Emazabel «se han quedado unos pocos barcos que han podido descargar 1.000 o 2000. Los barcos amarrados saldrán a por sardina y a anchoa. Nos quedaron 200.000 toneladas sin gastar y cada barco podrá pescar 1.000 kilos por varcdo».
La campaña de este año del bonito ha sido a la antigua usanza. Volvió a alargarse hasta octubre, como aquellos tiempos en los que incluso llegó a noviembre. A mediados de agosto, fecha que suelen utilizar los arrantzales como termómetro para medir el final de la campaña, la flota solo había agotado un 41% de la cuota total asignada a España, frente al 73% capturado capturado un año antes
Tras varios años acabando abruptamente en agosto, o como mucho al inicio de septiembre, esta vez los barcos volvieron faenar hasta cuando quisieron , algo que es considerado positivo por los pescadores para poder esparcir la actividad y alargar el trabajo, y no tener que amarrar la flota pronto, como ha ocurrido en las últimas costeras.
Las razones que han provocado que este año la costera del bonito del norte, quizás la más importante para el sector pesquero, sea más escalonada, pueden ser diversas. Desde una entrada más tardía de la especie, una mayor dispersión de los ejemplares por diversos caladeros o una menor cantidad en momentos puntuales. Por lo demás, las cofradías consideran que la campaña, que arrancó en junio con timidez, se había desarrollando sin grandes incidentes, aunque también sin descargas espectaculares en los puertos.
El hecho de alargar la costera permitía a los barcos ahorrarse bastante estrés, ya que en los últimos años se han visto sometidos a jornadas muy intensas al concentrarse en poco tiempo la gran mayoría de las capturas. Junto a ello, los precios han sido superiores a los del pasado año con una medida de 4 euros-kilo, algo «mejor» que los 3,30-3,35 del curso pasado, según las mismas fuentes. Lejos, eso sí, de los 4,25 euros por kilo de 2022.
En 2023, la actividad normal se alargó hasta principios de septiembre. Un año antes ocurrió lo mismo. En 2021 se cerró en pleno agosto, el día 16, en lo que supuso la campaña más corta de la historia. Doce meses antes, en el año de la pandemia de coronavirus, también se puso punto y final en el octavo mes del año. Agosto también contempló el final de la costera en 2019 y 2018. Hay que remontarse a 2017 para encontrar la última campaña de bonito del norte que se clausuró en octubre.
La otra gran campaña pesquera de los arrantzales, la de la anchoa, sí acabó antes de tiempo. En base a una orden dictada por la Secretaria de Pesca Marítima sólo se permitirán desembarcos hasta el pasado día 6, con lo que los arrantzales que se dedican a esta especie en verano apuraron a principios de este mes ya sus últimas jornadas de pesca, pese a que aspiraban a postergar el final de la campaña al inicio del otoño, junto a la del bonito.
Grupo Arbulu han firmado un importante convenio con Puerto de Celeiro-OPP77 para financiar un software…
Gorka Gabiña es doctor en Ingeniería e investigador del Instituto AZTI que se ha especializado…
Gonzalo Rodríguez Rodríguez, profesor titular del Departamento de Economía Aplicada de la Facultad de Ciencias…
En la reunión se ha abordado el acceso de los buques comunitarios a la Zona…
Iván López van der Veen, actual director general de la empresa bacaladera de Vigo Pesquera Ancora y…
El investigador de AZTI, Guillem Chust aportó importantes datos en las Jornadas de Pesca de…