El mar de l’Ametlla volvió a convertirse en laboratorio a cielo abierto. La plataforma permanente de marcaje científico Scientific Angler Tagging Tour, impulsada por la empresa SEATECH SL, ha culminado con éxito su cuarta misión del año, desarrollada los días 15 y 16 de noviembre, consolidando un modelo único de colaboración entre científicos y pescadores recreativos especializados en captura y suelta de atún rojo.
El operativo reunió a un equipo de investigadores de Ifremer (Instituto Francés para la Explotación del Mar) y a más de medio centenar de pescadores recreativos procedentes de Cataluña, País Vasco, Islas Baleares y Francia. Durante dos intensas jornadas en el mar, y con condiciones meteorológicas favorables, se lograron implantar unas cuarenta marcas electrónicas en grandes ejemplares de atún rojo, además de obtener valiosas muestras biológicas para distintos proyectos de investigación.
Las labores se llevaron a cabo en las aguas próximas a la instalación de acuicultura del Grupo Balfegó, un enclave clave para acceder a atunes residentes en el Mediterráneo, que no realizan las clásicas migraciones hacia el Atlántico. Esta característica convierte la zona en un escenario privilegiado para comparar el comportamiento y la estructura de estas poblaciones residentes con las de los grandes migradores atlánticos.
“El marcaje de l’Ametlla ha sido increíble, como cada año”, destacó el científico de Ifremer Tristan Rouyer, uno de los responsables científicos del programa. “Tenemos muchos atunes en el agua con marcas, algunas con hasta dos años de datos, lo que nos proporciona una gran cantidad de información para interpretar la migración y el comportamiento de los atunes”, explicó. Según Rouyer, el gran reto ahora es el tiempo: “Debemos esperar a que las marcas sigan registrando información y muestren si algunos ejemplares permanecen varios años en el Mediterráneo antes de salir hacia el Atlántico. Esa respuesta puede tardar dos, tres o cuatro años. A ver qué dicen los datos”.
Más allá de la potencia del operativo en el agua, la edición de este año ha supuesto un salto cualitativo en términos de alianzas científicas. El Tagging Tour de l’Ametlla ha marcado el inicio de la colaboración con el Instituto Catalán de Investigación para la Gobernanza del Mar (ICATMAR), cuyos biólogos han participado apoyando directamente el trabajo de Ifremer. Esta cooperación se mantendrá, como mínimo, durante 2026 y refuerza la gobernanza científica y la transferencia de conocimiento entre instituciones del arco mediterráneo.
Además, la misión ha integrado dos proyectos de marcaje acústico iniciados en 2025: uno del IMEDEA-CSIC y otro en el marco del proyecto RESMED+ (Universitat de Barcelona). Estas iniciativas ampliarán la información disponible sobre el uso del hábitat, las profundidades de desplazamiento y la presencia de atunes en distintas zonas a lo largo del año.
El componente ecosistémico se ha reforzado con la participación de SEO/BirdLife, que ha realizado un seguimiento de aves marinas dentro del proyecto MARAVES y ha impartido formación específica sobre capturas accidentales de aves. El objetivo es doble: aprovechar la presencia en el mar para recoger datos sobre aves pelágicas y, al mismo tiempo, sensibilizar a los pescadores sobre cómo minimizar los riesgos para estas especies.
Para Frederic Valls, organizador del Scientific Angler Tagging Tour, esta cuarta misión confirma que el proyecto ha trascendido su objetivo inicial. “El primer objetivo del Tagging Tour fue científico, pero se ha convertido en algo más”, reconoce. En su balance, destaca tres pilares.
El primero, las sinergias con la comunidad científica: “Tenemos una gran alianza con Ifremer, que lidera la parte científica y es un referente internacional; se han incorporado centros como IMEDEA, proyectos de la Universitat de Barcelona, SEO/BirdLife, y este año la entrada de ICATMAR. Para nosotros, este tejido de colaboración ya es un éxito en sí mismo”.
El segundo, la cantidad y calidad de los datos: con las nuevas cuarenta marcas electrónicas, el programa alcanza ya las 150 marcas implantadas desde 2023, generando una base de datos estratégica para entender el ciclo de vida del atún rojo. Toda esta información se transfiere a la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), donde Rouyer forma parte del Comité Permanente de Investigación y Estadísticas. “Estos datos se integran en la evaluación mundial de la especie y son esenciales para tomar decisiones de gestión basadas en criterios sólidos y transparentes”, subraya el científico.
Y el tercer aspecto es el social: la implicación creciente de la pesca recreativa. “Nos sabe mal tener que decir que no a gente que nos pide venir, porque es un proyecto por invitación”, admite Valls. “Hemos pasado de unas pocas embarcaciones a diez barcos y unos cincuenta pescadores. Para nosotros es una gran satisfacción todo lo que aprendemos los unos de los otros y las relaciones que se establecen entre el mundo de la ciencia y el de la pesca. Eso nos hace crecer a todos y nos anima a pensar ya en un cuarto, un quinto año y los que hagan falta”.
En paralelo al trabajo técnico con el atún rojo, el programa ha reforzado su dimensión educativa y ambiental. Durante las navegaciones se ha reactivado la iniciativa PlasticFishing, que integra la recogida de residuos plásticos en las salidas al mar. De este modo, cada jornada de marcaje se convierte también en una acción de limpieza y de sensibilización sobre la contaminación marina.
Además, se han impulsado actividades de divulgación orientadas a fomentar una visión ecosistémica del mar y a promover prácticas de pesca responsables, tanto en el ámbito recreativo como en el profesional. Talleres informales a bordo, explicaciones sobre el funcionamiento de las marcas electrónicas y espacios de debate al final de la jornada han contribuido a estrechar la conexión entre ciencia, sector y ciudadanía.
Creado en 2023 por SEATECH SL, el Scientific Angler Tagging Tour se define como una plataforma permanente dedicada al marcaje científico de peces, que ofrece todos los servicios profesionales necesarios sin coste para las instituciones de investigación. Este modelo es posible gracias al apoyo de patrocinadores como Simrad Yachting, Roegele y Suzuki Marino, así como de varios colaboradores locales que facilitan logística, equipamiento y apoyo en tierra.
Con la misión de l’Ametlla de Mar, el programa no solo suma marcas electrónicas, sino también credibilidad y peso internacional. Como resume el Dr. Tristan Rouyer, “el marcaje electrónico continúa siendo una herramienta insustituible para comprender las migraciones del atún rojo y orientar su gestión con criterios sólidos y transparentes”. El Mediterráneo occidental aporta, una vez más, algunas de las claves que ayudarán a decidir el futuro de una de las especies más emblemáticas —y más vigiladas— de la pesca mundial.
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