Un estudio de la Universidad de California demuestra que la captura de atún tropical con arte de cerco se sitúa entre las industrias menos contaminantes en cuanto a emisiones de CO2 a la atmósfera para la producción de un kilogramo de proteína
para el consumo humano, en comparación tanto con otras artes que capturan esta misma especie, como con la de otro tipo de alimentos producidos en tierra.
De hecho, y según el estudio hecho público por OPAGAC en nuestro país, la captura de atún tropical (materia prima destinada básicamente a la conserva -latas de atún-) realizada con arte de cerco precisa emitir entre tres y cinco kg de CO2 a la atmósfera para producir un kilogramo de proteína, mientras que otras artes, como el palangre, emiten una media de 30 kg de CO2 por kilo de proteína. Esta cifra, apunta el estudio, llega hasta los 40 kg de CO2 en el caso del curricán , y con picos de hasta los 110 kg de emisión. Por último, en el caso de la carne de vacuno, las emisiones son de 75 kg por kilo de proteína producida.
El estudio de la Universidad de California hace además una proyección de estas emisiones a un período de 20 y de 100 años, tomando como referencia una serie histórica (1996-2014) de emisiones de cada una de las artes e industrias, y para la que se han analizado las emisiones a la atmósfera de CO2 que consumen los buques cuando faenan, así como las necesarias en el proceso de creación del carburante (extracción y refinado).
El estudio, al proyectar las emisiones en un horizonte de 20 y de 100 años, vuelve a situar al cerco como el arte de pesca de atún tropical menos contaminante, con unas emisiones, en ambos casos, que se mantienen por debajo de los 5 kg de CO2 por kg de proteína producida.
Por su parte, el palangre se mantiene con unas emisiones de entre 25 y 30 kg de CO2, mientras el curricán, a 20 años, mantiene sus emisiones en una media de 50 kg de CO2 por kilo de proteína y consigue disminuirlas a 45 kg en un horizonte a 100 años. Por tipos de atún tropical, el estudio muestra que el listado es el que exige menos emisiones de CO2 por kilogramo de proteína con 5 kg, seguido del patudo, con en torno a 25 kg, y el rabil con 50 kg de CO2 emitidos.
Gorka Gabiña es doctor en Ingeniería e investigador del Instituto AZTI que se ha especializado…
Gonzalo Rodríguez Rodríguez, profesor titular del Departamento de Economía Aplicada de la Facultad de Ciencias…
El investigador de AZTI, Guillem Chust aportó importantes datos en las Jornadas de Pesca de…
Los envases de pescado, una materia fundamental para conseguir la conservación de las especies tiene…
El Catedrático Ignacio Alvarez abrió las ponencias de las XXVIII Jornadas de Celeiro con su…
Óscar Mozún, directivo de la agencia Tactis Europe, agencia de publicidad nacional con 49 trabajadores…