El buque a caña, construido por Sachal Shipyard, combina gran capacidad de carga en tanques RSW, comodidad para 12 tripulantes y alta tecnología en apenas 14,5 metros de eslora
El astillero sudafricano Sachal Shipyard ha botado recientemente el “Tightline”, un nuevo buque atunero de pesca a caña diseñado a medida para operar a lo largo de toda la costa de Sudáfrica, desde las aguas litorales hasta los caladeros oceánicos de túnidos. Con 14,5 metros de eslora y 5 metros de manga, el barco se inscribe en la categoría de menos de 25 GT, pero concentra a bordo capacidades y equipamiento propios de unidades bastante mayores.
Pensado para las exigentes pesquerías de atún del país, el “Tightline” se encargará de localizar y seguir bancos de túnidos, capturar y mantener viva la carnada y realizar intensas operaciones de pesca con caña y línea durante periodos prolongados. “Está diseñado para soportar las duras condiciones de mar y viento asociadas a la pesca de túnidos en alta mar, permitiendo al mismo tiempo que la tripulación trabaje de forma eficiente y segura”, explica Nic Stevens, responsable de astillero en Sachal Shipyard.
El buque representa la última evolución de una serie de atuneros de 15 metros desarrollados por el propio astillero. Cada nueva construcción ha buscado afinar un equilibrio delicado: más eficiencia, mejor rendimiento, mayor calidad del pescado y mejor confort a bordo, adaptándose a la vez a las necesidades operativas específicas de cada armador.
En el caso del “Tightline”, la clave ha sido exprimir al máximo el límite de las 25 GT. Al mantenerse por debajo de ese umbral, la normativa de la autoridad marítima sudafricana (SAMSA) permite operar con un solo oficial titulado como capitán, reduciendo costes de tripulación. El resto del personal se configura como marineros y pescadores.
Sin embargo, esa ventaja administrativa tiene un precio técnico: la arqueación bruta limita estrictamente el volumen cerrado disponible. “Tuvimos que usar con muchísima prudencia cada centímetro cúbico para encajar alojamiento, cocina, baños, sala de máquinas, puente y las brazolas de las bodegas sin comprometer ni la comodidad ni la seguridad”, reconoce Stevens.
Aun así, el buque ofrece una notable capacidad de bodega: seis tanques aislados con un volumen total de unos 38 m³, refrigerados mediante un sistema RSW (agua de mar refrigerada) preparado tanto para pescado fresco como para producto congelado en salmuera e incluso para alojar cebo congelado.
Tres de esos seis tanques cuentan con sistemas de recirculación y luz específicos para mantener viva la carnada durante largos periodos, condición indispensable para un atunero a caña autosuficiente. Para capturar ese cebo, el “Tightline” está equipado con un pequeño arte de cerco manejado por una maquina power block PETEC de 20 pulgadas y un molinete de doble tambor que permiten trabajar y estibar la red en cubierta con seguridad.
El barco también incorpora barras de rociado de agua en acero inoxidable a lo largo de la banda de estribor, con pequeños orificios que generan una fina niebla sobre la superficie, recurso clásico para excitar al atún en la pesca a caña. El sistema cuenta con dos modos de funcionamiento: una bomba conectada al generador y otra bomba accionada por inversor que permite un “modo silencioso”, reduciendo el ruido bajo el agua para evitar ahuyentar al pescado en jornadas delicadas.
En términos de propulsión, el “Tightline” monta un motor principal Baudouin de 280 CV (210 kW), acoplado a una reductora Dong-I DMT140 que mueve una hélice de paso fijo de cuatro palas de 900 mm. El eje, de acero inoxidable dúplex, va equipado con un sistema de estanqueidad Tides Marine pensado para un uso intensivo en entorno comercial. El resultado es un conjunto robusto, eficiente en consumo y fácil de mantener.
La velocidad es otro de sus puntos fuertes: según el astillero, el buque es unos dos nudos más rápido en ligero y hasta cuatro nudos más rápido a plena carga que unidades anteriores de tamaño similar. Esa ventaja se traduce en viajes más cortos, más horas útiles en el caladero y mejores opciones para llegar a puerto a tiempo de colocar el pescado a precios premium.
En el puente de mando, el “Tightline” está equipado con un paquete completo Furuno, complementado con comunicaciones Icom y Hytera. El conjunto incluye plotters TZT13, ecosondas de 600 W y 1 kW, radar Doppler, piloto automático y compás satelital, todo ello integrado mediante el software TimeZero en un PC marino sin ventilador. Pero la joya de la corona es un sonar omnidireccional Furuno CSH10 Omni, que proporciona cobertura de 360 grados alrededor del buque.
“Este sonar da una ventaja muy importante para localizar y seguir los bancos de atún alrededor del barco, manteniendo el contacto con el pescado durante más tiempo y pescando con mayor eficiencia”, señala Stevens.
Para garantizar la calidad del producto, el astillero ha dimensionado una planta de frío de 25 CV (19 kW), más potente que en modelos anteriores, con el objetivo de reducir los tiempos de enfriamiento y llevar los tanques rápidamente a temperatura de trabajo: alrededor de –5 ºC para pescado fresco en agua de mar refrigerada, –16 ºC para producto congelado en salmuera y unos –10 ºC en el tanque destinado a cebo congelado.
A pesar del reducido volumen disponible, el “Tightline” ofrece comodidades pensadas para mareas prolongadas. El camarote del capitán se sitúa en el propio puente, con una litera adicional para el jefe de tripulación, de forma que ambos permanezcan cerca de los mandos y de las operaciones de pesca. Bajo el puente se ubica un compartimento con literas dobles para diez tripulantes, mientras que la cocina y un baño separado se sitúan a popa de esta zona.
Stevens reconoce que el principal reto fue encajar todos los sistemas, equipos y volumen de tanque exigidos bajo la estricta limitación de las 25 GT. La lista incluye el grupo hidráulico, la planta RSW, un generador de 80 kVA, bombas de spray para atún, bombas de circulación de agua fría, bombas de cebo vivo, sistemas de achique y el propio sonar omnidireccional, además de la red de tuberías y cableado necesaria.
Las dificultades no se limitaron al diseño. El buque debía estar listo en cinco meses para el inicio de la temporada, en un contexto de retrasos en la cadena de suministro. El astillero se vio obligado a construir buena parte del barco “alrededor” de equipos que aún no habían llegado, reservando huecos y rutas de servicio basados únicamente en los planos de los proveedores. Cuando los componentes se entregaron, apenas quedaban cuatro semanas para instalarlos, conectarlos y ponerlos en servicio.
Lejos de ser un problema, esa presión ha reforzado el modelo de trabajo de Sachal Shipyard, muy apoyado en la planificación 3D y el diseño asistido por ordenador. “Prácticamente construimos ‘a ciegas’ a partir de los planos de los suministradores, y al final todo encajó como estaba previsto. Ese éxito ha reforzado nuestra confianza en esta metodología y ha consolidado el modelado detallado en CAD como herramienta central en diseño y producción”, concluye Stevens.
Con su combinación de autonomía en cebo vivo, alta capacidad en tanques RSW, velocidad, electrónica avanzada y costes contenidos de tripulación, el “Tightline” se posiciona como una plataforma de pesca muy competitiva en el segmento intermedio: un barco capaz de operar donde antes solo trabajaban unidades grandes y costosas, pero con la economía de un buque por debajo de las 25 GT.
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