El estado de la costa vasca es bueno en términos generales, pero conviene prestar atención a fenómenos de incidencia humana como la pesca de arrastre para evitar un deterioro en los próximos años. El ‘Diagnóstico del medio marino de Euskadi 2021’ elaborado por Ihobe -la sociedad pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco- en colaboración con Azti alerta de que la pesca intensiva es la mayor amenaza para un entorno que, en líneas generales, aprueba en casi todos los parámetros que se han medido.
La evaluación integrada del estado ambiental del medio vasco indica que, en general, la zona marina se encuentra «en buen estado». Sin embargo, en la zona comprendida entre 1 y 12 millas náuticas de distancia respecto a la costa, los hábitats bentónicos se encuentran en un nivel de conservación moderado. Esto se debe principalmente al efecto de los impactos producidos sobre el fondo y los hábitats bentónicos «por las presiones ejercidas por la pesca de arrastre que se realiza en esa zona». Esa presión afecta también a alguno de los indicadores de pesca, como los referidos a las especies demersales, como la merluza. A la pesca también se le atribuye la afección en la muerte accidental de delfines. El resto de los componentes ecosistémicos evaluados no muestran problemas significativos.
El resultado de la evaluación general clasifica a la Zona Económica de Exclusiva (ZEE) de Euskadi en buen estado, con un valor de 0,71 sobre 1. Además de los déficits mencionados en el hábitat bentónico, que se encuentran en un estado ‘moderado’, hay otros indicadores tanto de aves como de mamíferos marinos que presentan una calidad que no llega a buena, lo que indica que estos componentes del ecosistema necesitarían medidas de gestión adecuadas.
El resto de los componentes del ecosistema no muestran problemas en la zona marina vasca, en consonancia con lo que se venía observando en los resultados de la Red de Calidad de la Costa Vasca para la Directiva Marco del Agua, donde los principales problemas se identifican en algunos estuarios, pero no en la zona costera.
Cuando se evalúa el estado de la costa vasca desde un punto de vista cuantitativo, los datos más locales muestran un cierto grado de degradación: mayor en los estuarios, intermedio en la zona costera y menor en mar abierto. Lo que se corresponde casi al dedillo con la presión humana existente: una mayor presión en la costa y menor según se entra en mar abierto. Dentro de los elementos que ejercen esa presión sobre el medio marino, el informe insiste en que «habría que prestar atención a la pesca, especialmente a la de arrastre, ya que parece ser la presión principal que crea mayores impactos sobre el patrimonio natural».
En cuanto al estado de las especies de mamíferos y de aves, su situación también estaría relacionada en parte con la pesca (por ejemplo, asociada a la mortalidad accidental en palangres u otros tipos de artes de pesca). Por lo que el informe apunta que estos grupos se beneficiarían de manera significativa de la creación de áreas marinas, «gestionadas de manera efectiva», en mar abierto.
Pese a las advertencias sobre la incidencia de la pesca en la costa vasca, una lectura general de los diferentes parámetros permite clasificar a la ZEE de Euskadi en buen estado, con un valor de 0,71 sobre 1. El único componente ecosistémico que se encuentra en una situación deficiente son los mamíferos (0,38). El resto de los componentes han sido clasificados en buen y muy buen estado (0,62 para los peces y 0,97 para el agua), lo que determina el buen estado final. Esta valoración positiva se extiende también al hábitat pelágico (0,71) y al hábitat bentónico (0,67).
Las aguas por debajo de las 12 millas náuticas (que representan el 27% de la superficie de la ZEE) se encuentran de forma general en buen estado (0,76). Sin embargo, debido a que en las aguas territoriales comprendidas entre 1 y 12 millas los sedimentos, los mamíferos y las aves marinas no alcanzan el buen estado, el hábitat bentónico se sitúa en un nivel moderado (0,43).
Las aguas más allá de las 12 millas (el 73% de la ZEE frente a la costa vasca) se encuentran en muy buen estado (0,82), incluyendo todos los componentes ecosistémicos en buen y muy buen estado (0,76 para los peces y de 1 para el agua); excepto los mamíferos, que se encuentran en una situación pobre (0,25). Este entorno positivo también se observa en el hábitat pelágico (0,76), mientras que el hábitat bentónico se clasifica en muy buen estado (0,95).
Por otro lado, las aguas territoriales (1-12 millas) se clasifican en buen estado. Los sedimentos y los mamíferos están en un nivel moderado (0,51 y 0,53, respectivamente) y las aves marinas presentan una mala situación (0,05). El hábitat pelágico se clasifica en muy buen estado (0,89), mientras que el bentónico no alcanza el aprobado (0,43).
Las aguas costeras (menos de una milla) se clasifican en muy buen estado. Tan sólo los mamíferos han sido clasificados en nivel moderado (0,42). En cuanto al hábitat pelágico, éste se clasifica en muy buen estado (0,9).
El informe realiza también una evaluación del estado del patrimonio natural marino cuyo resultado también coloca a la ZEE de la costa vasca en buena situación, con un valor algo superior (0,73). Sin embargo, las aguas territoriales (1-12 millas) presentan un valor más bajo debido, sobre todo, a la afección de la pesca de arrastre sobre los fondos marinos y al peor estado de los grupos de especies de aves y de mamíferos marinos en esta zona de la franja costera.
Las directivas europeas y el marco competencial autonómico de Euskadi no requieren de una evaluación del estado del medio marino autonómico más allá de una milla náutica de las aguas interiores frente a la costa, pero Ihobe ha querido contar con un diagnóstico general al entender que «el ecosistema marino no entiende de fronteras y las evaluaciones integrada y ecosistémica requieren de un ámbito geográfico más amplio para que los resultados tengan una significancia». De ahí que el informe haya tomado como referencia la Zona Económica Exclusiva frente a la costa vasca.
A pesar de exceder de las competencias del Gobierno Vasco, Ihobe ha basado el estudio en los indicadores de la Directiva Marco de Estrategia Marina, ya que cubre todos los aspectos de la evaluación integrada del estado de los ecosistemas marinos y, de esta forma, las conclusiones pueden servir para realizar una lectura integral. El informe también recomienda que, pese al complejo marco competencial, se deben «proponer objetivos ambientales ambiciosos para abordar los retos futuros a los que se enfrenta el medio marino vasco»
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