Una reciente investigación realizada por la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda ha suscitado nuevas preocupaciones sobre el uso del plástico biodegradable como solución a la contaminación marina. Aunque se sabe que los microplásticos derivados del petróleo afectan negativamente a la vida marina, poco se sabía sobre el efecto de las alternativas biodegradables.
El estudio, financiado por la Universidad de Otago y publicado en Science of the Total Environment, analizó el impacto de los plásticos derivados del petróleo y biodegradables en los peces salvajes. Los resultados fueron sorprendentes: ambos tipos de plástico resultaron perjudiciales para los peces marinos.
Ashleigh Hawke, autora principal de la investigación, demostró que los peces expuestos al plástico derivado del petróleo experimentaron un deterioro en su capacidad de escape, alteraciones en su comportamiento natatorio y una disminución del metabolismo aeróbico. En cambio, los expuestos a bioplásticos sólo experimentaron una disminución de su velocidad máxima de escape.
Estos resultados son cruciales, ya que ponen de relieve que el plástico biodegradable puede no ser la panacea para la contaminación por plásticos, como a menudo se cree. Por lo tanto, aunque menos nocivo, el plástico biodegradable puede seguir teniendo efectos negativos en los animales expuestos, provocando una disminución de las poblaciones debido a la alteración del comportamiento de escape.
En conclusión, la investigación de la Universidad de Otago arroja nueva luz sobre la urgente necesidad de considerar detenidamente las implicaciones medioambientales de las alternativas biodegradables si se quiere que la lucha contra la contaminación marina sea eficaz y sostenible a largo plazo.
El uso de plástico biodegradable
El uso de plástico biodegradable se ha promovido como respuesta al urgente problema de la contaminación causada por el plástico convencional. Este tipo de plástico está diseñado para degradarse más rápidamente que el plástico convencional, reduciendo así la acumulación de residuos a largo plazo.
El objetivo es limitar el impacto ambiental causado por los plásticos y contribuir a preservar los ecosistemas marinos y terrestres.
Además, el plástico biodegradable ofrece la promesa de una solución más sostenible para muchas aplicaciones, especialmente en sectores en los que el plástico es esencial, como el envasado de alimentos y los productos de un solo uso. Las empresas y los consumidores sensibles a las cuestiones medioambientales se ven impulsados a elegir productos fabricados con plástico biodegradable para reducir su impacto en el medio ambiente.
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