El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva que instruye a Estados Unidos a agilizar la perforación de minerales, mediante la extracción de nódulos polimetálicos, del fondo marino, tanto en aguas internacionales como en aguas territoriales estadounidenses.
La orden ejecutiva, firmada por Trump el 24 de abril, establece que Estados Unidos «tiene un interés fundamental, tanto en materia de seguridad nacional como económica, en mantener el liderazgo en la ciencia y la tecnología de aguas profundas y en los recursos minerales del fondo marino».
“Nuestra nación puede, mediante el ejercicio de las facultades existentes y el establecimiento de alianzas internacionales, acceder a recursos potencialmente vastos en nódulos polimetálicos del fondo marino; otras estructuras geológicas submarinas; y depósitos costeros que contienen minerales estratégicos como níquel, cobalto, cobre, manganeso, titanio y tierras raras, que son vitales para nuestra seguridad nacional y prosperidad económica”, explicó la orden.
La facultad existente a la que se refirió Trump se deriva de la Ley de Recursos Minerales Duros de los Fondos Marinos Profundos, aprobada en 1980. En virtud de esta ley, las empresas pueden solicitar a la NOAA permisos para explorar y extraer recursos del fondo marino profundo. Sin embargo, la ley nunca se ha utilizado para permitir la minería comercial; solo se ha utilizado con fines exploratorios. Oficialmente, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) de las Naciones Unidas tiene jurisdicción sobre la minería de los fondos marinos en aguas internacionales en virtud de un tratado de 1994, ratificado por 169 estados miembros de la ONU, incluyendo todas las principales economías costeras, excepto Estados Unidos.
En contradicción con el tratado de la ONU, la nueva orden ejecutiva plantea la minería de los fondos marinos como una necesidad para la competitividad y la seguridad de los recursos estadounidenses, pero los expertos han cuestionado estas afirmaciones, así como los beneficios económicos de la práctica.
“Estados Unidos acaba de firmar un acuerdo económico muy negativo” que, en última instancia, será un “gran regalo para la economía de China”, declaró el profesor Douglas McCauley de la Universidad de California en Santa Bárbara en un comunicado reciente.
McCauley explicó que el aparato regulador de la ISA, que algunos actores de la industria han criticado por ser excesivamente complejo y lento, hasta ahora ha contribuido a frenar la explotación desenfrenada de minerales de los fondos marinos por parte de otros países.
“Estados Unidos ha dado un paso al frente para convertirse en la primera operación minera pirata en aguas internacionales”, afirmó. Con reglas, podríamos haber controlado los minerales que China, o cualquier país o persona, extrajera de esta parte del océano. Sin reglas, China, en resumen, tendría muchas más posibilidades de ganar.